Un planteamiento breve ...
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Una democracia protagonizada por los ciudadanos.
La democracia participativa implica el papel activo de los ciudadanos en el funcionamiento de la democracia, mediante mecanismos establecidos en una sociedad civil libre que permitan su manifestación y una efectiva participación en la toma de decisiones. Es una democracia en la que todos los ciudadanos son protagonistas.
La democracia participativa es un paso adelante de la democracia representativa en la evolución de la democracia como concepto perfectible.
La democracia representativa al uso en los países avanzados democráticos, es un mecanismo exclusivo y excluyente, configurado por los partidos políticos y sus intereses sectoriales e ideológicos, únicos actores que llenan la escena político-institucional en la actualidad.
La democracia participativa no es la democracia directa. Los instrumentos de democracia directa, incorporados en algunos textos constitucionales, suelen ser mera demagogia, porque son escasos, fácilmente manipulables o impracticables. Su ejercicio depende de la influencia y voluntad de los políticos habilitados por la democracia representativa..
Las leyes políticas en vigor son claro exponente de las reservas y desconfianzas que fomentan dichos políticos, convertidos en legisladores, contra los medios de democracia directa que, de existir y funcionar, les obligarían a compartir sus competencias con los ciudadanos.
La democracia participativa implica fomentar las vías y los medios para convertir a los ciudadanos y sus grupos, en agentes políticos directos, al margen, pero junto a la acción política de los partidos políticos.
La democracia participativa es la conjunción de estas formas de democracia, lo que implica:
a) La limitación de la democracia representativa a sus justos límites para que no pueda abusar de los mandatos populares.
b) El aumento de las condiciones de accesibilidad ciudadana y de sus esferas de actuación mediante procedimientos de democracia semidirecta con una base constitucional democrática.
c) La introducción progresiva de mecanismos de democracia directa aprovechando los avances de las tecnologías de la infocomunicación.
[ vea otro enfoque pertinente sobre estos conceptos en este enlace ]
Una de las razones fundamentales para promover la democracia participativa consiste en que tal sistema ofrece al ciudadano una capacidad de participar en decisiones orientadas a desarrollar una economía socialmente justa y humanista. Esto promueve un ambiente de cooperación porque se aprecian directamente las consecuencias de tales decisiones para todos y cada uno de los miembros de la sociedad. Nuestra visión de democracia participativa hace énfasis muy especial en dar voz a los individuos y a las comunidades, cuyas opiniones, anhelos y aspiraciones rara vez hallan eco o atención en los mecanismos tradicionales de la democracia representativa. Este es un proceso de transformación -que ya está en marcha en muchas sociedades democráticas- que debe apuntar a promover mecanismos prácticos de participación, medios transparentes de información e investigación, adiestramiento desde la escuela en las técnicas de participación y un programa político estable que defina claramente sus metas destinadas a generar una energía social de participación en las comunidades orientada a la vida y decisiones del barrio, del municipio, de la provincia y de la nación, con el consecuente resultado de concertación, tolerancia y colaboración que necesariamente desemboque en una evidente mejora de la calidad de vida.
La participación que se desarrolla por diversos medios en muchas democracias modernas está comenzando a consolidarse dentro del ámbito de la democracia representativa como una "nueva manera de hacer las cosas". La participación no ha de limitarse, sin embargo, a que las autoridades locales y otros organismos públicos informen a la población de sus actividades y decisiones o inviten a los ciudadanos a presenciar sus debates, sino que implica escuchar a la población en la formulación de sus propios problemas y en la búsqueda de oportunidades y mejoras. Además, es indispensable proporcionarles los medios para encausar una acción política, social o económica y participar en las decisiones públicas con propósitos de cambio.
Todo esto tiene que calibrarse con mucho cuidado para que, cuando se implemente, no se caiga en una fatiga improductiva de comunidades abrumadas de consultas y debates. Por lo tanto, tiene que haber un mecanismo representativo intermediario. No se pretende organizar una utópica democracia directa sino que se aspira a promover al grado más alto y amplio posible la participación. Si se hace bien, esta oportunidad de participación provocaría entusiasmo, energía social y un sentido de propósito y de satisfacción.
Hay buenas razones por las cuales la democracia participativa debiera funcionar:
* Aprovecha las experiencias y la capacidad de todos - La sociedad funciona mediante una red que interrelaciona al gobierno, las diversas comunidades, los grupos de intereses, los sectores y las instituciones. Además, los ciudadanos tienen un conocimiento mucho más íntimo a nivel local de las necesidades de la población que ningún grupo de políticos desde un gobierno altamente centralizado.
* Promueve la legitimidad - Las instituciones, los organismos sectoriales, las empresas y los gobiernos acabarán por apreciar que tienen mucho que ganar en confianza, apoyo y colaboración de parte de los ciudadanos si los incluyen de alguna forma en sus decisiones. Los propios ciudadanos tienen una mayor facilidad de promover iniciativas destinadas a hacer más eficaz el medio en que se desenvuelven.
* Desarrolla nuevas capacidades - La participación desarrolla la capacidad de las personas de trabajar en colaboración con los demás, de identificar prioridades y de lograr que las cosas se hagan y los proyectos se realicen. La actividad participativa los convierte así en mejores ciudadanos.
* Mejora la calidad de vida - Estudios realizados por economistas, sociólogos y sicólogos han demostrado que las personas que participan en la toma de decisiones son más felices que los que se limitan a aceptar o aplicar las decisiones de otros, debido a que se sienten responsables del mejoramiento de su calidad de vida. Además, la participación brinda al ciudadano una oportunidad de mayor eficacia en la colaboración.