Monseñor Celestino Aós Braco denuncia los atentados, la violencia, la quema de Iglesias, el hostigamiento que padecen la institución y los fieles en Chile.
Oct. 23.– “La violencia es mala, y quien siembra violencia cosecha destrucción, dolor y muerte. Nunca justifiquemos ninguna violencia”, aseguró monseñor Celestino Aós Braco, arzobispo de Santiago de Chile, en reacción de condena a los violentos ataques que sufrió el domingo 18 de octubre la Iglesia chilena.
“Ya hace un año sufrimos un estallido de violencia que nos causó tanto dolor personal, y tanta destrucción material que pensábamos habría sido una lección amarga y fuerte. Nos ha costado reconstruir las instalaciones, y ha exigido a los más empobrecidos sacrificios e incomodidades constantes; se les hizo la vida más penosa”, recordó.
El primer santuario en arder fue la Iglesia San Francisco de Borja, usado regularmente por el cuerpo policial de carabineros: fue saqueada y algunas de las imágenes religiosas quemadas en la calle. Horas más tarde la violencia alcanzó la Iglesia de la Asunción y su cúpula se desplomó consumida por las llamas. Era una de las más antiguas de la capital (construida en 1876). Ambas se encuentran en las inmediaciones de la ya famosa Plaza Italia, donde también fueron saqueados varios comercios y un supermercado.
Además, fueron atacadas algunas comisarías de la periferia capitalina, entre ellas la de Puente Alto. Las manifestaciones del domingo 18 de octubre terminaron con 1 muerto, más de 600 detenidos y 18 carabineros lesionados en diferentes puntos de la capital.
Estos hechos fueron provocados por grupos de alborotadores que participaban en una manifestación conmemorativa del primer aniversario del supuesto “estallido social”. Pues hay quienes celebran que hace un año, con saqueos y violencia, se inició la destrucción del que era el país más próspero de América Latina, para sumergirlo en la incertidumbre, con un saldo de al menos treinta muertos y miles de heridos. El 25 de octubre está previsto que los chilenos se pronuncien en un referéndum sobre si quieren o no cambiar la Constitución.
“Los pobres son los más perjudicados. Esperábamos que no se repitieran esas acciones y esas imágenes. Las acciones violentistas y las imágenes vandálicas las padecemos de nuevo hoy ..."
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