Gulliver contra 12 mil enanos
- Carlos Alberto Montaner
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Gulliver contra 12 mil enanos
02 Nov 2015 05:08 - 02 Nov 2015 05:12Ciento noventa y un países votaron en la ONU a favor
de una resolución presentada por Cuba.
Estados Unidos, realmente, no se defendió.
Cuba 191, Estados Unidos 2. Eso se llama una paliza diplomática. Ciento noventa y un países votaron en la ONU a favor de una resolución presentada por Cuba contra las restricciones económicas comerciales y financieras impuestas por Estados Unidos al gobierno de los Castro desde 1961. Sólo dos naciones se opusieron: Estados Unidos e Israel.
Viene ocurriendo desde hace mucho tiempo. La novedad es que este año el gobierno de Obama lo celebra secretamente, aunque la ley y el sentido común obliguen a la diplomacia norteamericana a rechazar la resolución. El propio presidente había urgido al Congreso a que derogara la medida.
En todo caso, Estados Unidos, realmente, no se defendió. Al fin y al cabo, estas resoluciones de la ONU no son vinculantes. Es pura propaganda dentro de una organización tan desprestigiada que eligió a Venezuela y Ecuador para pertenecer al comité que vigila el cumplimiento de los Derechos Humanos, que es algo así como poner al zorro a cuidar el gallinero.
Lo interesante es cómo la dictadura de los Castro consigue desviar la atención sobre el verdadero corazón del asunto –la persistencia de una dictadura estalinista derivada del modelo soviético erradicado de Occidente hace un cuarto de siglo– y la coloca sobre una percepción fabricada: una pobre isla asediada por la mayor potencia del planeta. David contra Goliat.
¿Cómo lo logra? Para entenderlo hay que saber que esa pequeña Isla, improductiva y maltratada, menesterosa y pedigüeña, que no le paga a nadie porque malgasta sus recursos, posee una proyección exterior de gran potencia aprendida del KGB: cuenta con unas doce mil personas dedicadas a la tarea de promover las causas elegidas por Fidel Castro y heredadas y seguidas por su hermano Raúl.
¿Cuáles son esas causas? Esencialmente, la denuncia de Estados Unidos y del malvado y explotador capitalismo. Todo lo que se oponga a ese común enemigo es bienvenido: el Irán de los ayatolás, la Libia de Gadafi en el pasado, hoy la Rusia de Putin, el “Socialismo del siglo XXI”. Todo. Cualquier cosa.
¿Quiénes son esos doce mil funcionarios, correa de transmisión de la diplomacia faraónica de Fidel, un narcisista aquejado, como tantos, por la urgencia grandiosa de imponerle su voluntad al mundo?
En primer lugar, la Dirección General de Inteligencia, con sus 1500 oficiales, muy bien formados, regados por el mundo. Cada uno de ellos seduce, recluta o maneja a una docena de contactos locales. Los miembros del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP), otro brazo de la inteligencia, presente en todos los países y todos los organismos internacionales. Las 119 embajadas cubanas, con 140 sedes y 21 consulados generales, todos manejados por la Seguridad. Las instituciones académicas, literarias o artísticas que tienen contactos con el exterior y viajan o reciben viajeros. Cualquier pieza encaja en el rompecabezas: un concierto de Silvio Rodríguez, una conferencia en Panamá. Lo que sea.
Total: miles de personas directa o indirectamente vinculadas a la vida política y a las comunicaciones de la mayor parte de las naciones del mundo, y muy especialmente a las de los principales países de Occidente que acaban respondiendo a los dictados de La Habana.
No cuento, por supuesto a la contrainteligencia. Ese aparato, forjado a la imagen de la Stasi alemana, cuenta en sus filas con el 0.5% de la población, unas 60,000 personas consagradas a la tarea de infiltrar y controlar a los “grupos enemigos” dentro de la Isla, entre los que se incluyen no sólo los demócratas que piden libertades, sino masones, iglesias cristianas, colectivos sospechosos como el LGTB, o los “cuentapropistas” que intentan levantar pequeños negocios caseros para sobrevivir en medio de tanta represión y estupidez.
Tan pronto se da la consigna de sacar la resolución anual de la ONU, ese inmenso mecanismo se pone en movimiento para lograr el objetivo. Siempre hay lazos con las cancillerías y las casas de gobierno aunque formalmente sean enemigas. Cuba cuida esas relaciones personales como oro en polvo.
Todo se utiliza: desde darle tratamiento médico gratis al pariente de un diputado, un general o un jefe de policía local, hasta mandarles puros a los jefes de gobierno o conseguirle un donjuán que le alivie sus querencias genitales a una espía cubana de origen puertorriqueño, como le sucedió a Ana Belén Montes, una señora colocada en un altísimo puesto del Pentágono, cuya función oficial era informar a la Casa Blanca sobre la peligrosidad de la Isla.
Washington, que ya ha perdido los reflejos que alguna vez tuvo durante la Guerra Fría, no sabe, no puede o no quiere luchar contra ese enemigo. Jonathan Swift, en Los viajes de Gulliver, describe como, al naufragar en Liliput, el capitán Lemuel Gulliver es atado y apresado por una legión de enanitos de 15 centímetros de estatura. Eso le ocurre a Estados Unidos. No es David contra Goliat. Es Gulliver contra 12,000 enanos eficientes.
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Last edit: 02 Nov 2015 05:12 by Gerardo E. Martínez-Solanas.
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- José Manuel Palli
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Re: Gulliver contra 12 mil enanos
02 Nov 2015 12:04
La Enaneida? O es la Enaniada? Quizas sea la Enanea?... Cualquiera de esos títulos sirve para tu nueva novela.
Como va el mundo, "si te compras un circo, te crecen los enanos", Carlos Alberto.
www.elnuevoherald.com/opinion-...article41994009.html
Cuba y la Tribuna “Anti” de Miami
Por José Manuel Pallì
Acabo de estar en Cuba para asistir al Congreso “Abogacía 2015”, en el cual participaron cerca de 700 abogados, 150 de ellos extranjeros.
Además de la alta calidad de las ponencias presentadas por abogados cubanos (muy jóvenes en algunos casos) y del debate que generaron entre los participantes, me impresionó la forma en que mis colegas en Cuba actúan, sutil e inteligentemente, como propulsores de los cambios que se vienen gestando en la isla. Y es que esos cambios necesitan apoyarse y cimentarse en una evolución continua de las instituciones que conforman el ordenamiento jurídico cubano. Hacia allá vamos.
En Cuba se va superando, poco a poco y cada quien a su paso, la mentalidad y la actitud de Tribuna Anti-Imperialista que hasta hace poco enmarcaba su “Batalla de las Ideas”. Queda por delante un camino largo y sinuoso, balanceado entre la prudencia y el gradualismo por una parte, y por la otra la impaciencia y la frustración de un pueblo que, en muchísimos casos, no encuentra otra salida a esa frustración que la emigración (cuando le comenté a un amigo del interior de la isla a lo que venia me dijo que nos visualizaba, a los abogados allí reunidos, tomados de la mano y cantando “Que bueno es ser pobre”…).
Conversando con empresarios extranjeros también de visita en la isla es evidente que muchos de ellos no se sienten aun cómodos, que todavía los intimida la profusión de imágenes (de Fidel, del Ché) y de consignas. Las autoridades cubanas necesitan escuchar a estos empresarios para poder “ajustar” su modelo de forma tal que facilite la interacción con otros mercados.
Regresar a Miami después de una semana en Cuba es como regresar al pasado. Desde nuestras diversas Tribunas “Anti” (anti-comunista, anti-castrista, anti-chavista, ant-kirchnerista, etc., etc.) solo se enfatiza lo negativo, el mundo es un lugar estático condicionado por el maniqueísmo del si tu no piensas como yo es porque encarnas aquello frente a lo cual yo soy fervorosamente “Anti” (de regreso a Miami me encuentro con la pregunta de otro buen amigo preocupado por que yo pudiera preferir a la Cuba de los Castro por sobre su visión confusa y difusa de lo que debe ser un liberal).
Pero lo que mas debiera preocuparnos a todos en Miami es nuestra vocación por aferrarnos a la intrascendencia de esas Tribunas “Anti”, nuestra incapacidad a la hora de sobreponernos a la nube de intolerancia, polarización y pesimismo que nos envuelve como una peste, como una plaga medieval.
Miami merece y puede ser no ya la puerta de los negocios entre los EEUU y las Américas, sino el epi-centro de la diversidad cultural e ideológica, del debate, el diálogo y el entendimiento entre todos los americanos (del norte, del centro y del sur del continente), y no simplemente lo que es hoy, una tribuna desde la que algunos agitan con sus mensajes "Anti", generalmente adversando desde aquí a quienes controlan los destinos de sus países de origen.
Pero para que Miami se convierta en lo que debe ser es imprescindible ajustar nuestra actitud, nuestra mentalidad, sin apelar al recurso infantil de pensar que primero deben ajustar “los otros” su discurso, su actitud y su mentalidad. Somos nosotros quienes podemos y debemos alumbrar el camino del acercamiento y, eventualmente, de la reconciliación, entre cubanos, entre venezolanos y entre todos los demás pueblos que nutren a Miami. Pasar de ser “Anti” a ser “Anti – Anti”.
La reciente votación en la ONU no hace sino demostrar (otra vez) lo absurdo de nuestra posición: la Tribuna “Anti” de Miami como caricatura de la realidad. O como una novela titulada épica la Enaneida, escrita por mi amigo CAM... O será Sam?...
Como va el mundo, "si te compras un circo, te crecen los enanos", Carlos Alberto.
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Cuba y la Tribuna “Anti” de Miami
Por José Manuel Pallì
Acabo de estar en Cuba para asistir al Congreso “Abogacía 2015”, en el cual participaron cerca de 700 abogados, 150 de ellos extranjeros.
Además de la alta calidad de las ponencias presentadas por abogados cubanos (muy jóvenes en algunos casos) y del debate que generaron entre los participantes, me impresionó la forma en que mis colegas en Cuba actúan, sutil e inteligentemente, como propulsores de los cambios que se vienen gestando en la isla. Y es que esos cambios necesitan apoyarse y cimentarse en una evolución continua de las instituciones que conforman el ordenamiento jurídico cubano. Hacia allá vamos.
En Cuba se va superando, poco a poco y cada quien a su paso, la mentalidad y la actitud de Tribuna Anti-Imperialista que hasta hace poco enmarcaba su “Batalla de las Ideas”. Queda por delante un camino largo y sinuoso, balanceado entre la prudencia y el gradualismo por una parte, y por la otra la impaciencia y la frustración de un pueblo que, en muchísimos casos, no encuentra otra salida a esa frustración que la emigración (cuando le comenté a un amigo del interior de la isla a lo que venia me dijo que nos visualizaba, a los abogados allí reunidos, tomados de la mano y cantando “Que bueno es ser pobre”…).
Conversando con empresarios extranjeros también de visita en la isla es evidente que muchos de ellos no se sienten aun cómodos, que todavía los intimida la profusión de imágenes (de Fidel, del Ché) y de consignas. Las autoridades cubanas necesitan escuchar a estos empresarios para poder “ajustar” su modelo de forma tal que facilite la interacción con otros mercados.
Regresar a Miami después de una semana en Cuba es como regresar al pasado. Desde nuestras diversas Tribunas “Anti” (anti-comunista, anti-castrista, anti-chavista, ant-kirchnerista, etc., etc.) solo se enfatiza lo negativo, el mundo es un lugar estático condicionado por el maniqueísmo del si tu no piensas como yo es porque encarnas aquello frente a lo cual yo soy fervorosamente “Anti” (de regreso a Miami me encuentro con la pregunta de otro buen amigo preocupado por que yo pudiera preferir a la Cuba de los Castro por sobre su visión confusa y difusa de lo que debe ser un liberal).
Pero lo que mas debiera preocuparnos a todos en Miami es nuestra vocación por aferrarnos a la intrascendencia de esas Tribunas “Anti”, nuestra incapacidad a la hora de sobreponernos a la nube de intolerancia, polarización y pesimismo que nos envuelve como una peste, como una plaga medieval.
Miami merece y puede ser no ya la puerta de los negocios entre los EEUU y las Américas, sino el epi-centro de la diversidad cultural e ideológica, del debate, el diálogo y el entendimiento entre todos los americanos (del norte, del centro y del sur del continente), y no simplemente lo que es hoy, una tribuna desde la que algunos agitan con sus mensajes "Anti", generalmente adversando desde aquí a quienes controlan los destinos de sus países de origen.
Pero para que Miami se convierta en lo que debe ser es imprescindible ajustar nuestra actitud, nuestra mentalidad, sin apelar al recurso infantil de pensar que primero deben ajustar “los otros” su discurso, su actitud y su mentalidad. Somos nosotros quienes podemos y debemos alumbrar el camino del acercamiento y, eventualmente, de la reconciliación, entre cubanos, entre venezolanos y entre todos los demás pueblos que nutren a Miami. Pasar de ser “Anti” a ser “Anti – Anti”.
La reciente votación en la ONU no hace sino demostrar (otra vez) lo absurdo de nuestra posición: la Tribuna “Anti” de Miami como caricatura de la realidad. O como una novela titulada épica la Enaneida, escrita por mi amigo CAM... O será Sam?...
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- Abelardo Pérez García
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Re: Gulliver contra 12 mil enanos
02 Nov 2015 17:42
Ya que con Gulliver estamos, podemos preguntarnos si fue la eficiencia de los liliputienses o el hecho que el protagonista estaba desmayado lo que permitió que lo ataran.
De todas formas enanos listos siempre llevarán las de vencer contra gigantes (relativos) tontos, ignorantes y torpes.
Hace ya años, solía pregunar a muchos jóvenes en EEUU (sobrinos, hijos de primos o de amigos…) si podían decirme lo que era un Yahoo. Me contestaban entonces, mirándome con cierta piedad pensando seguramente que yo padecía algún atraso mental o que quizá hacía tal pregunta porque venía de algún lugar subdesarrollado de “the rest of the world”, que Yahoo era una onomatopeya o, si no, un sitio internet con un conocido motor de búsqueda.
Les preguntaba entonces si conocían a los “Houyhmhms” lo cual confirmaba su opinión sobre mis facultades mentales.
Como Gulliver, en la extraordinaria metáfora de Swift, prefiero los nobles Houyhmhms, lógicos, nobles y positivos, pese a su apariencia equina, a los repugnantes e ignorantes Yahoos de apariencia humana.
Si los liliputienses de nuestra islita han podido atar a nuestro gigantesco vecino del Norte es quizá porque “Quod Natura non dat, Harvard non praestat”.
De todas formas enanos listos siempre llevarán las de vencer contra gigantes (relativos) tontos, ignorantes y torpes.
Hace ya años, solía pregunar a muchos jóvenes en EEUU (sobrinos, hijos de primos o de amigos…) si podían decirme lo que era un Yahoo. Me contestaban entonces, mirándome con cierta piedad pensando seguramente que yo padecía algún atraso mental o que quizá hacía tal pregunta porque venía de algún lugar subdesarrollado de “the rest of the world”, que Yahoo era una onomatopeya o, si no, un sitio internet con un conocido motor de búsqueda.
Les preguntaba entonces si conocían a los “Houyhmhms” lo cual confirmaba su opinión sobre mis facultades mentales.
Como Gulliver, en la extraordinaria metáfora de Swift, prefiero los nobles Houyhmhms, lógicos, nobles y positivos, pese a su apariencia equina, a los repugnantes e ignorantes Yahoos de apariencia humana.
Si los liliputienses de nuestra islita han podido atar a nuestro gigantesco vecino del Norte es quizá porque “Quod Natura non dat, Harvard non praestat”.
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- Gerardo E. Martínez-Solanas
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Re: Gulliver contra 12 mil enanos
02 Nov 2015 19:10 - 02 Nov 2015 19:17
En Cuba se ha generalizado la consigna de alentar "la fuerza de lo pequeño". David vs Goliat, liliputienses vs Gulliver, en fin, la ilusión de que podemos vencer al mal desde nuestra propia debilidad, pero con el convencimiento de que nuestra fuerza está en tener la razón al defender los principios y las normas del bien común.
Por eso me inquietan mucho los argumentos "anti-anti", aunque esté, por otra parte, muy de acuerdo en que la lucha por el bien común hay que darla con elementos positivos y no basados en el NO constante y desgastador.
Y cuando hablo aquí de bien común no me refiero solamente a la Economía Social de Mercado ni a los parámetros de la Doctrina Social de la Iglesia sino al respeto de todos los derechos reconocidos internacionalmente a las personas, que son precisamente los que garantizan la posibilidad de formalizar una sociedad donde impere el bien común. En otras palabras, el respeto inalienable a la dignidad humana para que se den las condiciones de la vida social que hagan posible a las asociaciones y a cada uno de sus miembros el logro más pleno y más fácil de su bienestar y su búsqueda de la perfección.
Por lo tanto, aunque en la lucha por una Cuba mejor o por un mundo mejor es aconsejable apoyarse en actitudes positivas que abran paso a soluciones viables, no por eso es justo ni razonable renunciar a estar radicalmente en contra del mal. Sencillamente "anti" significa estar en contra. Y estoy en contra de todas las violaciones a los derechos humanos, sea cual sea su procedencia, de los abusos, de los crímenes apañados por el poder y de muchísimas otras cosas que atentan contra ese amplio concepto del bien común al que me refiero en el párrafo anterior.
Creo que la respuesta de José Manuel a Carlos Alberto, salvo esas cuatro líneas iniciales, que son más bien de burla innecesaria que no aportan argumentos a un debate, correspondía al resto de su aporte abrir otro debate por separado sobre este tema de los "anti" de Miami. Dicho sea de paso, es un tema legítimo, porque la intransigencia de caer en el anti todo lo del adversario cierra las puertas a un arreglo racional, que no siempre es posible, pero hay que intentarlo. No cabe duda de que la negociación es indispensable para que la civilización prospere e incluso para que sobreviva.
El problema es que hay dictaduras y tiranos con los que la negociación es imposible. Y en esos casos hay que estar radicalmente en contra. Contra Stalin, contra Hitler, contra Mao, contra Pol Pot, contra Idi Amin, contra toda la dinastía que ha heredado Kim Jong-un y, ¿por qué no?, contra Fidel Castro en su tiempo o contra Raúl Castro que ha heredado ahora la dinastía cubana y demuestra hasta la saciedad que no está dispuesto a negociar una salida racional hacia una Cuba mejor.
No obstante, tan pronto Raúl y su camarilla mostraran con hechos que están dispuestos a negociar con la oposición y a permitir que esta se manifieste libremente en la sociedad cubana, dejaría de ser "anti-castrista". Tan pronto las autoridades muestren al menos un grado mínimo de respeto por los derechos humanos de los cubanos, creeré en la legitimidad de cualquier cambio que propongan.
Por otra parte, apoyo a José Manuel en sus viajes a Cuba y a todos los demás que bregan por abrir contactos y facilitar avenidas que beneficien de algún modo al pueblo cubano. Porque ser "anti-castrista" no es ser "anti-cubano": todo lo contrario.
Por eso me inquietan mucho los argumentos "anti-anti", aunque esté, por otra parte, muy de acuerdo en que la lucha por el bien común hay que darla con elementos positivos y no basados en el NO constante y desgastador.
Y cuando hablo aquí de bien común no me refiero solamente a la Economía Social de Mercado ni a los parámetros de la Doctrina Social de la Iglesia sino al respeto de todos los derechos reconocidos internacionalmente a las personas, que son precisamente los que garantizan la posibilidad de formalizar una sociedad donde impere el bien común. En otras palabras, el respeto inalienable a la dignidad humana para que se den las condiciones de la vida social que hagan posible a las asociaciones y a cada uno de sus miembros el logro más pleno y más fácil de su bienestar y su búsqueda de la perfección.
Por lo tanto, aunque en la lucha por una Cuba mejor o por un mundo mejor es aconsejable apoyarse en actitudes positivas que abran paso a soluciones viables, no por eso es justo ni razonable renunciar a estar radicalmente en contra del mal. Sencillamente "anti" significa estar en contra. Y estoy en contra de todas las violaciones a los derechos humanos, sea cual sea su procedencia, de los abusos, de los crímenes apañados por el poder y de muchísimas otras cosas que atentan contra ese amplio concepto del bien común al que me refiero en el párrafo anterior.
Creo que la respuesta de José Manuel a Carlos Alberto, salvo esas cuatro líneas iniciales, que son más bien de burla innecesaria que no aportan argumentos a un debate, correspondía al resto de su aporte abrir otro debate por separado sobre este tema de los "anti" de Miami. Dicho sea de paso, es un tema legítimo, porque la intransigencia de caer en el anti todo lo del adversario cierra las puertas a un arreglo racional, que no siempre es posible, pero hay que intentarlo. No cabe duda de que la negociación es indispensable para que la civilización prospere e incluso para que sobreviva.
El problema es que hay dictaduras y tiranos con los que la negociación es imposible. Y en esos casos hay que estar radicalmente en contra. Contra Stalin, contra Hitler, contra Mao, contra Pol Pot, contra Idi Amin, contra toda la dinastía que ha heredado Kim Jong-un y, ¿por qué no?, contra Fidel Castro en su tiempo o contra Raúl Castro que ha heredado ahora la dinastía cubana y demuestra hasta la saciedad que no está dispuesto a negociar una salida racional hacia una Cuba mejor.
No obstante, tan pronto Raúl y su camarilla mostraran con hechos que están dispuestos a negociar con la oposición y a permitir que esta se manifieste libremente en la sociedad cubana, dejaría de ser "anti-castrista". Tan pronto las autoridades muestren al menos un grado mínimo de respeto por los derechos humanos de los cubanos, creeré en la legitimidad de cualquier cambio que propongan.
Por otra parte, apoyo a José Manuel en sus viajes a Cuba y a todos los demás que bregan por abrir contactos y facilitar avenidas que beneficien de algún modo al pueblo cubano. Porque ser "anti-castrista" no es ser "anti-cubano": todo lo contrario.
Last edit: 02 Nov 2015 19:17 by Gerardo E. Martínez-Solanas.
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- José Manuel Palli
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Re: Gulliver contra 12 mil enanos
02 Nov 2015 20:37
Mi querido amigo Gerardo.
El elemento esencial -el punto de partida- en la lucha por el bien común, es creer en el bien común. Luchemos juntos, entonces.
Pero esa misma “imposibilidad” que tu vez a la hora de negociar con “dictaduras y tiranos” es la que yo entiendo que se produce cuando la lucha por el bien común tiene como punto de partida las posiciones “anti” que tu defiendes.
Yo, desde una postura “anti-anti”, puedo ver como posible aquello que tu consideras, ab initio, imposible. Pues soy consciente de que, como decía Il Poverello de Asís, debemos comenzar por hacer lo necesario, después lo que es posible, y de repente estaremos haciendo lo imposible…
Por eso voy a Cuba –y me halaga y te agradezco que me apoyes en lo que hace a mis viajes-, y por eso no oculto que voy a Cuba.
No te imaginas la cantidad de amigos que me han dicho, en las ultimas horas, que les parece una osadía o una imprudencia de mi parte publicar en un periódico de Miami un escrito que comienza diciendo “la semana pasada estuve en Cuba”… ¿Osadía de qué? ¿A que le tengo que temer? ¿A que los enanitos de aquí me quieran destruir como lo han hecho con cubanos mucho más y mejores cubanos que yo y que cualquiera de ellos, como Bernardo Benes, para dar uno solo de muchos ejemplos? Y si han sido así de destructivos esos enanitos es, justamente, por su fervor anti-todo el que no coincide con ellos. En ese sentido, no hay NINGUNA diferencia entra Cuba y Miami, ni la puede haber.
Yo respeto tu estilo como respeto el de todos los demás. Tu, sin embargo –aunque no todavía- te empeñas en calificar a los míos como diatribas o burlas…
Lo que es realmente una burla –una Enaneida, in more senses than one- y un atentado no ya contra el bien común sino contra el sentido común, es el creer y pretenderle hacer creer a los demás el “relato” o “narrativa” de CAM –coincidente con el de mi también amigo Carlos Sánchez Berzain, sobre el que comentáramos hace pocos días- sobre la manera en que Cuba controla al mundo todo.
Un mínimo de 23 de los 25 países modélicos de CAM votaron contra el embargo en la ONU la semana pasada. Si Cuba los controla, ¿modelo de qué son?...
Pero CAM, como muchos otros, hacen el ridículo y dejan el alma en su fervor “anti”, desgastando sus energías y -es cada vez mas evidente- hasta sus neuronas, en argumentos pueriles y risibles como el de los doce mil enanitos… Enanitos como los cubanos que describe CAM los hay en todos lados, aunque parece que CAM ve a los de Cuba como mucho mas altos que los nuestros (que también los tenemos, por supuesto). Y en eso todo indica que CAM lleva razón. Ni la Casa Blanca ni CAM debieran tener nada que festejar, si ese fuera el caso.
No te inquietes tanto por los argumentos “anti-anti”, mi querido Gerardo, argumentos que, por lo demás ya hemos debatido varias veces en este mismo foro. Mas bien SUMATE!
El elemento esencial -el punto de partida- en la lucha por el bien común, es creer en el bien común. Luchemos juntos, entonces.
Pero esa misma “imposibilidad” que tu vez a la hora de negociar con “dictaduras y tiranos” es la que yo entiendo que se produce cuando la lucha por el bien común tiene como punto de partida las posiciones “anti” que tu defiendes.
Yo, desde una postura “anti-anti”, puedo ver como posible aquello que tu consideras, ab initio, imposible. Pues soy consciente de que, como decía Il Poverello de Asís, debemos comenzar por hacer lo necesario, después lo que es posible, y de repente estaremos haciendo lo imposible…
Por eso voy a Cuba –y me halaga y te agradezco que me apoyes en lo que hace a mis viajes-, y por eso no oculto que voy a Cuba.
No te imaginas la cantidad de amigos que me han dicho, en las ultimas horas, que les parece una osadía o una imprudencia de mi parte publicar en un periódico de Miami un escrito que comienza diciendo “la semana pasada estuve en Cuba”… ¿Osadía de qué? ¿A que le tengo que temer? ¿A que los enanitos de aquí me quieran destruir como lo han hecho con cubanos mucho más y mejores cubanos que yo y que cualquiera de ellos, como Bernardo Benes, para dar uno solo de muchos ejemplos? Y si han sido así de destructivos esos enanitos es, justamente, por su fervor anti-todo el que no coincide con ellos. En ese sentido, no hay NINGUNA diferencia entra Cuba y Miami, ni la puede haber.
Yo respeto tu estilo como respeto el de todos los demás. Tu, sin embargo –aunque no todavía- te empeñas en calificar a los míos como diatribas o burlas…
Lo que es realmente una burla –una Enaneida, in more senses than one- y un atentado no ya contra el bien común sino contra el sentido común, es el creer y pretenderle hacer creer a los demás el “relato” o “narrativa” de CAM –coincidente con el de mi también amigo Carlos Sánchez Berzain, sobre el que comentáramos hace pocos días- sobre la manera en que Cuba controla al mundo todo.
Un mínimo de 23 de los 25 países modélicos de CAM votaron contra el embargo en la ONU la semana pasada. Si Cuba los controla, ¿modelo de qué son?...
Pero CAM, como muchos otros, hacen el ridículo y dejan el alma en su fervor “anti”, desgastando sus energías y -es cada vez mas evidente- hasta sus neuronas, en argumentos pueriles y risibles como el de los doce mil enanitos… Enanitos como los cubanos que describe CAM los hay en todos lados, aunque parece que CAM ve a los de Cuba como mucho mas altos que los nuestros (que también los tenemos, por supuesto). Y en eso todo indica que CAM lleva razón. Ni la Casa Blanca ni CAM debieran tener nada que festejar, si ese fuera el caso.
No te inquietes tanto por los argumentos “anti-anti”, mi querido Gerardo, argumentos que, por lo demás ya hemos debatido varias veces en este mismo foro. Mas bien SUMATE!
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- Gerardo E. Martínez-Solanas
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Re: Gulliver contra 12 mil enanos
02 Nov 2015 22:18 - 02 Nov 2015 22:21
No soy yo u otros como yo los que hacemos imposible la negociación sino aquellos que no quieren negociar sino imponer su intransigencia y afianzar su poder y hegemonía sobre los demás. Sencillamente, es imposible negociar con quien no negocia sino que exige e impone. He estado entre los que durante los últimos 37 años hemos estado proclamando el diálogo y la reconciliación y buscando las avenidas por las que podamos transitar hacia una Cuba mejor. La respuesta durante todos esos años, de aquellos mismos de los años 60 y de los mismos de hoy, ha sido la amenaza o el desprecio. O peor aún, la agresión o la muerte.
Esto no quiere decir que sea imposible negociar con todos los cubanos que forman parte del aparato del régimen actual, sino que la cúpula del poder que los domina no se los permite, al menos abiertamente. Es posible hacer una labor de zapa entre la dirigencia intermedia y lograr con ellos un nivel de raciocinio y, en ese sentido, es contraproducente y hasta estúpido anatematizarlos. Con cualquiera que esté dispuesto a escuchar los argumentos ajenos, aún si son adversariales, vale la pena dialogar.
Lo que es imposible es convertir un monólogo en un diálogo; mucho menos en un debate nacional. Y es muy ingenuo el que piense que puede enternecer a un mafioso empedernido que no da muestra alguna de contrición. Si el mafioso recapacita y tiende la mano, entonces se la doy. Al fin de cuentas, la mía sigue extendida desde hace muchísimos años.
Esto no quiere decir que sea imposible negociar con todos los cubanos que forman parte del aparato del régimen actual, sino que la cúpula del poder que los domina no se los permite, al menos abiertamente. Es posible hacer una labor de zapa entre la dirigencia intermedia y lograr con ellos un nivel de raciocinio y, en ese sentido, es contraproducente y hasta estúpido anatematizarlos. Con cualquiera que esté dispuesto a escuchar los argumentos ajenos, aún si son adversariales, vale la pena dialogar.
Lo que es imposible es convertir un monólogo en un diálogo; mucho menos en un debate nacional. Y es muy ingenuo el que piense que puede enternecer a un mafioso empedernido que no da muestra alguna de contrición. Si el mafioso recapacita y tiende la mano, entonces se la doy. Al fin de cuentas, la mía sigue extendida desde hace muchísimos años.
Last edit: 02 Nov 2015 22:21 by Gerardo E. Martínez-Solanas.
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