El Universo y Stephen Hawking
- Helio J. González
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El Universo y Stephen Hawking
10 May 2010 16:32
“Al principio Dios creó el cielo y la tierra. La tierra estaba desierta y sin nada, y las tinieblas cubrían los abismos mientras el espíritu de Dios aleteaba sobre la superficie de las aguas.”(Génesis 1-1,2)
Comienza así la descripción de la Creación en el primer libro de la Biblia, donde a través de un precioso relato lleno de poesía, Dios crea el Universo donde nos encontramos. ¿Pero por qué la Creación? Porque una de las cuestiones fundamentales a las que el Hombre ha tratado siempre de dar respuesta es al origen último del Universo. Ya en un artículo anterior acerca del Big Bang, hablábamos de esa frontera entre la ciencia, la filosofía y la religión, y concluíamos que como científicamente, el instante T=0, de la gran explosión, que desde ese punto de masa cero pero de energía cuasi infinita dio lugar a la expansión del Universo, no puede ser explicado por la ciencia, sino sólo a partir de 10-35 de segundo, el instante T=0 sólo quedaba en las manos de Dios.
Dios, Creador del Universo, yo me atrevo desde mi condición de creyente a hacer esta afirmación, también muchísimos y destacadísimos científicos lo han hecho. Kelvin, uno de los más grandes científicos británicos, y uno de los más importantes del grupo que ayudó a establecer los cimientos de la física moderna, era un cristiano muy comprometido. Max Planck, considerado el fundador de la teoría cuántica, que revolucionó nuestros conocimientos sobre la estructura del átomo y de las partículas subatómicas, era también profundamente creyente. Pero la fe, es un don de Dios, Él toca a la puerta de todos los hombres, de una u otra manera, y el hombre en su libertad, le responde sí o no, si la respuesta es positiva, Dios le da las fuerzas para crecer en su fe. Y ahí está el dilema que nos ocupa. La ciencia, no podrá responder plenamente todas las inquietudes del alma humana, y por lo tanto, hubo, hay y habrá científicos, creyentes y no creyentes. Lo que sí, es muy importante, es que el creyente no vea a la ciencia como algo que se opone a su fe, y se atrinchere, como muchos lo hacen, en una visión fundamentalista, tomando muchas veces La Palabra como verdad científica, dando la espalda a las realidades que la ciencia nos muestra día a día.
El Universo se define generalmente como todo lo que existe físicamente: la totalidad del espacio y del tiempo, de todas las formas de la materia y la energía, así como las leyes y constantes físicas que las gobiernan. Sin embargo, el término "universo" puede ser utilizado en sentidos ligeramente diferentes, para referirse a conceptos como el cosmos o el mundo.
La teoría actualmente más aceptada de la formación del Universo es el modelo del Big Bang. Sin embargo, hay otras como la Teoría del Estado Estacionario, propuesta por Bondi y Gold en 1948, como alternativa al Big Bang. De acuerdo a la misma el Universo era eterno, homogéneo e isótropo. La Radiación Cósmica de Fondo, descubierta por Penzias y Wilson en 1965, dio totalmente al traste con esta teoría, que a decir verdad, tenía fuertes inclinaciones ideológicas ateístas, debido a que la hipótesis del Big Bang, parecía implicar la existencia de un Creador, autor del átomo primigenio que dio lugar a nuestro Universo.
Stephen Hawking. Físico, cosmólogo y divulgador científico inglés, nació en Oxford, el 8 de enero de 1942. Es el actual titular de la Cátedra Lucasiana de Matemáticas de la Universidad de Cambridge (cátedra que ocupara Isaac Newton) y es miembro de la Real Sociedad de Londres, de la Academia Pontificia de las Ciencias y de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos. A principios de 1963 le diagnosticaron una enfermedad neuronal motora: esclerosis lateral amiotrófica. Junto a su brillante condición científica, su delicada condición física hace que se le admire aún mucho más. Hawking ha trabajado en las leyes básicas que gobiernan el universo y ha escrito diversos libros de alto nivel científico, pero ha tratado de llevar su visión al público en general a través de tres libros de divulgación científica: su éxito de ventas Historia del Tiempo: del Big Bang a los agujeros negros (1988); más recientemente en 2001, El universo en una cáscara de nuez, y en 2005, Brevísima historia del tiempo.
A partir de los años ochenta del siglo pasado, algunos científicos, entre los que destaca Stephen Hawking, propusieron la noción de Auto-creación del Universo. Éste habría tenido un comienzo en el tiempo, pero no habría lugar para un Creador, ya que el Universo se habría auto-creado. Fluctuaciones topológicas de la gravedad cuántica, lo habrían originado. Sin causa alguna, habrían dado lugar a estructuras espacio-temporales, creadas a partir de la nada cuántica. A partir del espacio-tiempo vacío se producirían partículas materiales mediante fluctuaciones del vacío cuántico; finalmente, el Universo se crearía a partir de esas partículas de acuerdo con las leyes físicas que producirían el Big-bang.
Un magnífico artículo del Profesor Carlos Alberto Marmelada Sebastián, ¨Cosmología actual, Filosofía y Religión¨ (CRYF, Universidad de Navarra), me permitió llegar a las siguientes reflexiones. Dos extrapolaciones, de muy difícil justificación, son el basamento de la teoría de la auto-creación del Universo. En primer lugar, la nada absoluta, o nada metafísica, no es experimentable, por lo que cae totalmente fuera del campo de la ciencia. Así pues, cuando algunos científicos dicen que el Universo se creó a sí mismo desde la nada no se refieren a la nada metafísica, concepto aplicado en la teología creacionista. Esa nada de la auto-creación, no sería un vacío absoluto, sino “algo”. Por lo tanto se genera una gran confusión al identificar el vacío cuántico (física) con la nada absoluta (metafísica).
En segundo lugar, la combinación de múltiples elementos procedentes de la mecánica cuántica y de la relatividad general. De la mecánica cuántica se toma la controvertida idea de que existen fenómenos sin causa, y la afirmación de que puede crearse -y aniquilarse- materia. De la relatividad general se extraería la idea de que el espacio y el tiempo pueden ser considerados estructuras independientes de la materia.
¨Historia del Tiempo¨. En 1988, se publicó un libro de Hawking que fue un gran éxito de ventas: Historia del tiempo. Hawking quería responder las preguntas siguientes: ¿por qué existe el Universo? Y ¿por qué es cómo es? El Prof. Marmelada en el artículo citado, nos dice: ¨La conclusión a la que llegó Hawking en esa obra era la existencia de un universo autocontenido, sin principio ni fin, limitado pero sin fronteras ni bordes, en donde no hay lugar para un creador, en el universo de Hawking, Dios no tiene nada que hacer, no le queda ningún papel por representar¨. Más adelante nos aclara: ¨Pues bien, si el Universo se crea a sí mismo lo hará porque unas determinadas leyes físicas le hacen originarse de este modo. Ahora bien ¿cuál es el origen de esas leyes físicas? Ellas no pueden ni: a) originarse con el Universo, puesto que han de serle, de alguna manera, anteriores para poder originarle, ni b) originarse a sí mismas, ya que nada puede ser causa-efecto de sí mismo. En otras palabras: el universo debió de autocrearse a sí mismo gracias a las mismas leyes que gobiernan su desarrollo. El problema reside aquí en cómo compatibilizar con sentido lógico el hecho de que las leyes de la naturaleza, que sólo existen cuando hay universo, sean las que hagan que haya universo. O lo que es lo mismo, las leyes de la naturaleza deberían de hacerse así mismas al mismo tiempo que hacen existir al universo. La cuestión estriba en averiguar cómo unas leyes que nacen con el universo, hacen, al mismo tiempo, nacer al universo. En definitiva, deberían ser causa y efecto de sí mismas, algo que resulta ser física y metafísicamente imposible¨.
Cosmología, Filosofía y Teología. Francisco J. Soler Ruiz es un destacado físico y filósofo español, especialista en el debate sobre cosmología y religión. Autor de diversos libros sobre el tema, doctor en Filosofía por la Universidad de Bremen y miembro del grupo de investigación de Filosofía de la Física y profesor de dicha universidad. En su libro “Lo divino y lo humano en el Universo de Stephen Hawking” Soler Ruiz “trata de proseguir el diálogo fronterizo entre la cosmología y la filosofía iniciado por Stephen Hawking en Historia del Tiempo.
El ensayo se estructura en tres partes: en la primera (“La cosmología de Hawking”) se presentan las grandes líneas del modelo cosmológico de Hawking La segunda parte (“El universo de Hawking y la Teología natural”) intenta responder a la pregunta sobre si queda un lugar para el Creador en ese universo. La tercera parte desarrolla el tema de “El lugar del hombre en el universo de Hawking”. Es la segunda parte la que más nos interesa bosquejar en este artículo: dividida en tres capítulos, el primero expone las consecuencias de la concepción de Dios como Creador; el segundo, hace un resumen de las respuestas de destacados teólogos a los planteamientos de Hawkings (Ellis, Polkinhorne, Barbour y Russel); y en el tercero, Soler Ruiz explica por qué esta convencido de que “el escenario cosmológico propuesto por Hartle(1) y Hawking, no sólo no conlleva ningún reto para la teología, sino que podría ser empleado para presentar algunas vías cosmológicas de acceso a la existencia de Dios con más claridad incluso que las derivadas de usar el modelo cosmológico estándar”.
Pero veamos que nos dice el propio Soler Gil, en un artículo sobre su ensayo aparecido en varios portales de Internet, lo tomo de uno de ellos: Religión en Libertad. “Supongamos, que este artículo hubiera comenzado afirmando que el universo de Stephen Hawking no deja ningún lugar para un Creador. Ante esa tesis, sospecho que más de un lector no tendría nada que oponer. Si el lector es ateo, o agnóstico, asentiría con satisfacción, y tal vez pensando que la refutación de Dios está a la vuelta de la esquina. Y si es creyente, quizás se consolaría pensando que, después de todo, la cosmología de Hawking es muy especulativa, y sigue sin haber recibido ningún tipo de soporte empírico”.
“Sin embargo … basta analizar los rasgos generales del escenario cosmológico que nos propone Hawking para caer en la cuenta de que, de entre todas las hipótesis acerca del universo que se manejan en la física actual, es precisamente ésta la que presenta mayores analogías con el cosmos aristotélico que sirvió de base a la teología natural durante siglos”.
“Ahora bien, si el escenario cosmológico que nos propone este autor se asemeja de tal modo a la imagen del universo que mejores servicios ha prestado a la teología, ¿de dónde procede la convicción común de que se da un conflicto entre ambos planteamientos? ¿Acaso todo se debe a un malentendido, por parte del público? Sí y no”.
“Desde luego, los lectores de Historia del tiempo no se han inventado el conflicto entre la teología natural y la cosmología de Hawking, sino que se han encontrado con muchos pasajes de la obra, que incitan a pensar en esa dirección. Además del prólogo de Carl Sagan, que también va por ahí. Y además de las declaraciones públicas de Hawking, como las que acaba de regalarnos con ocasión de su visita a Santiago de Compostela(2). El error ?a mi modo de ver, y si es que hay que llamarlo así? ha consistido en no percibir que las conclusiones filosóficas que Hawking y Sagan pretendían derivar de esa cosmología, no se siguen de ella, sino que son un añadido ideológico, motivado por el pensamiento materialista de estos autores”.
“De ahí que merezca la pena demorarse a analizar la hipótesis cosmológica de Hawking, comparando los indicios de la existencia de Dios que se pueden obtener sobre la base de dicha hipótesis con lo que el propio Hawking deduce de ella. Es un ejercicio muy ilustrativo, y que entraña una lección que los creyentes no deberíamos olvidar. A saber: que no es la ciencia la que se enfrenta a la fe en Dios. No. El problema no es la ciencia. El problema es que los materialistas intentan vendernos como ciencia lo que no es sino su pobre lectura de la misma. Una lectura que oscurece y vela el hecho de la creación, y despoja a la naturaleza de las huellas de sentido que ciertamente contiene. La despoja a ella, y nos despoja a nosotros”.
¿Qué conclusión podemos sacar de todo esto? Qué la filosofía, utilizando a la ciencia como base nos conduce directamente a Dios: realmente no. Pero tampoco puede utilizarse a la ciencia para negar los fundamentos de la Filosofía y de la Teología. Ciencia, Filosofía y Religión, son tres campos de la realidad humana que se complementan entre sí y como expresábamos al comienzo del artículo, no sólo hay muchísimos científicos eminentes que le han dicho Sí a Dios, sino que los creyentes podemos abrirnos a la ciencia sin ningún temor ni fundamentalismo. Podemos dar gracias a Dios, por este Universo, aparentemente hostil, y que en realidad refleja una obra, desde lo inanimado hasta nosotros los hombres, a quienes nos apasiona investigarlo y conocerlo.
Nota Importante.- Para terminar quisiera decir lo siguiente, como católico, me siento profundamente dichoso del papel y significado internacional de la Academia Pontificia de las Ciencias. La Academia es un órgano independiente dentro de la Santa Sede y disfruta de libertad de investigación. Está bajo la protección directa del Papa, pero organiza sus propias actividades de manera autónoma para la promoción de los avances de la matemática, de la física y de las ciencias naturales, y los relacionados con el estudio de las cuestiones epistemológicas(3). Sus deliberaciones y los estudios a que se dedica, al igual que la composición de sus académicos, no están influidas por factores de un grupo nacional, políticas o de carácter religioso. Por esta razón, la Academia es una valiosa fuente de información científica objetiva que se pone a disposición de la Santa Sede y de la comunidad científica internacional. No sólo muchísimos premios Nobel han formado parte de la misma: Rutherford, Marconi, Alexis Carrel, Max Planck, Niels Bohr y muchos más, sino que Stephen Hawking, es actualmente miembro vitalicio de la misma.
(1) La cosmología de James Hartle y Stephen Hawking, ya que en realidad, fue desarrollada de manera conjunta por estos dos autores, aunque su divulgación correspondió principalmente a Hawking.
(2) El País.com/EFE-24/09/2008. El científico Stephen Hawking, divulgador y cosmólogo conocido por su trabajo en el campo de los agujeros negros, ha afirmado este miércoles por la mañana en una rueda de prensa que las leyes en las que se basa la ciencia para explicar el origen del Universo "no dejan mucho espacio ni para milagros ni para Dios".
(3) Epistemología (tomado de Wikipedia). La epistemología es una rama de la filosofía cuyo objeto de estudio es el conocimiento científico. La epistemología se ocupa de problemas tales como las circunstancias históricas, psicológicas y sociológicas que llevan a su obtención, y los criterios por los cuales se lo justifica o invalida.
(4) Bibliografía:
- Cosmología actual, Filosofía y Religión: Carlos Alberto Marmelada Sebastián.
- ¿Dios o la Materia? Un tema filosófico actual y decisivo: Francisco José Soler Gil.
- El Universo de Stephen Hawking sería comparable con el teísmo: Leandro Sequeiros.
- El Universo de Stephen Hawking y el lugar del Creador: Francisco José Soler Gil.
- Historia del Tiempo: del Big Bang a los agujeros negros: Stephen Hawking.
- El Universo en una Cáscara de Nuez:, de Stephen Hawking: Marcelo Novas.
- Stephen Hawking: Wikipedia.
Comienza así la descripción de la Creación en el primer libro de la Biblia, donde a través de un precioso relato lleno de poesía, Dios crea el Universo donde nos encontramos. ¿Pero por qué la Creación? Porque una de las cuestiones fundamentales a las que el Hombre ha tratado siempre de dar respuesta es al origen último del Universo. Ya en un artículo anterior acerca del Big Bang, hablábamos de esa frontera entre la ciencia, la filosofía y la religión, y concluíamos que como científicamente, el instante T=0, de la gran explosión, que desde ese punto de masa cero pero de energía cuasi infinita dio lugar a la expansión del Universo, no puede ser explicado por la ciencia, sino sólo a partir de 10-35 de segundo, el instante T=0 sólo quedaba en las manos de Dios.
Dios, Creador del Universo, yo me atrevo desde mi condición de creyente a hacer esta afirmación, también muchísimos y destacadísimos científicos lo han hecho. Kelvin, uno de los más grandes científicos británicos, y uno de los más importantes del grupo que ayudó a establecer los cimientos de la física moderna, era un cristiano muy comprometido. Max Planck, considerado el fundador de la teoría cuántica, que revolucionó nuestros conocimientos sobre la estructura del átomo y de las partículas subatómicas, era también profundamente creyente. Pero la fe, es un don de Dios, Él toca a la puerta de todos los hombres, de una u otra manera, y el hombre en su libertad, le responde sí o no, si la respuesta es positiva, Dios le da las fuerzas para crecer en su fe. Y ahí está el dilema que nos ocupa. La ciencia, no podrá responder plenamente todas las inquietudes del alma humana, y por lo tanto, hubo, hay y habrá científicos, creyentes y no creyentes. Lo que sí, es muy importante, es que el creyente no vea a la ciencia como algo que se opone a su fe, y se atrinchere, como muchos lo hacen, en una visión fundamentalista, tomando muchas veces La Palabra como verdad científica, dando la espalda a las realidades que la ciencia nos muestra día a día.
El Universo se define generalmente como todo lo que existe físicamente: la totalidad del espacio y del tiempo, de todas las formas de la materia y la energía, así como las leyes y constantes físicas que las gobiernan. Sin embargo, el término "universo" puede ser utilizado en sentidos ligeramente diferentes, para referirse a conceptos como el cosmos o el mundo.
La teoría actualmente más aceptada de la formación del Universo es el modelo del Big Bang. Sin embargo, hay otras como la Teoría del Estado Estacionario, propuesta por Bondi y Gold en 1948, como alternativa al Big Bang. De acuerdo a la misma el Universo era eterno, homogéneo e isótropo. La Radiación Cósmica de Fondo, descubierta por Penzias y Wilson en 1965, dio totalmente al traste con esta teoría, que a decir verdad, tenía fuertes inclinaciones ideológicas ateístas, debido a que la hipótesis del Big Bang, parecía implicar la existencia de un Creador, autor del átomo primigenio que dio lugar a nuestro Universo.
Stephen Hawking. Físico, cosmólogo y divulgador científico inglés, nació en Oxford, el 8 de enero de 1942. Es el actual titular de la Cátedra Lucasiana de Matemáticas de la Universidad de Cambridge (cátedra que ocupara Isaac Newton) y es miembro de la Real Sociedad de Londres, de la Academia Pontificia de las Ciencias y de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos. A principios de 1963 le diagnosticaron una enfermedad neuronal motora: esclerosis lateral amiotrófica. Junto a su brillante condición científica, su delicada condición física hace que se le admire aún mucho más. Hawking ha trabajado en las leyes básicas que gobiernan el universo y ha escrito diversos libros de alto nivel científico, pero ha tratado de llevar su visión al público en general a través de tres libros de divulgación científica: su éxito de ventas Historia del Tiempo: del Big Bang a los agujeros negros (1988); más recientemente en 2001, El universo en una cáscara de nuez, y en 2005, Brevísima historia del tiempo.
A partir de los años ochenta del siglo pasado, algunos científicos, entre los que destaca Stephen Hawking, propusieron la noción de Auto-creación del Universo. Éste habría tenido un comienzo en el tiempo, pero no habría lugar para un Creador, ya que el Universo se habría auto-creado. Fluctuaciones topológicas de la gravedad cuántica, lo habrían originado. Sin causa alguna, habrían dado lugar a estructuras espacio-temporales, creadas a partir de la nada cuántica. A partir del espacio-tiempo vacío se producirían partículas materiales mediante fluctuaciones del vacío cuántico; finalmente, el Universo se crearía a partir de esas partículas de acuerdo con las leyes físicas que producirían el Big-bang.
Un magnífico artículo del Profesor Carlos Alberto Marmelada Sebastián, ¨Cosmología actual, Filosofía y Religión¨ (CRYF, Universidad de Navarra), me permitió llegar a las siguientes reflexiones. Dos extrapolaciones, de muy difícil justificación, son el basamento de la teoría de la auto-creación del Universo. En primer lugar, la nada absoluta, o nada metafísica, no es experimentable, por lo que cae totalmente fuera del campo de la ciencia. Así pues, cuando algunos científicos dicen que el Universo se creó a sí mismo desde la nada no se refieren a la nada metafísica, concepto aplicado en la teología creacionista. Esa nada de la auto-creación, no sería un vacío absoluto, sino “algo”. Por lo tanto se genera una gran confusión al identificar el vacío cuántico (física) con la nada absoluta (metafísica).
En segundo lugar, la combinación de múltiples elementos procedentes de la mecánica cuántica y de la relatividad general. De la mecánica cuántica se toma la controvertida idea de que existen fenómenos sin causa, y la afirmación de que puede crearse -y aniquilarse- materia. De la relatividad general se extraería la idea de que el espacio y el tiempo pueden ser considerados estructuras independientes de la materia.
¨Historia del Tiempo¨. En 1988, se publicó un libro de Hawking que fue un gran éxito de ventas: Historia del tiempo. Hawking quería responder las preguntas siguientes: ¿por qué existe el Universo? Y ¿por qué es cómo es? El Prof. Marmelada en el artículo citado, nos dice: ¨La conclusión a la que llegó Hawking en esa obra era la existencia de un universo autocontenido, sin principio ni fin, limitado pero sin fronteras ni bordes, en donde no hay lugar para un creador, en el universo de Hawking, Dios no tiene nada que hacer, no le queda ningún papel por representar¨. Más adelante nos aclara: ¨Pues bien, si el Universo se crea a sí mismo lo hará porque unas determinadas leyes físicas le hacen originarse de este modo. Ahora bien ¿cuál es el origen de esas leyes físicas? Ellas no pueden ni: a) originarse con el Universo, puesto que han de serle, de alguna manera, anteriores para poder originarle, ni b) originarse a sí mismas, ya que nada puede ser causa-efecto de sí mismo. En otras palabras: el universo debió de autocrearse a sí mismo gracias a las mismas leyes que gobiernan su desarrollo. El problema reside aquí en cómo compatibilizar con sentido lógico el hecho de que las leyes de la naturaleza, que sólo existen cuando hay universo, sean las que hagan que haya universo. O lo que es lo mismo, las leyes de la naturaleza deberían de hacerse así mismas al mismo tiempo que hacen existir al universo. La cuestión estriba en averiguar cómo unas leyes que nacen con el universo, hacen, al mismo tiempo, nacer al universo. En definitiva, deberían ser causa y efecto de sí mismas, algo que resulta ser física y metafísicamente imposible¨.
Cosmología, Filosofía y Teología. Francisco J. Soler Ruiz es un destacado físico y filósofo español, especialista en el debate sobre cosmología y religión. Autor de diversos libros sobre el tema, doctor en Filosofía por la Universidad de Bremen y miembro del grupo de investigación de Filosofía de la Física y profesor de dicha universidad. En su libro “Lo divino y lo humano en el Universo de Stephen Hawking” Soler Ruiz “trata de proseguir el diálogo fronterizo entre la cosmología y la filosofía iniciado por Stephen Hawking en Historia del Tiempo.
El ensayo se estructura en tres partes: en la primera (“La cosmología de Hawking”) se presentan las grandes líneas del modelo cosmológico de Hawking La segunda parte (“El universo de Hawking y la Teología natural”) intenta responder a la pregunta sobre si queda un lugar para el Creador en ese universo. La tercera parte desarrolla el tema de “El lugar del hombre en el universo de Hawking”. Es la segunda parte la que más nos interesa bosquejar en este artículo: dividida en tres capítulos, el primero expone las consecuencias de la concepción de Dios como Creador; el segundo, hace un resumen de las respuestas de destacados teólogos a los planteamientos de Hawkings (Ellis, Polkinhorne, Barbour y Russel); y en el tercero, Soler Ruiz explica por qué esta convencido de que “el escenario cosmológico propuesto por Hartle(1) y Hawking, no sólo no conlleva ningún reto para la teología, sino que podría ser empleado para presentar algunas vías cosmológicas de acceso a la existencia de Dios con más claridad incluso que las derivadas de usar el modelo cosmológico estándar”.
Pero veamos que nos dice el propio Soler Gil, en un artículo sobre su ensayo aparecido en varios portales de Internet, lo tomo de uno de ellos: Religión en Libertad. “Supongamos, que este artículo hubiera comenzado afirmando que el universo de Stephen Hawking no deja ningún lugar para un Creador. Ante esa tesis, sospecho que más de un lector no tendría nada que oponer. Si el lector es ateo, o agnóstico, asentiría con satisfacción, y tal vez pensando que la refutación de Dios está a la vuelta de la esquina. Y si es creyente, quizás se consolaría pensando que, después de todo, la cosmología de Hawking es muy especulativa, y sigue sin haber recibido ningún tipo de soporte empírico”.
“Sin embargo … basta analizar los rasgos generales del escenario cosmológico que nos propone Hawking para caer en la cuenta de que, de entre todas las hipótesis acerca del universo que se manejan en la física actual, es precisamente ésta la que presenta mayores analogías con el cosmos aristotélico que sirvió de base a la teología natural durante siglos”.
“Ahora bien, si el escenario cosmológico que nos propone este autor se asemeja de tal modo a la imagen del universo que mejores servicios ha prestado a la teología, ¿de dónde procede la convicción común de que se da un conflicto entre ambos planteamientos? ¿Acaso todo se debe a un malentendido, por parte del público? Sí y no”.
“Desde luego, los lectores de Historia del tiempo no se han inventado el conflicto entre la teología natural y la cosmología de Hawking, sino que se han encontrado con muchos pasajes de la obra, que incitan a pensar en esa dirección. Además del prólogo de Carl Sagan, que también va por ahí. Y además de las declaraciones públicas de Hawking, como las que acaba de regalarnos con ocasión de su visita a Santiago de Compostela(2). El error ?a mi modo de ver, y si es que hay que llamarlo así? ha consistido en no percibir que las conclusiones filosóficas que Hawking y Sagan pretendían derivar de esa cosmología, no se siguen de ella, sino que son un añadido ideológico, motivado por el pensamiento materialista de estos autores”.
“De ahí que merezca la pena demorarse a analizar la hipótesis cosmológica de Hawking, comparando los indicios de la existencia de Dios que se pueden obtener sobre la base de dicha hipótesis con lo que el propio Hawking deduce de ella. Es un ejercicio muy ilustrativo, y que entraña una lección que los creyentes no deberíamos olvidar. A saber: que no es la ciencia la que se enfrenta a la fe en Dios. No. El problema no es la ciencia. El problema es que los materialistas intentan vendernos como ciencia lo que no es sino su pobre lectura de la misma. Una lectura que oscurece y vela el hecho de la creación, y despoja a la naturaleza de las huellas de sentido que ciertamente contiene. La despoja a ella, y nos despoja a nosotros”.
¿Qué conclusión podemos sacar de todo esto? Qué la filosofía, utilizando a la ciencia como base nos conduce directamente a Dios: realmente no. Pero tampoco puede utilizarse a la ciencia para negar los fundamentos de la Filosofía y de la Teología. Ciencia, Filosofía y Religión, son tres campos de la realidad humana que se complementan entre sí y como expresábamos al comienzo del artículo, no sólo hay muchísimos científicos eminentes que le han dicho Sí a Dios, sino que los creyentes podemos abrirnos a la ciencia sin ningún temor ni fundamentalismo. Podemos dar gracias a Dios, por este Universo, aparentemente hostil, y que en realidad refleja una obra, desde lo inanimado hasta nosotros los hombres, a quienes nos apasiona investigarlo y conocerlo.
Nota Importante.- Para terminar quisiera decir lo siguiente, como católico, me siento profundamente dichoso del papel y significado internacional de la Academia Pontificia de las Ciencias. La Academia es un órgano independiente dentro de la Santa Sede y disfruta de libertad de investigación. Está bajo la protección directa del Papa, pero organiza sus propias actividades de manera autónoma para la promoción de los avances de la matemática, de la física y de las ciencias naturales, y los relacionados con el estudio de las cuestiones epistemológicas(3). Sus deliberaciones y los estudios a que se dedica, al igual que la composición de sus académicos, no están influidas por factores de un grupo nacional, políticas o de carácter religioso. Por esta razón, la Academia es una valiosa fuente de información científica objetiva que se pone a disposición de la Santa Sede y de la comunidad científica internacional. No sólo muchísimos premios Nobel han formado parte de la misma: Rutherford, Marconi, Alexis Carrel, Max Planck, Niels Bohr y muchos más, sino que Stephen Hawking, es actualmente miembro vitalicio de la misma.
(1) La cosmología de James Hartle y Stephen Hawking, ya que en realidad, fue desarrollada de manera conjunta por estos dos autores, aunque su divulgación correspondió principalmente a Hawking.
(2) El País.com/EFE-24/09/2008. El científico Stephen Hawking, divulgador y cosmólogo conocido por su trabajo en el campo de los agujeros negros, ha afirmado este miércoles por la mañana en una rueda de prensa que las leyes en las que se basa la ciencia para explicar el origen del Universo "no dejan mucho espacio ni para milagros ni para Dios".
(3) Epistemología (tomado de Wikipedia). La epistemología es una rama de la filosofía cuyo objeto de estudio es el conocimiento científico. La epistemología se ocupa de problemas tales como las circunstancias históricas, psicológicas y sociológicas que llevan a su obtención, y los criterios por los cuales se lo justifica o invalida.
(4) Bibliografía:
- Cosmología actual, Filosofía y Religión: Carlos Alberto Marmelada Sebastián.
- ¿Dios o la Materia? Un tema filosófico actual y decisivo: Francisco José Soler Gil.
- El Universo de Stephen Hawking sería comparable con el teísmo: Leandro Sequeiros.
- El Universo de Stephen Hawking y el lugar del Creador: Francisco José Soler Gil.
- Historia del Tiempo: del Big Bang a los agujeros negros: Stephen Hawking.
- El Universo en una Cáscara de Nuez:, de Stephen Hawking: Marcelo Novas.
- Stephen Hawking: Wikipedia.
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