Eurostat calcula que el índice de Gini (0, cuando todos consiguen lo mismo, y 100, cuando uno se lo queda todo) estaba entre 30 y 31 hacia mediados de los noventa y ha estado entre 30 y 31 en los últimos años
La teoría (o la ideología, o la narrativa) dominante dice que la globalización aumenta la desigualdad y que la desigualdad produce populismo, nacionalismo y xenofobia, con etiquetas de derecha y de izquierda. Pero ¿y si la desigualdad no hubiera aumentado, o no hubiera aumentado tanto, o hubiera aumentado por razones distintas de la globalización? 
La desigualdad no parece haber aumentado en Europa. Eurostat, la oficina estadística europea, calcula que el índice de Gini (que vale 0 cuando todos consiguen lo mismo y 100 cuando uno se lo queda todo) de la renta disponible de los individuos estaba entre 30 y 31 hacia mediados de los noventa y ha estado entre 30 y 31 en los últimos años, los de la gran recesión en los 15 países que forman la UE desde 1995.
Resulta extraño que Eurostat no calcule la desigualdad en el conjunto de Europa; pero diversos investigadores (Troitiño para los años noventa, Brandolini para los 2000) encuentran índices de Gini dos o tres puntos por encima del índice medio para el conjunto de la Europa de los 15, también sin variación en el tiempo. Desde 1995 hasta ahora, la desigualdad creció en algunos países, como Dinamarca, Finlandia y (menos) Alemania, pero disminuyó en otros, como Bélgica, Irlanda, Holanda y Portugal. Durante la crisis, el índice de Gini creció más de dos puntos en Dinamarca y España, pero disminuyó otro tanto en el Reino Unido del Brexit y el Scotexit.
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Two things are striking about it. First, what the United States gets in return from the Castro regime is exactly and precisely nothing. This is not a bargained-for exchange; Castro makes no promises, allows no one to get out of prison, does not even make a vague allusion to reform. Nothing. This is because Cuba policy is, for the President, less an exercise in statesmanship than the true product of ideological politics. This policy is a remedy, a medicine, an apology, to make up for what he sees as decades of American sin toward Cuba.
Last August, the Secretary of the Inter-American Commission on Human Rights, Emilio Alvarez Icaza, criticized the state of democracy in Ecuador. Alvarez pointed out that Ecuador’s democracy enjoys electoral democracy but as a whole, democracy is weakened by repression of freedom of expression and freedom of association. Alvarez condemned in strong terms, the fact that cartoonists and other media outlets are outlawed if they criticize the president.