¿Contemplamos un simple Capitalismo de Estado orientado a Estados Unidos o una penetración hegemónica china?

Es irresponsable negar que China ha estado gobernada por una feroz dictadura expansionista desde que Mao Tse Tung [Mao Zedong] tomó el control absoluto del país a fines de 1949. Aunque los fundamentos del comunismo maoísta se han diluido con el paso de los años hasta derivar en un capitalismo mafioso de Estado, sería sumamente ingenuo suponer que el propósito de hegemonía mundial del régimen totalitario se haya moderado. Sencillamente, ha cambiado su estrategia desde aquellas tácticas agresivas del maoísmo a estas ahora orientadas a la penetración gradual para desestabilizar y debilitar al enemigo como pasos previos para movidas más agresivas de expansionismo territorial o de hegemonía económica y comercial. Los hechos parecen demostrarlo.

Ahora se está destapando una de las características de esa estrategia. Se trata de la compra de grandes extensiones de terreno cultivable en Estados Unidos y, sobre todo, de la característica de los lugares dónde estas propiedades están situadas, en su mayoría en zonas aledañas a bases y otras instalaciones militares y plantas de energía nuclear del país.

La creciente preocupación por las tierras agrícolas de propiedad china en EEUU deriva de los temores del efecto que pueden ejercer en la seguridad nacional, especialmente en relación con la proximidad a bases militares, a plantas de energía nuclear y a su potencial de espionaje.

En cuanto al volumen de las tierras adquiridas, debe reconocerse que es una fracción del total de tierras extranjeras o agrícolas en el país. Aunque los datos sugieren que la propiedad china es relativamente pequeña, especialmente en comparación con la de otros países, como Canadá, no cabe duda de que su extensión es considerable. Investigadores independientes estimaron que China tenía propiedades en unos 383,935 acres de tierra en EEUU en 2021; de estas alegaciones, el Departamento de Agricultura (USDA) ha confirmado que entidades chinas poseían 277,336 acres [1,125 km²] de tierra agrícola en EEUU el 31 de diciembre de 2023: en Texas (123,708 acres), Carolina del Norte (44,263 acres), Missouri (42,905 acres), Utah (33,035 acres), Florida (12,798 acres) y 20,627 en varios otros Estados, principalmente en California).

Chinese farmland in the USA

Sin embargo, cabe destacar que una investigación de NBC en 2023 descubrió que el sistema de informes de propiedad extranjera es "laxo y la aplicación mínima", con algunas compras no reportadas al USDA durante años. Por lo tanto, los cálculos independientes son más creíbles y, en consecuencia, los legisladores y las agencias federales están aumentando los esfuerzos para rastrear y restringir tales inversiones.

Además, cabe destacar que hay muchos casos más subrepticios de control de propiedades por parte de los intereses chinos en Estados Unidos cuando se hacen en consorcio con intereses de otros países que figuran como propietarios. Unos pocos ejemplos que podemos citar son: en Pinal County, Arizona, 88 acres en consorcio con intereses canadienses; en Weld County, Colorado, una propiedad de 178 acres y otra de 209 acres en consorcio con Singapur; en Indian River County, Florida, 13 acres en consorcio con Japón; y en Polk County, Florida, 127 acres en consorcio con Singapur. 

Seguridad Nacional y Espionaje

El principal motivo de preocupación es el potencial de que las tierras de propiedad china especialmente cercanas a las instalaciones militares de EEUU, sean utilizadas para vigilancia o espionaje contra el país o como objetivos en caso de conflicto armado. Esta posibilidad ha propiciado la intervención gubernamental. Por ejemplo, la compra de 370 acres de terreno en 2022 cerca de una base de la Fuerza Aérea en Dakota del Norte por una empresa china, Fufeng USA, para una planta de molienda de maíz húmedo, llevó a que las preocupaciones de seguridad nacional salieran a la luz y condujeran a la detención del proyecto, resaltando los desafíos que implica el seguimiento y control de tales inversiones. 

No obstante, hay muchas otras compras que se han realizado sin interferencia alguna. Se ha revelado que una parte significativa de la tierra agrícola de propiedad china está vinculada a las adquisiciones de Smithfield Foods y, en segundo lugar, a las de Fufeng Group y su subsidiaria Fufeng USA. 

Smithfield Foods es propiedad de WH Group, una corporación china que cotiza en bolsa en Hong Kong y que recibió financiamiento significativo de un banco estatal chino para la compra. A su vez, aunque WH Group incluye inversores internacionales, está obligada a adherirse a los objetivos y directrices generales del gobierno chino. 

Fufeng Group opera dentro del marco de la planificación económica y estratégica del gobierno chino y tiene estrechos lazos con el Partido Comunista Chino (PCCh). Su intento de compra más reciente de tierras agrícolas estuvo cerca de la Base de la Fuerza Aérea Grand Forks en Dakota del Norte. Aunque este intento quedó frustrado, siguen teniendo en propiedad grandes extensiones de terreno en el país. 

Es también importante citar que Walton Global (o Walton International Group), una empresa global de inversión de tierras y de gestión inmobiliaria con sede en Scottsdale, Arizona, representa gran parte de las tierras compradas por intereses chinos. Lo más notable es que a menudo destaca sin ambages su proximidad a las bases militares en sus comerciales. La empresa describió el Westphalia Town Center, un importante desarrollo en Maryland, como "directamente enfrente de la Base Conjunta Andrews - Instalación Naval Aérea". Canter Creek, otro desarrollo importante, está "a solo una milla al sur de la Base Conjunta Andrews", afirmó la empresa.

Cadena de Suministro de Alimentos

Algunos temen que en tiempos de crisis, estas propiedades chinas podrían representar una amenaza para el suministro de alimentos en EEUU, aunque se debate si esta amenaza es realmente viable. 

La falta de datos completos y su seguimiento en tiempo real dificulta que el gobierno del país rastree efectivamente la tierra de propiedad extranjera, obstaculizando los esfuerzos por identificar y abordar posibles riesgos de seguridad. 

Medidas restrictivas que ahora se están intentando

Entre otras iniciativas legislativas o tomadas por agencias federales, es importante mencionar que la Secretaria de Agricultura, Brooke Rollins, dio a conocer el Plan de Acción de Seguridad Agrícola Nacional, el cual posiciona la agricultura del país como un componente crítico de la seguridad nacional. La agricultura "no se trata solo de alimentar a las familias del país, sino de proteger a nuestra nación y de hacer frente a adversarios extranjeros que están comprando nuestras tierras agrícolas", dijo Rollins. 

Sólo en 2023, se propusieron al menos 81 proyectos de ley en 33 estados que restringirían la propiedad china de tierras agrícolas y de cualquier tierra cerca de bases militares. Al menos uno de esos proyectos de ley fue aprobado: Una ley de Florida que prohibió a quienes no son ciudadanos de EEUU y están "domiciliados" en China comprar tierras o edificios en el Estado. Se trata del SB 264, aprobado en Florida, que completa el quinteto de Estados con mayor propiedad china de tierras agrícolas, por el cual se prohíbe a las entidades chinas compuestas por personas que no son ciudadanos ni residentes legales de los Estados Unidos poseer bienes inmuebles en el Estado. La ley entró en vigor el 1 de julio de 2023. Pero el proyecto fue bloqueado por un tribunal de apelaciones de EE. UU. en febrero de este año. 

Muchos otros Estados están considerando leyes que prohíban o limiten la propiedad extranjera de tierras agrícolas, particularmente por entidades de China, y se están realizando investigaciones para determinar el alcance y el propósito de estas adquisiciones de tierras cultivables. Quizás todavía no sea demasiado tarde.

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