La juventud profesional cubana y la emigración

La emigración de Cuba, que era elevada a principios del siglo XXI, mostró un aumento en años recientes.  Así de 2.6 emigrantes por mil habitantes en 2003 aumentó a 4.2 por mil habitantes en 2012, lo que coincidió con el inicio de las reformas raulistas.  (Según la Oficina Nacional de Estadística de Cuba no hubo emigración en los años 2013 y 2014, lo que difiere de la información estadística y periodística disponible en EEUU y España sobre los flujos de inmigrantes procedentes de Cuba.  De hecho en EEUU se informó un aumento de los inmigrantes de 22,612 entre el 1ro de octubre de 2013 y el 31 de mayo de 2014 a 23,978 en el igual periodo de 2014-2015).

Una vez que un(a) joven cubano(a) su gradúa de estudios superiores se enfrenta a una situación de bajos salarios reales, ya sea en el sector privado o público –- resultado del atraso y bajo crecimiento del PIB, menor al 2% en el sexenio 2009-2014--, restricciones para practicar libremente sus habilidades y destrezas profesionales, conseguir vivienda independiente, aunque tiene acceso gratuito a los decadentes servicios de salud.  En cambio si emigra, particularmente a EEUU, podrá conseguir empleo mejor remunerado, practicar libremente sus habilidades y destrezas profesionales, tiene acceso a vivienda independiente y a un plan de salud por el que deberá pagar.

La situación descrita de el (la) joven profesional cubano(a) difiere de sus pares latinoamericanos en tres aspectos fundamentales.  Le es más fácil incorporarse como emigrantes a EEUU, enfrenta particulares restricciones para ejercer su profesión libremente en Cuba y la emigración suele tener un carácter permanente, es decir, sin retorno al país.  Así, Cuba generalmente se priva de emigrantes que retornarían con redes de contactos personales y comerciales en el exterior, idiomas, conocimientos de otras culturas y técnicas modernas de cómo desarrollar actividades que suelen son positivos para la economía.

Una parte importante de la sociedad cubana, aproximadamente un 20%, ha emigrado y se ha asentado en EEUU, lo que facilita y reduce considerablemente las incertidumbres y los riesgos de los nuevos emigrantes, la ley de ajuste cubano le otorga privilegios y facilidades especiales a los inmigrantes cubanos para integrarse a la sociedad estadounidense, y la economía estadounidense está iniciando un proceso de robusta recuperación económica con una baja tasa de desempleo, lo que le permite absorber sin mayores dificultades a los nuevos inmigrantes.  Uno de los principales obstáculos existentes a una mayor emigración cubana era obtener autorización para viajar al exterior, lo que se ha reducido con la reforma migratoria de enero de 2013.

Una dificultad especial que enfrentan lo(a)s jóvenes profesionales en Cuba es que la burocracia estatal ha desarrollado un estado e inercia de controles, restricciones y prohibiciones particulares para la práctica independiente de actividades profesionales que se autorizan desarrollar en educación, salud y otras profesiones (arquitectura, derecho, ingeniería, etc.), generalmente prohibidas por el gobierno.

Lo comentado anteriormente también es válido para otros ciudadanos que poseen destrezas artísticas y deportivas especiales, quienes aprovechan sus viajes al exterior para desertar, o sea emigrar, y desarrollar sus habilidades y destrezas individuales.

El gobierno cubano en su posición inmovilista y cortoplacista ha alentando la emigración para reducir las presiones sociales del descontento y captar remesas que constituyen una importante fuente de ingresos para el régimen.  La persistente pérdida de capital humano y de transferencia de recursos educativos al exterior por la emigración de lo(a)s jóvenes profesionales tiene severos efectos adversos y tensiones desestabilizadores para el desarrollo social de Cuba, especialmente en los sectores de salud y seguridad social (pagos por jubilación) por el continúo aumento de la relación de dependencia de la población de 15 a 59 años y debe terminarse lo antes posible por el bien del país.  Dicha relación fue 533 por mil habitantes en 1990, aumentó 554 en 2013 y la ONE proyecta que alcanzará 611 en 2020, 734 en 2025 y 838 en 2030.

Desde el deshielo de las relaciones de EEUU-Cuba es indudable para muchos jóvenes profesionales cubanos que, si bien el entorno general del país ha cambiado, sus perspectivas individuales permanecen iguales.  Además, perciben, como la mayoría de los ciudadanos, según los resultados de la encuesta de Bendixen y Amandi International de marzo de 2015, que no cambiarán por la rigidez e intransigencia del partido comunista de mantener en la práctica inalteradas las políticas fracasadas del socialismo real.  De hecho, todavía el único proceso de rectificación de errores y tendencias negativas durante los años de los hermanos Castro se realizó en 1986 para detener y revertir las reformas liberalizadores del primer lustro de los años 1980s.  Cuba se mantiene entrampada en las falacias y errores de la ofensiva revolucionaria de 1968.

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