CUBA: Es importante que la indispensable meta emancipadora esté bien definida

Al cabo de 62 años, se hace evidente en estos momentos que no hay entre los cubanos de la diáspora un plan de acción eficaz y bien definido destinado a impulsar un proceso de transición a la democracia en Cuba cuando se produjera, como ahora estamos contemplando, una virtual "sublevación" del pueblo oprimido y harto del abuso, pero desorganizado y sin una estrategia orientada a la ansiada emancipación. En otras palabras, estamos presenciando una "sublevación" espontánea y vigorosa pero carente de dirigentes con un plan de acción.

Lamentablemente, en el exterior, donde hay libertad suficiente para tener un plan de acción listo para aprovechar estas circunstancias, cabe preguntarse: ¿Dónde están los "líderes" del exilio cubano? ¡Ah! Aparecen en entrevistas televisivas, los escuchamos en la radio, los vemos en las manifestaciones callejeras ... Pero: ¿Qué más hacen? ¿Están escribiendo declaraciones u organizando más manifestaciones callejeras en Miami y en otras ciudades del mundo? ¿Están rogando a los organismos internacionales por una resolución de condena que poco después queda enterrada en un archivo y desaparece en el rastro del olvido? ¿Para qué? ¿Cuál es su real estrategia emancipadora? ¿Qué van a hacer ahora para promover "el cambio"? ¿Qué ha pasado con tantísimos "planes y estrategias de transición" elaborados en recurrentes conferencias, concertaciones y congresos durante décadas? ¿Qué se está haciendo para aprovechar esta oportunidad para orientar y dirigir a ese pueblo a la toma del poder "con todos y para el bien de todos"?

Si no se establece pronto un objetivo definido con el claro propósito de derrocar la dictadura y abrir las puertas a un gobierno de transición, contemplaremos cómo se disuelve en sangre y represión este formidable, pero desorganizado, levantamiento popular. ¡Y dejen de clamar por una intervención militar! ¡Ah! ¡Qué fácil!... Que sean otros los que nos saquen las castañas del fuego. ¡No! El mundo no va a mover un dedo para derrocar la tiranía cubana si los cubanos no toman la iniciativa con firme determinación.

Si los cubanos de la Isla no se deciden a "tomar la Bastilla", literalmente, y los de la diáspora a acudir en su apoyo sin cortapisas ni condiciones, seguiremos gritando "abajo la dictadura" por muchos años más o soñando con un diálogo y reconciliación que no llegan nunca.