La libertad en el siglo de los totalitarismos

“Fuimos los primeros en afirmar que conforme la civilización asume formas más complejas más tiene que restringirse la libertad del individuo”. Benito Mussolini

Rabindranath TagoreEn la India, Rabindranath Tagore fue un gran poeta y Premio Nobel de Literatura en el año 1913. Durante su existencia destacó como un símbolo de libertad, humanismo y tolerancia. La Universidad que fundó en Bengala estuvo dedicada a los ideales de libertad. Su pensamiento se construyó influido por las grandes tradiciones de la India y por las ideas liberales europeas.

Para Tagore la libertad política es insuficiente y dice que la verdadera libertad es la de la mente y del espíritu: “La libertad política no nos da, por tanto, libertad cuando nuestra mente no es libre” y luego agrega: “En los llamados países libres la mayoría de las gentes no son libres; se hallan empujadas por la minoría hacia un objetivo que ni siquiera conocen”.

Por otra parte, Mohandas Karamchand Gandhi (1869-1948) fue reconocido mundialmente como el prócer de la independencia y el Padre de la India libre, moderna y democrática con su estrategia de la No-Violencia: “El fundamento de nuestro movimiento descansa en la no-violencia, mientras Mohandas Gandhique la violencia es el refugio final del Gobierno. Y, como no puede crearse ninguna energía sin resistencia, nuestra no-resistencia a la violencia del Gobierno debe ocasionar la paralización de éste”.

Para Gandhi el poder no está en los parlamentos sino en el pueblo: “La verdad es que el poder reside en el pueblo y es confiado por algún tiempo a aquellos a quienes elige como representantes suyos. Los Parlamentos no tienen ningún poder, ni aún existencia propia, independientemente del pueblo”.

Y sobre la base de dichos conceptos promueve la desobediencia civil a la que define como el punto donde se almacena el poder: “Imagínese a todo un pueblo dispuesto a no acatar las leyes dictadas por las Cámaras Legislativas y preparado para sufrir las consecuencias de su incumplimiento. Ello ocasionaría, sin duda, la paralización de toda la maquinaria legislativa y ejecutiva”.

Por otro lado, dice que en la democracia o gobierno de la mayoría el pueblo no debe comportarse como un rebaño de ovejas y que las libertades de opinión y acción deben quedar celosamente custodiadas en el aspecto individual. Es decir, promueve una democracia en la que se respeten las libertades individuales.

Y al mismo tiempo expresó sus reservas ante el poder del Estado: “Yo siento un gran terror ante un incremento del poder del Estado, porque, aunque aparentemente hace el bien al disminuir la explotación, causa, en realidad, un gran daño al destruir la individualidad que descansa en la raíz de todos los programas. El Estado representa la violencia concentrada y organizada”.

En China, el Dr. Sun Yat-Sen fue el inspirador de la Revolución de 1911 contra la dinastía Ching y el Fundador de la República de China. Durante su infancia vivió en Honolulu, Hawái, donde recibió la influencia de las ideas democráticas.

Fue un nacionalista chino partidario de una democracia basada en los Tres Principios del Pueblo: Nacionalismo, Democracia y Bienestar Social. Sobre la democracia escribió: “Por tal motivo, el Partido Revolucionario de China, ya en sus orígenes, hizo de la libertad y la igualdad metas de su lucha, pero sentó el concepto de la democracia-Soberanía del Pueblo-como lema de su actuación” Y luego agregó: “Tenemos que luchar por la democracia; si conseguimos que ésta prevalezca, entonces tendremos la verdadera igualdad”.

En su obra se muestra incluso como admirador de la democracia suiza y sostiene que la soberanía del pueblo es la base de la verdadera república: “Nosotros utilizaremos nuestro principio de la soberanía del pueblo para hacer de China una verdadera República, con un gobierno completamente popular…”

Basándose en ideas occidentales y chinas propone un gobierno de cinco poderes, los 3 clásicos llamados Legislativo, Ejecutivo y Judicial y los antiguos poderes chinos de Examen y Censura. Según él: “Tal gobierno sería el más completo y perfecto del mundo y el estado que dispusiese tal gobierno sería un estado del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”.

El poder de examen de funcionarios se dedica a los temas del servicio civil y el poder de censura a los asuntos de control, auditoría y enjuiciamiento.

En conclusión, el Dr. Sun Yat-Sen fue el primer pensador y político chino con ideas republicanas y democráticas que sirvieron de base para la formación de la República de China.

Es interesante el aporte de los neo-maquiavelistas a la historia del pensamiento de la libertad.

Generalmente se trata al diplomático florentino y autor de “El Príncipe”, Nicolás Maquiavelo como fundador de la Ciencia Política moderna, el realismo político y el concepto de estado nacional. Para el autor, la política es lucha por el poder y los que mandan siempre van a tratar de conservar el poder. Pero no se debe olvidar que en su juventud Maquiavelo fue partidario de la República entendida como gobierno de la ley y de los muchos. Incluso ya mayor llegó a afirmar que “es preferible introducir la forma republicana de gobierno. Sin embargo, en caso de corrupción de la República, la monarquía absoluta puede ser “un mal menor”. Valga aclarar que en su época dicha monarquía era una especie de reinado popular que promovía la unidad y la independencia de Italia y se basaba en el poder de los burgueses dirigiéndose contra los nobles y el clero. Maquiavelo fue entonces un patriota al servicio de la causa de Italia que favoreció la República como ideal, aunque su realismo político le llevó a militar en las filas de la monarquía absoluta de los Médicis como mal menor. El florentino, que vivió en el Renacimiento, desde 1469 hasta 1527, tuvo discípulos en el siglo XX: Vilfredo Pareto, Gaetano Mosca, Roberto Michels e incluso para algunos Max Weber.

El economista y pensador italiano Vilfredo Pareto, rechaza la concepción marxista de que la historia humana es la de la lucha de clases y más bien dice que la historia se caracteriza por una distinción entre la élite, que es siempre una pequeña minoría y la masa. La élite es la que hace la historia y define el carácter de la sociedad. La élite no es enteramente cerrada ni enteramente abierta y trata de mantenerse en el poder. Dentro de ella puede haber leones, que se basan en el uso de la fuerza y zorros que subsisten por la astucia. Esa diferenciación entre zorros y leones es también de Maquiavelo. Según Pareto, en las sociedades democráticas modernas son más importantes los zorros que los leones. Asimismo, el mejor antídoto contra la revolución es la movilidad social que incluye el ascenso de los mejores para que ingresen a las filas de la élite y la renueven y fortalezcan.

Al hacer esa interpretación de la historia y de las sociedades modernas no desemboca en el fascismo, sino que se mantiene como un liberal que critica el estatismo, el socialismo y el proteccionismo, así como la intervención del estado en los asuntos monetarios y sostiene que: “De lo único que Italia tiene realmente necesidad es de un régimen que le asegure el orden, la libertad, y el respeto a las leyes y a la propiedad privada”.

Gaetano MoscaOtro italiano, Gaetano Mosca, en su célebre obra “Elementos de la Ciencia Política” pone en el centro de la historia a la clase política, gobernante o dirigente. Dice que todos los sistemas políticos, incluso los más democráticos, tienen una distinción entre dirigentes y dirigidos; gobernantes y gobernados. La clase dirigente puede ser cerrada o abierta. Realiza una crítica de la democracia, pero termina promoviendo una especie de liberalismo: “El país más libre, dice, es aquel en el que los derechos de los gobernados se hallan mejor protegidos contra el arbitrario capricho y la tiranía de los dirigentes”. Según Giovanni Sartori, fue Gaetano Mosca en 1884 el primero en sostener como ley la teoría de la clase política, aunque ya otros habían pronunciado afirmaciones semejantes.

Wright Mills estuvo en la línea de Mosca. Según él en la década del cincuenta del siglo pasado los Estados Unidos de América estaban dominados por una “élite del poder” (en singular) constituida por las grandes fortunas, los líderes de las grandes corporaciones, los jefes militares y un grupo de políticos claves.

En el pensamiento de Mosca, entonces, todo gobierno es de los pocos, de una minoría gobernante o clase política y por lo tanto oligárquico, y nunca democrático. Finalmente, habría que decir que, si todo gobierno es oligárquico entonces, la democracia es imposible.

Para Sartori esa ley de Mosca es obvia, demasiado obvia, pero imprecisa, la realidad es más rica y sofisticada que esa ley. Para refutar a Mosca se apoya en el estudioso Robert Dahl, quien argumenta que si de verdad existe una sola oligarquía como afirma Mosca, entonces eso sería empíricamente identificable en casos concretos. Propone un test para determinar si siempre vence el mismo grupo o si por el contrario los grupos vencedores varían y las victorias se reparten entre diferentes minorías. Después de realizar esos test a casos particulares, la conclusión de Dahl es que en una democracia no existe solamente una oligarquía como afirma Mosca, sino varias: la democracia entonces es una poliarquía.

Y para quienes promueven la libertad y la democracia y desean vivir en ella, pues la poliarquía está más cerca de su ideal que todas las dictaduras. Aquí resuena la frase célebre del ex Primer Ministro británico Winston Churchill: “La democracia es el peor de los gobiernos, excepto todos los demás”. O la poliarquía es el menos democrático de los gobiernos, excepto todos los demás. En fin, una visión de la democracia que ha pasado por el tamiz implacable de los neo realistas discípulos de Maquiavelo y posiblemente de los feroces críticos del marxismo.

Dentro de los neo-maquiavelistas, el sociólogo alemán Roberto Michels se mantiene en la línea oligárquica de Mosca. De sus investigaciones del partido socialdemócrata alemán, la gran agrupación de masas del momento extrae hacia 1910 la ley de hierro de la oligarquía, según la cual incluso en los partidos socialdemócratas y en los sindicatos que promueven la democracia en su discurso, se forma en realidad una oligarquía que es la que manda, independientemente de la ideología que profesen. Para Michels, entre más organizada es una entidad en esa misma medida va dejando de ser democrática. Y como vivimos en un mundo cada vez más organizado pues la tendencia predominante es hacia el debilitamiento de la democracia.

Conceptos como soberanía del pueblo, dictadura del proletariado y predominio de las masas son siempre ilusorios porque en verdad tanto en las organizaciones capitalistas como en las socialistas, siempre termina mandando la oligarquía de los jefes. Como escribió en 1911: “La organización es lo que da origen a la dominación de los elegidos sobre los electores, de los mandatarios sobre los mandantes, de los delegados sobre los delegadores. Quien dice organización dice oligarquía”. Pero aun así Michels afirma que “la forma más restringida de oligarquía, la monarquía absoluta, se funda sobre la voluntad de un solo individuo…Esto se me antoja. Uno ordena y todos los demás obedecen”. En vez de dicha monarquía absoluta opta por la democracia como mal menor. Esa idea realista de optar por algo como mal menor viene de Maquiavelo.

Nuevamente aquí Sartori viene en defensa de la democracia, afirmando que si bien Michels descubrió a la oligarquía dentro de los partidos u organizaciones ello no le faculta para generalizar la presencia de esta al conjunto de la sociedad. Para refutar o por lo menos matizar a Michels se apoya en las tesis que Joseph Schumpeter elaborara en la década del cuarenta del siglo XX: “El método democrático es ese expediente institucional para llegar a decisiones políticas en virtud del cual algunas personas adquieren el poder de decidir mediante una lucha competitiva por el voto popular”.

Sartori resume el pensamiento de Schumpeter sobre el procedimiento democrático de un modo muy claro: “…las organizaciones están en competencia entre sí, y la competencia política como todas las competencias, se dirige a un consumidor, que es el elector, prometiéndole ventajas y beneficios. Ese mecanismo activa el poder del pueblo y también la recompensa al pueblo. Aunque los partidos políticos prometan demasiado, en cualquier caso, siempre le llega algo al demos”. Ese procedimiento de la democracia le pone límites a la oligarquía y genera demo-beneficios.

De tal forma, Schumpeter ha extrapolado el sistema capitalista de competencia hacia el sistema político democrático y ve en éste una competencia entre diferentes organizaciones o partidos políticos que tratan de ganarse al elector o consumidor mediante promesas de lo que harán una vez lleguen al gobierno. Las agrupaciones que llegan al poder no siempre pueden cumplir dichas promesas en su totalidad, pero si pretenden mantener vigencia deben cumplir en alguna medida con lo ofrecido en campaña electoral a los consumidores o electores.

De esa competencia entre partidos, el pueblo puede obtener más ventajas o beneficios que las que obtiene un pueblo que vive en un sistema no-democrático. En fin el sistema democrático no sólo es el mal menor si lo comparamos con la monarquía absoluta y otros sistemas autoritarios y totalitarios, sino que es el que más beneficios concretos rinde para el pueblo. Para los que anhelan y aman las libertades hay más espacio para lograrlas en un sistema democrático.

Schumpeter es el padre de la teoría competitiva de la democracia. Eso significa que la democracia es no sólo la poliarquía de Dahl, con varias oligarquías o minorías dominantes, sino que entre las mismas existe una competencia para ganar el elector. Para Sartori dicho sistema de varios jefes de la democracia es un sistema de leadership, de jefes guías que son también, en distinta medida, guiados.

El sociólogo Max Weber, definido por algunos como “El Maquiavelo alemán” coloca a la burocracia en el centro de sus análisis de la historia humana. Considera al crecimiento de la burocracia como el rasgo típico de la sociedad moderna, afirmando que tanto en el capitalismo como en el socialismo existe una presión que tiende hacia el fortalecimiento de la burocracia. El conflicto central, entonces, no está entre socialismo y capitalismo, sino entre burocracia y democracia. Weber es un liberal a la defensiva que siente temor de que la burocracia ascendente a nivel mundial, tanto en el capitalismo como en el socialismo, termine por debilitar a la democracia, a la libertad y al individuo.

Hay en todos estos autores una falta de idealismo, un desencanto con las sociedades existentes, un realismo, una amoralidad y un concepto de la política como asunto de los que mandan y como lucha descarnada por el poder, que constituyen indudables herencias de Maquiavelo. Pero todos ellos se aferran, casi desesperadamente, a un régimen que les garantice al menos el imperio de la ley, los derechos para los gobernados, la propiedad privada, las libertades, la democracia y la supervivencia del individuo.

El jurista austríaco, Hans Kelsen resalta que en la democracia los sujetos que están sometidos a las leyes son los mismos que intervienen en su creación, en tanto que en la autocracia los individuos subordinados a las leyes no intervienen en su elaboración. En el primer caso las leyes son producidas desde abajo mientras en el segundo desde arriba. Para establecer la distinción entre democracia y autocracia utiliza tres criterios: la libertad, la paz y el compromiso.

En la democracia se realiza la libertad política del individuo. Generalmente en la democracia no se puede obtener la unanimidad, por lo que es indispensable recurrir a la mayoría simple. En la práctica de la democracia se hace necesaria la existencia de los partidos políticos. El individuo aislado no suele tener influencia en la vida pública. Únicamente el que se agrupa con otros en organizaciones políticas tiene posibilidad de incidir. La democracia es realizada en el parlamento, lugar al que llegan personas elegidas de acuerdo a las postulaciones que hacen los partidos políticos. La democracia moderna es inconcebible sin la presencia y existencia de los partidos políticos.

En relación con la paz hemos de decir, que para Kelsen la democracia representa la solución incruenta y pacífica de los conflictos, mientras que la autocracia implica una forma violenta de resolver las controversias. La democracia se inclina más al diálogo y al consenso, mientras que la autocracia tiende hacia la imposición por la fuerza.

Finalmente, en la democracia se tiende al acuerdo entre las partes por medio del compromiso mientras que en la autocracia se tiende a la imposición de un interés por encima de los demás. En la democracia se toman las decisiones por medio del principio de mayoría o del compromiso.

Kelsen escribió sus obras en medio del ascenso del fascismo, el nazismo y el stalinismo, todos los cuales pregonaban la aniquilación del oponente en vez del diálogo y del compromiso. Para Kelsen autocracia y democracia son regímenes diferentes. El objetivo de la autocracia es el orden que se obtiene por medio de la concentración del poder en una sola persona, mientras que el objetivo de la democracia es la libertad que se logra allí donde el poder se distribuye entre los ciudadanos.

En resumen, para Kelsen la democracia es el régimen de la libertad, la paz y el compromiso, mientras que la autocracia representa el orden, el autoritarismo, la fuerza y la imposición. En su defensa de la democracia llega a promover el consenso con las siguientes palabras: “El consenso hace que los individuos den su consentimiento al mandato político; en cambio la imposición hace que los individuos se plieguen al mandato por constricción”.

Valga la pena aclarar que incluso dentro de los partidos políticos y regímenes democráticos hay líderes que pregonan en el discurso los valores y principios de la democracia, pero en la práctica se inclinan hacia el uso autocrático del poder.

Oscar Alvarez Ayala

Oscar Álvarez Araya es Politólogo, autor y coautor de 45 libros y publicaciones. Fue Embajador de Costa Rica en Taiwán (1998/2006) y Asesor del Presidente de la República (1990/1994). Ha sido analista y consultor internacional con el PNUD, UPAZ, IIDH, ACDI, KAS, entre otras entidades. Ha sido invitado internacional de los gobiernos de los Estados Unidos de América, de Japón, de Corea y de la Organización de Estados Americanos.

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