¿TERROR CONTRA HORROR?
Aunque para algunos en la izquierda, en cierta prensa, en parte de la academia y el arte y otros, pudiera parecer no políticamente correcto, ya se oyen voces proponiendo el uso de la grasa o piel de los puercos para contrarrestar la ola de terror jihadística que se incrementa cada día, como lo acabamos de ver en París, Beirut y el avión ruso derribado en Egipto; todo esto en menos de veinte días.
Es creencia musulmana que el estar en contacto con puercos o marranos inhibe llegar al paraíso. Basado en esto, hay records históricos en que se utilizó esta creencia para detener o disminuir agresiones terroristas de los fanáticos.
En Filipinas, antes de la primera guerra mundial, un reducido grupo de musulmanes fundamentalistas atacaban a tropas filipinas y americanas en zonas del archipiélago. Conociendo el general americano John Pershing del terror de estos fieles a tener contacto con la carne de puerco, antes de ejecutar a los rebeldes aprehendidos empapaba las balas y el barril de los rifles con grasa del animal. Posteriormente, los mandaba enterrar públicamente y ordenaba cubrir los cuerpos con residuos de la piel y las entrañas de los animales sacrificados a estos efectos. Al regarse el rumor de los hechos entre los potenciales insurrectos, los ataques desaparecieron por arte de magia.
También durante el mandato británico en Palestina -1927 al 1948-, los interventores utilizaron métodos similares con los musulmanes que ejecutaban ataques esporádicos contra sus tropas; igualmente, las acciones jihadistas desaparecieron.
Ultimamente, en el estado de Israel se estudia la colocación de bolsas con grasa y residuos porcinos en autobuses, trenes, estaciones, shopping centers y otros lugares públicos. Siempre mostrando un letrero alertando a los potenciales kamikazes del peligro de contaminarse si deciden inmolarse en esos lugares. El rabino Eliézer Moshe Fischer declara que si con esta medida se evita la muerte de inocentes en Israel, ninguna ley civil ni religosa puede prohibirla, a pesar de que la creencia hebrea también prohibe la contaminación con ese tipo de carne.
Ojalá se pudiese implementar esta práctica y en los casos de suicidas, públicamente se procediera como lo hacía el mencionado gral. Pershing. Los musulmanes honestos entenderían que es un intento incruento y necesario, aunque extremo para algunos, de eliminar o reducir los despiadados e irracionales ataques que hemos presenciado y que, presumiblemente, continuarán de no tomarse medidas innovadoras, como pudiesen ser las antes mencionadas.
Aparte de la invasión con botas "on the ground", no se escucha de otras iniciativas adicionales que puedan dar realmente al traste definitivamente con el EI-ISIS y similares, ya sean Boco Haram, lo que queda de Al Qaeda, los grupúsculos en Siria y los que medran traidoramente en la sombra, incluídos los lobos solitarios.
Se aceptan nuevas ideas. Mientras, que Dios salve al mundo de la nueva barberie.
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