Población, economía, mercado doméstico, y derechos del consumidor.

  • Eugenio R. Balari †
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Población, economía, mercado doméstico, y derechos del consumidor.

16 Feb 2018 15:50
#10374
Población, economía, mercado doméstico y derechos del consumidor.


-El consumo personal o humano es una categoría económica y social amplia e indispensable, porque no solo contribuye a satisfacer necesidades humanas y el desenvolvimiento de las personas socialmente, sino que es uno de los indicadores fundamentales del crecimiento económico y el nivel de vida de la población.

-Es también una categoría económica relevante, parte integral del proceso sistémico de las economías y los clásicos conceptos de estas; donde habitualmente se analiza la producción, distribución, el cambio y el consumo.

-La sociedad contemporánea al reflexionar sobre el papel del consumo, lo divide o clasifica en productivo y personal; el primero sirve para reponer necesidades o desgastes producidos en los medios de producción y continuar desarrollando la producción de bienes materiales, el segundo para lograr reproducir o satisfacer los requerimientos de los trabajadores y personas se le relacionan familiarmente.

-El consumo personal y no el productivo es el objeto de este trabajo, el que posibilita a la sociedad cubrir o satisfacer sus demandas de bienes de consumo y garantizar la reproducción de la fuerza de trabajo, al propiciarle al trabajador y su familia la permanente reproducción de la vida.

-A su vez la dinámica o crecimiento de la demanda interna, constata la solvencia económica de la sociedad, mostrando la situación del empleo u ocupación laboral (dado el aumento o disminución de la demanda); lo que resulta ser un indicador importante en la economía, porque muestra el poder adquisitivo de los consumidores y por tanto los estímulos o alcances económicos con que cuentan o reciben de la sociedad.
Ello contribuye a activar el crecimiento económico en general y hacer crecer el producto interno bruto (PIB), que en una dirección u otra resulta asociado a la solvencia económica que exista socialmente; por lo que el aumento o decrecimiento de las fuentes de empleo, o el mismo desempleo laboral, resultan indicadores de gran importancia.

-Décadas atrás en las economías de mercado en los países más ricos o desarrollados de la tierra, el amplio y diverso consumo personal transformó esas sociedades, convirtiéndolas en colectividades de consumo y luego desató el consumismo.

-El consumismo originó y/o desarrolló una época de mayor dinámica en las economías capitalistas avanzadas, pero por sus características y fuerte nivel de competitividad fomentó gran irracionalidad en la producción, comercialización y consumo de los bienes materiales; donde en la actualidad no se trata solo de satisfacer las necesidades esenciales o crecientes de las personas, sino de satisfacer también las de estatus social, o que satisfagan deseos o gustos de jerarquías clasistas para diferenciarse.

-El consumismo viene promoviendo el individualismo hedonista, las apetencias materiales y el derroche material; causando la desaparición o agotamiento de innumerables recursos naturales, el endeudamiento de los ciudadanos (sobre lo necesario o lo que no lo es); y tras su filosofía o modus operandi se ha adueñado de la mayoría de las economías de mercado, que junto a la globalización neoliberal que lo promueve y santifica, se ha consolidado en el mundo de manera cuasi permanente.

-Tal etapa o más bien época del capitalismo monopolista, ha traído consigo perniciosas consecuencias sociales y ambientales, que difícilmente la humanidad pueda soportarlo durante mucho más tiempo.
De tal envergadura y dañinas consecuencias han sido y son sus impactos, que representan un elevado peligro para los destinos de la humanidad y el propio planeta en que vivimos.

-A pesar de su vigencia y extensión hay que decir, se acrecienta la conciencia universal ciudadana contra dicho irracional modelo económico/social y cada vez más se comprenden los peligros que promueve el consumismo; haciendo surgir poderosas corrientes de opinión y combativos movimientos de consumidores y ambientalistas, originados desde la sociedad civil que trabajan muy relacionadas entre sí.

-Ambos movimientos coinciden en la necesidad de poner fin a las irracionalidades del modelo consumista, causantes de inaceptables impactos se producen sobre los ecosistemas de la tierras y emisiones de gases contaminantes a la atmósfera, perjudiciales sobre la capa de ozono y determinantes del calentamiento global.

-En Cuba hace más de ½ siglo se implementó, como medida de protección al consumidor, tomando en cuenta las complejas situaciones políticas que se vivían, las agresiones se recibían desde el exterior y las vulnerabilidades de la economía); un sistema de abastecimientos a través del cual se garantizó una canasta de productos básicos, que junto a otras formas de comercialización, posibilitaron un consumo esencial generalizado, fundamentalmente austero, aunque decoroso, que con ventajas y desventajas benefició a la población.

-Ese consumo no ha estado ni está ajeno a situaciones o momentos de déficits, relacionados a las disponibilidades de los abastecimientos y en consecuencia ha impactado en ciertas circunstancias a los consumidores cubanos.

-Cierto que el consumo a la población no ha sido amplio, tampoco estable ni diversificado y aun pobre su nivel de surtidos; caracterizado en no pocas ocasiones por la desaparición o escases de productos; que obliga al consumidor acumular estos cuando aparecen en el mercado, dadas las muy diversas necesidades que hay y la inestabilidad en la red comercial con los abastecimientos.

-Tales situaciones se desarrollan en circunstancias, en que las unidades comerciales se encuentran en general vetustas, atípicas si se quiere a la de los mercados convencionales; que desafortunadamente se caracteriza no por su eficacia, si se valoran la escases de bienes, la inestabilidad de los productos, la pobre diversidad en los surtidos, las bajas calidades, o la atipicidad o heterogeneidad de los precios; todo ello unido al inconveniente ciudadano de tener que operar con una doble moneda.

-Esas situaciones guardan similitudes a las de los mercados de consumo en condiciones o tiempos de guerra; que unido a los bajos salarios y pobres estímulos a los trabajadores del comercio, contribuye a que se manifieste el mal servicio, atención deficiente al cliente y en no pocas oportunidades a propiciar se engañe a este o se desarrolle la corrupción.

-Es de suponer la economía no parece encontrarse en condiciones de acometer, definitivamente, la liberación plena o normalización del mercado de consumo, modernizar u homogenizar la red comercial; cuestiones fundamentales para la economía y los consumidores, pero deberá producirse más temprano que tarde.

-Varias han sido las generaciones que les ha tocado vivir en tan complejas circunstancias de consumo, a lo que se unen otras limitaciones relacionadas a las necesidades generales de las gentes; viviendas, equipamientos de estas, transportes, comunicaciones, u otros recursos vitales que son imprescindibles para satisfacer las demandas de consumo y servicios.

-Tales circunstancias prolongadas en el tiempo (quiérase o no), se encuentran entre los factores que contribuyeron a desencadenar una prolífera emigración de cubanos, distribuidos por todo el mundo, aunque radicados mayormente en los Estados Unidos de Norteamérica.
En simultáneo a esa emigración habría que sumar, la preocupante baja natalidad existente, propiciadora junto a otros factores positivos, de un amplio proceso de envejecimiento de la población.

-En tales circunstancias económico/sociales, es imprescindible poner atención a las necesidades y al consumo de la población y lógicamente, al conjunto de factores que lo posibilitan.

-Desde nuestro análisis o percepción de la situación existente, consideramos que el período especial con las medidas y restricciones que lo caracterizaron; lógicamente para superar la crisis económica, los impactos en el consumo y vida de las personas (determinado por el colapso del “socialismo” europeo) y luego por la implementación de rígidas medidas para estabilizar la situación; determinó que la excepcional coyuntura situacional que se produjo, contribuyera a imponer una situación atípica o fuera de lo normal, que para muchos justificó la política de plaza sitiada.

-Sin embargo al prolongarse el período especial más de lo aconsejable, en determinadas personas ocasionó escepticismo, frustraciones y al tornarse la situación social y económica compleja y difícil, algunos prefirieron tomar el camino de la emigración, esta vez y en lo fundamental entre gentes jóvenes.

-La crisis económica o período especial atravesada, unida al fenómeno migratorio que desencadenó, agravó la situación del envejecimiento poblacional; reduciéndose la tasa de natalidad de la población, llegando a convertirse en una de las más bajas de la región, sino la más.

-Una sociedad que logra proveer a sus ciudadanos de trabajos dignos y bien remunerados, así como otros estímulos necesarios; si además cuenta con una adecuada contrapartida de bienes en el mercado doméstico y ofrece posibilidades, de que se satisfagan otras necesidades, propicia desarrollar una vida más plena, en lo individual y familiar; esos factores disipan o minimizan las ideas o decisiones migratorias de las gentes.

-Cuando crece la economía, existen empleos suficientes y bien remunerados, se redistribuyen equitativamente las riquezas, se hacen racionales los mecanismos del mercado doméstico y este, el mercado, dispone de los bienes necesarios y servicios para satisfacer las necesidades o demandas de las personas; desaparecen las intenciones migratorias, también las de no permitir hacer crecer las familias.
Se renueva el interés por el trabajo ya que en el mercado se puede satisfacer la demanda y todo ello, sin tener que promover o acudir a un consumo irracional y menos caer en el consumismo.

-En un contexto de restricciones y/o regulaciones de los bienes de consumo, como en su contrario, el de un mercado liberado a partir de las leyes mercantiles de la oferta y demanda; la cuestión de los derechos de los consumidores y la necesidad de hacerlos valer protegiéndolos, es un requerimiento necesario ante cualquier sociedad.

-Como se conocen y por aquello de la conveniencia de recordarlos, los derechos de los consumidores consisten en garantizar la satisfacción de las necesidades básicas, la seguridad, información, a escoger o seleccionar los productos, a la organización, reparación, la educación y a un medio ambiente saludable.

-En Cuba se hace imprescindible que esos derechos se asienten y/o consoliden en las estructuras institucionales, marcos jurídicas y la sociedad civil de la nación; en las leyes que se hagan necesarias para garantizarlos y no solo a estos, sino se posibilite que los consumidores se organicen para velar por ellos y así lograr defender al consumidor individual o aislado, en sus justas demandas de reivindicaciones concretas y denunciar cualquier tipo de irregularidades se cometan durante los actos de compra/venta en el mercado de consumo.

-De otro lado la defensa de los derechos de los consumidores se inserta, dentro del conjunto de los proclamados universalmente derechos humanos, porque en realidad son parte de ellos y de la necesaria protección de la vida misma de las personas.

-Desde nuestra visión del tema y dejando correr la imaginación, sobre todo en sentido perspectivo; es de suponer que cuando la economía se fortalezca o crezca, se normalicen las acciones o el funcionamiento de su mercado interno y de este último con los consumidores y usuarios, satisfaciendo con plenitud las necesidades de la población.

-Tales favorables circunstancias otorgarán estabilidad a los asentamientos poblacionales humanos en sus áreas respectivas; eliminando o reduciendo los flujos migratorios y lo más significativo, volverá a crecer la tasa de natalidad en la población cubana.
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