El virus chino o virus de Wuhan y el Partido Comunista de China
- Gerardo E. Martínez-Solanas
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El virus chino o virus de Wuhan y el Partido Comunista de China
02 Apr 2020 16:50 - 04 Apr 2020 18:18
Es notable como los medios de prensa son manejados hasta el punto de desatar una escandalosa controversia provocada por el presunto carácter racista de llamar "virus chino" al Covid-19 que está azotando al mundo. Otros se han referido a él como el “virus de Wuhan”, por su lugar de origen, como es común en la denominación de estas enfermedades, pero esto molesta a los jerarcas chinos que promueven una campaña de desinformación de la que se hace eco irresponsablemente un amplio sector de la prensa mundial.
Por supuesto, el Partido Comunista Chino (PCCh) prefiere llamarlo el “nuevo coronavirus”. Sin embargo, la actitud y las actividades represivas del PCCh desde el estallido de la epidemia en Wuhan y su inmediata propagación a Wenzhou (el puerto más importante de China) justificarían que bautizáramos al vector de esta enfermedad como "virus PCCh", sencillamente porque el Partido Comunista y su líder máximo Xi Jinping son responsables por el desprecio que este Partido ha demostrado por la vida humana y el resultante surgimiento de una pandemia que somete a un grave peligro a la mayoría de los países de todo el mundo, la cual ha desatado una oleada de miedo generalizado que está devastando las economías de las naciones que intentan hacer frente a esta enfermedad, al tiempo que la demanda por los productos chinos, ahora importados en cantidades crecientes por muchos países que dependen de ellos, protege y blinda al coloso asiático de la depresión económica mundial que está a punto de estallar.
Es un hecho indiscutible que la nomenclatura del PCCh y muchos de sus funcionarios sabían desde principios de diciembre que este virus se estaba propagando en Wuhan y se había extendido rápidamente a Wenzhou, desde donde parten la mayoría de las exportaciones chinas, pero ocultaron la información durante seis semanas, o más, y nunca han aclarado dónde se originó específicamente ni cuándo. Por el contrario, arrestaron a quienes intentaron advertir del peligro, acusándolos de propagar “rumores”, y emplearon la rigurosa censura del régimen para impedir que los medios de comunicación cubrieran la noticia y para eliminar cualquier mención al respecto en las redes sociales.
El médico chino que insistió en dar la voz de alarma en diciembre, utilizando uno de los medios sociales de la WEB, Dr. Li Wenliang, fue arrestado el 3 de enero y obligado a firmar un documento en el que "admitía" haber «alterado el orden social gravemente». Las autoridades chinas anunciaron que el Dr. Li falleció a causa de este virus el 7 de febrero, pero cabe dudar que esta haya sido la causa de su muerte. Aunque el Tribunal Popular Supremo de China lo exoneró póstumamente, el daño de encubrimiento y represión había sido hecho y lo que pudo haber sido contenido se permitió que se esparciera silenciosamente hasta que se extendió por China y se propagó al extranjero. Los que podrían haberse protegido se convirtieron en víctimas, en números mucho mayores a los que el PCCh ha admitido. A finales de enero, hubo informes de que todos los crematorios de Wuhan funcionaban las 24 horas del día, siete días a la semana, para ocuparse de la gran cantidad de cadáveres.
Al mentir sobre el peligro que enfrentaba China, el PCCh actuó según su guión habitual. La narrativa dominante del Partido proclama que es “grande, glorioso y correcto” y la presencia del mortal virus en Wuhan no encajaba con el guión oficial. Pero al tratarse de un virus tan mortífero y contagioso, la negación no es aceptable. El mundo necesita saber su origen, y el PCCh se ha negado a cooperar. Y hay una comprensible preocupación mundial por las actividades del Instituto de Virología de Wuhan, el único laboratorio P4 de China, destinado a trabajar con patógenos mortíferos de fácil transmisión. Como las narrativas oficiales ofrecidas sobre la fuente del virus han sido refutadas, se han planteado preguntas sobre si el virus del PCCh se filtró del Instituto. ¿Habrá sido parte de un experimento biológico militar?
Es notable la capacidad de desinformación que despliegan los "comunistas" chinos con su control totalitario de todos los medios de comunicación y, puesto que las preguntas sobre el origen del virus han quedado sin respuesta, el PCCh no ha tenido empacho alguno para lanzar acusaciones de que Estados Unidos es el culpable y hasta de que el Presidente Trump es racista porque calificó el vector patológico como "virus chino".
Todo esto justifica que califiquemos este vector patológico como "virus PCCh" para aplicar una justa distinción entre las víctimas y los victimarios. No son el pueblo de Wuhan o el de China los responsables y no es justo que se califique al virus con esos nombres. Ellos son víctimas también de la arrogancia e incompetencia del PCCh, expresadas en esta pandemia viral. Cuando lo mencionemos con su nombre correcto, "virus PCCh", de hecho estaremos recordando a los pueblos del mundo que la fuente del virus es el mal en sí mismo. Este es un virus totalitario y, con el nombre de "virus PCCh", identificamos también la cura, aislando su fuente originaria, el Partido Comunista de China (PCCh), para desarrollar una firme "vacuna política" que lo rechace.
Por supuesto, el Partido Comunista Chino (PCCh) prefiere llamarlo el “nuevo coronavirus”. Sin embargo, la actitud y las actividades represivas del PCCh desde el estallido de la epidemia en Wuhan y su inmediata propagación a Wenzhou (el puerto más importante de China) justificarían que bautizáramos al vector de esta enfermedad como "virus PCCh", sencillamente porque el Partido Comunista y su líder máximo Xi Jinping son responsables por el desprecio que este Partido ha demostrado por la vida humana y el resultante surgimiento de una pandemia que somete a un grave peligro a la mayoría de los países de todo el mundo, la cual ha desatado una oleada de miedo generalizado que está devastando las economías de las naciones que intentan hacer frente a esta enfermedad, al tiempo que la demanda por los productos chinos, ahora importados en cantidades crecientes por muchos países que dependen de ellos, protege y blinda al coloso asiático de la depresión económica mundial que está a punto de estallar.
Es un hecho indiscutible que la nomenclatura del PCCh y muchos de sus funcionarios sabían desde principios de diciembre que este virus se estaba propagando en Wuhan y se había extendido rápidamente a Wenzhou, desde donde parten la mayoría de las exportaciones chinas, pero ocultaron la información durante seis semanas, o más, y nunca han aclarado dónde se originó específicamente ni cuándo. Por el contrario, arrestaron a quienes intentaron advertir del peligro, acusándolos de propagar “rumores”, y emplearon la rigurosa censura del régimen para impedir que los medios de comunicación cubrieran la noticia y para eliminar cualquier mención al respecto en las redes sociales.
El médico chino que insistió en dar la voz de alarma en diciembre, utilizando uno de los medios sociales de la WEB, Dr. Li Wenliang, fue arrestado el 3 de enero y obligado a firmar un documento en el que "admitía" haber «alterado el orden social gravemente». Las autoridades chinas anunciaron que el Dr. Li falleció a causa de este virus el 7 de febrero, pero cabe dudar que esta haya sido la causa de su muerte. Aunque el Tribunal Popular Supremo de China lo exoneró póstumamente, el daño de encubrimiento y represión había sido hecho y lo que pudo haber sido contenido se permitió que se esparciera silenciosamente hasta que se extendió por China y se propagó al extranjero. Los que podrían haberse protegido se convirtieron en víctimas, en números mucho mayores a los que el PCCh ha admitido. A finales de enero, hubo informes de que todos los crematorios de Wuhan funcionaban las 24 horas del día, siete días a la semana, para ocuparse de la gran cantidad de cadáveres.
Al mentir sobre el peligro que enfrentaba China, el PCCh actuó según su guión habitual. La narrativa dominante del Partido proclama que es “grande, glorioso y correcto” y la presencia del mortal virus en Wuhan no encajaba con el guión oficial. Pero al tratarse de un virus tan mortífero y contagioso, la negación no es aceptable. El mundo necesita saber su origen, y el PCCh se ha negado a cooperar. Y hay una comprensible preocupación mundial por las actividades del Instituto de Virología de Wuhan, el único laboratorio P4 de China, destinado a trabajar con patógenos mortíferos de fácil transmisión. Como las narrativas oficiales ofrecidas sobre la fuente del virus han sido refutadas, se han planteado preguntas sobre si el virus del PCCh se filtró del Instituto. ¿Habrá sido parte de un experimento biológico militar?
Es notable la capacidad de desinformación que despliegan los "comunistas" chinos con su control totalitario de todos los medios de comunicación y, puesto que las preguntas sobre el origen del virus han quedado sin respuesta, el PCCh no ha tenido empacho alguno para lanzar acusaciones de que Estados Unidos es el culpable y hasta de que el Presidente Trump es racista porque calificó el vector patológico como "virus chino".
Todo esto justifica que califiquemos este vector patológico como "virus PCCh" para aplicar una justa distinción entre las víctimas y los victimarios. No son el pueblo de Wuhan o el de China los responsables y no es justo que se califique al virus con esos nombres. Ellos son víctimas también de la arrogancia e incompetencia del PCCh, expresadas en esta pandemia viral. Cuando lo mencionemos con su nombre correcto, "virus PCCh", de hecho estaremos recordando a los pueblos del mundo que la fuente del virus es el mal en sí mismo. Este es un virus totalitario y, con el nombre de "virus PCCh", identificamos también la cura, aislando su fuente originaria, el Partido Comunista de China (PCCh), para desarrollar una firme "vacuna política" que lo rechace.
Last edit: 04 Apr 2020 18:18 by Gerardo E. Martínez-Solanas.
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