En Georgia las elecciones parlamentarias demostraron un nuevo panorama político. El partido que apoya al presidente Mijail Sakashvili no logró mantener la mayoría en la cámara legislativa de 150 escaños, y ahora el movimiento Sueño Georgiano tendrá que formar el gabinete. El desgaste político de Sakashvili tras casi una década en el poder, la guerra con Rusia, la frialdad de algunos países de Occidente en no aceptar al país en la OTAN y los últimos escándalos de abusos de poder por parte de la policía tuvo sus reflejos en la votación final.
El partido opositor, ahora con mayoría parlamentaria, lo lidera el multimillonario Bidzin Ivanishvili, quien no acudió a las urnas alegando que no eran transparentes y libres. De todos modos tienen 83 escaños de 150 que tiene el parlamento, mientras que el oficialista Movimiento Nacional Unido, de Sakashvili, logra 67 puestos. No han faltado las protestas callejeras de una y otra parte, los que no desean perder ni un puesto más y los que pujan por lograr otro más.
Sakashvili, quien llegó al poder en el 2004, tras la Revolución de las Rosas de noviembre del 2003, ya no estará mas en la boleta presidencial en los comicios del 2013, pues la constitución no le permite un tercer periodo al frente del país. Para el 2014 Georgia dejará de ser una república presidencialista para ser parlamentaria.
Las elecciones fueron un verdadero examen para el país. El traspaso de poder será el primero de forma civilizada y ordenada en esa ex república desde su independencia de Moscú en 1991. El primer presidente, Ziad Gamsajurdia fue sacado del poder en 1992 por unas tropas de diferentes tonalidades políticas que pusieron a Eduard Shevarnadze al frente del país. Otra revolución, la de las Rosas, sacó del poder a Shevarnadze quien mantuvo un gobierno muy a lo soviético.
Como satisfactorias calificaron los comicios los cientos de observadores internacionales que estuvieron en Georgia el pasado domingo. Todas las entidades europeas, civiles y militares, pidieron a las fuerzas políticas georgianas que unieran esfuerzos en el fortalecimiento de las instituciones democráticas del país. El secretario general de la OTAN, Anders Rasmussen ya extendió la mano a la nueva mayoría parlamentaria. Nadie olvida que Georgia ha sido el principal aliado de Occidente en el Caucaso, que los soldados georgianos participaron en la coalición internacional durante las operaciones de Irak, instructores alemanes, franceses y estadounidenses han creado un nuevo ejército georgiano.
La integración en la Alianza Atlántica y en la Unión Europea aparece entre los planes del Sueño Georgiano, pero Ivanishvili desea también mejorar las relaciones con Moscú, aunque reconoce que necesita por lo menos unos cinco años para un acercamiento completo. Tales planes no lo aceptan muchos, inclusive entre los que votaron por su partido en las elecciones. Las heridas de la guerra del verano del 2008 están todavía muy abiertas y las dos regiones separatistas siguen bajo control político y militar de Moscú. No faltan los que como el presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, pronostican un regreso de Georgia a la Comunidad de Estados Independientes y a las organizaciones que han creado bajo el patrocinio de Moscú.
La primera visita al extranjero del líder de la mayoría parlamentaria georgiana será a Estados Unidos, donde tendrá que responder a muchas preguntas de la prensa y de sus colegas estadounidenses sobre el futuro de un país que ha demostrado, con la voluntad de sus dirigentes y la firmeza de sus soldados, saber defender la democracia.
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