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EN BUSCA DE LA VERDAD II
(Las vías de la razón)

Segunda parte: El dominio de los conceptos

No pensaba construirlo así, pero las respuestas de Paco, de Marta y de Gerardo me proporcionan un marco que voy a aprovechar.

A Paco le digo que no es de lamentar que levantemos vuelos (muy, pero que muy modestos) en vez de quedarnos “sur le plancher des vaches” como se dice en mi otro idioma. Juguemos, por una vez, a la pelota dentro de la casa.

Marta me da la oportunidad de precisar la noción de rigor que he discutido ya con Gerardo.
Yo propuse como ejemplo la relación, llamémosla R, definida por: “…es hermano de…” y expliqué que esta relación era transitiva, es decir que si XRY e YRZ entonces XRZ.

Marta para, de cierta manera, tratar de probar que lo que expliqué no siempre era exacto propone otra relación, llamémosla R’, distinta de R. R’ es la relación: “…es hermano por parte de padre de…”
Luego añade otra relación R’’, distinta de R’, “…es hermano por parte de madre de …” y claro, “deduce” (¿¡!?) que X no mantiene mi relación R con Z.
Lo de California y “Belingrado” es para adornar.

El conocimiento de las Relaciones, sus propiedades y su manejo es importantísimo en los razonamientos.
Por ejemplo, la relación R1: “…vive en la misma calle que…” es reflexiva, es decir que verifica que si PR1N entonces NR1P, pero la relación R2: “…gana más dinero que…” no tiene la misma propiedad.
Con estos ejemplos nadie se equivocaría, a menos de mezclar relaciones diferentes, como hizo Marta; pero cuando tenemos relaciones más complejas o sutiles y, sobre todo, que conciernen a los fundamentos conceptuales, tenemos que tener mucho cuidado.
Podemos creer que estamos razonando correctamente y en realidad nos estamos equivocando sin darnos cuenta.
Igual pasa con las Proposiciones de las que hablaré un poco más lejos.
En cuanto al color del cielo… No debemos dejarnos engañar por el nombre de las cosas.
Cuando decimos que vemos el cielo “azul”, vemos el mismo color que ve un francés que lo ve “bleu” o un holandés que lo ve “blauw”.
Si hubiéramos llamado ese mismo color “morado”, como dice Marta, pues bien, diríamos que vemos el cielo morado, pero eso no cambiaría el color que vemos; la palabra “morado” sencillamente significaría otra cosa.

Ahora bien, me alegro de que Marta encuentre interesante nuestro “exercice in futilities”.
Lo llama así porque viene de un mundo en el que la diferencia entre “futilities and subtleties is a very fine distinction”.
Hace unos veinte años un profesor norteamericano que pasaba un año de intercambio en mi universidad (muy simpático por lo demás) dirigiéndose a uno de nuestros colegas que siempre lo provocaba diciéndole: “Hay matices en nuestra lengua francesa”, le dijo:
“I am surely not cultivated enough. I understand neither what I see here nor your fine subtleties”.

Gerardo, para no cambiar, me plantea algunos problemitas, pero tengo que reconocer que esta vez se ha acercado bastante más a mi “óptica”.
Sin embargo, creo deber precisar un punto importante. Gerardo escribe:
“Abelardo tiene razón de argumentar que mi apreciación (citada) de la Verdad como concepto NO es una definición porque evidentemente no define a todo el elefante, sino a una parte de él.”

No es una definición no porque no defina a todo el elefante sino porque NO DEFINE NADA.
Una definición es una proposición en la cual se enuncian una serie de características que permiten conocer de manera unívoca lo que se define.
Expliquemos: Si nos piden que definamos lo que es un felino y decimos que es un animal vertebrado y carnívoro no hemos definido nada porque un cocodrilo es un vertebrado carnívoro y no es un felino.
Si precisamos que es un mamífero carnívoro ya estamos más cerca pero no lo hemos definido todavía porque un lobo es un mamífero carnívoro y no es un felino.
Si decimos que es un mamífero carnívoro de cráneo algo redondeado con garras retráctiles y de pequeño tamaño, estamos muchísimo más cerca, pero esta vez hemos ido demasiado lejos porque lo de pequeño tamaño se aplica a los gatos, linces, servales, etc. pero excluye a los leones, a los tigres y a los jaguares, entre otros.
Así pues, podemos definir a los felinos diciendo que son mamíferos carnívoros que poseen garras retráctiles y un cráneo redondeado.

Decir que se ha definido La Verdad al decir que es un concepto que se concreta en la suma de muchas verdades no es correcto pues la proposición es extremadamente vaga e insuficiente para aceptarse como definición de lo que sea.

Digamos algunas palabras sobre el manejo de las Proposiciones, indispensables en todo razonamiento.
Asunto peliagudo pues son nociones difíciles de dominar.
Una proposición es una aseveración; afirma algo.
La proposición puede ser verdadera, falsa o indecidible.

Ejemplo: Proposición P:
“Todos los hombres de la familia de Nathalie son altos”. Primero hay que definir (de común acuerdo) lo que se entiende por hombre alto.
Admitamos que significa “una estatura de por lo menos seis pies (1.80 m)”.
Podemos preguntarnos cuál sería la negación de esta proposición P.
A lo mejor se nos ocurre decir que es P’:
“Ningún hombre de la familia de Nathalie es alto” .
Esto sería un error garrafal pues esa proposición NO ES la negación de la proposición P.
La negación de la proposición P que notaremos ⌐P es:
“Uno, por lo menos, de los hombres de la familia de Nathalie no es alto”.

La negación de P es pues una proposición ⌐P tal que ⌐⌐P=P y ese no es el caso de la proposición P’.

Las cosas pueden complicarse mucho si tenemos conjuntos de proposiciones que deben ser ciertas a la vez o unas sí y otras no, etc.
Con mis ejemplos todo parece fácil pero esto puede ser muy difícil y sutil y entonces otra vez creemos que estamos razonando correctamente mientras que en realidad nuestras conclusiones pueden ser disparatadas.

Como ya es un poco largo, dejemos para la próxima vez las Implicaciones y en particular la Reciprocidad que es fuente de muchos errores en este empinado sendero de la razón para tratar de llegar por él a La Verdad.

Trataremos también de volver a ejemplos concretos propuestos por nuestros amigos (y amigas) para mostrar mejor las dificultades que encontramos al razonar, ¡y eso sin darnos cuenta!
Quisiera decir desde ahora que este camino no me parece el mejor para alcanzarla, si esa Verdad existe.
Hay otros como La Poesía o El Arte o El Misticismo que nos pueden dejar más cerca de Ella.
Ahora bien, si tratamos de justificar el Misticismo, el Arte o la Fe religiosa con algo que se parece a la razón lógica, como quisieran algunos, creo que ya desde la salida estaremos despistados.

(continuará)

Creo que con mi articulo ¿Todo es Mentira? se ha provocado esta interesantísima argumentación de la búsqueda de la Verdad. Pero mi intención inicial era mas pedestre o mundana, no de tales vuelos filosóficos pues me referia mas que todo a la forma en que los seres humanos definimos "lo bueno" o "lo malo", la manipulacion que los líderes hacen de las masas , asi como el creciente relativismo amoral de una sociedad cuyo lema ha ido variando del inspirador humanista "pursuing of happiness" al egocentrista despiadado " I want it, I get it".

Amigo Gerardo
Cuando dices “Es Verdad que el cielo es azul cuando hay determinadas condiciones atmosféricas en este planeta Tierra”, Verdad con mayúscula y todo, me has hecho recordar un dia cuando tenia unos 7 años más o menos, estar parada junto a mi hermana en la puerta de la casa en un lindo día y preguntar: ¿Por qué el cielo es azul? Mi hermana que era unos 9 años mayor que yo, me miro sorprendida y me dijo por qué dices eso? Y conteste: porque si el que dijo que el cielo es azul, hubiera dicho que era morado, hoy el cielo fuera morado.

Nosotros creemos en La Verdad, y me pregunto si hubiera nacido Judia, eso significa que nunca hubiera conocido La Verdad? Que hay de científico en eso? Todavía hoy no sé cuándo ni cómo se determinó que el cielo es azul y no morado, Si alguien, tiene la respuesta, por favor, llevo un montón de año esperándola

La verdad con minúscula es fragmentaria, mientras que la Verdad con mayúscula es la suma de todas esas verdades. El fracaso de los ciegos o de los que tuvieron la absurda ocurrencia de taparse los ojos para examinar el elefante, es que se conformaron con "su verdad" y no siguieron palpando al resto del animal. Ese es el problema de los que esgrimen "su verdad" para afirmar entonces que todo es relativo y sometido a la percepción de cada quien. Resolverían el problema (o se acercarían a su solución) quitándose la venda de sus ojos para examinar el conjunto de las otras "verdades".

Abelardo tiene razón de argumentar que mi apreciación (citada) de la Verdad como concepto NO es una definición porque evidentemente no define a todo el elefante, sino a una parte de él.

Es Verdad que el cielo es azul cuando hay determinadas condiciones atmosféricas en este planeta Tierra. Pero se puede tratar de demoler esta afirmación con el argumento de que cada persona ve los colores de forma distinta. El azul del cielo es una percepción. Sin embargo, todos lo ven azul cuando las condiciones climáticas son favorables aunque cada quien tenga "su verdad" de ver ese azul de forma distinta.

Luego la Verdad es un concepto que se concreta en la suma de muchas verdades, incluso las que trascienden el estrecho campo de la percepción y los sentidos. Por ejemplo, el infrarrojo es un tono de luz más allá del rojo en el espectro, pero no lo vemos. Sin embargo, lo aceptamos como una Verdad. Lo aceptamos así porque es la suma de muchas verdades científicas y también de otras verdades que son producto de la observación. De hecho hay personas que pueden ver un poco más allá del espectro normal y animales que tienen visión nocturna, luego sus observaciones son válidas, aunque el resto de los mortales no puedan comprobarlo.

Hay definiciones de la Verdad en diccionarios y enciclopedias, y hay tratados teológicos y filosóficos que aspiran a aclaranos el concepto. El hecho de que no lo logren del todo, o que cualquier definición sea deficiente, no niega que exista una Verdad como concepto absoluto. Es que si lo lograran estaríamos al borde (o de lleno adentrados) en la perfección. ¡Ah! Pero, también podría preguntarse, ¿qué es la perfección?, porque es válido argumentar que nada es perfecto.

La Verdad podemos intentar definirla, para mayor conformidad de Abelardo, como un conjunto de principios, hechos y realidades que conforman la vida espiritual, la vida material y el Universo real en todos sus componentes. Este concepto esta hecho de la suma de realidades parciales como las de los ciegos que sólo palpan ciertos segmentos del elefante. El cristiano añade lo de "la vida espiritual", que no es palpable, porque la percibe como la esencia de su ser, la razón de ser y la trascendencia de existir y entender que existimos.

Amigo Abelardo, precisamente porque es muy facil demoler una definicion de La Verdad, es por lo que lo propuse para llamar la atencion de la futilidad de esta discussion. Todo se ve y se determina, segun el momento y el lugar donde estemos, Si no, recordar el cuento del elefante mirandole de un lado y otro con los ojos cerrados.

Los dos nos dan la misma verdad, Algo largo colgado y un agujero. Uno mira al frente y el otro al posterior y los dos los ven lo mismo y no lo es, aunque sean honestos como dice Gerardo. Eso es lo que ven y lo que palpan y cada uno tiene su verdad., Y Pedro puede ser hermano por parte de padre de Juan y Juan puede ser hemano por parte de madre de Jose y Pedro y Jose no son hermanos ni se conocen pues uno vive en California y el otro en Belingrado. De todas forma, este dialogo es muy interesate aunque sea como se dice en ingles...an exercise in futility. Un abrazo.

Antes de seguir – la semana que viene- con el tema de la «búsqueda de La Verdad” quisiera hacer varias observaciones;
Veo que ha provocado algunas reacciones. Esto me parece muy bueno.

Al amigo Paco le digo que me parece muy bien lo que escribe pero que no tiene por qué preocuparse.
Creo que puedo afirmar que ni de parte de Gerardo ni de la mía encontrará la menor acrimonia.
Podemos decirnos francamente lo que pensamos de nuestros argumentos, pero nuestra amistad, de eso estoy seguro, puede resistir ante los mayores embates teóricos.
Si este debate no fuera escrito podría oír en nuestras voces la calma con que nos expresamos y vería que la sonrisa, tan importante, no nos abandona ni un instante.

A nuestra buena amiga la “Lady Inglesa” le digo que me parece que no conviene aquí partir de una definición abstracta de La Verdad.
Habría primero que entender qué significa “que algo es verdad” y luego, si posible, tratar de ir más lejos. Si no, que trate ella de proponer una definición de La Verdad y ya verá con cuánta facilidad se la podemos demoler.

En cuanto a Gerardo… ¡Es mucho más complicado! Voy a dar algunos ejemplos:
Si yo escribiera que él dice, o que de lo que él dice se deduce que una moneda fuerte es la que está en metal y una moneda débil la que está impresa en papel, seguro que podría pensar que la gente se va a creer que no sabe nada de economía o aun que es medio tonto.
No creo que se insulte, a lo mejor hasta se va a reír, pero no creo que le guste que digan que él escribió algo diferente de lo que expresó.

Durante nuestras conversaciones, siempre interesantes, Gerardo me ha mostrado que sabe muchísimo de Historia. Sí, sí, es verdad.
Pero nunca se me ocurriría afirmar en el foro que eso me indica que sabe mucho más de Historia que de Economía.

En lo concerniente al rigor, y naturalmente hablo del rigor en las razones y en las deducciones, me parece que es indispensable en todo intercambio de ideas de cierto nivel. No digo un nivel demasiado alto, no se trata de debates de nivel PhD (en EEUU) o de Agrégation (en Francia) sino de debates entre personas normalmente instruidas y acostumbradas a reflexionar.
Por ejemplo, notar que para pasar de una proposición a otra, la primera puede ser necesaria pero no suficiente; es preciso poder entender las consecuencias cuando las proposiciones son necesarias y suficientes.
Hay también que reflexionar sobre las características de las relaciones entre las cosas (o las personas).
Si tenemos la relación: …es hermano(a) de… sabemos que es “transitiva” es decir que si Pedro es hermano de Juan y Juan es hermano de José podemos concluir que Pedro es hermano de José; pero no todas las relaciones son así: si Alberto es tío de Nicolás y Nicolás es tío de Sebastián no podemos concluir que Alberto es tío de Sebastián.

Con estas relaciones, todo parece muy fácil pero cuando tenemos que tratar con relaciones más complejas o abstractas, si nuestro razonamiento no es riguroso, es fácil llegar a conclusiones totalmente erróneas.

Para terminar cito una parte de su último artículo, Gerardo escribe:
“... la Verdad es un concepto que exige nuestra honradez y honestidad en cada paso de nuestras vidas, sobre todo cuando brindamos un servicio a los demás. La suma de una vida y una profesión repleta de verdades nos permiten acercarnos al pedestal de la Verdad absoluta.”

Dista de ser la definición definitiva, porque como digo en otro mensaje de hoy, todas estas definiciones pueden adolecer de notables márgenes de error, como todo lo humano. Por tanto, demos gracias a los debates que tienden a sintetizar las ideas, a consolidarlas.

No obstante, por la respuesta de Abelardo, no estoy seguro si encontró aceptable esta definición o al menos lo suficientemente útil como para seguir buscándola.”


Gerardo, seguro que vamos a seguir reflexionando y debatiendo en busca de La Verdad (a lo mejor la encontramos, aunque yo soy más escéptico que Pirrón).
Ahora bien, y fíjate que no es una corrección ni un regaño, la expresión que propones y que subrayo NO ES una definición de La Verdad. (Con una sonrisa).

En el aporte original en este debate de Abelardo, él me cita con la siguiente definición:

“... la Verdad es un concepto que exige nuestra honradez y honestidad en cada paso de nuestras vidas, sobre todo cuando brindamos un servicio a los demás. La suma de una vida y una profesión repleta de verdades nos permiten acercarnos al pedestal de la Verdad absoluta.”

Dista de ser la definición definitiva, porque como digo en otro mensaje de hoy, todas estas definiciones pueden adolecer de notables márgenes de error, como todo lo humano. Por tanto, demos gracias a los debates que tienden a sintetizar las ideas, a consolidarlas.

No obstante, por la respuesta de Abelardo, no estoy seguro si encontró aceptable esta definición o al menos lo suficientemente útil como para seguir buscándola.

En cuanto al uso de la palabra "honestidad", la muy respetada académica María Moliner, creo que aceptaba en su Diccionario del Uso del Español que se refería a alguien incapaz de apropiarse de lo ajeno, o de defraudar a sus semejantes o de engañar (además de otras acepciones). No me he puesto a buscarlo ahora porque confío en que mi memoria de antiguo redactor no esté fallando demasiado todavía. ¡Ah! Pero acepto correcciones y regaños si me equivoco.

Por qué no empiezan por definir qué es la verdad?
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En este debate se han utilizado palabras cuyos significados se asemejan, pero no son iguales. Asi pues “honestidad”, aquello que Gili Gaya definió como el “comportamiento de la cintura para abajo” se usa, y asi creo que debe ser, como sinónimo de “honradez”, lo que el insigne lingüista decía se referia al “comportamiento de la cintura para arriba”. Sean o no lo mismo, sabemos intuitivamente lo que es “honestidad”.
Lo que se discute aquí, si no me equivoco tal como me ocurre con frecuencia, es de lo que es o no es la Verdad, si existe o no un marco referencial confiable e inmutable que nos permite acercarnos a ese concepto que muchos dicen poseer. Incluso, entramos en el tema de Jesucristo que define que El es “el Camino, la Verdad y la Vida”.
Por tanto la “honestidad” (de la cintura para abajo o para arriba) no es cuestionable entre nosotros, que rara vez seguimos el consejo del Papa Francisco de “mordernos la lengua” pues dejamos discurrir nuestras ideas con apertura y sinceridad….y me pregunto: ¿En busca de la Verdad?

Sonriamos...por aquello de que la sonrisa es patrimonio de la persona humana. Y entonces, continuemos el debate sin acalorarnos mucho.

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