El Gran Debate
- Carlos Alberto Montaner
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El Gran Debate
19 May 2014 13:56
Hace exactamente 70 años el economista austriaco Friedrich Hayek publicó Camino de servidumbre. El libro, un bestseller en su tiempo, conserva (casi) toda su vigencia en esta América Latina nuestra que no aprende de sus errores ni olvida sus peores comportamientos. Tres décadas después de publicar su obra más conocida, la academia sueca le otorgó el Premio Nobel de Economía en 1974.
¿Qué dijo Hayek en su famoso libro? Algo muy importante: que la planificación centralizada por el Estado va en contra de las libertades y del progreso. Nos empobrece espiritual y materialmente.
¿Por qué? En esencia, aunque no lo explicó Hayek de esa manera, porque la libertad es el ejercicio pleno de la facultad que tenemos de tomar decisiones y construir con ellas nuestras vidas de acuerdo con nuestros valores, intereses y querencias.
Cuando el Estado decide por nosotros lo que supuestamente nos conviene, además de empobrecernos, nos genera un profundo malestar. Ese tipo de Estado deja de ser un conjunto de instituciones a nuestro servicio y bajo nuestras órdenes, y pasa a convertirse en nuestro amo y señor. Nos somete a la más vil servidumbre.
Sucedió en Cuba, como ha ocurrido siempre en los Estados totalitarios, cuando el gobierno estableció los libros que debíamos leer y los que debían ser destruidos. Cuando unos revolucionarios iluminados decidieron las verdades que ya habían sido establecidas y hasta el modo en que nos debíamos ganar la vida.
Incluso, escogieron las personas a las que debíamos querer o detestar, como ocurrió cuando se dio la orden de interrumpir los lazos con los “gusanos” que habían abandonado el país y se rompieron parejas, y padres, hijos y hermanos dejaron de hablarse. O cuando se persiguió a los homosexuales porque el Estado, cruelmente, había hecho metástasis a la zona afectiva y había decidido controlar las emociones de las personas para hacerlas felices y obligatoriamente “normales” mediante la reeducación que se lograba maltratándolas en los campos de caña.
Al margen de lo que Hayek escribió en Camino de servidumbre, hay un elemento esencial que mantiene la vigencia de la obra siete décadas después de haberse publicado. Del texto se desprende el rol que debe desempeñar el Estado en su relación con la sociedad, y, sobre todo, el que no debe jugar porque todos acabamos perjudicados.
No es verdad que el Estado, una entelequia manejada por personas, como todas, que tienen sus intereses, preferencias y clientelas políticas, es capaz de definir el “bien común” y actuar eficientemente y con sentido de la justicia. Lo demostró otro Premio Nobel de economía de la misma cuerda de Hayek, James M. Buchanan, con sus estudios sobre la “elección pública”.
No es verdad que el Estado debe elegir “ganadores” y “perdedores” o asumir la función de repartidor de bienes para igualar los resultados del trabajo. Suele hacerlo mal, distorsiona y reduce el proceso de creación de riquezas y demoniza los logros económicos como si fueran actos vergonzosos.
Entre las decisiones sesgadas de los funcionarios convertidos en comisarios, supuestamente transformados en píos agentes de una improbable justicia social, y el mercado, conformado por las decisiones libres de millones de personas, el mejor resultado, el que suele conducir al desarrollo y eleva el nivel de vida de toda la sociedad, es el que se deriva del mercado que es, sin duda, una expresión de la libertad.
Al principio de esta nota subrayé que Camino de servidumbre conserva casi toda su vigencia. ¿En qué falla? Tal vez en suponer que el socialismo conduce inevitablemente al totalitarismo. No siempre es cierto. Los socialistas inteligentes aprenden de la experiencia y pueden rectificar.
Lo hicieron los suecos ante la crisis económica de los años noventa provocada por los excesos del Estado de Bienestar. Termino con un párrafo de Mauricio Rojas, un chileno del socialismo carnívoro que llegó a Suecia exiliado tras el golpe de Pinochet, allí adquirió un doctorado en economía, evolucionó intelectual y emocionalmente, y llegó a ser miembro del parlamento sueco representando al partido de los liberales.
Dice Rojas, hoy de regreso en Chile, muy preocupado por las medidas que está tomando la señora Bachelet:
“Sería muy lamentable emprender un camino, el del gran Estado-patrón, que otros han tenido que desandar. Se puede construir un Estado del bienestar distinto, que una la fuerza creativa de la competencia, la diversidad y el capitalismo con un profundo compromiso solidario, pero para ello no hay que dejarse llevar por las consignas de quienes creen tener la razón por el simple hecho de gritar más alto”.
© Firmas Press
¿Qué dijo Hayek en su famoso libro? Algo muy importante: que la planificación centralizada por el Estado va en contra de las libertades y del progreso. Nos empobrece espiritual y materialmente.
¿Por qué? En esencia, aunque no lo explicó Hayek de esa manera, porque la libertad es el ejercicio pleno de la facultad que tenemos de tomar decisiones y construir con ellas nuestras vidas de acuerdo con nuestros valores, intereses y querencias.
Cuando el Estado decide por nosotros lo que supuestamente nos conviene, además de empobrecernos, nos genera un profundo malestar. Ese tipo de Estado deja de ser un conjunto de instituciones a nuestro servicio y bajo nuestras órdenes, y pasa a convertirse en nuestro amo y señor. Nos somete a la más vil servidumbre.
Sucedió en Cuba, como ha ocurrido siempre en los Estados totalitarios, cuando el gobierno estableció los libros que debíamos leer y los que debían ser destruidos. Cuando unos revolucionarios iluminados decidieron las verdades que ya habían sido establecidas y hasta el modo en que nos debíamos ganar la vida.
Incluso, escogieron las personas a las que debíamos querer o detestar, como ocurrió cuando se dio la orden de interrumpir los lazos con los “gusanos” que habían abandonado el país y se rompieron parejas, y padres, hijos y hermanos dejaron de hablarse. O cuando se persiguió a los homosexuales porque el Estado, cruelmente, había hecho metástasis a la zona afectiva y había decidido controlar las emociones de las personas para hacerlas felices y obligatoriamente “normales” mediante la reeducación que se lograba maltratándolas en los campos de caña.
Al margen de lo que Hayek escribió en Camino de servidumbre, hay un elemento esencial que mantiene la vigencia de la obra siete décadas después de haberse publicado. Del texto se desprende el rol que debe desempeñar el Estado en su relación con la sociedad, y, sobre todo, el que no debe jugar porque todos acabamos perjudicados.
No es verdad que el Estado, una entelequia manejada por personas, como todas, que tienen sus intereses, preferencias y clientelas políticas, es capaz de definir el “bien común” y actuar eficientemente y con sentido de la justicia. Lo demostró otro Premio Nobel de economía de la misma cuerda de Hayek, James M. Buchanan, con sus estudios sobre la “elección pública”.
No es verdad que el Estado debe elegir “ganadores” y “perdedores” o asumir la función de repartidor de bienes para igualar los resultados del trabajo. Suele hacerlo mal, distorsiona y reduce el proceso de creación de riquezas y demoniza los logros económicos como si fueran actos vergonzosos.
Entre las decisiones sesgadas de los funcionarios convertidos en comisarios, supuestamente transformados en píos agentes de una improbable justicia social, y el mercado, conformado por las decisiones libres de millones de personas, el mejor resultado, el que suele conducir al desarrollo y eleva el nivel de vida de toda la sociedad, es el que se deriva del mercado que es, sin duda, una expresión de la libertad.
Al principio de esta nota subrayé que Camino de servidumbre conserva casi toda su vigencia. ¿En qué falla? Tal vez en suponer que el socialismo conduce inevitablemente al totalitarismo. No siempre es cierto. Los socialistas inteligentes aprenden de la experiencia y pueden rectificar.
Lo hicieron los suecos ante la crisis económica de los años noventa provocada por los excesos del Estado de Bienestar. Termino con un párrafo de Mauricio Rojas, un chileno del socialismo carnívoro que llegó a Suecia exiliado tras el golpe de Pinochet, allí adquirió un doctorado en economía, evolucionó intelectual y emocionalmente, y llegó a ser miembro del parlamento sueco representando al partido de los liberales.
Dice Rojas, hoy de regreso en Chile, muy preocupado por las medidas que está tomando la señora Bachelet:
“Sería muy lamentable emprender un camino, el del gran Estado-patrón, que otros han tenido que desandar. Se puede construir un Estado del bienestar distinto, que una la fuerza creativa de la competencia, la diversidad y el capitalismo con un profundo compromiso solidario, pero para ello no hay que dejarse llevar por las consignas de quienes creen tener la razón por el simple hecho de gritar más alto”.
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- Francisco Porto
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Re: El Gran Debate
12 Jun 2014 21:17 - 12 Jun 2014 23:13
Con el atrevimiento congénito por ser cubano, me aprovecho del magnífico trabajo de Carlos Alberto Montaner sobre el libro de Hayek, para reflexionar sobre lo que plantea con fina ironía nuestra amiga Marta Menor en otra sección de este mismo Foro, sobre la Carta, la famosa “Carta” que un grupo de norteamericanos y cubano-americanos dirigieron al Presidente Obama.
En la Revista católica “Espacio Laical”, publicada en La Habana, los ahora ex-editores L. González y R.Veiga plantearon como parte del Laboratorio Casa Cuba, el concepto de la “oposición leal”, algo que me hizo recordar risueñamente que es tal el nombre que recibe en el Reino Unido y en Canadá el partido de oposición en el Parlamento, para mostrar que no hay oposición a la figura del Rey o la Reina. Algunos han señalado la profunda y raigal diferencia entre “oposición leal” y “oposición legal”, cuestión que va mucho más allá de la semántica cuando de Cuba se trata.
La propia Yoanni Sánchez se cuestiona preocupada si el cambio de personas también puede conllevar un cambio dilutorio de las posiciones de “Espacio Laical”, con las cuales ella no siempre ha coincidido…ni yo tampoco.
Hago referencia a estas dos cuestiones, porque forman parte del complejo entramado de ideas y propuestas que se plantean in crescendo ante el imparable deterioro biológico que felizmente nos librará más pronto que tarde de la presencia terrenal de los hermanitos Castro.
Así pues, me permito compartir estos criterios, que son mi punto de vista:
Es el momento de apoyar por todos los medios el desarrollo de la actividad económica privada. Es hora de romper con el monopolio del Estado, sabiendo que hay limitaciones, sabiendo que hay quien obra por avaricia y egoísmo, pero… ya sabemos que en todas partes se cuecen habas.
En la Revista católica “Espacio Laical”, publicada en La Habana, los ahora ex-editores L. González y R.Veiga plantearon como parte del Laboratorio Casa Cuba, el concepto de la “oposición leal”, algo que me hizo recordar risueñamente que es tal el nombre que recibe en el Reino Unido y en Canadá el partido de oposición en el Parlamento, para mostrar que no hay oposición a la figura del Rey o la Reina. Algunos han señalado la profunda y raigal diferencia entre “oposición leal” y “oposición legal”, cuestión que va mucho más allá de la semántica cuando de Cuba se trata.
La propia Yoanni Sánchez se cuestiona preocupada si el cambio de personas también puede conllevar un cambio dilutorio de las posiciones de “Espacio Laical”, con las cuales ella no siempre ha coincidido…ni yo tampoco.
Hago referencia a estas dos cuestiones, porque forman parte del complejo entramado de ideas y propuestas que se plantean in crescendo ante el imparable deterioro biológico que felizmente nos librará más pronto que tarde de la presencia terrenal de los hermanitos Castro.
Así pues, me permito compartir estos criterios, que son mi punto de vista:
- Nada más peligroso que la unanimidad, pero nada más necesario para vencer que la unidad. Muchas veces dedicamos más tiempo en criticar las ideas del amigo que en establecer lazos y contactos para enfrentar juntos al enemigo, que debe estar bien definido y personalizado.
- Todo un pueblo no puede ser considerado culpable, es un error considerar a cada oponente un enemigo. Como dice Carlos Alberto Montaner, “(…) suponer que el socialismo conduce inevitablemente al totalitarismo. No siempre es cierto. Los socialistas inteligentes aprenden de la experiencia y pueden rectificar.” El juego democrático deberá decidir el rumbo en cada momento y circunstancia futura.
- Ante la inacción y los regodeos intelectuales, la acción se impone. La Sociedad Civil en Cuba es el motor del cambio. No es en la lejanía donde se gana la batalla. Y al que está en la primera línea hay que darle el poder de decisión junto a todo nuestro apoyo.
- Si no nos vamos a matar los unos a los otros, tendremos de conversar. Esto no es fácil, pero es necesario e inevitable. En una sociedad tan dividida y polarizada como la cubana, hay que llegar a acuerdos y compromisos. Las tan manidas posiciones “intransigentes e inclaudicables” son el mayor obstáculo hacia la democracia.
- El conflicto entre los gobiernos de Estados Unidos y Cuba empaña, emponzoña y enmascara el conflicto interno de los cubanos con los cubanos. Por otra parte, los ciudadanos americanos se preguntan cuál es para ellos la “vela en ese entierro”. Así pues, una disminución en las restricciones de viaje parece inevitable. Ahora bien, por ahora el Embargo debe permanecer como pieza de cambio, y por la importancia estratégica de no permitir a Fidel Castro proclamar a los cuatro vientos que “venció al imperialismo yankee” con las nefastas consecuencias históricas que esto traería. Aquí evidentemente se requiere abandonar la lógica de lo “aparentemente razonable” para asumir la postura de lo “necesario-por-ahora”.
- Recordemos que mientras el ciudadano cubano dependa para su subsistencia del gobierno, estará a su merced. Como dice Carlos Alberto Montaner: “Cuando el Estado decide por nosotros lo que supuestamente nos conviene, además de empobrecernos, nos genera un profundo malestar. Ese tipo de Estado deja de ser un conjunto de instituciones a nuestro servicio y bajo nuestras órdenes, y pasa a convertirse en nuestro amo y señor. Nos somete a la más vil servidumbre. “
Es el momento de apoyar por todos los medios el desarrollo de la actividad económica privada. Es hora de romper con el monopolio del Estado, sabiendo que hay limitaciones, sabiendo que hay quien obra por avaricia y egoísmo, pero… ya sabemos que en todas partes se cuecen habas.
Last edit: 12 Jun 2014 23:13 by Gerardo E. Martínez-Solanas.
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- Marta Menor
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Re: El Gran Debate
14 Jun 2014 05:35
Amigo Porto
Mi comentarios sobre " Oposición Leal vs Oposición Legal" referente a los artículos en Espacio Laical y "Congress be Damned" sobre una petición al Presidente Obama por un grupo de inversionistas cubano-americanos tratan dos temas totalmente diferentes y ninguno de los dos se plantea "con fina ironía". En todo caso, como análisis y opinión.
Oposición Leal vs Oposición Legal se refiere a los artículos publicados en Espacio Laical, y trata de definir variantes de lealtad, que no todas son para el bien. En el mismo podrá comprobar que se habla de esa oposición a la que ahora se refiere a la monarquía Inglesa DE la Reina y no oposición A la reina.
La frase se origina en 1826 en un debate parlamentario británico usada por John Hobhouse…Loyal Oposition. Oposición leal DE en vez de oposición A tal vez resulte risueña en una monarquía parlamentaria pero no en una dictadura comunista.
En mi otro artículo sobre la petición dirigida al Presidente Obama no se critican ideas y propuestas sino habla de metodología. La leyes en los Estados Unidos se originan y aprueban en el poder Legislativo, léase Congreso, y se firman o vetan por el poder Ejecutivo, léase presidente, como estoy segura usted muy bien sabe.
El pedir al Presidente Obama que utilice su poder Ejecutivo para ignorar leyes aprobadas por el Congreso y firmadas por un presidente anterior, es sentar un precedente muy peligroso para la democracia. De eso al caudillismo no hay más que un paso; algo que por lo visto los cubanos tendemos a ser admiradores. Las leyes se enmiendan en el Congreso, no se echan a un lado si no nos convienen. Si aspiramos a una nueva Cuba con separación de poderes de estado dentro den una democracia, tenemos que aprender a vivir en democracia.
En relación a la Sociedad Civil cubana, ¿a qué sociedad civil se refiere que pueda ser el motor del cambio en Cuba? ¿a la sociedad de Habermas de un conjunto de instituciones que defienden los derechos individuales, político y sociales y propicia la libre asociación e intervención en las operaciones del mercado? ¿A la de Tocqueville de instituciones cívicas que juegan el papel de mediadores entre la población y el estado? ¿Existen acaso bajo el régimen castrista estas sociedades civiles?
Todo luce indicar que lo que se propone crear con esta petición a Obama es una sociedad civil en el ámbito jurídico donde dos o más personas hacen un contrato que obliga a poner en común dinero, industria o bienes con el propósito de repartirse las ganancias en entre ellos. Queremos creer que en este caso, no es esto lo que se busca, pero hay que definirlo.
El problema es precisamente que no existe una verdadera sociedad civil en Cuba y hay que fomentarla, y para eso, es necesario que el gobierno empiece por respetar los derechos humanos y le permita al pueblo a ser partícipe de su futuro y de las ganancias de su trabajo.
Un abrazo cubano, sin ironía.
Mi comentarios sobre " Oposición Leal vs Oposición Legal" referente a los artículos en Espacio Laical y "Congress be Damned" sobre una petición al Presidente Obama por un grupo de inversionistas cubano-americanos tratan dos temas totalmente diferentes y ninguno de los dos se plantea "con fina ironía". En todo caso, como análisis y opinión.
Oposición Leal vs Oposición Legal se refiere a los artículos publicados en Espacio Laical, y trata de definir variantes de lealtad, que no todas son para el bien. En el mismo podrá comprobar que se habla de esa oposición a la que ahora se refiere a la monarquía Inglesa DE la Reina y no oposición A la reina.
La frase se origina en 1826 en un debate parlamentario británico usada por John Hobhouse…Loyal Oposition. Oposición leal DE en vez de oposición A tal vez resulte risueña en una monarquía parlamentaria pero no en una dictadura comunista.
En mi otro artículo sobre la petición dirigida al Presidente Obama no se critican ideas y propuestas sino habla de metodología. La leyes en los Estados Unidos se originan y aprueban en el poder Legislativo, léase Congreso, y se firman o vetan por el poder Ejecutivo, léase presidente, como estoy segura usted muy bien sabe.
El pedir al Presidente Obama que utilice su poder Ejecutivo para ignorar leyes aprobadas por el Congreso y firmadas por un presidente anterior, es sentar un precedente muy peligroso para la democracia. De eso al caudillismo no hay más que un paso; algo que por lo visto los cubanos tendemos a ser admiradores. Las leyes se enmiendan en el Congreso, no se echan a un lado si no nos convienen. Si aspiramos a una nueva Cuba con separación de poderes de estado dentro den una democracia, tenemos que aprender a vivir en democracia.
En relación a la Sociedad Civil cubana, ¿a qué sociedad civil se refiere que pueda ser el motor del cambio en Cuba? ¿a la sociedad de Habermas de un conjunto de instituciones que defienden los derechos individuales, político y sociales y propicia la libre asociación e intervención en las operaciones del mercado? ¿A la de Tocqueville de instituciones cívicas que juegan el papel de mediadores entre la población y el estado? ¿Existen acaso bajo el régimen castrista estas sociedades civiles?
Todo luce indicar que lo que se propone crear con esta petición a Obama es una sociedad civil en el ámbito jurídico donde dos o más personas hacen un contrato que obliga a poner en común dinero, industria o bienes con el propósito de repartirse las ganancias en entre ellos. Queremos creer que en este caso, no es esto lo que se busca, pero hay que definirlo.
El problema es precisamente que no existe una verdadera sociedad civil en Cuba y hay que fomentarla, y para eso, es necesario que el gobierno empiece por respetar los derechos humanos y le permita al pueblo a ser partícipe de su futuro y de las ganancias de su trabajo.
Un abrazo cubano, sin ironía.
Reply to Marta Menor
- Francisco Porto
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Re: El Gran Debate
14 Jun 2014 16:25 - 14 Jun 2014 16:26
Marta: Creía haber dejado en claro que eran dos los temas, tratados aparte. Disculpa si hubo confusión.Y por cierto lo de tu comentario a la carta de Obama fue con “fina ironía” nada disimulada.
En mi comentario menciono 6 puntos y quisiera que esto se viera como un todo y no como una suma aislada de factores. Como verás, coincido contigo en algunos puntos y en otros no.
No estoy de acuerdo con todo lo planteado en Espacio Laical, mucho menos con el peligroso término de “oposición leal”, pero reconozco el mérito de discrepar dentro de Cuba de conceptos esgrimidos por el régimen como “intocables” incluso al punto de estar incluídos en la vigente Constitución.
Un amigo mutuo nos decía que el ejército de la democracia en Cuba tenía en sus filas 400,000 cuentapropistas y nos animaba a apoyar cualquier pequeño paso de avance en esa dirección. En el ejercicio intelectual del exilio perdemos la perspectiva de dónde se desarrolla la batalla principal, de la cual solo podemos servir de apoyo pues los actores , los soldados de la primera línea, están allá. Aquí podemos dedicar un millón de palabras a ejercicios intelectuales, académicos o como quieran llamarse, pero el efecto en la Isla será nulo, cero, nada. Sobre esto podríamos estar discutiendo hasta las calendas griegas y no tengo objeción si es con buen vino y unos saladitos.
Claro que mis criterios no tienen que ser tomados muy en serio pues no represento a nadie como no sea a mí mismo, pero así pienso yo.
Hacia ti, un abrazo con toda mi admiración por tu lucidez, tu compromiso con Cuba y la constancia que te caracteriza.
En mi comentario menciono 6 puntos y quisiera que esto se viera como un todo y no como una suma aislada de factores. Como verás, coincido contigo en algunos puntos y en otros no.
No estoy de acuerdo con todo lo planteado en Espacio Laical, mucho menos con el peligroso término de “oposición leal”, pero reconozco el mérito de discrepar dentro de Cuba de conceptos esgrimidos por el régimen como “intocables” incluso al punto de estar incluídos en la vigente Constitución.
Un amigo mutuo nos decía que el ejército de la democracia en Cuba tenía en sus filas 400,000 cuentapropistas y nos animaba a apoyar cualquier pequeño paso de avance en esa dirección. En el ejercicio intelectual del exilio perdemos la perspectiva de dónde se desarrolla la batalla principal, de la cual solo podemos servir de apoyo pues los actores , los soldados de la primera línea, están allá. Aquí podemos dedicar un millón de palabras a ejercicios intelectuales, académicos o como quieran llamarse, pero el efecto en la Isla será nulo, cero, nada. Sobre esto podríamos estar discutiendo hasta las calendas griegas y no tengo objeción si es con buen vino y unos saladitos.
Claro que mis criterios no tienen que ser tomados muy en serio pues no represento a nadie como no sea a mí mismo, pero así pienso yo.
Hacia ti, un abrazo con toda mi admiración por tu lucidez, tu compromiso con Cuba y la constancia que te caracteriza.
Last edit: 14 Jun 2014 16:26 by Francisco Porto.
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