El cambio climático y la contaminación ambiental

Los efectos del cambio climático ya son tangibles en todo el mundo. Es absurdo negar un hecho comprobable y ampliamente investigado por los científicos, quienes desde hace casi un siglo comenzaron a descifrar el monumental rompecabezas ambiental. Por otra parte, aun quienes aceptan que estamos experimentando un importante cambio climático se dejan convencer por los argumentos de que se trata de un ciclo inevitable sobre el que no tenemos influencia alguna y, por lo tanto, no hay nada que hacer.

Es cierto que el cambio climático es inevitable porque se trata de ciclos naturales que experimenta el planeta y que han dado lugar en el pasado a períodos glaciales y otros de calor. No obstante, es irracional el rechazo sistemático a las medidas que frenen la contaminación atmosférica porque, aunque sea relativamente pequeña la influencia humana en nuestra atmósfera a corto plazo, sin duda influye en que el cambio climático se produzca con mayor rapidez e intensidad. Por tanto, somos responsables del grado en que las consecuencias del cambio climático lleguen a ser devastadoras o no para la humanidad.

Asimismo, es también irracional que en una cuestión tan importante para la salud del planeta despreciemos la necesidad de tomar medidas urgentes con el pretexto de que a otros que tienen mucha culpa en la progresiva contaminación de nuestra atmósfera no se les responsabilice proporcionalmente por el costo de las medidas de protección ambiental. Es abrumador el volumen de dioxido de carbono (CO²) que emiten todos los años los cinco mayores responsables de la contaminación atmosférica del planeta: China, 10,065 millones de tons; Estados Unidos, 5,416 millones; India, 2,654 millones; Rusia, 1,711 millones; y Japón, 1,162 millones de tons of CO². Estos cinco por sí solos contribuyen con más de 21 mil millones de toneladas anuales de CO² a la contaminación atmosférica. Por otra parte, debe subrayarse que mientras que Estados Unidos, Japón y el conjunto de países de la Unión Europea redujo sus emisiones durante los últimos 20 años, Rusia, India y China las han aumentado. Sobre todo en China ¡se han triplicado en 20 años!

El CO² se halla en forma natural en la atmósfera y es indispensable para la fotosíntesis por el que las plantas producen oxígeno. Mientras haya un equilibrio en la concentración de CO² en la atmósfera, el clima goza de estabilidad y el nivel de oxígeno es óptimo. La actividad humana es muy responsable en el desequilibrio atmosférico que se está produciendo con la constante deforestación que reduce cada vez más el consumo de CO² para producir oxígeno y por las decenas de miles de millones de toneladas excedentes de ese gas que lanzamos todos los años a la atmósfera y que están causando un serio efecto de invernadero. 

Igual responsabilidad tenemos en la contaminación de mares y ríos, a despecho de que son fuente de dos recursos esenciales para la vida: el agua y los alimentos. Sobre este aspecto de la aterradora realidad que estamos dejando a nuestros hijos, nietos y bisnietos, recomiendo que lean "La salud del Planeta está en grave Peligro" ( democraciaparticipativa.net/ec...sta-en-grave-peligro ) un breve análisis de cómo estamos aniquilando la vida en esos entornos. 

Igualmente, conviene que estemos bien informados sobre la intensa deforestación de los bosques y la constante degradación de los suelos. Aunque la reciente "Glasgow Leader's Declaration on Forest and Land Use" ( democraciaparticipativa.net/ec...dacion-de-los-suelos ) ofrece un rayo de esperanza de que haya suficiente voluntad política para detener este abuso del medio ambiente, hasta ahora sólo es un acuerdo que falta por ver si se cumple.

Los científicos nos están planteando la realidad del deterioro del medio ambiente y sus consecuencias mediante el análisis de las evidencias disponibles, pero la solución no es responsabilidad de los científicos sino de toda la sociedad.

Nuestros descendientes sufrirán las peores consecuencias de nuestro abuso de los recursos del planeta y de la abrumadora contaminación del medio ambiente. Nos enfrentamos a la mayor crisis moral de nuestros tiempos, imponiendo las terribles consecuencias de nuestro negligente egoísmo a los que en el futuro no tendrán culpa de lo que hoy estamos haciendo.

Las futuras generaciones se preguntarán: "¿Qué estaban pensando nuestros padres y nuestros abuelos?" "¿Por qué nos sometieron a este desastre?" "¿Cómo pudieron ser tan egoístas?". Es ahora que tenemos que anticipar esas preguntas y decidir cómo vamos a contestarlas antes de que sea demasiado tarde.