Justifican sin fundamento asesinato de niños israelíes en TV pública argentina
- Luis Fleischman
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Justifican sin fundamento asesinato de niños israelíes en TV pública argentina
03 Jul 2014 23:20
Es importante aclarar las tergiversaciones que suelen propagarse en la prensa sobre los hechos que suceden en el Oriente Medio y comprometen directamente al Estado de Israel. Ahora está sobre el tapete el asesinato de tres jóvenes israelíes adolescentes por parte de miembros de Hamas.
Provocan una justa indignación argumentos como los esgrimidos por un periodista argentino desconocido llamado Pedro Brieger, que se autotitula “experto en el Oriente Medio”, subrayando que el asesinato de los tres jóvenes es parte de un ciclo de violencia donde los israelíes no actúan de manera diferente. Israel secuestra y mata, pero la prensa mundial raramente informa sobre las acciones de Israel, afirma Brieger.
Estos argumentos son más que imprecisos. Israel ni secuestra ni mata arbitrariamente. Israel no es ni la Libia de Gadafi ni la Argentina de Videla. No existen casos donde la gente desaparece en las tinieblas como si nunca hubiesen existido o donde los familiares claman por una persona detenida sin recibir respuestas hasta que solas llegan a la conclusión de que ya está muerta. Israel lleva a cabo detenciones, ciertamente muchas de ellas administrativas, lo cual le permite al Estado mantener un detenido por tiempo indeterminado. Si bien hay sectores dentro de Israel que se oponen a esta práctica (incluyendo organizaciones de derechos humanos y juristas), estas detenciones no son poco comunes en países democráticos que luchan contra el terror y solo la aplican a personas implicadas en actos de terrorismo, asesinato o conspiración para perpetrar algún ataque. A los familiares se les permite ver a los presos y ellos saben perfectamente donde están. Es más, estas detenciones pueden ser apeladas ante la corte israelí y llegar hasta la Suprema Corte.
Es correcto que puede abusarse de las detenciones administrativas y no niego que esto ocurra en Israel en ciertas ocasiones, dado la amenaza constante que pende sobre el país. Pero Israel es un Estado de derecho, donde hay un sistema legal que aplica a los ciudadanos israelíes y también los residentes de los territorios pueden apelar a ellas.
Contrariamente a la opinión de Brieger, no existe el secuestro por parte del Estado israelí y menos aún el asesinato arbitrario. Israel ha asesinado terroristas y atacado centros de terror para proteger a la población o para prevenir un ataque enemigo, como por ejemplo ataques suicidas contra la población israelí o misiles disparados desde Gaza contra poblaciones israelíes civiles. No existe asesinato arbitrario de gente, y menos asesinato o secuestro de civiles inocentes. También ocurre que mueren palestinos, pero mayormente son aquellos que intentan atacar a ciudadanos u objetivos israelíes. Debo admitir que sucede también que palestinos inocentes han muerto como víctimas colaterales de la guerra contra el terrorismo. Pero si no hubiera terror no habría guerra contra el terror. Y sin Guerra contra el terror no habría tragedia colateral tampoco.
Pero bajo las circunstancias en que Israel vive sería un milagro que estas cosas no ocurrieran. Si fuese como dicen los propagandistas que Israel comete genocidio contra los palestinos o viola derechos humanos inescrupulosamente, no hubiese quedado nada de la organización Hamas hoy en día y quizá el pánico que hubiera causado habría disuadido cualquier acto de terror. Pero lo que guía a Israel es la ley y la autolimitación. En Israel hay algunas transgresiones pero no existe impunidad.
Juzgar a Israel en términos morales tan rígidos e implacables es injusto. Comparar a Israel con una organización donde los abusos no son simplemente consecuencia de una férrea política de autodefensa sino una sistemática imposición del terror y la muerte es un ultraje.
Y he aquí que Brieger esgrime otro argumento ”la ocupación Israelí a partir de 1967 genera resistencia y sí, la violencia solo se puede entender en este contexto”. O sea Brieger sostiene que el terror es fruto de la ocupación Israelí.
Después de la intifada Palestina (1987-1993) la población israelí y muchos de sus líderes comprendieron que no podrían mantener los territorios. Una, obviamente porque los palestinos no lo quieren. Otra, porque los israelíes no lo quieren, ya que tal conquista significaría una amenaza demográfica para la mayoría judía en Israel.
Así se inició el proceso de paz de Oslo que hasta ahora no ha encontrado salida pese a que Israel ofreció propuestas de paz concretas en tres oportunidades (2000,2001 y 2008), las que fueron todas rechazadas por los Palestinos. Estas concesiones incluían la retirada del 95% de Cisjordania, el desmantelamiento de las colonias, la división de Jerusalén y la creación de un estado Palestino. Israel también ofreció concesiones, sin pedir nada a cambio, como sucedió cuando se retiró en forma unilateral de Gaza en 2005 y desmanteló todos los asentamientos en la Franja.
Hamas se opuso desde el proceso de Oslo e hizo todo lo posible por torpedear el proceso de paz mediante actos terroristas. Su plataforma no habla de 1967 sino de 1948. Su objetivo es establecer hegemonía árabe islámica sobre el territorio de Israel dentro de la línea verde y toda la palestina histórica, e incluso ligarse a un movimiento pan-Islámico que abarque más elementos dentro del mundo árabe. El terrorismo de Hamas no tiene nada que ver con la resistencia. De hecho también derrocó al gobierno de la Autoridad Palestina en Gaza mediante una rebelión cruel y violenta.
Estos son los parlamentarios democráticamente elegidos de los que Brieger habla y acusa de que están presos. Estos parlamentarios son miembros de una organización terrorista. Ellos también dirigieron este derrocamiento e impusieron su gobierno sobre Gaza.
Para rematar, Brieger dice que la tendencia de Israel es expansionista y predice que Israel, en represalia, tomara más ciudades y seguirá encarcelando y asesinando palestinos.
La verdad es que la mayoría de las ciudades palestinas están bajo control de la Autoridad Palestina y en el caso de Gaza bajo la autoridad total de Hamas. Hay autogobierno y las autoridades Palestinas son responsables por lo que ocurre dentro de ellas incluyendo los innumerables casos de violación de derechos humanos. Israel tiene control militar de la zona por razones de seguridad (área C). Esta situación debió haber sido de carácter temporal hasta la conclusión de un acuerdo final que todavía no se dio, pero la verdad es que Israel no ejerce gobierno directo sobre la población Palestina.
Según los testimonios de personalidades y diplomáticos involucrados en el proceso de paz, incluyendo el ex Presidente norteamericano Bill Clinton, los negociadores Dennis Ross y Martin Indyk y el exfuncionario del gobierno de Bush Elliot Abrams, los asentamientos israelíes nunca fueron la razón por las cuales las negociaciones fracasaron. Las negociaciones fracasan porque la dirigencia Palestina exigía el control de los lugares sagrados en Jerusalén y además exigía el retorno de 3 millones de palestinos al territorio del Estado de Israel. O sea no se buscaba un Estado palestino per se sino que se demandó ciudadanía israelí a los refugiados Palestinos desplazados durante la guerra de independencia y a sus descendientes, pese a que esta guerra fue una guerra de defensa ante una agresión Palestina y pan-Árabe que le costó a Israel el 1% de su población. O sea los palestinos demandaron en todas las ocasiones algo no razonable y no negociable para satisfacer a su sector más intransigente.
Esta la principal razón por la cual no hay paz. El resto es ideología, un terreno donde Brieger, y otros como él, se sienten más cómodos que en el terreno del pensamiento y la honestidad intelectual.
Provocan una justa indignación argumentos como los esgrimidos por un periodista argentino desconocido llamado Pedro Brieger, que se autotitula “experto en el Oriente Medio”, subrayando que el asesinato de los tres jóvenes es parte de un ciclo de violencia donde los israelíes no actúan de manera diferente. Israel secuestra y mata, pero la prensa mundial raramente informa sobre las acciones de Israel, afirma Brieger.
Estos argumentos son más que imprecisos. Israel ni secuestra ni mata arbitrariamente. Israel no es ni la Libia de Gadafi ni la Argentina de Videla. No existen casos donde la gente desaparece en las tinieblas como si nunca hubiesen existido o donde los familiares claman por una persona detenida sin recibir respuestas hasta que solas llegan a la conclusión de que ya está muerta. Israel lleva a cabo detenciones, ciertamente muchas de ellas administrativas, lo cual le permite al Estado mantener un detenido por tiempo indeterminado. Si bien hay sectores dentro de Israel que se oponen a esta práctica (incluyendo organizaciones de derechos humanos y juristas), estas detenciones no son poco comunes en países democráticos que luchan contra el terror y solo la aplican a personas implicadas en actos de terrorismo, asesinato o conspiración para perpetrar algún ataque. A los familiares se les permite ver a los presos y ellos saben perfectamente donde están. Es más, estas detenciones pueden ser apeladas ante la corte israelí y llegar hasta la Suprema Corte.
Es correcto que puede abusarse de las detenciones administrativas y no niego que esto ocurra en Israel en ciertas ocasiones, dado la amenaza constante que pende sobre el país. Pero Israel es un Estado de derecho, donde hay un sistema legal que aplica a los ciudadanos israelíes y también los residentes de los territorios pueden apelar a ellas.
Contrariamente a la opinión de Brieger, no existe el secuestro por parte del Estado israelí y menos aún el asesinato arbitrario. Israel ha asesinado terroristas y atacado centros de terror para proteger a la población o para prevenir un ataque enemigo, como por ejemplo ataques suicidas contra la población israelí o misiles disparados desde Gaza contra poblaciones israelíes civiles. No existe asesinato arbitrario de gente, y menos asesinato o secuestro de civiles inocentes. También ocurre que mueren palestinos, pero mayormente son aquellos que intentan atacar a ciudadanos u objetivos israelíes. Debo admitir que sucede también que palestinos inocentes han muerto como víctimas colaterales de la guerra contra el terrorismo. Pero si no hubiera terror no habría guerra contra el terror. Y sin Guerra contra el terror no habría tragedia colateral tampoco.
Pero bajo las circunstancias en que Israel vive sería un milagro que estas cosas no ocurrieran. Si fuese como dicen los propagandistas que Israel comete genocidio contra los palestinos o viola derechos humanos inescrupulosamente, no hubiese quedado nada de la organización Hamas hoy en día y quizá el pánico que hubiera causado habría disuadido cualquier acto de terror. Pero lo que guía a Israel es la ley y la autolimitación. En Israel hay algunas transgresiones pero no existe impunidad.
Juzgar a Israel en términos morales tan rígidos e implacables es injusto. Comparar a Israel con una organización donde los abusos no son simplemente consecuencia de una férrea política de autodefensa sino una sistemática imposición del terror y la muerte es un ultraje.
Y he aquí que Brieger esgrime otro argumento ”la ocupación Israelí a partir de 1967 genera resistencia y sí, la violencia solo se puede entender en este contexto”. O sea Brieger sostiene que el terror es fruto de la ocupación Israelí.
Después de la intifada Palestina (1987-1993) la población israelí y muchos de sus líderes comprendieron que no podrían mantener los territorios. Una, obviamente porque los palestinos no lo quieren. Otra, porque los israelíes no lo quieren, ya que tal conquista significaría una amenaza demográfica para la mayoría judía en Israel.
Así se inició el proceso de paz de Oslo que hasta ahora no ha encontrado salida pese a que Israel ofreció propuestas de paz concretas en tres oportunidades (2000,2001 y 2008), las que fueron todas rechazadas por los Palestinos. Estas concesiones incluían la retirada del 95% de Cisjordania, el desmantelamiento de las colonias, la división de Jerusalén y la creación de un estado Palestino. Israel también ofreció concesiones, sin pedir nada a cambio, como sucedió cuando se retiró en forma unilateral de Gaza en 2005 y desmanteló todos los asentamientos en la Franja.
Hamas se opuso desde el proceso de Oslo e hizo todo lo posible por torpedear el proceso de paz mediante actos terroristas. Su plataforma no habla de 1967 sino de 1948. Su objetivo es establecer hegemonía árabe islámica sobre el territorio de Israel dentro de la línea verde y toda la palestina histórica, e incluso ligarse a un movimiento pan-Islámico que abarque más elementos dentro del mundo árabe. El terrorismo de Hamas no tiene nada que ver con la resistencia. De hecho también derrocó al gobierno de la Autoridad Palestina en Gaza mediante una rebelión cruel y violenta.
Estos son los parlamentarios democráticamente elegidos de los que Brieger habla y acusa de que están presos. Estos parlamentarios son miembros de una organización terrorista. Ellos también dirigieron este derrocamiento e impusieron su gobierno sobre Gaza.
Para rematar, Brieger dice que la tendencia de Israel es expansionista y predice que Israel, en represalia, tomara más ciudades y seguirá encarcelando y asesinando palestinos.
La verdad es que la mayoría de las ciudades palestinas están bajo control de la Autoridad Palestina y en el caso de Gaza bajo la autoridad total de Hamas. Hay autogobierno y las autoridades Palestinas son responsables por lo que ocurre dentro de ellas incluyendo los innumerables casos de violación de derechos humanos. Israel tiene control militar de la zona por razones de seguridad (área C). Esta situación debió haber sido de carácter temporal hasta la conclusión de un acuerdo final que todavía no se dio, pero la verdad es que Israel no ejerce gobierno directo sobre la población Palestina.
Según los testimonios de personalidades y diplomáticos involucrados en el proceso de paz, incluyendo el ex Presidente norteamericano Bill Clinton, los negociadores Dennis Ross y Martin Indyk y el exfuncionario del gobierno de Bush Elliot Abrams, los asentamientos israelíes nunca fueron la razón por las cuales las negociaciones fracasaron. Las negociaciones fracasan porque la dirigencia Palestina exigía el control de los lugares sagrados en Jerusalén y además exigía el retorno de 3 millones de palestinos al territorio del Estado de Israel. O sea no se buscaba un Estado palestino per se sino que se demandó ciudadanía israelí a los refugiados Palestinos desplazados durante la guerra de independencia y a sus descendientes, pese a que esta guerra fue una guerra de defensa ante una agresión Palestina y pan-Árabe que le costó a Israel el 1% de su población. O sea los palestinos demandaron en todas las ocasiones algo no razonable y no negociable para satisfacer a su sector más intransigente.
Esta la principal razón por la cual no hay paz. El resto es ideología, un terreno donde Brieger, y otros como él, se sienten más cómodos que en el terreno del pensamiento y la honestidad intelectual.
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