La democracia se valora especialmente cuando se pierde, cuando dejamos de movernos hacia el ideal democrático y empezamos a vivir la experiencia del poder en bruto y sin límites de la tiranía. Y entonces el pensador suizo Juan Jacobo Rousseau nos recuerda que la lucha debe continuar por la libertad, la igualdad y la fraternidad, es decir la democracia como gobierno de la mayoría, con respeto a las minorías y en el marco de la ley y del respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales.