Lee Kuan Yew (LKY), un abogado de origen chino educado en Inglaterra, fue el primer ministro de Singapur de 1959 a 1990, o sea por 31 años, posteriormente ocupó una posición en el gabinete, la última como ministro mentor hasta su muerte a los 91 años en marzo del 2015. LKY utilizó alianzas políticas para liberarse del colonialismo y de la vulnerabilidad ante las presiones externas de sus vecinos más poderosos. Dejó el legado de desarrollar a Singapur como una ciudad-estado independiente, fuerte y respetado.
Transformó los niveles de vida de un país sin una cultura común, atrasado, del tercer mundo y limitados recursos a otro del primer mundo que ha aprovechado su localización geográfica excepcional, que experimentó un crecimiento anual del PIB real de 7.5% y del PIB real por habitante de 5.2% en los 50 años entre 1963 y 2013. En EEUU esas tasas de crecimiento fueron de 3.0% y 2.0 %, respectivamente en el mismo periodo. El nivel de ingreso por habitante de Singapur, uno de los cuatro tigres asiáticos, fue ligeramente superior (US$54,040) al de EEUU (US$53,470) en 2013.
LKY asentó a Singapur sobre los “valores asiáticos”: jerarquía, sobriedad, austeridad, ahorro, respeto y orden. Puso mucho énfasis en motivar a la ciudadanía para lograr la prosperidad y modernidad mediante un gobierno meritocrático y tecnocrático, seleccionado por los resultados académicos de sus integrantes, bien remunerado y disciplinado, basado en regulaciones simples y transparentes para facilitar el establecimiento de negocios. Según el Banco Mundial, Singapur fue el primer país del mundo, entre 189, en facilidades para hacer negocios en 2014, además ocupó la tercera posición entre 140 países en el índice de globalización en 2014.
Singapur es actualmente un dinámico y flexible centro financiero, comercial, turístico y de transporte internacional. El elemento principal de su estrategia de desarrollo económico, es el pragmatismo no ideológico, basado en la actividad privada, la integración al comercio internacional y la inversión extranjera. Su modelo fue tomado como ejemplo y copiado por varios países asiáticos, entre ellos por Deng Xiaoping para aplicarlo en China al inicio de las transformadoras reformas que promovió. LKY señaló que creía en la superioridad del capitalismo privado sobre el capitalismo de estado, Singapur comenzó con un capitalismo de estado por falta de suficientes empresarios, pero fue transformándose en forma progresiva en un capitalismo privado. Anecdóticamente, Zhou Enlai consideraba a LKY un banano, amarillo por fuera, pero blanco por dentro.
LKY desarrolló la educación, la salud, así como las viviendas de interés social empleando cuotas étnicas, asimismo promovió un limitado estado de bienestar social basado en la responsabilidad individual.
LKY penalizó severamente la corrupción, el crimen organizado, la prostitución y el narcotráfico. Existe la pena de muerte para el tráfico de drogas. Por ello se llama a Singapur una Disneylandia con pena de muerte. Controló severamente las drogas y la posesión de armas que lo justificó como un pequeño precio a pagar para lograr la prosperidad, la estabilidad y la cohesión social y política. Se acusa a LKY de centralizar el poder, ser autoritario, y reprimir la democracia y la libertad de prensa. LKY justificó restringir la democracia por la amplia diversidad étnica (principalmente china, india y malaya) y religiosa de Singapur que lo hubiera fraccionado y tornado inmanejable si se hubieran permitido partidos con énfasis étnicos o religiosos. Singapur sufrió disturbios étnicos en los 1960.