El exilio cubano, dependiendo de quien lo juzgue, ha sido un fracaso, pero nosotros que hemos asumido una posición de trabajo y fidelidad consideramos que el exilio cubano ha sido un ejemplo de valor, patriotismo y fidelidad inquebrantable. El tirano Fidel Castro dijo, con una vanidad insidiosa que “caiga quien caiga, muera el que muera, la revolución cubana no desaparecerá’. Han pasado, en efecto, 63 años; pero la repudiable y criminal existencia de la revolución no es eterna, y se aproxima hoy el inevitable derrumbe de su perversa existencia.
Podríamos hablar de las instituciones y presencia del centenar de agrupaciones patrióticas que han florecido en el exilio y el ejemplo sagrado que siempre nos han dado de militancia firme y valiente; pero hoy vamos a referirnos a la relevante misión que han asumido brillantes escritores que han denunciado de forma agresiva, firme y valiente los desafueros de los criminales engendrados en el sucio vientre de la perversión.
Centenares de tribunas fueron, y son abiertas, a la voz de los numerosos oradores que han exaltado su militancia patriótica en actos y celebraciones importantes del exilio. De estos y de los músicos que nos han emocionado con el ritmo de sus voces, hablaremos también. Y por supuesto, no olvidaremos a nuestros poetas que con elegante armonía nos han hecho soñar. Es evidente que el exilio ha sido y es pródigo aporte que nos acerca a la patria ausente. Una persona nos visitó para traernos una colección de fotografías y en nuestra conversación mencionamos las diferentes publicaciones que han ejercido un extraordinario respaldo a la militancia patriótica que brilla y brillará entre nosotros, los cubanos que no olvidamos y somos cautivados por el sagrado deber de no abandonar nunca a nuestra patria. Uno de mis orgullos legítimos es ser miembro de LIBRE, escenario glorioso del más profundo sentimiento de patria y que ya, por decena de años, nos ha inspirado para que Cuba nunca se nos desaparezca del corazón.
Algo que no podemos evadir de nuestra consideración es la lista incontable de autores de libros que han recorrido el mundo. Imposible es que podamos mencionar a todos, pero cumplimos con el deber sagrado de mencionar a los que fueron y son nuestros amigos personales, corriendo el riesgo de imperdonables omisiones.
Comienzo mencionando a mi querido amigo Enrique Ros, autor de más de veinte libros entre los que se destaca “Girón, La Verdadera Historia”. Comentarlo sería un honor, pero el espacio del que disponemos no sería apropiado para hacerlo. Voy a mencionar a los siguientes autores, lo que hago con reverente actitud, porque se trata de personas sabias y equipadas que cuentan con agradecidos lectores. He leído “Las Cadenas Vienen de Lejos” de Alberto Baeza Flores”, un análisis de la estructura del terror. Tengo que citar con satisfacción a mi mejor amigo, Marcos Antonio Ramos, articulista fecundo y prestigioso autor de más de una docena de extraordinarios libros. De mi amplia selección menciono dos de publicaciones: “La Cuba de sus Castro” y “Protestantismo Anti Revolucionario”. En ambos Ramos nos presenta la desafiante confrontación entre la realidad de Cuba y la incipiente presencia del comunismo.
Continuamos con el audaz libro de José Ignacio Rivero, “Contra Viento y Marea” un interesante documento en el que se describen las traiciones del castrismo a la tradicional democracia cubana. Otro libro que es una condena frontal al régimen forzosamente implantado en la Isla es “Cuba, Un Pueblo Crucificado” del laureado autor Eduardo Suárez Rivas; una obra elocuente para el lector interesado en conocer las forzadas y crueles estrategias del comunismo para instalarse como una cruel dictadura. Para terminar con esta limitada presentación de autores, mencionamos a Julio Estorino, Carlos Alberto Montaner, Justo Carrillo y Carlos Ripoll. Ciertamente, si nos alcanzara la capacidad podríamos escribir un diccionario en el que aparezcan centenares de dedicados autores que han invertido tiempo y talento en presentar al mundo el sufrimiento y el martirio de una isla caribeña que era risueña y cariñosa como un beso infantil.
Hoy Cuba se enfrenta a una turbulenta guerra civil para arrancar de manos miserables y perversas a la patria extenuada y ansiosa de paz y libertad. No todos podremos llevar un arma sobre nuestros hombros, pero está la oración, la elocuencia de la voz y el valiente estímulo de poner nuestros talentos al servicio de la patria que clama por nuestra fuerza y lealtad.
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