Se están desarrollando desde hace algún tiempo tendencias de control gubernamental mediante políticas monetarias y fiscales. La más insidiosa y desconocida para la mayoría de los habitantes del planeta son las CBDCs, que son las siglas que identifican a una nueva moneda digital de los bancos centrales (Central Bank Digital Currency).
Se trata de monedas digitales que circulan de forma virtual y que están controladas por los bancos centrales y emulan a la moneda fiduciaria del país donde circulan. Son similares a las "stablecoins", que están vinculadas en una proporción de 1:1 con una moneda fiduciaria particular. Pero a diferencia de las CBDCs, las stablecoins, como Tether (USDT), son administradas por entidades privadas que poseen dinero en efectivo emitido por los bancos centrales o equivalentes, y mantienen esos activos para que sus stablecoins puedan reflejar el valor exacto de las monedas fiduciarias.
Por otra parte, aunque los CBDCs se confunden con las criptomonedas (como el Bitcoin), son más bien híbridos que si bien funcionan en "blockchain", lo hacen en redes privadas y centralizadas que son controladas por las entidades económicas centrales y públicas de un país según los dictados de su gobierno.
El "blockchain" es un libro mayor de auditoría compartido e inalterable que facilita el proceso de registro de transacciones y de seguimiento de activos (un activo puede ser tangible o intangible) en una red de actividades o negocios públicos. Está ideado como una práctica que funciona para proteger y mantener seguros los datos de distintos tipos de "dinero digital".
Aunque este sistema no se ha estado estableciendo a la luz pública, sus promotores lo enaltecen en privado con el argumento de que contrarrestan la amenaza desestabilizadora de las criptomonedas y que, además, es "más eficiente [que las monedas fiduciarias] para fomentar la inversión, reducir los costos, desarrollar la automatización y permitir un mayor control sobre el uso del dinero para prevenir actividades ilícitas". Por ejemplo, un informe elaborado por Huobi Global, firma global de blockchain, remarcó que "una moneda digital emitida por un banco central cumpliría con todas las funciones tradicionales del dinero".
Pero este "mayor control sobre el uso del dinero" apunta a un grave peligro de centralización del poder. Entre otros efectos previsibles, la privacidad tiende a ser limitada o nula, los bancos centrales pueden controlar su emisión y la política monetaria con la que se rija la moneda, y otorgan a los organismos o entes que las emitan o regulen un mayor control y manipulación sobre quienes las usan.
Este control gubernamental se puede aplicar a diversas circunstancias por las que el mecanismo democrático se vea coaccionado, como sucedió recientemente en Canadá, cuando el gobierno tuvo el poder de cancelar un GoFundMe destinado a los camioneros que protestaban en ese país por la exigencia e imposición de inocularse las "vacunas" para supuestamente protegerse del Covid-19.
Esta práctica monetaria se ha estado extendiendo desde que China comenzó a emitir su Yuan digital. Fue seguida por Bahamas con el Sand Dollar y por Santa Lucía, Antigua y Barbuda, Granada, San Cristóbal y Nieves con Dcash. Mientras tanto, la Unión Europea, Estados Unidos, Suecia y Japón, entre otros, tienen sus monedas digitales en fase de estudio o ya en desarrollo. La realidad poco conocida es que según el Banco de Pagos Internacionales (BPI), un 90% de los 81 bancos centrales encuestados entre octubre y diciembre de 2021 ya estaban "comprometidos con algún tipo de desarrollo de una CBDC".
Aunque no se ha proclamado ese objetivo, podría afirmarse que el plan subyacente es la eliminación de la moneda corriente.
Algunos expertos que han dado la campanada de alarma explican cómo las políticas impuestas de "control" de la pandemia obligaron a las personas y a las pequeñas y medianas empresas a depender de sus gobiernos para protegerse de un enemigo invisible (el COVID-19) y provocaron un miedo generalizado para apartarlos de lo que antes se consideraba una vida normal y acostumbrarlos a una situación de emergencia prolongada. Según estos expertos, la mentalidad de rebaño así establecida incluye alentar la dependencia en una deuda creciente hasta el punto que las personas y las pequeñas y medianas empresas se desesperen y estén dispuestas a aceptar cualquier solución que implique un flujo de efectivo que pueda ayudarlos a cubrir sus gastos esenciales diarios. Por ende, el síndrome de indefensión así provocado los impulsa a renunciar voluntariamente a sus derechos a cambio de cualquier alivio que se les ofrezca.
La mayoría de los habitantes del planeta no tienen acceso a estas noticias que se manejan tras bastidores a nivel financiero y de los gobiernos, pero se han filtrado algunas declaraciones de Agustín Carstens, director ejecutivo del BPI, en las que describe la escalofriante verdad sobre las CBDCs. Corbett identifica la organización que dirige, nada menos que como el "banco central de los bancos centrales"; es decir, el vértice de la pirámide monetaria financiera que fuera identificado por Carroll Quigley en "Tragedy and Hope" (Tragedia y esperanza) –y otras obras sobre el tema– como la piedra angular de la Pirámide del Poder.
Carstens dice:
"No sabemos, por ejemplo, quién está usando un billete de 100 dólares hoy. No sabemos quién está usando en cualquier otro país un billete de 1.000 pesos hoy. Una diferencia clave ... con la CBDC es que un banco central tendrá control monetario absoluto mediante las normas y regulaciones que determinarán el uso de esa expresión de responsabilidad del banco central. Y también tendremos la tecnología para hacerlas cumplir".
El peligro está claro y el activista británico Maajid Nawaz lo puntualiza en términos muy sencillos que muestran que si la moneda fiduciaria fuera reemplazada por los CBDCs, éstos no funcionarían como dinero sino más bien como vales (vouchers). Señala Nawaz que:
"... en lugar de tener una cuenta bancaria con ... HSBC o Bank of America, tendrá una cuenta bancaria directamente en el contexto estadounidense, con la Reserva Federal (FED); en el Reino Unido, directamente con el Banco de Inglaterra; etc. Tienes una cuenta bancaria personal y te dan dinero digital en esa cuenta bancaria.
... Este dinero que ganarás de tu trabajo, en lugar de tener papel moneda, tienes este dinero digital. Es programable para que no puedas comprar ciertos alimentos, o si haces algo que no le gusta a tu empleador ... No podrás gastar tu dinero. En otras palabras, no es dinero, son vales.
Son como los vales de comida. Y se pueden programar. Así que, al igual que el sistema de crédito social chino, si intentas usarlos de cierta manera a tu gusto, no funcionará. Digamos que quieres comprar una hamburguesa, pero quieren que compres otra cosa más saludable ... Si comienzas a probar y comprar carne poco saludable, simplemente no funcionará ... Tocas tu tarjeta, no puedes comprar la hamburguesa, porque has cumplido con tu cuota ese mes para hamburguesas" ...
... o, sencillamente, que el gobierno haya decidido que no son saludables y las han prohibido, podríamos añadir.
Esta es una posibilidad real que quizás no llegue a aplicarse nunca, pero estará siempre en manos de cada gobierno utilizar los CBDCs para ejercer este y otros tipos de control. ¿Es aconsejable correr ese riesgo?