La Salud en Cuba: presente y futuro

En 2014 se proyectaba que en 2025 Cuba alcanzaría al Uruguay como el país más envejecido en América Latina; eso ya ocurrió. 

Entre 1953 y 2016, la tasa de crecimiento de la población se redujo 51% (de 2,1% a 1,0%) por dos razones: Cuba tiene la tasa de natalidad más baja del hemisferio (menguando de 2,5% a 0,002%) y una tasa de emigración neta muy alta y en ascenso (en 2016 fue la mayor desde 1994). La tasa bruta de reproducción (hijas por mujer en edad fértil) fue 0,83% en 2015, por debajo de la tasa de remplazo de 2,1 hijos por mujer, de ahí que la población absoluta haya disminuido en años recientes. A esto contribuye el amplio conocimiento de la gente sobre el sistema reproductivo, la alta participación de la mujer en la fuerza laboral, el uso de contraceptivos y la disponibilidad gratuita del aborto (lo practican entre 48% y 66% de las mujeres en edad fértil), y las difíciles condiciones de vida.

Por el envejecimiento poblacional, el segmento viejo (60 y más) creció de 6,9% en 1970 a 19,4% en 2016. El segmento en edad productiva (15-59), crucial porque mantiene a los segmentos viejo y joven, ya comenzó a decrecer: 65,3% en 2010 y 63,9% en 2016, lo cual implica una pesada carga en aumento. El envejecimiento incrementa los costos de salud según la población adulta mayor crece y sufre enfermedades terminales de alto costo.

Gasto social: salud

El gasto social (salud, educación, pensiones, vivienda y asistencia social) alcanzó su cénit en 2007-2008 cuando equivalió a 55,4% del presupuesto estatal y 36,6% del PIB. En 2016 había menguado a 47,1% y 28,1% respectivamente, o sea, un declive de 8,3 puntos porcentuales menos del presupuesto estatal y 8,5 puntos del PIB.

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