Dentro del espantoso caos que se vive en Venezuela hay un enorme elemento que desaparece y que afecta especialmente a los niños. Se fue Alimentos Kellogg, que fabricaba cereales, ante la falta de materia prima para fabricarlos.
Recuerdo cuando vivíamos en Caracas, mi hijo más pequeño cantaba la canción de Kellogg, mientras le ponía en el plato "las tiernas ojuelitas de maíz", bananas y leche para su desayuno.
Y me vienen a la memoria otros anuncios de la televisión de aquelloss días: "Cuando cae el mundo de Martel", "Las hormiguitas del Banco República", "¿Qué haría yo sin tí, Papel de aluminio Reynolds!", que destacaban junto a otros, la prosperidad de una nación feliz y vibrante.
Todo esto y mucho más se ha perdido en el marasmo del socialismo, aplicado a través de las fallas de la democracia, que permitieron la toma del poder por los votos obtenidos por personajes mafiosos que solo vieron cómo robarse el país y distribuir sus riquezas entre sus socios internacionales, aprovechadores que han usado ese dinero para atornillarse todavía más en sus sillones.
Nicolás Maduro, -el más brutal de los dictadores de Venezuela- en los cinco años que lleva en la presidencia ha logrado que se vayan del país ocho transnacionales, privando a la nación principalmente de alimentos y empleos.
El Diario El Nacional detalla hoy en sus páginas las ocho multinacionales que cesaron operaciones desde 2013 : Compañía de Bebidas de las Américas, fabricante de la cerveza Brahma; Wonder de Venezuela, confección de hilos para la industria textil; Clorox, fabricante de productos de limpieza; Kimberly Clark, productora de artículos de higiene personal; General Mills, que vendió Diablitos Underwood a la firma inversionista internacional Lengfeld Inc.; Bridgestone Firestone, fabricante de neumáticos que vendió el negocio a la corporación Grupo Corimon; General Motors, fabricante de automóviles; y recientemente Alimentos Kellogg.
Cuando Maduro comience su segundo período en Miraflores tiene en mente seguir su ruta prefijada desde La Habana, en desmedro de la triste nación que hoy gobierna