Eso del fantasma del comunismo recorriendo el mundo es mucho más literal y honesto que lo que parece a primera vista. Cuando lo dijo, Carlos Marx tuvo un ataquito de sinceridad, porque es cierto que el comunismo es un fantasma incorpóreo e inexistente, es una entelequia a la que nadie nunca ha llegado, en la que nadie nunca ha vivido y de la que nadie, hasta ahora, ha regresado para contarnos el cuento de cómo se vive realmente en el comunismo.
Si fuéramos a establecer una sinonimia, el comunismo sería algo así como ese infierno en el que muchos creen, y que no pocos ven como real y con olor a azufre, pero del que nadie ha regresado para contarnos cómo huele en realidad, cuan frío o caliente es, o cómo se vive la muerte en él.
Lo que sí es tan real como un tren, o una catedral, es El Mal; o sea, ese camino que, según los creyentes, lleva hacia el infierno. Basta abrir las páginas del New York Times, del Washington Post, o del Miami Herald, para comprobar no solo que El Mal existe, sino que todos los días es aplaudido, diseminado, y vendido, por propagandistas disfrazados de periodistas.
Basta sentarse en la sala de espera de un aeropuerto, con la penitencia de CNN ante nuestros ojos, para comprobar que el Mal tiene rostros de pedófilos, misóginos, incels, y gorditos calvos, todos dispuestos a inyectar en nuestras conciencias cuanta propaganda del Mal tengan a mano.La lucha de los creyentes es siempre contra ese Mal, o contra esos malvados; o sea, contra eso que lleva al infierno. Los creyentes nunca luchan contra el infierno como tal, sino contra esos caminos empedrados que desembocan en él.
Si seguimos la sinonimia inicial, podríamos preguntarnos ¿cuál es el camino empedrado que lleva hacia esa entelequia llamada comunismo? ¿cuál es el equivalente de ese Mal contra el que los creyentes luchan para evitar el infierno?
Ese camino es el socialismo.
La Unión de Repúblicas siempre fue Socialista y Soviética, no comunista. El Campo siempre fue Socialista, no comunista. Lo que se pretendió construir fue el socialismo, como antesala del comunismo. Los más de 100 millones de seres humanos que fueron asesinados, y continúan siendo asesinados, murieron y mueren por oponerse a la construcción de ese socialismo que llevará algún día, según los creyentes en Marx, hacia la entelequia comunista. Socialismo o Muerte, gritó quien ustedes saben...
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reynelaguilera.wordpress.com/2...traidoras-comunismo/