Los Dueños (Él dueño?...) del Diccionario
- José Manuel Palli
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Los Dueños (Él dueño?...) del Diccionario
22 Jul 2014 17:32
Mi amigo Guillermo dice que miento cuando digo que su amigo Mario “renuncio a su país” luego de contender en una elección presidencial en la que los peruanos rechazaron enfáticamente que fuera él quien rigiera sus destinos.
He escrito cada una de estas palabras con extremo cuidado, porque mi amigo Guillermo, que preside un ente (voy bien, profe? o llamarlo “ente” es otra de mis mentiras) llamado Instituto Interamericano PARA la democracia”, que reúne y refleja una cantidad de sentimientos antagónicos hacia una variedad (grande y en aumento) de gobiernos que mi amigo Guillermo dice que no son democráticos, a pesar de sus orígenes, en virtud de una serie de argumentos que lo llevan poco menos que a atribuirse el derecho a definir él (a veces apelando a lo que llama un “acuerdo general”) lo qué es democracia, tiene la llave del diccionario, y difícilmente la suelte de buen grado.
Yo no soy profesor, ni “experto”, ni en lingüística ni en democracias, pero cada vez me parece mas absurdo dejarle el camino libre a mi amigo Guillermo y a gente como él para que jueguen con el diccionario sin que nadie les salga al paso –mi amigo Guillermo parece sentirse en racha, pues no hace mucho se le dio por apropiarse de la palabra fascismo definiéndola de tal forma que aquellos a quienes mi amigo Guillermo, en su diccionario, llamó socialistas del siglo XXI durante mas de una década, ahora son fascistas.
Claro que Mario, el amigo de mi amigo Guillermo “renunció a su país”, y lo hizo de la manera mas espectacularmente absurda, al pasar, en un santiamén, de pretender ser el máximo responsable del destino de su país a desentenderse por completo de ese destino y radicarse en otro. Mi amigo Guillermo dice que lo hizo por miedo, por las amenazas del presidente que sí fue lo que su amigo Mario no pudo ser. No lo sé. Pero el hecho es que renunció. Ah, pero es que para mi amigo Guillermo “renunciar a su país” significa renunciar a su ciudadanía, a su pasaporte. Eso no fue lo que yo escribí (ni hable de patrias, ni de banderas) ni lo que quise sugerir, a menos que le reconozca a mi amigo Guillermo la propiedad y autoría del diccionario que el y los suyos permanentemente pretenden controlar. Pero yo no les reconozco ese derecho, y me importa poco y nada que me llamen mentiroso. Hay mejores sitios que un periódico para dirimir quien miente, pero sobre todo quien vive del engaño.
Mi amigo Guillermo y sus compañeros PARA-democráticos (y esta es una palabra que mi amigo Guillermo no me puede cuestionar, todavía al menos, porque la acabo de inventar) se toman muy a pecho ese derecho a las definiciones. Y es la agresiva defensa que hacen los paramilitares de su terreno, lo que me inspira a crear esta nueva palabra. Los PARA-democráticos como mi amigo Guillermo entienden que esa defensa de sus ideas requiere protegerlas de toda competencia, sin permitir debate o cuestionamiento alguno. Como ejemplo de lo que digo, valga esta reacción de mi amigo Guillermo, como “moderador” nada menos, de un panel en el Miami Dade College en el que se pretendía explicar o definir el peronismo (sin la presencia de un solo peronista entre los panelistas, claro). Ante los dichos de una periodista del Diario La Nación que hizo una excelente descripción de lo difícil que era ejercer su profesión en la Argentina de hoy por las presiones del gobierno y concluyó diciendo que, así y todo, en la Argentina todavía existía la libertad de expresión, mi amigo Guillermo declaró que el no iba a permitir que nadie le dijera que en la Argentina había libertad de expresión en la actualidad…
Ese es el tipo de democracia “para” la que existe el Instituto.
Haciendo un paréntesis, si me lo permiten, les cuento que mientras escribo esto, en una noche clara y fría, tengo frente a mi el paisaje deslumbrante de los andes ecuatorianos. Escribo desde la provincia de Imbabura, donde Bolivar libró y ganó su única acción bélica en tierras ecuatorianas. Ecuador es uno de esos países que los PARA-democráticos consideran “no democráticos”, donde, como diría mi amigo Guillermo, ES INDISCUTIBLE que no existe la libertad de opinión y de expresión. Y les confieso que muchos buenos, queridos y viejos amigos y colegas ecuatorianos (la GCU o gente como uno, con la que me crié), comparten varios aspectos de la opinión de mi amigo Guillermo sobre los últimos 7 años en Ecuador, y muchos la dan, sin necesidad que uno les pregunte, ni de primero irse y hacerlo desde Miami, para que no les quiten el pasaporte, (y todavía no entiendo que le podía impedir al entonces presidente –electo?- del Perù, el vencedor de don Mario, quitarle el pasaporte peruano al amigo de Guillermo por que ya no estuviera en Perù y hubiera adoptado una segunda nacionalidad) . Pero con la misma debo decirles que en la opinión libremente expresada de muchos ecuatorianos a quienes yo no conocí sino en este viaje (desde abogados y académicos, hasta la gente mas humilde como choferes, empleados de turismo, de hoteles, etc.), especialmente entre los jóvenes, el sentir casi universal de aquellos a quienes les pregunté, (mucho mas allá de los “acuerdos generales” de mi amigo Guillermo) es el siguiente: “el señor Correa es el mejor presidente que hemos tenido los ecuatorianos”. Muchos de ellos se quejan también de varios aspectos de la gestión de Rafael Correa, y varios de los políticos que lo rodean. Pero no me quedan dudas de que están dispuestos a extenderle su confianza por un plazo mayor a Correa o al movimiento no-democrático que lidera. Por supuesto, mi compulsa no tiene ningún sustento científico, pero eso no importa, por lo menos en Miami, donde las encuestas no le sirven sino al que las hace (o sea, a mismo en este caso…).
Por supuesto que mi amigo Guillermo tiene todo el derecho a pensar, y a decir y escribir, todo lo que su conciencia le diga que debe decir y escribir; eso es ser libre, sobre todo cuando uno siente también la libertad y la obligación de reconocerle esa misma libertad a los demás. Los PARA-democráticos no parecen sentirse así, quizás porque no sienten esa vocación (o esa libertad: el tipo de miedo que mi amigo Guillermo le atribuye a su amigo Mario es lo que lleva, creo yo, a muchos de estos personajes a defender lo indefendible, y a hacerlo desde Miami, o desde España) por extender la libertad a quienes no piensan como ellos. En su maniqueísmo simplificador, quien no cree en el credo PARA-democrático, pasa a ser un comunista o socialista del siglo XXI, un fascista, un populista, un colectivista, o cualquier otra cosa que decidan los dueños del diccionario. Y cuando algunos de los amigos de mi amigo Guillermo hasta comienzan a hacer llamados a una lucha por la desigualdad, o PARA justificar y ensalzar la desigualdad, lo de los PARA-democráticos como mi amigo Guillermo se convierte en algo que me preocupa mucho mas al pensar en mis nietos que en el hoy y aquí, especialmente en una sociedad armada hasta los dientes como la nuestra, y polarizada como casi todas.
Y este tema del derecho a portar armas es otro ejemplo de la prodigiosa “habilidad” con la que mi amigo Guillermo maneja la “lógica” lingüística. Su Instituto dice ser “Interamericano”, y tiene su sede en Miami, Estados Unidos de América. Pero si uno le sugiere a mi amigo Guillermo discutir dentro de su ente sobre temas que hacen a la democracia en nuestra sociedad, en la de los Estados Unidos, ya sea el tema de las armas, el de los mecanismos para reducir el “fraude” electoral (un eufemismo para reducir la participación de los mas humildes en las elecciones), el de la influencia en elecciones locales (estatales, condales) y nacionales de cantidades prácticamente irrestrictas de dinero proveniente de gente (las corporaciones son “gente” entre nosotros) que no tienen nada que ver con los intereses de quienes votan en determinada localidad, la respuesta de mi amigo Guillermo es que “Interamericano” excluye a los Estados Unidos, cuya democracia no se discute en su ranchito PARA-democrático.
Por eso yo renuncié hace ya tiempo al directorio del ente del que es propietario mi amigo Guillermo. Porque me parece que solamente en Miami, contando con un público muy exclusivo (y excluyente), puede tener sentido, para algunos pocos, pretender vivir de una visión del mundo como la que tienen los PARA-democráticos.
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He escrito cada una de estas palabras con extremo cuidado, porque mi amigo Guillermo, que preside un ente (voy bien, profe? o llamarlo “ente” es otra de mis mentiras) llamado Instituto Interamericano PARA la democracia”, que reúne y refleja una cantidad de sentimientos antagónicos hacia una variedad (grande y en aumento) de gobiernos que mi amigo Guillermo dice que no son democráticos, a pesar de sus orígenes, en virtud de una serie de argumentos que lo llevan poco menos que a atribuirse el derecho a definir él (a veces apelando a lo que llama un “acuerdo general”) lo qué es democracia, tiene la llave del diccionario, y difícilmente la suelte de buen grado.
Yo no soy profesor, ni “experto”, ni en lingüística ni en democracias, pero cada vez me parece mas absurdo dejarle el camino libre a mi amigo Guillermo y a gente como él para que jueguen con el diccionario sin que nadie les salga al paso –mi amigo Guillermo parece sentirse en racha, pues no hace mucho se le dio por apropiarse de la palabra fascismo definiéndola de tal forma que aquellos a quienes mi amigo Guillermo, en su diccionario, llamó socialistas del siglo XXI durante mas de una década, ahora son fascistas.
Claro que Mario, el amigo de mi amigo Guillermo “renunció a su país”, y lo hizo de la manera mas espectacularmente absurda, al pasar, en un santiamén, de pretender ser el máximo responsable del destino de su país a desentenderse por completo de ese destino y radicarse en otro. Mi amigo Guillermo dice que lo hizo por miedo, por las amenazas del presidente que sí fue lo que su amigo Mario no pudo ser. No lo sé. Pero el hecho es que renunció. Ah, pero es que para mi amigo Guillermo “renunciar a su país” significa renunciar a su ciudadanía, a su pasaporte. Eso no fue lo que yo escribí (ni hable de patrias, ni de banderas) ni lo que quise sugerir, a menos que le reconozca a mi amigo Guillermo la propiedad y autoría del diccionario que el y los suyos permanentemente pretenden controlar. Pero yo no les reconozco ese derecho, y me importa poco y nada que me llamen mentiroso. Hay mejores sitios que un periódico para dirimir quien miente, pero sobre todo quien vive del engaño.
Mi amigo Guillermo y sus compañeros PARA-democráticos (y esta es una palabra que mi amigo Guillermo no me puede cuestionar, todavía al menos, porque la acabo de inventar) se toman muy a pecho ese derecho a las definiciones. Y es la agresiva defensa que hacen los paramilitares de su terreno, lo que me inspira a crear esta nueva palabra. Los PARA-democráticos como mi amigo Guillermo entienden que esa defensa de sus ideas requiere protegerlas de toda competencia, sin permitir debate o cuestionamiento alguno. Como ejemplo de lo que digo, valga esta reacción de mi amigo Guillermo, como “moderador” nada menos, de un panel en el Miami Dade College en el que se pretendía explicar o definir el peronismo (sin la presencia de un solo peronista entre los panelistas, claro). Ante los dichos de una periodista del Diario La Nación que hizo una excelente descripción de lo difícil que era ejercer su profesión en la Argentina de hoy por las presiones del gobierno y concluyó diciendo que, así y todo, en la Argentina todavía existía la libertad de expresión, mi amigo Guillermo declaró que el no iba a permitir que nadie le dijera que en la Argentina había libertad de expresión en la actualidad…
Ese es el tipo de democracia “para” la que existe el Instituto.
Haciendo un paréntesis, si me lo permiten, les cuento que mientras escribo esto, en una noche clara y fría, tengo frente a mi el paisaje deslumbrante de los andes ecuatorianos. Escribo desde la provincia de Imbabura, donde Bolivar libró y ganó su única acción bélica en tierras ecuatorianas. Ecuador es uno de esos países que los PARA-democráticos consideran “no democráticos”, donde, como diría mi amigo Guillermo, ES INDISCUTIBLE que no existe la libertad de opinión y de expresión. Y les confieso que muchos buenos, queridos y viejos amigos y colegas ecuatorianos (la GCU o gente como uno, con la que me crié), comparten varios aspectos de la opinión de mi amigo Guillermo sobre los últimos 7 años en Ecuador, y muchos la dan, sin necesidad que uno les pregunte, ni de primero irse y hacerlo desde Miami, para que no les quiten el pasaporte, (y todavía no entiendo que le podía impedir al entonces presidente –electo?- del Perù, el vencedor de don Mario, quitarle el pasaporte peruano al amigo de Guillermo por que ya no estuviera en Perù y hubiera adoptado una segunda nacionalidad) . Pero con la misma debo decirles que en la opinión libremente expresada de muchos ecuatorianos a quienes yo no conocí sino en este viaje (desde abogados y académicos, hasta la gente mas humilde como choferes, empleados de turismo, de hoteles, etc.), especialmente entre los jóvenes, el sentir casi universal de aquellos a quienes les pregunté, (mucho mas allá de los “acuerdos generales” de mi amigo Guillermo) es el siguiente: “el señor Correa es el mejor presidente que hemos tenido los ecuatorianos”. Muchos de ellos se quejan también de varios aspectos de la gestión de Rafael Correa, y varios de los políticos que lo rodean. Pero no me quedan dudas de que están dispuestos a extenderle su confianza por un plazo mayor a Correa o al movimiento no-democrático que lidera. Por supuesto, mi compulsa no tiene ningún sustento científico, pero eso no importa, por lo menos en Miami, donde las encuestas no le sirven sino al que las hace (o sea, a mismo en este caso…).
Por supuesto que mi amigo Guillermo tiene todo el derecho a pensar, y a decir y escribir, todo lo que su conciencia le diga que debe decir y escribir; eso es ser libre, sobre todo cuando uno siente también la libertad y la obligación de reconocerle esa misma libertad a los demás. Los PARA-democráticos no parecen sentirse así, quizás porque no sienten esa vocación (o esa libertad: el tipo de miedo que mi amigo Guillermo le atribuye a su amigo Mario es lo que lleva, creo yo, a muchos de estos personajes a defender lo indefendible, y a hacerlo desde Miami, o desde España) por extender la libertad a quienes no piensan como ellos. En su maniqueísmo simplificador, quien no cree en el credo PARA-democrático, pasa a ser un comunista o socialista del siglo XXI, un fascista, un populista, un colectivista, o cualquier otra cosa que decidan los dueños del diccionario. Y cuando algunos de los amigos de mi amigo Guillermo hasta comienzan a hacer llamados a una lucha por la desigualdad, o PARA justificar y ensalzar la desigualdad, lo de los PARA-democráticos como mi amigo Guillermo se convierte en algo que me preocupa mucho mas al pensar en mis nietos que en el hoy y aquí, especialmente en una sociedad armada hasta los dientes como la nuestra, y polarizada como casi todas.
Y este tema del derecho a portar armas es otro ejemplo de la prodigiosa “habilidad” con la que mi amigo Guillermo maneja la “lógica” lingüística. Su Instituto dice ser “Interamericano”, y tiene su sede en Miami, Estados Unidos de América. Pero si uno le sugiere a mi amigo Guillermo discutir dentro de su ente sobre temas que hacen a la democracia en nuestra sociedad, en la de los Estados Unidos, ya sea el tema de las armas, el de los mecanismos para reducir el “fraude” electoral (un eufemismo para reducir la participación de los mas humildes en las elecciones), el de la influencia en elecciones locales (estatales, condales) y nacionales de cantidades prácticamente irrestrictas de dinero proveniente de gente (las corporaciones son “gente” entre nosotros) que no tienen nada que ver con los intereses de quienes votan en determinada localidad, la respuesta de mi amigo Guillermo es que “Interamericano” excluye a los Estados Unidos, cuya democracia no se discute en su ranchito PARA-democrático.
Por eso yo renuncié hace ya tiempo al directorio del ente del que es propietario mi amigo Guillermo. Porque me parece que solamente en Miami, contando con un público muy exclusivo (y excluyente), puede tener sentido, para algunos pocos, pretender vivir de una visión del mundo como la que tienen los PARA-democráticos.
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Reply to José Manuel Palli
- Gerardo E. Martínez-Solanas
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Re: Los Dueños (Él dueño?...) del Diccionario
26 Jul 2014 23:59 - 27 Jul 2014 00:04
Me sorprende que un debate sobre un tema muy claro, es decir, sobre la integridad personal y política de Mario Vargas Llosa, a quien José Manuel Palli acusa de "rechazo y renuncia" a su país "nacionalizándose en otro" (ver
Novelistas y "Nobeleros"
), y la respuesta de Guillermo Lousteau señalando que se trata de un caso de doble ciudadanía, dé lugar a esta extensa diatriba de Palli contra el Instituto Interamericano para la Democracia, que se me antoja fuera de toda proporción.
Estimo que hay que ser muy cuidadoso cuando se ataca a una persona por motivos políticos basándose en elementos circunstanciales en un mundo donde hay tantos casos semejantes. Cuando salí de Cuba, tenía pasaporte cubano y durante muchísimos años guardé celosmente esa ciudadanía exclusiva pese a todos los inconvenientes que me causaba, sobre todo en mi trabajo en una organización internacional. Finalmente y al cabo de muchos años, acabé por seguir el proceso de adopción de la ciudadanía de Estados Unidos. Nunca renuncié a la ciudadanía cubana, nunca rechacé a mi país, y siempre he dedicado mucho tiempo y mucho esfuerzo a la lucha por una Cuba mejor. Si no fuera hoy ciudadano de Estados Unidos sería prácticamente un apátrida, porque mi país, a cuya ciudadanía nunca he renunciado, aun desde los tiempos en que tenía pasaporte cubano vigente, siempre me ha negado el regreso a la patria, hasta hoy, que supuestamente muchas restricciones se han eliminado. Y ese país en el que nací y al que nunca he renunciado, jamás me ha dado respaldo consular o me ha reconocido como uno de los suyos.
Respeto a los que piensan distinto y espero el mismo respeto. Respeto a quienes tienen ese privilegio de ir y volver de Cuba que yo no tengo. Respeto a Lousteau aunque discrepe con algunas de sus ideas y respeto a Palli aunque este en desacuerdo con algunas de las suyas. Estoy convencido de que ambos tienen un propósito loable al intercambiar ideas en este FORO y no pretendo enseñarles nada. Sólo expresar mis propias ideas y esperar que cuando las exprese no sea blanco de un ataque personal o de un ataque tangencial a las instituciones a las que pertenezco o respaldo.
Por lo tanto, no pretendo tampoco dar clases de democracia, pero puedo afirmar que el proceso democrático en un Estado de derecho está muy bien definido por la Ciencia Política. Claro que hay matices y también que hay discrepancias respecto a esos matices, pero sus bases fundamentales son indiscutibles. Y una de ellas es el respeto a las opiniones ajenas. Ese es el fundamento de las libertades de expresión, de conciencia y de religión. Si un gobierno cierra medios de comunicación porque se siente agredido por las opiniones publicadas en ese medio, NO ES UN GOBIERNO DEMOCRÁTICO. Si un gobierno califica de enemigo de la patria y avasalla como enemigo irreconciliable a quienes discrepan de sus decisiones políticas, NO ES UN GOBIERNO DEMOCRÁTICO. No importa si una parte de la población, o incluso una mayoría, lo respalda. Es probable que en la Cuba de 1969 o 1970, todavía Fidel Castro pudiera haber ganado la mayoría electoral, PERO YA NO ERA UN GOBIERNO DEMOCRÁTICO.
La democracia no es la oclocracia ni la dictadura de las mayorías sino el gobierno del pueblo, "con todos y para el bien de todos".
Estimo que hay que ser muy cuidadoso cuando se ataca a una persona por motivos políticos basándose en elementos circunstanciales en un mundo donde hay tantos casos semejantes. Cuando salí de Cuba, tenía pasaporte cubano y durante muchísimos años guardé celosmente esa ciudadanía exclusiva pese a todos los inconvenientes que me causaba, sobre todo en mi trabajo en una organización internacional. Finalmente y al cabo de muchos años, acabé por seguir el proceso de adopción de la ciudadanía de Estados Unidos. Nunca renuncié a la ciudadanía cubana, nunca rechacé a mi país, y siempre he dedicado mucho tiempo y mucho esfuerzo a la lucha por una Cuba mejor. Si no fuera hoy ciudadano de Estados Unidos sería prácticamente un apátrida, porque mi país, a cuya ciudadanía nunca he renunciado, aun desde los tiempos en que tenía pasaporte cubano vigente, siempre me ha negado el regreso a la patria, hasta hoy, que supuestamente muchas restricciones se han eliminado. Y ese país en el que nací y al que nunca he renunciado, jamás me ha dado respaldo consular o me ha reconocido como uno de los suyos.
Respeto a los que piensan distinto y espero el mismo respeto. Respeto a quienes tienen ese privilegio de ir y volver de Cuba que yo no tengo. Respeto a Lousteau aunque discrepe con algunas de sus ideas y respeto a Palli aunque este en desacuerdo con algunas de las suyas. Estoy convencido de que ambos tienen un propósito loable al intercambiar ideas en este FORO y no pretendo enseñarles nada. Sólo expresar mis propias ideas y esperar que cuando las exprese no sea blanco de un ataque personal o de un ataque tangencial a las instituciones a las que pertenezco o respaldo.
Por lo tanto, no pretendo tampoco dar clases de democracia, pero puedo afirmar que el proceso democrático en un Estado de derecho está muy bien definido por la Ciencia Política. Claro que hay matices y también que hay discrepancias respecto a esos matices, pero sus bases fundamentales son indiscutibles. Y una de ellas es el respeto a las opiniones ajenas. Ese es el fundamento de las libertades de expresión, de conciencia y de religión. Si un gobierno cierra medios de comunicación porque se siente agredido por las opiniones publicadas en ese medio, NO ES UN GOBIERNO DEMOCRÁTICO. Si un gobierno califica de enemigo de la patria y avasalla como enemigo irreconciliable a quienes discrepan de sus decisiones políticas, NO ES UN GOBIERNO DEMOCRÁTICO. No importa si una parte de la población, o incluso una mayoría, lo respalda. Es probable que en la Cuba de 1969 o 1970, todavía Fidel Castro pudiera haber ganado la mayoría electoral, PERO YA NO ERA UN GOBIERNO DEMOCRÁTICO.
La democracia no es la oclocracia ni la dictadura de las mayorías sino el gobierno del pueblo, "con todos y para el bien de todos".
Last edit: 27 Jul 2014 00:04 by Gerardo E. Martínez-Solanas.
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- José Manuel Palli
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Re: Los Dueños (Él dueño?...) del Diccionario
27 Jul 2014 00:54
Mi querido amigo Gerardo. Me sorprende que llames diatriba a mi respuesta a un amigo en comùn que dice que una parte de un escrito que me publicò el El Nuevo Herald es una mentira y una infamia. Yo entiendo que no es ni lo uno ni lo otro, y por eso escribì lo que escribì, y me considero en todo mi derecho a hacerlo. Yo no necesito escribir "diatribas", y menos sobre el Instituto de mi amigo Guillermo, porque pudiera escribir algo todavia muchìsimo mas extenso sobre ese tema sin otra fuente que mi conocimiento del mismo: y lo hubiera escrito para estos mismos foros, porque estos foros son, justamente lo que el Instituto de mi amigo Guillermo prometiò ser y nunca fue.
Fue para evitar escribir nada sobre esos temas que les pedi a mis amigos en el Instituto de mi amigo Guillermo que me dieran de baja de su directorio y que expurgaran mi nombre de sus plataformas virtuales.
Puedo estar de acuerdo con gran parte de tu visiòn y descripciòn de lo que es democracia (y hasta con la de mi amigo Guillermo), pero me interesa mucho mas oir las opiniones de quienes tiene otras visiones o àngulos sobre ese mismo tema. Eso se puede hacer aquì en estos foros participativos, pero no en el Instituto de mi amigo Guillermo, donde lo intenté durante años.
En cuanto a Mario Vargas Llosa, sigue sin parecerme justificada, A MI, a José Manuel Pallì, la atenciòn que se le presta a sus opiniones sobre polìtica, aunque esas opiniones concuerden con las tuyas, las de mi amigo Guillermo y hasta con las mias. He estado una semana en uno de los paìses que don Mario dice que se separaron de Occidente, y no quiero ni pensar en lo que pensarias de mi escrito en ENH si en vez de haberlo escrito hace dos semanas lo escribiera la semana pròxima.
En cuanto a la similitud de la situaciòn de don Mario y la de tantos cubanos como tu, realmente no encuentro el paralelo. La decision de don Mario de renunciar a un paìs cuyos destinos pretendiò regir hasta que fue derrotado no mucho tiempo antes, le llamò la atenciòn no a mi solo, sino a medio mundo, particularmente a muchos peruanos. Si fué por "amenazas" como las que señala mi amigo Guillermo que tomò su decisiòn, como ya lo dije en mi "diatriba", yo no lo sé. Pero si la nacionalidad española se la dieron de inmediato y sin tener que cumplir con ningùn requisito de residencia previa, no entiendo el apuro en irse, ni me parece que la amenaza del presidente recién electo (quien, que yo recuerde, demorò años en convertirse en lo que terminò siendo mucho después) pudiera tener el impacto que aparentemente tuvo. Serìa el equivalente a algo asì como una vesiòn supersònica de aquel "a correr liberales del Perico" tan nuestro...
Fue para evitar escribir nada sobre esos temas que les pedi a mis amigos en el Instituto de mi amigo Guillermo que me dieran de baja de su directorio y que expurgaran mi nombre de sus plataformas virtuales.
Puedo estar de acuerdo con gran parte de tu visiòn y descripciòn de lo que es democracia (y hasta con la de mi amigo Guillermo), pero me interesa mucho mas oir las opiniones de quienes tiene otras visiones o àngulos sobre ese mismo tema. Eso se puede hacer aquì en estos foros participativos, pero no en el Instituto de mi amigo Guillermo, donde lo intenté durante años.
En cuanto a Mario Vargas Llosa, sigue sin parecerme justificada, A MI, a José Manuel Pallì, la atenciòn que se le presta a sus opiniones sobre polìtica, aunque esas opiniones concuerden con las tuyas, las de mi amigo Guillermo y hasta con las mias. He estado una semana en uno de los paìses que don Mario dice que se separaron de Occidente, y no quiero ni pensar en lo que pensarias de mi escrito en ENH si en vez de haberlo escrito hace dos semanas lo escribiera la semana pròxima.
En cuanto a la similitud de la situaciòn de don Mario y la de tantos cubanos como tu, realmente no encuentro el paralelo. La decision de don Mario de renunciar a un paìs cuyos destinos pretendiò regir hasta que fue derrotado no mucho tiempo antes, le llamò la atenciòn no a mi solo, sino a medio mundo, particularmente a muchos peruanos. Si fué por "amenazas" como las que señala mi amigo Guillermo que tomò su decisiòn, como ya lo dije en mi "diatriba", yo no lo sé. Pero si la nacionalidad española se la dieron de inmediato y sin tener que cumplir con ningùn requisito de residencia previa, no entiendo el apuro en irse, ni me parece que la amenaza del presidente recién electo (quien, que yo recuerde, demorò años en convertirse en lo que terminò siendo mucho después) pudiera tener el impacto que aparentemente tuvo. Serìa el equivalente a algo asì como una vesiòn supersònica de aquel "a correr liberales del Perico" tan nuestro...
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