Vladimir Putin está en el centro de atención tras la invasión de Rusia a Ucrania. Son notables las veces que en años pasados el dictador Putin ha elogiado a Stalin, aunque también ha expresado algunas críticas a la política de Lenin. Pese a que las creencias de Putin no coinciden del todo con las de Lenin o Stalin, comparten un mismo objetivo: la aniquilación de la civilización cristiana occidental. Tras los bastidores del leninismo, el estalinismo y el putinismo, se esconde una conexión con un principio unificador del nacionalismo ruso y su "misión" internacionalista.
Putin no ha manifestado explícitamente el propósito de restablecer un régimen comunista en Ucrania. Sin embargo, ha evocado claramente la visión de la desintegrada Unión Soviética surgiendo de sus cenizas, una paradoja que revela las intenciones del dictador ruso de restaurar la Unión Soviética a su antigua "gloria". De hecho, Putin ha expresado cierto grado de insatisfacción con el estado actual de las cosas. Al mismo tiempo, ha expresado un notable grado de simpatía por el pasado soviético del país. Su elogio de Josef Stalin, el infame dictador soviético, también indica un grado de afinidad entre los ideales y propósitos de los dos líderes rusos.
Esta orientación de su política se manifiesta mediante un claro expansionismo, ocupando territorios arrancados a naciones que habían declarado su independencia en el Cáucaso*
; despojando a Moldova de una tajada de su territorio y bautizándola con el nombre de Transnistria; rescatando a los espantosos dictadores de Bielorrusia y de Kazakistán de la furia de sus pueblos para convertir a esos dos países en satélites de Rusia; aplastando en Siria la sublevación popular contra el dictador Assad, haciendo de ese país un Estado militarmente dependiente de Rusia; ocupando por la fuerza a Crimea, declarando la "independencia" de las provincias ucranianas de Donetsk y Luhansk y, finalmente, invadiendo el resto de Ucrania, sometiéndola a espantosos bombardeos por mar, tierra y aire, sin respetar hospitales, escuelas, asilos de ancianos o edificios de apartamentos.
Si no se le detiene a tiempo tendremos que vérnoslas con otro Hitler en este siglo XXI.
Debemos tener muy presente, además, que el primer trabajo de Putin fue como agente de la KGB, la mayor fuerza de seguridad y represión en la antigua Unión Soviética, y que fue ascendido en 1975 a la Dirección de la inteligencia exterior del Comité de Seguridad del Estado (KGB). En 1984 fue seleccionado para hacer tareas de contrainteligencia en Dresde, Alemania. Y en 1999 maniobró para que Boris Yeltsin lo nombrara Primer Ministro de la Federación de Rusia. Su astucia redundó en la dimisión de Yeltsin y Putin se convirtió en Presidente de Rusia en 2000. Este fue el inicio de un ciclo inacabable hasta nuestros días. Un nuevo Stalin o un nuevo Hitler.
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Los territorios del Cáucaso conquistados por Rusia forman un verdadero rompecabezas geográfico, con Chechenia, que había declarado su independencia; Ingushetia, Ossetia y Abkhazia arrancadas por la fuerza de las armas a Georgia; y Armenia despojada de Nagorno-Karabakh por una "fuerza de paz" rusa.
Last edit: 30 Mar 2022 17:05 by Gerardo E. Martínez-Solanas.
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