Según el último informe sobre el estado de los derechos sociales en la isla, realizado por el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH), la inseguridad es el séptimo problema social en el país. De hecho, esa preocupación aumentó del año 2021 al 2022. Las informaciones que nos llegan todos los días de Cuba van en la línea de que esa percepción se corresponde con la realidad..
Obviamente hay un factor económico, pero ni es el único ni el determinante. El aumento de la violencia se debe principalmente a causas más profundas y sistémicas, relacionadas, por ejemplo, con el sistema educativo comunista en el que ha primado el adoctrinamiento y no el cultivo de valores; con el ataque constante a la familia como institución; y con un sistema político que ha visto al discrepante como un "gusano" al cual hay que destruir, marginar, incluso empleando la violencia extrema. Todos estos elementos y otros, son crisis que se han acumulado por décadas y que van formando una especie de bola de nieve.
Aunque el régimen cubano mantiene intacto su aparato represivo estatal y jurídico, para responder a quien ejerce sus derechos humanos, está teniendo problemas para manejar administrativamente el país y enfrentar problemas como el aumento de la marginalidad o la delincuencia común.