Según el pronóstico revisado de la última edición de Las Perspectivas de la Economía Mundial del FMI de 2015, el crecimiento de la economía global se desaceleró en el tercer trimestre del año, principalmente por el menor crecimiento de los países emergentes y de desarrollo. Estos continúan perdiendo dinamismo, afectados por la ralentización de la economía de China (6.8 %), que ha sido mayor lo que se anticipaba, y que ha tenido pronunciadas secuelas sobre la demanda y los precios de las materias primas, ya que China es un importante consumidor a nivel internacional. En cambio, EEUU, la Euro Zona (EZ) y el Reino Unido se están expandiendo en torno a sus crecimientos históricos anteriores a la crisis financiera. Japón tendrá un aumento del PIB en 2015, aunque entró en una recesión, en parte, debido a la elevada dependencia de su comercio con China.
Simultáneamente, los mercados financieros ha experimentado un año de alta volatilidad, afectados por las preocupaciones sobre la crisis de la deuda griega, la ralentización de la economía china y la incertidumbre sobre el curso de la política monetaria de EEUU. Ahora con los últimos anuncios sobre el mercado laboral de EEUU, se avecina el aumento de la tasa de política de la FED, a fin de detener las posibles presiones inflacionarias que se empezarían a manifestar con mayor fuerza.
Los países avanzados
En EEUU los efectos adversos de la crisis financiera han sido cada más débiles, y ello, sumado a un apoyo prolongado de las políticas monetarias acomodaticias y a la vuelta a una mayor neutralidad fiscal, respaldaron una aceleración del producto que se acercó al crecimiento potencial histórico, en torno al 2.5 % del PIB, dirigido por el consumo interno y los servicios. La tasa de desempleo se redujo continuamente al 5 % desde octubre del 2009, cifra similar a la existente cuando se inició la crisis financiera en 2008,por lo que la FED considera activamente el inicio del proceso de normalización monetaria.
La EZ continúa su recuperación, jalonada por la expansión de los mayores cuatro economías (Alemania 1.5 %, Francia 1.2 %, Italia 0.8 % y España 3.1 %), que muestran mayor dinamismo por la depreciación del Euro, la caída de los precios de las materias primas (principalmente del petróleo y el gas) y el restablecimiento del crédito. Elproducto agregado todavía se encuentra por debajo del nivel qué alcanzó a comienzos de la economía financiera y la tasa de desempleo es menor en más de tres puntos porcentuales la que tuvo entonces. Dadas las amplias brechas de la capacidad productiva y del empleo, la baja inflación y el riesgo de que el crecimiento y la inflación pierdan fuerza por la desaceleración de los países emergentes, el Banco Central Europeo (BCE) ha decidido intensificar la política monetaria acomodaticia con nuevas bajas en la tasa de depósitos de los bancos en el BCE y la ampliación del programa de relajación cuantitativa.
Se espera que el PIB de Japón aumente 0.6 % en 2015. No obstante, la situación del PIB del Japón aún es precaria porque volvió a caer en recesión en el tercer trimestre, lo que unido a una baja inflación, mantiene espacios para que su Banco Central incremente su programa de estímulo monetario.
China
La desaceleración de la economía china enfrenta problemas cíclicos y estructurales. Los cíclicos están asociados a las políticas de ajustes para corregir los excesos de capacidad instalada en los sectores manufacturero e inmobiliario, y para controlar el elevado endeudamiento de las empresas y gobiernos locales. Entre los estructurales están la reorientación del crecimiento de la inversión, las exportaciones y las manufacturas hacia el consumo interno y los servicios, la amortiguación de las vulnerabilidades financieras de la expansión inmobiliaria, realizar reformas para aumentar el papel de las fuerzas de mercado y corregir la caída del crecimiento potencial. Esta caída se debe a varios factores: (1) la maduración de las corrientes migratorias del campo a la ciudad; (2) las dificultades naturales de continuar aumentando la productividad con base a la brecha de producto por habitante con respecto a los países avanzados; y (3) el envejecimiento de la población.
Para frenar la desaceleración, las autoridades han implantado una serie de estímulos monetarios y fiscales en el último año, así como otras iniciativas para aliviar la deuda de los gobiernos locales que han comenzado a mostrar sus efectos sobre el crecimiento. La fortaleza financiera del gobierno central y la baja inflación admiten nuevos espacios para continuar aplicando estímulos; de hecho, recientemente se anunciaron estímulos adicionales. Como resultado de estas acciones, está disminuyendo la preocupación con el ímpetu de la desaceleración china.
Otros países emergentes
Un factor significativo que ha estado influyendo los mercados es la expectativa de la primera alza en la tasa de política de la FED en prácticamente 10 años, lo que crea incertidumbres sobre la respuesta de los mercados, especialmente en lo que se refiere a la valoración del dólar y a los flujos netos de capitales a los países emergentes y en desarrollo. Lo que es evidente que las condiciones financieras de los países emergentes y en desarrollo se tornarán más difíciles como resultado del aumento que ha experimentado la deuda de las empresas no-financieras, la pérdida en los términos de intercambio, la depreciación de las monedas, el menor crecimiento del PIB y ahora en la inminente alza de tasas de la FED.
Los países emergentes más afectados por los cambios en China y el aumento de las tasas de la FED son principalmente los exportadores de productos primarios, los que comercian más intensivamente con China y los que experimentaron importantes aumentos de su deuda en el período 2009-2015.
En cuanto a la actividad de los países emergentes y en desarrollo, sin China, éstos continuaron su desaceleración, enfrentado los efectos de la ralentización de China, los menores precios de las materias primas, una reversión de los movimientos de capitales, el deterioro de las condiciones crediticias externas,la depreciación de sus monedas,la corrección de algunos desequilibrios macro y otros factores específicos. Los dos países más golpeados han sido Brasil y Rusia con contracciones de al menos el 3.0 % y 3.8 % del PIB, respectivamente en 2015. Brasil sufre los efectos combinados del shock externo, los ajustes para enfrentar sus desequilibrios internos (elevados déficit fiscal y de tasa de desempleo, una inflación anual de más del doble de su meta y un déficit en cuenta corriente en torno al 5 % del PIB), y los marcados escándalos de corrupción asociados a Petrobras que han desatado asimismo una crisis política. Por su parte, Rusia padece una profunda recesión por los efectos compartidos de las caídas de los precios del petróleo y del gas natural, así como de las sanciones impuestas por Occidente como represalia de la ocupación de parte de Ucrania.
Otros países de América Latina, junto al resto de los países emergentes y en desarrollo, también enfrentan condiciones financieras menos auspiciosas y las secuelas del menor comercio con China. Sin embargo, hay algunos países emergentes y en desarrollo que tienen buenas perspectivas. India posee un gobierno reformista que comienza a plasman avancesy que crecería 7.3 % en 2015, superando así la tasa de crecimiento de China, se ha facilitado por la reducción de los precios de petróleo. México y Centro América se deberán beneficiar del efecto contagio del dinamismo de EEUU, y los países emergentes y en desarrollo de Europa de la recuperación de la EZ y del bajo apalancamiento de sus empresas no-financieras.
Año 2015 y las perspectivas para el 2016
En resumen se anticipa que la economía mundial crecerá 3.1 % del PIB en 2015, menos que el 3.4 % de 2014; y de hecho será la menor tasa de expansión en los últimos 6 años. Para las economías de los mercados emergentes y en desarrollo en su conjunto, el pronóstico es que tasa de crecimiento se reducirá por quinto año consecutivo en 2015. Sobresale la caída del producto de América Latina en 0.3 %, debido a la fuerte contracción de más del 3 % del PIB de Brasil.
Para 2016, el crecimiento mundial se estima en 3.6 % del PIB, superior al de 2015, impulsado por la continua recuperación de los países avanzados y la superación de las recesiones de Brasil y Rusia. Sin embargo, los riesgos de las proyecciones son altos y están inclinados a la baja. Los riesgos principales son:
(1) Un deterioro mayor de las condiciones financieras de los países emergentes y en desarrollo, determinado por la probabilidad de que las alzas para la tasa de interés de EEUU sean mayores que las proyectadas.
(2) Una profundización de la desaceleración china y sus secuelas internacionales por las complicaciones del proceso de sus ajustes para superar las debilidades cíclicas y estructurales.
(3) A nivel regional, un riesgo a la baja es el recrudecimiento de la crisis de Brasil, todavía no superado, que tendría un significativo impacto sobre las condiciones financieras de la región. Mientras Macri tiene el difícil desafío de comenzar la recuperación de la economía argentina en 2016
(4) Están presenten los riesgos de los aumentos de las tensiones geopolíticas en el Medio Oriente, Ucrania, partes de África, y ahora por las graves complicaciones que afligen a Europapor los problemas de los refugiados y el terrorismo.