Una prensa libre y sólida es esencial en una democracia participativa, y los estudios han demostrado que cuando desaparecen los periódicos y las revistas, el nivel de fraude y abuso se dispara a niveles sin precedentes. Los pocos medios de prensa escrita que van quedando se consolidan en enormes consorcios que suelen responder a intereses creados divorciados de la ética periodística. Debido a su capacidad para analizar ampliamente y con mucha mayor profundidad que otros medios los temas y acontecimientos relevantes, la prensa escrita ha jugado tradicionalmente un papel de vigilancia y denuncia de lo que está mal en la sociedad, en lugar del escenario que contemplamos en las redes sociales, donde se procede a manipular y tergiversar los hechos con demasiada frecuencia, causando la confusión que prevalece hoy día.
En cuanto al medio ambiente y otros temas relacionados, también hay una necesidad imperiosa de contar con más científicos en todas las agencias de salud pública, capacitados para investigar y comprender adecuadamente los crímenes que se están cometiendo contra la Tierra y sus habitantes. Deben ser habilitados para establecer normas y mecanismos que ayuden en la detección de delitos; por ejemplo, mediante el empleo de satélites para detectar emisiones no documentadas, o pueden ejercer presión en los legisladores para que establezcan los controles necesarios para enfrentar las graves inquietudes que recién ahora se están volviendo evidentes, como los riesgos para la salud que plantean las sustancias químicas de polifluoroalquilo (PFAS) y otros de los muchos problemas semejantes que nos aquejan. Esos científicos/investigadores deben residir en todas las áreas del planeta, lo que implica que los académicos y sus instituciones deben invertir más recursos en estos objetivos... De lo contrario, ¿acaso se han vendido al mejor postor?
Sin embargo, los principales medios de comunicación más influyentes de la actualidad están desviándose lamentablemente al camino tortuoso de las redes sociales para politizar estos temas según los intereses partidistas. La ética periodística parece haberse desvanecido en la mayoría de los medios al adulterar noticias y hechos con opiniones subjetivas. Esto requiere más informantes/denunciantes y activistas ciudadanos, así como leyes adicionales para salvaguardarlos cuando se arriesgan a revelar las historias que de otro modo no se escucharían –por miedo, coacción o censura–, como está sucediendo en realidad, y que sólo llegan a nosotros gracias a sus ojos y oídos. Quienes ocupan posiciones de autoridad y poder están obligados a escuchar y atender las denuncias de detectives, fiscales, científicos e informantes.
¡Y se necesita una prensa libre e independiente para presionarlos a cumplir con esa obligación y a actuar en consecuencia!
Last edit: 08 Jun 2022 19:10 by Democracia Participativa.
The following user(s) said Thank You: Feisal Naqvi, Librado R. Linares