El 11 de marzo Gabriel Boric cumple un año como presidente de Chile.
Aunque el mandatario aseguró que su gobierno sería para todos sus compatriotas, ha incumplido una vez más su promesa al renovar su gabinete, colocando a individuos sólo leales a la causa comunista.
Si se analiza este primer año de gobierno, el mandatario chileno solo ha tenido fracasos.
Recientemente, el Ejecutivo sufrió un duro revés cuando la Cámara de Diputados rechazó la reforma tributaria, uno de los proyectos que con más ahinco ha luchado Boric para llevar a cabo.
La influencia de la tolda roja ha estado presente en todas las determinaciones de Boric desde que asumió el poder.
Hoy esto se manifiesta en los nombramientos de la ex presidenta de Banco Estado, Jessica López, (militante del partido socialista) como ministra de Obras Públicas, Jaime de Aguirre, a Cultura, Jaime Pizarro para Deportes y Aisén Echeverry en Ciencias.
Todo el país sabe que las designaciones son para cumplir con los nuevos "enchufados", como son conocidos los colaboradores del gobierno.
EL TRIUNFO DEL RECHAZO
Mientras tanto, el Presidente insiste en su porfía de cambiar la Constitución.
Hay algo de empecinamiento y terquedad de parte del mandatario en tratar de cambiar la Carta Magna, vigente desde 1980, plena era de prosperidad económica durante el gobiero del general Augusto Pinochet.
Ante la insistencia de Boric se ha nombrado una comisión de 24 "expertos", integrada por 12 hombres y 12 mujeres, a cargo de redactar la nueva Constitución.
Se intenta reemplazar la actual Carta Magna por segunda vez en menos de cuatro años, luego que en septiembre de 2022 un 62% de la ciudadanía rechazara la anterior propuesta.
El grupo tiene tres meses para elaborar un texto que servirá de base para el trabajo del consejo constitucional, un órgano paritario de 50 consejeros que será elegido por la ciudadanía el 7 de mayo próximo.
Esta etapa arranca con un desafío: el desinterés y la desconfianza de los chilenos con el actual proceso constituyente, según reflejan diferentes sondeos.
De acuerdo con una encuesta de Pulso Ciudadano, el 50,9% de la población está de acuerdo con cambiar la Constitución, pero un 57,1% tiene nada o poca confianza en el nuevo proceso.
Los votantes chilenos rechazaron por amplia mayoría la propuesta de la nueva Constitución que hace dos años habían aprobado redactar.
El hecho representa la primera gran derrota política del Ejecutivo, quien ha convocado a un diálogo nacional para retomar un "itinerario Constituyente" que incluya a todos los sectores políticos y civiles de la nación.
Como toda determinación, esta llega demasiado tarde para los chilenos. Ahora Gabriel Boric tiene que nadar contra la corriente de su propia inexperiencia para tratar de salvar lo que queda de su gobierno.