JESUCRISTO, EL PAPA FRANCISCO Y YO
- Francisco Porto
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JESUCRISTO, EL PAPA FRANCISCO Y YO
21 Sep 2013 18:02
1.-Existe un sentimiento casi universal de admiración ante las acciones y pronunciamientos del Papa Francisco. A toda hora y a través de todos los medios, se reportan las anécdotas que demuestran su humildad, compasión y bondad. Ahora bien, esto no es todo, ni mucho menos. Lo más importante es el mensaje, la enseñanza.
2.-El mensaje de la Iglesia desde el principio es el mismo: el Evangelio de Jesucristo. Pero las acciones de muchos de sus miembros no han sido siempre congruentes con el mensaje. De ahí la importancia que tiene este Año de la Fe, proclamado por Benedicto XVI para “dar un renovado impulso a la misión de toda la Iglesia, para conducir a los hombres lejos del desierto en el cual muy a menudo se encuentran en sus vidas a la amistad con Cristo que nos da su vida plenamente"
3.-Con tantas idas y venidas, versiones y tergiversaciones, aún en las traducciones por aquello de “traduttore, traditore”, pienso que es necesario que sea el mismo Jorge Bergoglio quien nos hable. De ahí que recurro a las citas textuales, para no agregar mucho de mi cosecha y no convertirme, sin tal intención, en otro “co-autor” y mucho menos en “piedra de tropiezo”.
3.-La prédica del Papa Francisco no contiene una nueva Revelación. La Revelación está en los Santos Evangelios y su comprensión ha ido creciendo a través del Magisterio de la Iglesia, inspirado y guiado por el Espíritu Santo. Lo que pasa es que muchas veces nos hemos apartado tanto de los orígenes que vemos como nuevo lo que tiene 2000 años. Cito al nuevo Secretario de Estado del Vaticano, Mons. Pietro Parolin, quien señaló:“Tenemos dos mil años de historia. Ahora, esta historia no ha pasado en balde”. Y agregó:“La Iglesia nunca podrá cambiar al punto de adaptarse completamente al mundo. Si lo hiciera y se perdiera en él, ya no cumpliría su misión de ser sal y luz para todos."
Para el católico debe estar claro que la Iglesia es Pedro, la Roca, y no “cañas sacudidas por el viento” a su capricho.¿Qué ha dicho el Papa Francisco al respecto?. Veamos:
“Hay que saber valorar internamente, tomarse el tiempo necesario. La sabiduría del discernimiento nos libra de la necesaria ambigüedad de la vida…”
4.-En una carta al periódico italiano La República, escribe: “La Iglesia, créame, a pesar de todos los retrasos, errores, infidelidades y pecados que haya cometido y que todavía puedan cometer los que la componen, no tiene otro significado ni otro propósito que el de vivir y dar testimonio de Jesús”.
5.-Como ha expresado el Obispo de San Sebastián Mons. Munilla “en este tiempo en el que vivimos, una persona secularizada de derechas piensa sustancialmente lo mismo que una persona secularizada de izquierdas. En el fondo, cuando hemos perdido nuestras raíces espirituales, el pensamiento acaba pareciéndose mucho el uno al otro”
Así pues, de lo que se trata es del llamado a la conversión no en el sentido estrecho de “Yo creo en Dios” o “Yo soy cristiano” sino en vivir la Fe cristiana, el involucrarse, el sumergirse de lleno en diseminar, con nuestra obras y ejemplo, la Buena Nueva, el Evangelio liberador que rompe lo que nos ata al individualismo, el materialismo de todo tipo, el hedonismo, y nos hace hermanos de todos los hombres y mujeres, especialmente de los más necesitados.
6.-Ahora bien, la pregunta que me hago es: ¿seguimos las enseñanzas de la Iglesia que nos llegan a través de magisterio del Papa Francisco? Si decimos que estamos de acuerdo con lo que nos predica…¿seguimos sus consejos?.
7.-Quiero empezar esta reflexión con el llamado que se nos hace a enfrentar el problema de la pobreza en el Mundo.
Con fundamento en el Evangelio, la Iglesia ha remarcado los valores esenciales de su Doctrina Social: el Bien Común, la Dignidad Plena del Hombre, el Destino Universal de los Bienes, la Subsidiaridad y la Solidaridad.
“Quien desea que la estrella de la paz aparezca y se detenga sobre la sociedad, contribuya por su parte a devolver a la persona humana la dignidad que Dios le concedió desde el principio."(Radiomensaje de Pío XII "Con sempre", 1942)
Hace apenas unos días, el Papa Francisco expresó:
“La simple acogida no basta. No basta dar un sándwich si no se acompaña de la oportunidad de aprender a caminar sobre sus propios pies. La caridad que deja a los pobres tal y como están no es suficiente. La misericordia verdadera, aquella que Dios nos da y nos enseña, pide justicia, pide que el pobre encuentre su camino para dejar de serlo”
Después preguntó: "¿Me inclino para ayudar a quienes están en dificultad, o tengo miedo de ensuciarme las manos? ¿Estoy encerrado en mí mismo, en mis cosas, o me cercioro de que otros necesitan ayuda? Me sirvo solo a mí mismo, o sé servir a los demás como Cristo, que vino a servir hasta dar su propia vida? ¿Miro a los ojos de los que buscan la justicia, o dirijo la mirada hacia otro lado? ¿Para no mirarles a los ojos?”
Como muy acertadamente apunta Martínez-Solanas en su artículo La Teoría Marxista de la Liberación y el Papa Francisco “ Ahora se está poniendo de moda aplaudir socarronamente al Papa Francisco, tergiversando su posición a favor de los pobres con la pretensión de que sus intenciones se orientan a revivir y legitimar la Teología de la Liberación …” y nos recuerda que siendo todavía Cardenal Bergoglio, éste declaró en una entrevista: "Jesucristo es visto como un líder político, como un revolucionario, como un subversivo -así lo han llamado-, y se pierde de vista su dimensión divina y su sacrificio humano".
El debate la ideas es válido, pero no debemos confundir los términos, pues el espíritu y la letra de uno y otro son bien diferentes: “Si no existe una verdad última, la cual guía y orienta la acción política, entonces las ideas y las convicciones humanas pueden ser instrumentalizadas fácilmente para fines de poder. Una democracia sin valores se convierte con facilidad en un totalitarismo visible o encubierto, como demuestra la historia.” (Juan Pablo II, carta encíclica “Centesimus Annus, 1991)
8.- Tenemos entonces la obligación de preguntarnos cuál es en la práctica, en la realidad concreta, nuestra actitud ante el desvalido, el más vulnerable. Y eso nos trae al tema de la Inmigración y la Reforma Migratoria.
Dijo Jesús: “Dichosos ustedes cuando la gente los odie, cuando los expulsen, cuando los insulten…” (Lucas 6:22)
Dice el Papa Francisco:
“Cuántas veces alzamos la voz para defender nuestros derechos, pero ¡Cuántas veces somos indiferentes a los derechos de los demás! ¡Cuántas veces no sabemos o no queremos dar voz a quienes como ustedes sufrieron y sufren, a quienes vieron pisotear sus propios derechos, a quien sufrieron tanta violencia que ya ni quieren buscar justicia!”
Me parece que a buen entendedor…
9.- Así pues, quiero terminar esta reflexión, este compartir de ideas, con la crisis en Siria, envuelta en una cruenta guerra civil y el conflicto entre las grandes potencias mundiales.
¿ Qué nos ha dicho Jesucristo :
“Dichosos los que trabajan por la paz, porque Dios los llamará hijos suyos” (Mateo 5:9)
Cito ahora al Papa Francisco en la Vigilia por la Paz:
“El mundo que todos queremos”, preguntó el Papa, “¿no es un mundo de armonía y de paz, dentro de nosotros mismos, en la relación con los demás, en las familias, en las ciudades, en y entre las naciones? Y la verdadera libertad para elegir el camino a seguir en este mundo, ¿no es precisamente aquella que está orientada al bien de todos y guiada por el amor?”.
“Preguntémonos ahora: ¿Es ése el mundo en el que vivimos? La creación conserva su belleza que nos llena de estupor, sigue siendo una obra buena. Pero también hay violencia, división, rivalidad, guerra. Esto se produce cuando el hombre, vértice de la creación, pierde de vista el horizonte de belleza y de bondad, y se cierra en su propio egoísmo”
“Cuando el hombre piensa sólo en sí mismo –advirtió el Papa–, en sus propios intereses y se pone en el centro, cuando se deja fascinar por los ídolos del dominio y del poder, cuando se pone en el lugar de Dios, entonces altera todas las relaciones, arruina todo; y abre la puerta a la violencia, a la indiferencia, al enfrentamiento”.
“Como si fuese algo normal, seguimos sembrando destrucción, dolor, muerte. La violencia, la guerra traen sólo muerte, hablan de muerte. La violencia y la guerra utilizan el lenguaje de la muerte” (Vigilia por la Paz)
No es ingenuidad, sino realismo. ¿Qué guerra ha sido el fin de las guerras? ¿Después de la matanza de la Primer Guerra Mundial vino la Paz? ¿Qué hay entonces de la Segunda Guerra Mundial? ¿O de las muchas otras que después han anegado en sangre nuestro Planeta?
Mahatma Ghandi sentenciaba:”El camino de la Paz es la Paz”.
10.- Digo yo, si estamos en comunión de conceptos con el Papa debiéramos entonces aplicarlos a nosotros mismos. ¿Cómo podemos entonces apoyar la idea de que la violencia es la solución a la violencia? .
Asumamos que el régimen dictatorial de Siria en efecto fue el que gaseó a sus ciudadanos en un acto aborrecible, horrendo. El hecho no puede permanecer impune, eso es una realidad. La primera pregunta es: ¿La respuesta debe ser la acción armada?
Bueno, eso puede ser una respuesta exitosa desde el punto de vista político- militar, lo cual es dudoso, pero ahí viene la pregunta más importante: ¿es esta la respuesta cristiana, es la respuesta del Mandamiento del Amor? Esta pregunta es trascendental, pues solo poniendo a Jesús como centro de nuestras vidas, como guía en nuestro accionar, solo así podremos decir que en verdad somos sus discípulos. Lo demás son palabras vanas.
11.-Para algunos resulta más fácil la solución de un “ataque quirúrgico”. Claro, las víctimas inocentes de tal ataque son rostros desconocidos, posiblemente de los más débiles y desamparados, aquellos mismos que nosotros los cristianos, decimos que son los que más requieren de nuestra protección, ayuda y solidaridad. Ya sabemos muy bien que no son los poderosos los que ponen el muerto, y por el contrario ponen a buen recaudo a los suyos.
Cito nuevamente al Papa Francisco, porque es él quien nos exhorta a abandonar el camino de la guerra:
“En cada agresión y en cada guerra hacemos renacer a Caín. ¡Todos nosotros! Y también hoy prolongamos esta historia de enfrentamiento entre hermanos, también hoy levantamos la mano contra quien es nuestro hermano”
Con toda sinceridad, me resulta difícil entender cómo políticos que se dicen cristianos e incluso católicos, son capaces de ignorar olímpicamente el llamado del Papa, el clamor de millones alrededor del Mundo, el llamado a una solución política, diplomática. A tales, sería bueno recordar el Evangelio según San Lucas (12):
“Este servidor conocía la voluntad de su patrón; si no ha cumplido las órdenes de su patrón y no ha preparado nada, recibirá un severo castigo.”
12.- Es necesario que meditemos muy seriamente en la actitud que asumimos ante los problemas de este Mundo, el enfoque que hacemos de esos problemas. Nada más elocuente y preciso que cuando el Papa Francisco expresó:
“¡cómo quisiera que por un momento todos los hombres y las mujeres de buena voluntad mirasen la Cruz!”, pues en la Cruz “se puede leer la respuesta de Dios: allí, a la violencia no se ha respondido con violencia, a la muerte no se ha respondido con el lenguaje de la muerte”.
“En el silencio de la Cruz calla el fragor de las armas y habla el lenguaje de la reconciliación, del perdón, del diálogo, de la paz”.
“Quisiera pedir al Señor, que nosotros cristianos, los hermanos de las otras religiones, todos los hombres y mujeres de buena voluntad gritasen con fuerza: ¡La violencia y la guerra nunca son camino para la paz!”.
2.-El mensaje de la Iglesia desde el principio es el mismo: el Evangelio de Jesucristo. Pero las acciones de muchos de sus miembros no han sido siempre congruentes con el mensaje. De ahí la importancia que tiene este Año de la Fe, proclamado por Benedicto XVI para “dar un renovado impulso a la misión de toda la Iglesia, para conducir a los hombres lejos del desierto en el cual muy a menudo se encuentran en sus vidas a la amistad con Cristo que nos da su vida plenamente"
3.-Con tantas idas y venidas, versiones y tergiversaciones, aún en las traducciones por aquello de “traduttore, traditore”, pienso que es necesario que sea el mismo Jorge Bergoglio quien nos hable. De ahí que recurro a las citas textuales, para no agregar mucho de mi cosecha y no convertirme, sin tal intención, en otro “co-autor” y mucho menos en “piedra de tropiezo”.
3.-La prédica del Papa Francisco no contiene una nueva Revelación. La Revelación está en los Santos Evangelios y su comprensión ha ido creciendo a través del Magisterio de la Iglesia, inspirado y guiado por el Espíritu Santo. Lo que pasa es que muchas veces nos hemos apartado tanto de los orígenes que vemos como nuevo lo que tiene 2000 años. Cito al nuevo Secretario de Estado del Vaticano, Mons. Pietro Parolin, quien señaló:“Tenemos dos mil años de historia. Ahora, esta historia no ha pasado en balde”. Y agregó:“La Iglesia nunca podrá cambiar al punto de adaptarse completamente al mundo. Si lo hiciera y se perdiera en él, ya no cumpliría su misión de ser sal y luz para todos."
Para el católico debe estar claro que la Iglesia es Pedro, la Roca, y no “cañas sacudidas por el viento” a su capricho.¿Qué ha dicho el Papa Francisco al respecto?. Veamos:
“Hay que saber valorar internamente, tomarse el tiempo necesario. La sabiduría del discernimiento nos libra de la necesaria ambigüedad de la vida…”
4.-En una carta al periódico italiano La República, escribe: “La Iglesia, créame, a pesar de todos los retrasos, errores, infidelidades y pecados que haya cometido y que todavía puedan cometer los que la componen, no tiene otro significado ni otro propósito que el de vivir y dar testimonio de Jesús”.
5.-Como ha expresado el Obispo de San Sebastián Mons. Munilla “en este tiempo en el que vivimos, una persona secularizada de derechas piensa sustancialmente lo mismo que una persona secularizada de izquierdas. En el fondo, cuando hemos perdido nuestras raíces espirituales, el pensamiento acaba pareciéndose mucho el uno al otro”
Así pues, de lo que se trata es del llamado a la conversión no en el sentido estrecho de “Yo creo en Dios” o “Yo soy cristiano” sino en vivir la Fe cristiana, el involucrarse, el sumergirse de lleno en diseminar, con nuestra obras y ejemplo, la Buena Nueva, el Evangelio liberador que rompe lo que nos ata al individualismo, el materialismo de todo tipo, el hedonismo, y nos hace hermanos de todos los hombres y mujeres, especialmente de los más necesitados.
6.-Ahora bien, la pregunta que me hago es: ¿seguimos las enseñanzas de la Iglesia que nos llegan a través de magisterio del Papa Francisco? Si decimos que estamos de acuerdo con lo que nos predica…¿seguimos sus consejos?.
7.-Quiero empezar esta reflexión con el llamado que se nos hace a enfrentar el problema de la pobreza en el Mundo.
Con fundamento en el Evangelio, la Iglesia ha remarcado los valores esenciales de su Doctrina Social: el Bien Común, la Dignidad Plena del Hombre, el Destino Universal de los Bienes, la Subsidiaridad y la Solidaridad.
“Quien desea que la estrella de la paz aparezca y se detenga sobre la sociedad, contribuya por su parte a devolver a la persona humana la dignidad que Dios le concedió desde el principio."(Radiomensaje de Pío XII "Con sempre", 1942)
Hace apenas unos días, el Papa Francisco expresó:
“La simple acogida no basta. No basta dar un sándwich si no se acompaña de la oportunidad de aprender a caminar sobre sus propios pies. La caridad que deja a los pobres tal y como están no es suficiente. La misericordia verdadera, aquella que Dios nos da y nos enseña, pide justicia, pide que el pobre encuentre su camino para dejar de serlo”
Después preguntó: "¿Me inclino para ayudar a quienes están en dificultad, o tengo miedo de ensuciarme las manos? ¿Estoy encerrado en mí mismo, en mis cosas, o me cercioro de que otros necesitan ayuda? Me sirvo solo a mí mismo, o sé servir a los demás como Cristo, que vino a servir hasta dar su propia vida? ¿Miro a los ojos de los que buscan la justicia, o dirijo la mirada hacia otro lado? ¿Para no mirarles a los ojos?”
Como muy acertadamente apunta Martínez-Solanas en su artículo La Teoría Marxista de la Liberación y el Papa Francisco “ Ahora se está poniendo de moda aplaudir socarronamente al Papa Francisco, tergiversando su posición a favor de los pobres con la pretensión de que sus intenciones se orientan a revivir y legitimar la Teología de la Liberación …” y nos recuerda que siendo todavía Cardenal Bergoglio, éste declaró en una entrevista: "Jesucristo es visto como un líder político, como un revolucionario, como un subversivo -así lo han llamado-, y se pierde de vista su dimensión divina y su sacrificio humano".
El debate la ideas es válido, pero no debemos confundir los términos, pues el espíritu y la letra de uno y otro son bien diferentes: “Si no existe una verdad última, la cual guía y orienta la acción política, entonces las ideas y las convicciones humanas pueden ser instrumentalizadas fácilmente para fines de poder. Una democracia sin valores se convierte con facilidad en un totalitarismo visible o encubierto, como demuestra la historia.” (Juan Pablo II, carta encíclica “Centesimus Annus, 1991)
8.- Tenemos entonces la obligación de preguntarnos cuál es en la práctica, en la realidad concreta, nuestra actitud ante el desvalido, el más vulnerable. Y eso nos trae al tema de la Inmigración y la Reforma Migratoria.
Dijo Jesús: “Dichosos ustedes cuando la gente los odie, cuando los expulsen, cuando los insulten…” (Lucas 6:22)
Dice el Papa Francisco:
“Cuántas veces alzamos la voz para defender nuestros derechos, pero ¡Cuántas veces somos indiferentes a los derechos de los demás! ¡Cuántas veces no sabemos o no queremos dar voz a quienes como ustedes sufrieron y sufren, a quienes vieron pisotear sus propios derechos, a quien sufrieron tanta violencia que ya ni quieren buscar justicia!”
Me parece que a buen entendedor…
9.- Así pues, quiero terminar esta reflexión, este compartir de ideas, con la crisis en Siria, envuelta en una cruenta guerra civil y el conflicto entre las grandes potencias mundiales.
¿ Qué nos ha dicho Jesucristo :
“Dichosos los que trabajan por la paz, porque Dios los llamará hijos suyos” (Mateo 5:9)
Cito ahora al Papa Francisco en la Vigilia por la Paz:
“El mundo que todos queremos”, preguntó el Papa, “¿no es un mundo de armonía y de paz, dentro de nosotros mismos, en la relación con los demás, en las familias, en las ciudades, en y entre las naciones? Y la verdadera libertad para elegir el camino a seguir en este mundo, ¿no es precisamente aquella que está orientada al bien de todos y guiada por el amor?”.
“Preguntémonos ahora: ¿Es ése el mundo en el que vivimos? La creación conserva su belleza que nos llena de estupor, sigue siendo una obra buena. Pero también hay violencia, división, rivalidad, guerra. Esto se produce cuando el hombre, vértice de la creación, pierde de vista el horizonte de belleza y de bondad, y se cierra en su propio egoísmo”
“Cuando el hombre piensa sólo en sí mismo –advirtió el Papa–, en sus propios intereses y se pone en el centro, cuando se deja fascinar por los ídolos del dominio y del poder, cuando se pone en el lugar de Dios, entonces altera todas las relaciones, arruina todo; y abre la puerta a la violencia, a la indiferencia, al enfrentamiento”.
“Como si fuese algo normal, seguimos sembrando destrucción, dolor, muerte. La violencia, la guerra traen sólo muerte, hablan de muerte. La violencia y la guerra utilizan el lenguaje de la muerte” (Vigilia por la Paz)
No es ingenuidad, sino realismo. ¿Qué guerra ha sido el fin de las guerras? ¿Después de la matanza de la Primer Guerra Mundial vino la Paz? ¿Qué hay entonces de la Segunda Guerra Mundial? ¿O de las muchas otras que después han anegado en sangre nuestro Planeta?
Mahatma Ghandi sentenciaba:”El camino de la Paz es la Paz”.
10.- Digo yo, si estamos en comunión de conceptos con el Papa debiéramos entonces aplicarlos a nosotros mismos. ¿Cómo podemos entonces apoyar la idea de que la violencia es la solución a la violencia? .
Asumamos que el régimen dictatorial de Siria en efecto fue el que gaseó a sus ciudadanos en un acto aborrecible, horrendo. El hecho no puede permanecer impune, eso es una realidad. La primera pregunta es: ¿La respuesta debe ser la acción armada?
Bueno, eso puede ser una respuesta exitosa desde el punto de vista político- militar, lo cual es dudoso, pero ahí viene la pregunta más importante: ¿es esta la respuesta cristiana, es la respuesta del Mandamiento del Amor? Esta pregunta es trascendental, pues solo poniendo a Jesús como centro de nuestras vidas, como guía en nuestro accionar, solo así podremos decir que en verdad somos sus discípulos. Lo demás son palabras vanas.
11.-Para algunos resulta más fácil la solución de un “ataque quirúrgico”. Claro, las víctimas inocentes de tal ataque son rostros desconocidos, posiblemente de los más débiles y desamparados, aquellos mismos que nosotros los cristianos, decimos que son los que más requieren de nuestra protección, ayuda y solidaridad. Ya sabemos muy bien que no son los poderosos los que ponen el muerto, y por el contrario ponen a buen recaudo a los suyos.
Cito nuevamente al Papa Francisco, porque es él quien nos exhorta a abandonar el camino de la guerra:
“En cada agresión y en cada guerra hacemos renacer a Caín. ¡Todos nosotros! Y también hoy prolongamos esta historia de enfrentamiento entre hermanos, también hoy levantamos la mano contra quien es nuestro hermano”
Con toda sinceridad, me resulta difícil entender cómo políticos que se dicen cristianos e incluso católicos, son capaces de ignorar olímpicamente el llamado del Papa, el clamor de millones alrededor del Mundo, el llamado a una solución política, diplomática. A tales, sería bueno recordar el Evangelio según San Lucas (12):
“Este servidor conocía la voluntad de su patrón; si no ha cumplido las órdenes de su patrón y no ha preparado nada, recibirá un severo castigo.”
12.- Es necesario que meditemos muy seriamente en la actitud que asumimos ante los problemas de este Mundo, el enfoque que hacemos de esos problemas. Nada más elocuente y preciso que cuando el Papa Francisco expresó:
“¡cómo quisiera que por un momento todos los hombres y las mujeres de buena voluntad mirasen la Cruz!”, pues en la Cruz “se puede leer la respuesta de Dios: allí, a la violencia no se ha respondido con violencia, a la muerte no se ha respondido con el lenguaje de la muerte”.
“En el silencio de la Cruz calla el fragor de las armas y habla el lenguaje de la reconciliación, del perdón, del diálogo, de la paz”.
“Quisiera pedir al Señor, que nosotros cristianos, los hermanos de las otras religiones, todos los hombres y mujeres de buena voluntad gritasen con fuerza: ¡La violencia y la guerra nunca son camino para la paz!”.
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