Eduardo Mesa, quien nos honra con su amistad, nos ha hecho llegar “Un Homenaje a Pedro Claro Meurice Estiú”, selección de testimonios sobre ese hombre claro y diáfano como su nombre, que partió a la Casa del Padre pero nunca abandonará el corazón y la memoria de cada cubano de bien.
Esta compilación realizada por Humberto Esteve Abril y Eduardo Mesa incluye, entre otros, el Discurso de aceptación de Monseñor Meurice al recibir el título Doctor Honoris Causa de la Universidad de Georgetown, el artículo “Pedro Claro Meurice: cubano, pastor y amigo fiel” de Dagoberto Valdés y la homilía pronunciada por nuestro amadísimo Monseñor Agustín Román en la misa celebrada en la Ermita de la Caridad del 23 de julio de 2011.
Precisamente de la homilía de Monseñor Román reproduzco el último párrafo: “La muerte, para los que no tienen fe es el fin de todo. Para nosotros los cristianos es el comienzo de la vida eterna que, escondida en nuestras almas desde el bautismo, comparte el gozo del Señor Jesús en el cielo”
Pero no es la muerte de Pedro Meurice la que trasciende en la memoria, sino sus valientes palabras de bienvenida a Juan Pablo II en Santiago de Cuba aquel enero de 1998:"...Cuba es un pueblo que tiene una entrañable vocación a la solidaridad, pero a lo largo de su historia, ha visto desarticulados o encallados los espacios de asociación y participación de la sociedad civil..." y continuaba: "Le presento además, a un número creciente de cubanos que han confundido la Patria con un partido...". Y terminaba dirigiéndose a Nuestra Señora de la Caridad del Cobre: "Y tu Nombre será nuestro escudo, nuestro amparo tus gracias serán"
Recomiendo a los amigos a que lean estas páginas rebosantes de amor, de amor a Dios, de amor al Hombre, de amor a la Patria, del amor que cultivó el Arzobispo Benemérito de Santiago de Cuba Pedro Claro Meurice Estiú.