Solidaridad ante la tragedia en Nueva Zelanda, respeto mutuo y paz
- Gerardo E. Martínez-Solanas
- Topic Author
- Offline
- Moderator
- Posts: 818
- Thanks: 76
Solidaridad ante la tragedia en Nueva Zelanda, respeto mutuo y paz
17 Mar 2019 21:23
Ha sido muy edificante comprobar la solidaridad del mundo cristiano con los musulmanes asesinados o heridos y sus familias en el artero ataque contra dos mezquitas en la ciudad de Christchurch, Nueva Zelanda, una localidad fundada en 1850 que cuenta con más de 380 mil habitantes y ha acogido en sus seno a cerca de 4 mil musulmanes que viven, trabajan y practican libremente su religión allí, de un total de unos 50 mil inmigrantes musulmanes que actualmente residen en ese país.
En los templos cristianos del mundo se han elevado oraciones con mucha devoción por los afectados y el gobierno neozelandés y las caridades cristianas han respondido prontamente en ayuda de las víctimas y sus familiares. Igualmente, los medios de prensa del mundo cristiano ha dedicado a la tragedia numerosas horas de reportajes, declaraciones y entrevistas con verdaderas muestras de compasión y hermandad humanas.
Es notable que esta tragedia haya sucedido en una ciudad que lleva el nombre de "Iglesia de Cristo" (en inglés). Ese nombre se debe a que el Christ Church College de la Universidad de Oxford se propuso en 1849 fundar "una nueva Jerusalén" en Nueva Zelanda y escogió este lugar para urbanizarla y edificarla a partir de 1850, a unos 300 km al Sur de Wellington, la capital del país.
Hagamos votos porque esta muestra de hermandad humana sirva de ejemplo cuando se producen tragedias de igual –y a veces de mayor– magnitud entre poblaciones cristianas que son frecuentemente víctimas de agresiones islámicas.
Esto es importante, sobre todo, porque la persecución y represión de cristianos por parte de jihadistas islámicos alcanza la pavorosa cifra de más de 9 millones de seguidores de Cristo que han sufrido el martirio de manos de musulmanes en los últimos 13 siglos. Sin contar que unos 50 millones (incluyendo una mayoría de civiles) murieron en guerras causadas por conquistas jihadistas, además de alrededor de un millón de cristianos que han muerto en África como consecuencia de estas acciones, tan solo en el siglo XX.
En la televisión hemos contemplado el horroroso espectáculo de cristianos decapitados y otros ametrallados en masa al borde de fosas comunes. Y esto está sucediendo todavía en el siglo XXI.
Para que haya paz, es necesario que la indignación por estas y aquellas atrocidades venga de ambas partes. Que haya un verdadero sentimiento de solidaridad y compasión por ambas partes. Que los países regidos por musulmanes muestren la misma disposición a promover una amplia libertad religiosa como es asequible para ellos en países cristianos. Como bien decía Benito Juárez, "el respeto al derecho ajeno es la paz".
En los templos cristianos del mundo se han elevado oraciones con mucha devoción por los afectados y el gobierno neozelandés y las caridades cristianas han respondido prontamente en ayuda de las víctimas y sus familiares. Igualmente, los medios de prensa del mundo cristiano ha dedicado a la tragedia numerosas horas de reportajes, declaraciones y entrevistas con verdaderas muestras de compasión y hermandad humanas.
Es notable que esta tragedia haya sucedido en una ciudad que lleva el nombre de "Iglesia de Cristo" (en inglés). Ese nombre se debe a que el Christ Church College de la Universidad de Oxford se propuso en 1849 fundar "una nueva Jerusalén" en Nueva Zelanda y escogió este lugar para urbanizarla y edificarla a partir de 1850, a unos 300 km al Sur de Wellington, la capital del país.
Hagamos votos porque esta muestra de hermandad humana sirva de ejemplo cuando se producen tragedias de igual –y a veces de mayor– magnitud entre poblaciones cristianas que son frecuentemente víctimas de agresiones islámicas.
Esto es importante, sobre todo, porque la persecución y represión de cristianos por parte de jihadistas islámicos alcanza la pavorosa cifra de más de 9 millones de seguidores de Cristo que han sufrido el martirio de manos de musulmanes en los últimos 13 siglos. Sin contar que unos 50 millones (incluyendo una mayoría de civiles) murieron en guerras causadas por conquistas jihadistas, además de alrededor de un millón de cristianos que han muerto en África como consecuencia de estas acciones, tan solo en el siglo XX.
En la televisión hemos contemplado el horroroso espectáculo de cristianos decapitados y otros ametrallados en masa al borde de fosas comunes. Y esto está sucediendo todavía en el siglo XXI.
Para que haya paz, es necesario que la indignación por estas y aquellas atrocidades venga de ambas partes. Que haya un verdadero sentimiento de solidaridad y compasión por ambas partes. Que los países regidos por musulmanes muestren la misma disposición a promover una amplia libertad religiosa como es asequible para ellos en países cristianos. Como bien decía Benito Juárez, "el respeto al derecho ajeno es la paz".
Reply to Gerardo E. Martínez-Solanas
- Gerardo E. Martínez-Solanas
- Topic Author
- Offline
- Moderator
- Posts: 818
- Thanks: 76
Re: Solidaridad ante la tragedia en Nueva Zelanda, respeto mutuo y paz
04 May 2019 23:21 - 06 May 2019 17:12
Es triste y muy lamentable el contraste entre la reacción de la comunidad Cristiana, tanto a nivel local como mundial, y la reacción de la comunidad Musulmana, también en ambos niveles, cuando se ha producido más recientemente un asesinato en masa, producto de múltiples bombas terroristas, colocadas por elementos islámicos en iglesias cristianas y en hoteles llenos de turistas de países en los que predomina el Cristianismo.
En la tragedia de Nueva Zelanda hubo verdadera congoja, conmiseración y compasión entre la inmensa mayoría Cristiana por las víctimas, por sus familiares y por la comunidad Musulmana que fue blanco de tan trágico episodio. Tanto los pueblos como los gobiernos de otros países, alzaron también la voz de condena contra semejante crimen y proclamaron con brazos abiertos un mensaje de hermandad humana. No faltaron tampoco las oraciones del Papa y de otras comunidades cristianas por las víctimas y sus familiares.
En Sri Lanka (la isla de Ceilán), un pequeño país independiente al Sureste de la India, los Cristianos son minoría, pero vivían integrados en una sociedad en la que compartían con budistas y musulmanes el progreso y el bienestar del país. Este estallido de odio ha venido a quebrantar esa paz y a socavar esa confraternidad. Pero la comunidad Musulmana, tanto del país como del resto esparcida por el mundo, guardó un ensordecedor silencio, apenas afectado por escasas y tímidas declaraciones de algunos aislados grupos Musulmanes. Apenas algunas notas de disculpa, pero poca conmiseración, compasión ni, mucho menos, brazos abiertos a las víctimas de la comunidad Cristiana de Sri Lanka.
Este contraste es algo muy grave, porque fomenta el odio y el espíritu de venganza. Sólo si aprendemos a vivir en comunidad como hermanos, habrá paz. Los Cristianos aspiran a amar al prójimo, incluso a sus enemigos, pero esa meta de hermandad humana es muy difícil, si no imposible, cuando no hay la más mínima reciprocidad.
En la tragedia de Nueva Zelanda hubo verdadera congoja, conmiseración y compasión entre la inmensa mayoría Cristiana por las víctimas, por sus familiares y por la comunidad Musulmana que fue blanco de tan trágico episodio. Tanto los pueblos como los gobiernos de otros países, alzaron también la voz de condena contra semejante crimen y proclamaron con brazos abiertos un mensaje de hermandad humana. No faltaron tampoco las oraciones del Papa y de otras comunidades cristianas por las víctimas y sus familiares.
En Sri Lanka (la isla de Ceilán), un pequeño país independiente al Sureste de la India, los Cristianos son minoría, pero vivían integrados en una sociedad en la que compartían con budistas y musulmanes el progreso y el bienestar del país. Este estallido de odio ha venido a quebrantar esa paz y a socavar esa confraternidad. Pero la comunidad Musulmana, tanto del país como del resto esparcida por el mundo, guardó un ensordecedor silencio, apenas afectado por escasas y tímidas declaraciones de algunos aislados grupos Musulmanes. Apenas algunas notas de disculpa, pero poca conmiseración, compasión ni, mucho menos, brazos abiertos a las víctimas de la comunidad Cristiana de Sri Lanka.
Este contraste es algo muy grave, porque fomenta el odio y el espíritu de venganza. Sólo si aprendemos a vivir en comunidad como hermanos, habrá paz. Los Cristianos aspiran a amar al prójimo, incluso a sus enemigos, pero esa meta de hermandad humana es muy difícil, si no imposible, cuando no hay la más mínima reciprocidad.
Last edit: 06 May 2019 17:12 by Democracia Participativa.
Reply to Gerardo E. Martínez-Solanas
Moderators: Miguel Saludes, Abelardo Pérez García, Oílda del Castillo, Ricardo Puerta, Antonio Llaca, Efraín Infante, Pedro S. Campos, Héctor Caraballo
Time to create page: 0.384 seconds