Los dos poderes de “Podemos”
- César Vidal
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Los dos poderes de “Podemos”
21 Jul 2014 17:35
Decir que la formación Podemos ha provocado ríos de tinta en los últimos meses es una obviedad. Cantar diferente es analizar las razones de su éxito con lucidez. Entre ellas no se encuentra, desde luego, la originalidad ya que incluso su nombre es una copia servil del lema utilizado por Obama en su primera carrera hacia la Casa Blanca, pero esa virtud no ha sido nunca de las más apreciadas en España.
Podemos cuenta, fundamentalmente, con dos poderes susceptibles de conducirlo hasta los aledaños de la Moncloa en un nuevo Frente popular. El primero puede resumirse en la conocida fórmula de “Quítate tu que me pongo yo”. Todos los llamamientos para desalojar a la casta – casta a la que pertenece la cúpula de la formación – para lograr que los “jóvenes” sustituyan a los “viejos”, para imponer la voluntad del “pueblo” no son sino una convocatoria nada sutil encaminada a que los que ahora tienen la sartén por el mango la dejen en manos de los dirigentes de Podemos con los huevos, el tocino y el aceite incluidos. En una nación donde la envidia es un deporte más practicado y quizá incluso más seguido que el fútbol, el resorte psicológico accionado por Podemos no resulta baladí. Si en la universidad, sus jefes máximos ya contemplan desde arriba a los catedráticos que antes los despreciaban con una mirada que dice: “Os vais a enterar por no tenernos en cuenta”; en la calle, sus seguidores pueden hasta cantar el “Mañana nos pertenece”. Su poder no reside ni en que tengan soluciones –que no las tienen– ni en que representen el progreso –son rancios hasta la médula– ni en nada verdaderamente positivo y práctico. Deriva, en realidad, de alentar las ambiciones de sustitución de las generaciones precedentes por gente que ocupe sus puestos. Se trataría de perpetrar una tabula rasa mucho más despiadada que la que tuvo lugar durante la Transición.
El segundo poder de Podemos es no por oculto menos importante. De hecho, es el auténticamente decisivo. Oswald Spengler lo definió a la perfección al señalar que “no existe movimiento proletario ni comunista que no haya actuado en interés del dinero y permitido por el dinero y todo sin que sus dirigentes idealistas tuvieran la menos sospecha del hecho”. Algún día, se publicará la Historia real detrás de las revoluciones de izquierdas y se verá cuántas veces tras ellas no hubo más que intentos de oligarquías internacionales para perpetrar sus intereses a cualquier precio y bajo cualquier máscara. Los infatuados mandamases de Podemos –que sueñan con la censura y el control de medios e incluso con procesar a quien no les agrada– quizá no lo sepan, pero su segundo poder deriva de que son sólo marionetas en un juego que ni siquiera aciertan a imaginar.
Podemos cuenta, fundamentalmente, con dos poderes susceptibles de conducirlo hasta los aledaños de la Moncloa en un nuevo Frente popular. El primero puede resumirse en la conocida fórmula de “Quítate tu que me pongo yo”. Todos los llamamientos para desalojar a la casta – casta a la que pertenece la cúpula de la formación – para lograr que los “jóvenes” sustituyan a los “viejos”, para imponer la voluntad del “pueblo” no son sino una convocatoria nada sutil encaminada a que los que ahora tienen la sartén por el mango la dejen en manos de los dirigentes de Podemos con los huevos, el tocino y el aceite incluidos. En una nación donde la envidia es un deporte más practicado y quizá incluso más seguido que el fútbol, el resorte psicológico accionado por Podemos no resulta baladí. Si en la universidad, sus jefes máximos ya contemplan desde arriba a los catedráticos que antes los despreciaban con una mirada que dice: “Os vais a enterar por no tenernos en cuenta”; en la calle, sus seguidores pueden hasta cantar el “Mañana nos pertenece”. Su poder no reside ni en que tengan soluciones –que no las tienen– ni en que representen el progreso –son rancios hasta la médula– ni en nada verdaderamente positivo y práctico. Deriva, en realidad, de alentar las ambiciones de sustitución de las generaciones precedentes por gente que ocupe sus puestos. Se trataría de perpetrar una tabula rasa mucho más despiadada que la que tuvo lugar durante la Transición.
El segundo poder de Podemos es no por oculto menos importante. De hecho, es el auténticamente decisivo. Oswald Spengler lo definió a la perfección al señalar que “no existe movimiento proletario ni comunista que no haya actuado en interés del dinero y permitido por el dinero y todo sin que sus dirigentes idealistas tuvieran la menos sospecha del hecho”. Algún día, se publicará la Historia real detrás de las revoluciones de izquierdas y se verá cuántas veces tras ellas no hubo más que intentos de oligarquías internacionales para perpetrar sus intereses a cualquier precio y bajo cualquier máscara. Los infatuados mandamases de Podemos –que sueñan con la censura y el control de medios e incluso con procesar a quien no les agrada– quizá no lo sepan, pero su segundo poder deriva de que son sólo marionetas en un juego que ni siquiera aciertan a imaginar.
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- Ernesto Ortiz
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Re: Los dos poderes de “Podemos”
21 Jul 2014 21:03 - 21 Jul 2014 21:15
Me temo que debo discrepar con las lúcidas razones de César Vidal para explicar el éxito de Podemos. De entrada, no creo que las herramientas con las que cuenta Podemos estén exclusivamente a su disposición, solo que las ha utilizado con mano más firme y mayor caradura.
Antes quiero apuntar un aspecto de ese "quítate tú para ponerme yo" en el contexto en que lo sitúa César Vidal, y que da la impresión que se trata aquí de unos profesores marginados que encuentran ahora su momento de gloria y venganza. Creo que César Vidal conoce muy bien el poder y ascendencias de todo tipo que tienen estos elementos comunistoides o marxistoides (la expresión es porque tratan de atemperar su naturaleza real, una típica estrategia que los delata), antisistema y superhéroes (porque tienen la solución para toda crisis presente o por venir) entre estudiantes e incluso el claustro de Universidades escoradas sin rubor hacia la izquierda, la mayoría (el rubor no por el lado que escogen sino por el ángulo de inclinación). Y de igual manera copan muchísimos medios de comunicación; y, además, se sienten los dueños de la calle. No parecen muy marginados salvo si atendemos al sentimiento de quien aspira a todo y todavía no lo consigue. Dicho lo cual, no es muy convincente que la envidia explique ese éxito; máxime cuando, según César Vidal, ella cunde en todos los españoles.
Tampoco son unos ingenuos que no saben de qué va el juego. La fundación de Pablo Iglesias recibió algunos millones de Venezuela. Saben la sensibilidad (tan bien aprovechada por "las revoluciones" que nos empobrecieron a todos) de quien no tiene nada o posee poco, cuando las vacas enflaquecen y los políticos viajan en primera y tienen sueldo vitalicio (eso, amigos, es más justicia que envidia, quiero creer). Así que el discurso del dinero es vital y lo tienen bien aprendido, pero no por eso son más enemigos del capitalismo que China o Rusia, simpáticos aliados ideológicos perfectamente integrados a ese juego terrible e inaccesible del que nos alerta César Vidal. Si algo ignoran, están más que dispuestos a aprender y ubicarse en posiciones ventajosas; tienen una buena idea de los hilos y los resortes. Cualquiera recién llegado a la política institucional tiene la ventaja de poder acusar al resto de políticos acerca de su corrupción; pero en Podemos saben, además, que la exageración descarada y excesiva apabulla al espectador, le detiene o arroba. Así que incluso se quitan el dinero que reciben como eurodiputados para (en una ensayada diferenciación que emociona) dárselo al pueblo (jeje; ingenuos, ¿no?).
Y es que, en época de crisis la gente espera milagros y se deja beatamente seducir por los carismas más disímiles. Aquí han topado con un líder carismático, que encontró su circunstancia ideal. Decía Albert Einstein que conocía dos cosas infinitas...; es una frase muy conocida, y algo cruel, pero la historia se empeña en darnos certeza de la segunda (ya en el Timeo nos señalaban que todo mal es falta de conocimiento). No es que los políticos de turno dejen de aprovecharse de la candidez social de la mayoría, prometiendo esto, o regalando aquello, sino que se quedan en el gesto y en un oportunismo fugaz; piensan en períodos electorales, mientras que Podemos, por su propio discurso e "ideología dominante" (esencialmente totalitaria), quiere estar para quedarse. Eso implica un discurso de ideas, aguerrido, un soliloquio despiadado que no dialoga ni funciona en la realidad pero que parece muy coherente, es muy simple, y, encima, como bien se sabe de los manuales soviéticos, responde a todas las dudas esenciales del hombre: adónde vamos, el origen del mal, etc..
¿Qué diferencia entonces a Podemos de, por ejemplo, Izquierda Unida? Estas palabras de Pablo Iglesias, el líder de Podemos, son muy reveladoras: "la palabra democracia mola, por lo tanto, hay que disputársela al enemigo. La palabra dictadura no mola, aunque sea dictadura del proletariado. No mola, no hay manera de vender eso. Aunque podamos teorizar que la dictadura del proletariado es la máxima expresión de la democracia en la medida en que aspira a anular unas relaciones de clase injusta que en sí mismas, ontológicamente, anulan la posibilidad de la igualdad que es la base de la democracia, no hay a quien le vendas que la palabra dictadura mola. La palabra que hay que disputar es democracia". Es decir: Pablo Iglesias sabe lo que mola, él mismo mola; sabe lo que vende, a quién se lo vende y cómo venderlo. A los cubanos esto nos suena mucho: aquel Fidel que vibraba en las montañas, que "molaba" (entonces se diría de otra forma), daba lecciones de democracia en Estados Unidos y que decía lo que queríamos oír: "que esta Revolución es más verde que las palmas", porque el rojo del Comunismo nunca se vendió bien en la isla. Mientras secretamente iba afianzando su "dictadura del proletariado", que no mola.
Así que, con permiso de César Vidal, sintetizaré la causa del éxito de Podemos con lo que una buena cantidad de ciudadanos percibe en un momento de crisis y ante un líder carismático: Podemos "mola". Dios nos coja confesados...
Antes quiero apuntar un aspecto de ese "quítate tú para ponerme yo" en el contexto en que lo sitúa César Vidal, y que da la impresión que se trata aquí de unos profesores marginados que encuentran ahora su momento de gloria y venganza. Creo que César Vidal conoce muy bien el poder y ascendencias de todo tipo que tienen estos elementos comunistoides o marxistoides (la expresión es porque tratan de atemperar su naturaleza real, una típica estrategia que los delata), antisistema y superhéroes (porque tienen la solución para toda crisis presente o por venir) entre estudiantes e incluso el claustro de Universidades escoradas sin rubor hacia la izquierda, la mayoría (el rubor no por el lado que escogen sino por el ángulo de inclinación). Y de igual manera copan muchísimos medios de comunicación; y, además, se sienten los dueños de la calle. No parecen muy marginados salvo si atendemos al sentimiento de quien aspira a todo y todavía no lo consigue. Dicho lo cual, no es muy convincente que la envidia explique ese éxito; máxime cuando, según César Vidal, ella cunde en todos los españoles.
Tampoco son unos ingenuos que no saben de qué va el juego. La fundación de Pablo Iglesias recibió algunos millones de Venezuela. Saben la sensibilidad (tan bien aprovechada por "las revoluciones" que nos empobrecieron a todos) de quien no tiene nada o posee poco, cuando las vacas enflaquecen y los políticos viajan en primera y tienen sueldo vitalicio (eso, amigos, es más justicia que envidia, quiero creer). Así que el discurso del dinero es vital y lo tienen bien aprendido, pero no por eso son más enemigos del capitalismo que China o Rusia, simpáticos aliados ideológicos perfectamente integrados a ese juego terrible e inaccesible del que nos alerta César Vidal. Si algo ignoran, están más que dispuestos a aprender y ubicarse en posiciones ventajosas; tienen una buena idea de los hilos y los resortes. Cualquiera recién llegado a la política institucional tiene la ventaja de poder acusar al resto de políticos acerca de su corrupción; pero en Podemos saben, además, que la exageración descarada y excesiva apabulla al espectador, le detiene o arroba. Así que incluso se quitan el dinero que reciben como eurodiputados para (en una ensayada diferenciación que emociona) dárselo al pueblo (jeje; ingenuos, ¿no?).
Y es que, en época de crisis la gente espera milagros y se deja beatamente seducir por los carismas más disímiles. Aquí han topado con un líder carismático, que encontró su circunstancia ideal. Decía Albert Einstein que conocía dos cosas infinitas...; es una frase muy conocida, y algo cruel, pero la historia se empeña en darnos certeza de la segunda (ya en el Timeo nos señalaban que todo mal es falta de conocimiento). No es que los políticos de turno dejen de aprovecharse de la candidez social de la mayoría, prometiendo esto, o regalando aquello, sino que se quedan en el gesto y en un oportunismo fugaz; piensan en períodos electorales, mientras que Podemos, por su propio discurso e "ideología dominante" (esencialmente totalitaria), quiere estar para quedarse. Eso implica un discurso de ideas, aguerrido, un soliloquio despiadado que no dialoga ni funciona en la realidad pero que parece muy coherente, es muy simple, y, encima, como bien se sabe de los manuales soviéticos, responde a todas las dudas esenciales del hombre: adónde vamos, el origen del mal, etc..
¿Qué diferencia entonces a Podemos de, por ejemplo, Izquierda Unida? Estas palabras de Pablo Iglesias, el líder de Podemos, son muy reveladoras: "la palabra democracia mola, por lo tanto, hay que disputársela al enemigo. La palabra dictadura no mola, aunque sea dictadura del proletariado. No mola, no hay manera de vender eso. Aunque podamos teorizar que la dictadura del proletariado es la máxima expresión de la democracia en la medida en que aspira a anular unas relaciones de clase injusta que en sí mismas, ontológicamente, anulan la posibilidad de la igualdad que es la base de la democracia, no hay a quien le vendas que la palabra dictadura mola. La palabra que hay que disputar es democracia". Es decir: Pablo Iglesias sabe lo que mola, él mismo mola; sabe lo que vende, a quién se lo vende y cómo venderlo. A los cubanos esto nos suena mucho: aquel Fidel que vibraba en las montañas, que "molaba" (entonces se diría de otra forma), daba lecciones de democracia en Estados Unidos y que decía lo que queríamos oír: "que esta Revolución es más verde que las palmas", porque el rojo del Comunismo nunca se vendió bien en la isla. Mientras secretamente iba afianzando su "dictadura del proletariado", que no mola.
Así que, con permiso de César Vidal, sintetizaré la causa del éxito de Podemos con lo que una buena cantidad de ciudadanos percibe en un momento de crisis y ante un líder carismático: Podemos "mola". Dios nos coja confesados...
Last edit: 21 Jul 2014 21:15 by Democracia Participativa.
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- José Manuel Palli
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Re: Los dos poderes de “Podemos”
24 Jul 2014 22:17
Hace no mucho tiempo, cuando "los indignados" estaban aùn acampados en Sol, le pedì a un taxista madrileño que me paseara por dicha plaza y me esperara mientras yo caminaba entre el desorden y el gentìo. Mi propòsito era comprobar lo que habìa leido en un columna publicada en un diario de Miami por un amigo, segùn la cual la Plaza del Sol estaba cubierta por una nube impenetrable con olor a mariguana (mi olfato es infinitamente mejor que mi oido, pero ni asì pude confirmar los dichos de mi amigo...).
Mi taxista, un muchacho muy joven y lùcido, estaba èl mismo indignado, pero contra los "indignados" y el caos que estaban creando (no al extremo de mi amigo columnista, pero casi) y pensaba que lo que tenia que hacer toda esa gente era formar su propio partido polìtico para competir en el juego democràtico, en lugar de complicarles la existencia a sus conciudadanos. Yo, en cambio, le decìa a mi joven taxista que me parecìa muy dificil que eso sucediera, ya que mi impresiòn era que la confusiòn (y el desorden) era aun mayor en el trasfondo ideològico que inspiraba a los acampados que la que uno veia en su campamento en Sol.
El tiempo (corto) le dio la razòn a mi joven taxista: Pudieron nomàs.
Para mi eso es todo lo que ha ocurrido hasta el momento. Ahora dependerà de los españoles (mi joven taxista incluido) determinar hasta donde llegarà este nuevo partido politico en futuras contiendas electorales.
Don Cesar conoce a España infinitamente mejor que yo, por lo que no me siento en condiciones de cuestionar lo que el describe como el primero de los poderes de Podemos (aunque no veo en todo esto una disputa generacional, ni en España ni en los muchos otros paìses donde comienzan a aparecer formaciones polìticas al estilo de Podemos).
Pero lo del segundo poder me parece que no es mas que un recurso muy repetido en este mundo de hoy: quienes no aceptan mis postulados (quienes no comparten mi definiciòn de "democracia", por ejemplo) son necesariamente comunistas, populistas, colectivistas, autòcratas y demàs hierbas, como si, indefectiblemente, no hubieran mas que dos opciones, la mia y la de ellos (que, por necesidad tiene que ser autocràtica y comunista, cuando esos "ellos" ni siquiera han ejercido el poder).
Solo si aceptàramos como vàlida y necesaria, a la par que ineludible, esa antinomia, liberalismo (?) versus comunismo (?) se justifica la comparaciòn con el Fidel de la Sierra y el corre corre al que nos invita el amigo Ernesto al reclinatorio de los confesionarios (y Ernesto no es el primero en cursarnos esa invitaciòn)...
Mi taxista, un muchacho muy joven y lùcido, estaba èl mismo indignado, pero contra los "indignados" y el caos que estaban creando (no al extremo de mi amigo columnista, pero casi) y pensaba que lo que tenia que hacer toda esa gente era formar su propio partido polìtico para competir en el juego democràtico, en lugar de complicarles la existencia a sus conciudadanos. Yo, en cambio, le decìa a mi joven taxista que me parecìa muy dificil que eso sucediera, ya que mi impresiòn era que la confusiòn (y el desorden) era aun mayor en el trasfondo ideològico que inspiraba a los acampados que la que uno veia en su campamento en Sol.
El tiempo (corto) le dio la razòn a mi joven taxista: Pudieron nomàs.
Para mi eso es todo lo que ha ocurrido hasta el momento. Ahora dependerà de los españoles (mi joven taxista incluido) determinar hasta donde llegarà este nuevo partido politico en futuras contiendas electorales.
Don Cesar conoce a España infinitamente mejor que yo, por lo que no me siento en condiciones de cuestionar lo que el describe como el primero de los poderes de Podemos (aunque no veo en todo esto una disputa generacional, ni en España ni en los muchos otros paìses donde comienzan a aparecer formaciones polìticas al estilo de Podemos).
Pero lo del segundo poder me parece que no es mas que un recurso muy repetido en este mundo de hoy: quienes no aceptan mis postulados (quienes no comparten mi definiciòn de "democracia", por ejemplo) son necesariamente comunistas, populistas, colectivistas, autòcratas y demàs hierbas, como si, indefectiblemente, no hubieran mas que dos opciones, la mia y la de ellos (que, por necesidad tiene que ser autocràtica y comunista, cuando esos "ellos" ni siquiera han ejercido el poder).
Solo si aceptàramos como vàlida y necesaria, a la par que ineludible, esa antinomia, liberalismo (?) versus comunismo (?) se justifica la comparaciòn con el Fidel de la Sierra y el corre corre al que nos invita el amigo Ernesto al reclinatorio de los confesionarios (y Ernesto no es el primero en cursarnos esa invitaciòn)...
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- Ernesto Ortiz
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Re: Los dos poderes de “Podemos”
25 Jul 2014 00:36
Estimado José Manuel Pallin, no estaba invitando a nadie a reclinarse y hablar con Dios o el sacerdote (no tengo prejuicio contra los confesionarios, sin embargo); "Dios nos coja confesados" es una expresión muy criolla, en el contexto me parecía suficientemente expresiva, y en parte era un guiño amistoso a César Vidal, connotado protestante, como usted seguramente sabe.
La comparación con el Fidel de los primeros años de la Revolución no tiene relación (y por tanto no se justifica) con lo que usted señala; esa dicotomía entre comunismo (?) y liberalismo (?). Sale a colación porque me parece que ilustraba perfectamente a los que no viven en España y sepan de lo que hablo (a los cubanos y quienes hayan estudiado seriamente esos primeros años de candidez y entusiasmo populares) el fenómeno que se está dando con Podemos (y que como usted apunta, en parte, sólo en parte, arranca con "los indignados").
Precisamente porque no hay dos únicas opciones (ni en el comunismo, que por su naturaleza tiene siempre la singularidad del líder "supremo"), no seré yo quien pretenda quitarle a nadie su creencia en las buenas intenciones o el mesianismo de cualquier político o profesor; así que pido disculpa si mi "advertencia" le pareció excesiva. Eso, sí, yo no soy enemigo de los comunistas (mi padre es comunista, varios vecinos lo son, algún amigo); no le quito a nadie el derecho a pensar libremente y escoger una opción política o religiosa o sexual, etc., siempre, claro está, que me ofrezcan la misma consideración. Asunto, como usted sabrá, que distingue a todos los matices del comunismo, entre otras veleidades. Por eso, permítame confesarle, señor Pallin, que tengo muchos más prejuicio contra el comunismo que contra el liberalismo; prejuicios personales, familiares, generacionales e históricos. Pero no hago de esto una caricatura argumental ni un recurso de la histeria ideológica o del miedo a la discrepancia; y me gustaría que se tenga con mis criterios la misma ponderación.
Usted es libre de suponer que el basamento o sustrato ideológico de Podemos no está afincado en buena parte del comunismo, marxismo, bolivarianismo, y variaciones de la misma intención totalitaria o colectivista. Pero si nos fijamos en sus asesoramientos, su programática, su lenguaje y discursos (en youtube encontrará algunos muy elocuentes), sus intenciones manifiestas, sus silencios, sus simpatías ocultas o manifiestas, e incluso (para regresar a un aspecto que señala César Vidal) el rastro del dinero, necesariamente la experiencia vivida agrava mi suspicacia y me hace establecer paralelos, y compartirlos con aquellos que muestran un entusiasmo poco cauto.
Creo recordar que algunos caminos construidos con muy buenas intenciones y exaltado apoyo han conducido a catástrofes económicas, morales y hasta humanitarias; las ruinas de algunas aún pueden verse.
La comparación con el Fidel de los primeros años de la Revolución no tiene relación (y por tanto no se justifica) con lo que usted señala; esa dicotomía entre comunismo (?) y liberalismo (?). Sale a colación porque me parece que ilustraba perfectamente a los que no viven en España y sepan de lo que hablo (a los cubanos y quienes hayan estudiado seriamente esos primeros años de candidez y entusiasmo populares) el fenómeno que se está dando con Podemos (y que como usted apunta, en parte, sólo en parte, arranca con "los indignados").
Precisamente porque no hay dos únicas opciones (ni en el comunismo, que por su naturaleza tiene siempre la singularidad del líder "supremo"), no seré yo quien pretenda quitarle a nadie su creencia en las buenas intenciones o el mesianismo de cualquier político o profesor; así que pido disculpa si mi "advertencia" le pareció excesiva. Eso, sí, yo no soy enemigo de los comunistas (mi padre es comunista, varios vecinos lo son, algún amigo); no le quito a nadie el derecho a pensar libremente y escoger una opción política o religiosa o sexual, etc., siempre, claro está, que me ofrezcan la misma consideración. Asunto, como usted sabrá, que distingue a todos los matices del comunismo, entre otras veleidades. Por eso, permítame confesarle, señor Pallin, que tengo muchos más prejuicio contra el comunismo que contra el liberalismo; prejuicios personales, familiares, generacionales e históricos. Pero no hago de esto una caricatura argumental ni un recurso de la histeria ideológica o del miedo a la discrepancia; y me gustaría que se tenga con mis criterios la misma ponderación.
Usted es libre de suponer que el basamento o sustrato ideológico de Podemos no está afincado en buena parte del comunismo, marxismo, bolivarianismo, y variaciones de la misma intención totalitaria o colectivista. Pero si nos fijamos en sus asesoramientos, su programática, su lenguaje y discursos (en youtube encontrará algunos muy elocuentes), sus intenciones manifiestas, sus silencios, sus simpatías ocultas o manifiestas, e incluso (para regresar a un aspecto que señala César Vidal) el rastro del dinero, necesariamente la experiencia vivida agrava mi suspicacia y me hace establecer paralelos, y compartirlos con aquellos que muestran un entusiasmo poco cauto.
Creo recordar que algunos caminos construidos con muy buenas intenciones y exaltado apoyo han conducido a catástrofes económicas, morales y hasta humanitarias; las ruinas de algunas aún pueden verse.
Reply to Ernesto Ortiz
- José Manuel Palli
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Re: Los dos poderes de “Podemos”
25 Jul 2014 14:33
Estimado Ernesto Ortiz. No me pareciò excesiva ni su advertencia ni ninguna otra parte de su bien ponderado comentario. Celebro que usted entienda como yo la necesidad de no caer en falsas antinomias, y quien se disculpa soy yo por haberle mal interpretado.
Comparto con usted el hecho de pensar que tengo mas prejuicios contra el comunismo que contra el liberalismo, aunque son muchos los prejuicios que tengo frente a ambos y nunca he hecho un inventario. Pero viviendo en Miami, inmerso en un mar de reduccionismo, a veces me cuesta saber a ciencia cierta quienes son auténticamente "comunistas", y quienes auténticamente "liberales".
Conozco, claro, la expresiòn criolla que usted utiliza, y mi comentario sobre la corrida hacia el confesionario es también un guiño, dirigido no a usted ni don Cesar sino a otra persona.
Comparto con usted el hecho de pensar que tengo mas prejuicios contra el comunismo que contra el liberalismo, aunque son muchos los prejuicios que tengo frente a ambos y nunca he hecho un inventario. Pero viviendo en Miami, inmerso en un mar de reduccionismo, a veces me cuesta saber a ciencia cierta quienes son auténticamente "comunistas", y quienes auténticamente "liberales".
Conozco, claro, la expresiòn criolla que usted utiliza, y mi comentario sobre la corrida hacia el confesionario es también un guiño, dirigido no a usted ni don Cesar sino a otra persona.
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- Ernesto Ortiz
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Re: Los dos poderes de “Podemos”
25 Jul 2014 17:51
Estimado José Manuel Pallin, releyendo lo que escribí anoche con cierta premura, noto que me expresé un poco bruscamente; disculpe. No crea que no lo entiendo; viendo algunas manifestaciones anticomunistas extremas en Miami (no vivo allí pero me han dicho que hay de todo como en la viña del Señor) comprendo perfectamente lo que usted plantea, y su resquemor. Precisamente estas manifestaciones que hacen una caricatura del "comunismo" (llamémosle, sin ánimo de reduccionismo sino con el de acotar un término más o menos identificable en su esencia) reflejan ridículamente a los propios "anticomunistas", que quedan siempre muy mal parados, sin una idea coherente de aquello a lo que se enfrentan, que más se evade mientras con más saña lo apedrean, porque es un simple muñeco al que vociferan y que poco tiene que ver con la realidad tan compleja, cambiante o camaleónica y siempre sutil del "comunismo". ¿Es Podemos un ejemplo de esto, como lo fue (para mi, desde el principio) Chávez en Venezuela, por ejemplo? Estoy convencido de que es así, y podría entretenerme en mostrar evidencias. ¿Es posible en España, una nación más o menos desarrollada de Europa, una república "bolivariana" (el líder de Podemos es fan declarado de la "revolución chavista", y de otras) donde "el pueblo" establezca definitivamente y sin fisuras la justicia revolucionaria y el odio a los oligarcas e imperialistas, etcétera? No lo creo; pero sin dudas el panorama se presenta interesante.
Reply to Ernesto Ortiz
- José Manuel Palli
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Re: Los dos poderes de “Podemos”
25 Jul 2014 21:39
Estimado Ernesto Ortiz. De nuevo, no noté brusquedad alguna en ninguno de sus comentarios. Algunos amigos consideran que mis comentarios son a veces bruscos, agresivos y hasta que pretendo descalificar a quienes opinan diferente a mi, cuando yo se bien que esas no son, nunca, mis intenciones. Pero claro, uno debe darle tanta o mas importancia a esas percepciones que a sus propias intenciones, pues el interesado es uno en que los demàs lo perciban como uno pretende ser. Mi percepciòn de lo que usted ha dicho en este foro no es la que usted teme que pudiera ser, de modo que sus disculpas estàn de màs en lo que a mi respecta.
Se refiere usted a mi "resquemor". Estoy, desde hace dìas, en el Ecuador. Cuando estoy en Quito, como ahora, mi conectividad con el mundo es mucho mejor. Cuando estoy en Ibarra, mas cerca de Colombia, a donde regreso en un par de horas, baja la calidad del acceso a la web. Pero en ninguno de lo dos casos he tenido tiempo para buscar significados de palabras en el diccionario (la primera dificultad la tuve con la palabra -verbo?- "mola", que tanto usted como don Cesar utilizan con familiaridad y a mi solo me recuerda a aquel General del teléfono en el Alcazar de Toledo que se me aparecìa en sueños -pesadillas- en mi niñez con la cara de mi Viejo).
No estoy seguro de lo que implica sentir "resquemor", pero me suena a algo que quisiera (junto con la agresividad, la brusquedad, etc.) evitar que otros perciban en mi, aunque la semana pròxima ya en Miami, se lo confirmo después de consultar con el mata-burros.
No puedo estar mas de acuerdo con usted cuando describe la conducta frecuentemente caricaturesca de los mas entusiastas entre los "anticomunistas", y el daño que se hacen a si mismos. Y es por eso que, en otros foros de este mismo sitio, he apelado por el rechazo a las posiciones Anti y el abrazo a lo que yo llamo la cultura Anti-Anti.
Comparto con usted la ausencia de sorpresa ante los acontecimientos de la ùtima década en Venezuela. Pero lo que dije con respecto a mi imposibilidad de discutirle a don Cesar (ni a usted, que también da muestras de conocer España al dedillo) su anàlisis del "Primer Poder de Podemos", no cuenta en el caso de Venezuela porque a Venezuela sì la conozco muy bien, y muy de cerca.
Las muchas usinas del miedo y de las cortinas de humo que funcionan aqui en Miami pretenden hacernos creer que la Quinta Repùblica, que para mi tiene raìces muy definidas y profundas que la amarràn a los responsables (y sobre todo a los irresponsables) de la Cuarta, y hasta de la Tercera, es una movida del "imperialismo" cubano que es el que decide y manda en Caracas (y en varios otros paìses de nuestra regiòn). Esta fàbula (oops!, estoy descalificando a alguien?... sorry!, mi intenciòn no era otra que decir EXACTAMENTE lo que pienso, y de la manera mas clara posible) es uno de los caballitos de batalla de toda una colecciòn de usinas o fàbricas de miedo que operan desde Miami y cuya credibilidad muy pocos en Miami se animan a cuestionar. Y los fabricantes de miedos de Miami lo saben.
Hace no mucho tiempo, en un desayuno en el Bankers' Club de Miami organizado por una de estas usinas de miedos, me referì a una anécdota que, me parece, explica con claridad lo que quiero explicarle, mi estimado señor Enrique Ortiz:
Cuando Evo Morales designò su primer gabinete de ministros, nombrò al frente de la cartera de trabajo a una señora que era en ese momento la presidente del sindicato de las empleadas domésticas o sirvientas. En un noticiero de TV, un periodista entrevista a esta dama (vestida a la usanza de su cultura indìgena) y le pregunta, con un dejo de sorna y tuteàndola, " cual es tu plan de acciòn al frente del Ministerio de Trabajo?". A lo que la ministra le contesta: "Hacer todo lo que sea necesario para que mi hija no tenga que ser la sirvienta de la tuya..."
Yo no cuento con el respaldo de instituciones de ningùn tipo (ni académicas, ni gremiales, ni dedicadas al lobby, ni de partidos o movimientos polìticos o ideològicos, nacionales ni internacionales, ni de nadie por el estilo, ni de ningun otro estilo): lo mio es. exclusivamente, "me and my shadow". Pero mi plan de acciòn es tan claro como el de la respuesta de la joven y recien nombrada ministra de trabajo boliviana en aquel momento: lograr que mis nietos vean, entiendan y valoren la respuesta de esta mujer indìgena por lo que realmente es, y que su visiòn de esa cuestiòn NO sea la que pretenden generar los diseminadores de miedos. Si para lograrlo, tengo que correr el riesgo de, segùn la percepciòn de algunos amigos, "descalificar" a otros amigos, lo siento, pero no me temblarà el pulso.
Se refiere usted a mi "resquemor". Estoy, desde hace dìas, en el Ecuador. Cuando estoy en Quito, como ahora, mi conectividad con el mundo es mucho mejor. Cuando estoy en Ibarra, mas cerca de Colombia, a donde regreso en un par de horas, baja la calidad del acceso a la web. Pero en ninguno de lo dos casos he tenido tiempo para buscar significados de palabras en el diccionario (la primera dificultad la tuve con la palabra -verbo?- "mola", que tanto usted como don Cesar utilizan con familiaridad y a mi solo me recuerda a aquel General del teléfono en el Alcazar de Toledo que se me aparecìa en sueños -pesadillas- en mi niñez con la cara de mi Viejo).
No estoy seguro de lo que implica sentir "resquemor", pero me suena a algo que quisiera (junto con la agresividad, la brusquedad, etc.) evitar que otros perciban en mi, aunque la semana pròxima ya en Miami, se lo confirmo después de consultar con el mata-burros.
No puedo estar mas de acuerdo con usted cuando describe la conducta frecuentemente caricaturesca de los mas entusiastas entre los "anticomunistas", y el daño que se hacen a si mismos. Y es por eso que, en otros foros de este mismo sitio, he apelado por el rechazo a las posiciones Anti y el abrazo a lo que yo llamo la cultura Anti-Anti.
Comparto con usted la ausencia de sorpresa ante los acontecimientos de la ùtima década en Venezuela. Pero lo que dije con respecto a mi imposibilidad de discutirle a don Cesar (ni a usted, que también da muestras de conocer España al dedillo) su anàlisis del "Primer Poder de Podemos", no cuenta en el caso de Venezuela porque a Venezuela sì la conozco muy bien, y muy de cerca.
Las muchas usinas del miedo y de las cortinas de humo que funcionan aqui en Miami pretenden hacernos creer que la Quinta Repùblica, que para mi tiene raìces muy definidas y profundas que la amarràn a los responsables (y sobre todo a los irresponsables) de la Cuarta, y hasta de la Tercera, es una movida del "imperialismo" cubano que es el que decide y manda en Caracas (y en varios otros paìses de nuestra regiòn). Esta fàbula (oops!, estoy descalificando a alguien?... sorry!, mi intenciòn no era otra que decir EXACTAMENTE lo que pienso, y de la manera mas clara posible) es uno de los caballitos de batalla de toda una colecciòn de usinas o fàbricas de miedo que operan desde Miami y cuya credibilidad muy pocos en Miami se animan a cuestionar. Y los fabricantes de miedos de Miami lo saben.
Hace no mucho tiempo, en un desayuno en el Bankers' Club de Miami organizado por una de estas usinas de miedos, me referì a una anécdota que, me parece, explica con claridad lo que quiero explicarle, mi estimado señor Enrique Ortiz:
Cuando Evo Morales designò su primer gabinete de ministros, nombrò al frente de la cartera de trabajo a una señora que era en ese momento la presidente del sindicato de las empleadas domésticas o sirvientas. En un noticiero de TV, un periodista entrevista a esta dama (vestida a la usanza de su cultura indìgena) y le pregunta, con un dejo de sorna y tuteàndola, " cual es tu plan de acciòn al frente del Ministerio de Trabajo?". A lo que la ministra le contesta: "Hacer todo lo que sea necesario para que mi hija no tenga que ser la sirvienta de la tuya..."
Yo no cuento con el respaldo de instituciones de ningùn tipo (ni académicas, ni gremiales, ni dedicadas al lobby, ni de partidos o movimientos polìticos o ideològicos, nacionales ni internacionales, ni de nadie por el estilo, ni de ningun otro estilo): lo mio es. exclusivamente, "me and my shadow". Pero mi plan de acciòn es tan claro como el de la respuesta de la joven y recien nombrada ministra de trabajo boliviana en aquel momento: lograr que mis nietos vean, entiendan y valoren la respuesta de esta mujer indìgena por lo que realmente es, y que su visiòn de esa cuestiòn NO sea la que pretenden generar los diseminadores de miedos. Si para lograrlo, tengo que correr el riesgo de, segùn la percepciòn de algunos amigos, "descalificar" a otros amigos, lo siento, pero no me temblarà el pulso.
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- Ernesto Ortiz
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Re: Los dos poderes de “Podemos”
26 Jul 2014 10:47 - 26 Jul 2014 11:09
Pues alabo mucho ese pulso, estimado Palli.
Me refería a resquemor en su primera acepción: "Sentimiento causado en el ánimo por algo penoso"; creo que compartimos ese sentimiento por los Anti (con mayúsculas, que suelen ser excesivos hasta la vergüenza ajena, da igual si son Anti-españoles, Anti-comunistas, Anti-católicos, Anti-liberales, etc.).
Si uno emigra a España tiene que toparse necesariamente con palabras tan coloquiales como "mola", usadas en exceso. Esta en específico proviene del caló (una variante del romaní usada por el pueblo gitano); y significa (copio del diccionario online de la Real Academia Española, para ser más preciso) "Gustar, resultar agradable o estupendo". Supongo que usted, amigo Palli, barruntaba algo de este significado en el contexto de las palabras que copié al líder de Podemos (según dicen, en una charla de marzo de 2013 organizada por la Unión de Juventudes Comunistas de España en Aragón).
A Pablo Iglesias le mola la dictadura del proletariado pero a la gente le mola la democracia (se refiere a percepción de los términos, porque en realidad a la gente, tan sabia y práctica como la Ministra que usted menciona, lo que le mola es que abunde el jamón y la cerveza, y tiene más o menos la impresión de que las dictaduras del proletariado que han sido acaban con esto al punto incluso de penalizar este deseo o ansia de abundancia; más o menos). Así que, razona Pablo Iglesias, tenemos que "arrebatar al enemigo" esa palabra imperfecta aunque ahora mismo extrañamente popular, democracia, esconder la nuestra, y, cuando seamos absolutamente molones, hacer que la dictadura del proletariado mole.
Queda claro, ¿no?
Me refería a resquemor en su primera acepción: "Sentimiento causado en el ánimo por algo penoso"; creo que compartimos ese sentimiento por los Anti (con mayúsculas, que suelen ser excesivos hasta la vergüenza ajena, da igual si son Anti-españoles, Anti-comunistas, Anti-católicos, Anti-liberales, etc.).
Si uno emigra a España tiene que toparse necesariamente con palabras tan coloquiales como "mola", usadas en exceso. Esta en específico proviene del caló (una variante del romaní usada por el pueblo gitano); y significa (copio del diccionario online de la Real Academia Española, para ser más preciso) "Gustar, resultar agradable o estupendo". Supongo que usted, amigo Palli, barruntaba algo de este significado en el contexto de las palabras que copié al líder de Podemos (según dicen, en una charla de marzo de 2013 organizada por la Unión de Juventudes Comunistas de España en Aragón).
A Pablo Iglesias le mola la dictadura del proletariado pero a la gente le mola la democracia (se refiere a percepción de los términos, porque en realidad a la gente, tan sabia y práctica como la Ministra que usted menciona, lo que le mola es que abunde el jamón y la cerveza, y tiene más o menos la impresión de que las dictaduras del proletariado que han sido acaban con esto al punto incluso de penalizar este deseo o ansia de abundancia; más o menos). Así que, razona Pablo Iglesias, tenemos que "arrebatar al enemigo" esa palabra imperfecta aunque ahora mismo extrañamente popular, democracia, esconder la nuestra, y, cuando seamos absolutamente molones, hacer que la dictadura del proletariado mole.
Queda claro, ¿no?
Last edit: 26 Jul 2014 11:09 by Ernesto Ortiz.
Reply to Ernesto Ortiz
- José Manuel Palli
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Re: Los dos poderes de “Podemos”
26 Jul 2014 11:13
No me coge usted confesado pero si desvelado, amigo Ortiz, a la hora 6 de una gélida mañana frente a los majestuosos andes ecuatorianos y con sorprendentemente buen acceso al internet. .
Pena y, con mucha frecuencia, vergüenza ajena es precisamente lo que siento frente a tanta gente que quiero y respeto muchìsimo pero que son empedernida y casi que fanaticamente Anti - esto o aquello. El resquemor, me parece, lo reservo para quienes profesan credos similares pero que no conozco ni aprecio tanto como a los primeros.
Pero me quedan claros ambos vocablos gracias a su inestimable colaboraciòn. No me barruntaba lo que significa "mola" (pensé que venia mas por el lado de "darle muela" a algo), y ademàs, ni siquiera estaba seguro que la cabìa al general del teléfono y de mis pesadillas (por momentos el nombre que me viene a la mente es el de Moscardò), pero, nuevamente, gracias por aclaràrmelo.
Pena y, con mucha frecuencia, vergüenza ajena es precisamente lo que siento frente a tanta gente que quiero y respeto muchìsimo pero que son empedernida y casi que fanaticamente Anti - esto o aquello. El resquemor, me parece, lo reservo para quienes profesan credos similares pero que no conozco ni aprecio tanto como a los primeros.
Pero me quedan claros ambos vocablos gracias a su inestimable colaboraciòn. No me barruntaba lo que significa "mola" (pensé que venia mas por el lado de "darle muela" a algo), y ademàs, ni siquiera estaba seguro que la cabìa al general del teléfono y de mis pesadillas (por momentos el nombre que me viene a la mente es el de Moscardò), pero, nuevamente, gracias por aclaràrmelo.
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