Es importante conocer la magnitud de la asistencia pública en EEUU y su relación con el PNB y la deuda nacional para poder llegar a conclusiones razonables. Podemos observar en este cuadro que aumentó considerablemente entre 2019 y 2021 y se acercaba al 100% del PNB como resultado de la crisis provocada por la pandemia.
Más adelante veremos en este breve análisis que el aumento experimentado entre 2021 y 2024 fue mucho mayor.
En cuanto a la ayuda pública, el programa de "food stamps" fue instaurado en 1939, en los últimos años de la Gran Depresión que aquejó a Estados Unidos desde 1929, y fue suspendido en 1943 debido a que la guerra prácticamente hizo desaparecer el desempleo. En 1959, durante la presidencia de Eisenhower, la ley federal 86-341 autorizó a la Secretaría de Agricultura a que reiniciara un programa de food stamps. Años después, Lyndon Johnson motivó al Congreso a hacer permanente este programa con el Food Stamp Act de 1964. Es importante recordar que con ese programa sólo se podían obtener productos alimenticios y no estaba permitida la compra de productos importados, medidas que con el tiempo han ido siendo anuladas. Con ese programa en marcha, su resultado fue que en 1970 unos 6 millones de habitantes estaban recibiendo food stamps, equivalente a aproximadamente el 3% de la población.
En 1986 esta proporción se había más que duplicado y el 7.66% de los habitantes del país recibían food stamps. Y en 2024, ya se había cuadruplicado hasta alcanzar el 12.3% de los habitantes del país que recibían beneficios SNAP, el equivalente actual de los food stamps.
Los Estados con mayor proporción de beneficiarios de SNAP en todo el país son Alabama, California, Illinois, Louisiana, Massachussets, Michigan, Nevada, New Mexico, New York, Oklahoma, Oregon, Pennsylvania y West Virginia. En Estados como New York, por ejemplo, la proporción es de alrededor del 15%, o en Massachussets, del 15.6%, mientras que en Louisiana alcanza el 21%!!
En cuanto al Welfare (los que además del SNAP reciben otros beneficios), los Estados donde hay un mayor número de beneficiarios, en orden descendente, son Massachusetts, New York, California, Kentucky, West Virginia y Louisiana.
En 2023 se calculaba que alrededor de 100 millones de habitantes del país recibían alguna forma de asistencia del gobierno a un costo de 1.126 trillones, correspondiente al 15% del presupuesto nacional. De estos, unos 89 millones de habitantes estaban inscritos en Medicaid (atención médica y medicinas gratis). Las proyecciones para este año (2025) son aún mayores (pese a algunos recortes) y se elevan a 1.2 trillones, lo que equivale a un promedio de $31,077 por cada beneficiario.
Frente a estas cifras, es muy significativo el descontrolado aumento de la deuda pública, que actualmente supera con creces el Producto Nacional Bruto (PNB) del país. En 1980, la deuda pública representaba el 34.65% del PNB. Aumentó al 56.60% en 2000 y ahora ha alcanzado la casi insostenible proporción del 123.31% del PNB.
Cabe preguntarse si esta realidad corresponde a una cultura compasiva o a una cultura de dependencia producto de una política derrochadora e irresponsable que se ha agudizado en los últimos 15 años. ¿Es necesario apretarse el cinturón o es preferible seguir alegremente rumbo al abismo? La actual administración parece dispuesta a frenar el derroche, identificando a quienes son verdaderamente necesitados de esa generosidad pública. No veremos sus resultados hasta bien entrado el año próximo. Hasta entonces, cualquier crítica sera meramente especulativa. Esperemos que la nueva política tenga éxito y evite una catástrofe económica y financiera en los años venideros.
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