El sueño de la libre empresa en Cuba

Hace unos días descrubrí que no tenía la menor idea de cómo explicar bevemente la necesidad de una reforma educativa en el país que tome en cuenta al sector privado, por ello me propuse escribir esta historia.
Habia una vez un joven llamado Alejandro que vivía en un sitio donde parecía haber pasado la guerra, él descubrió que no había quien construyera las casas de su pueblo, pensó que si alguien lo hacía podía ayudar a otros y ganar mucho dinero.

Alejandro miró que necesitaba cemento, ahora lo que más apuraba era quien trabajara con él, se fue por las calles a buscar empleados, y de esta manera encontró algunos para enseñarles durante una semana.

Al otro día, muchos iniciaron negocios con sus ahorros, aparecieron peluquerías y paladares en los portales de las casas, Ernesto, el bibliotecario, abrió una barbería y Teresa un bar en la mejor calle, allá frente al parque de la iglesia.
Después de dos días, el parque de la iglesia se había convertido en una feria, venían gente de todos lados a vender, hasta el sacristán había colocado una mesa con estampitas de la Virgen. Nadie podía creer lo que estaba pasando.

El jueves, Alejandro fue donde Ernesto, que apenas sabía coger las tijeras, y al nuevo bar donde el cura atormentado se quejaba por los destrozos del mercado en la puerta de la iglesia; entonces le dijo: –Padre, se me ocurre enseñarles cómo pagar impuestos, administrar sus negocios y preparar unos tragos, vamos a crear una escuela para enseñarles a emprender. Y fue el pueblo tras él.

En nuestra triste realidad, soñamos con Alejandro realizando sus sueños con las manos, pero también Ernesto, sin saber a veces que hacer; pero lo cierto es que no existe un interés gubernamental por el éxito de los privados, a pesar de su contribución a la economía doméstica.

Las autoridades cubanas podrían adecuar los programas educativos, preparar a los jóvenes para su inserción en el cuentapropismo y las cooperativas, actores económicos que podrían incidir notablemente en el logro de la autogestión de los gobiernos locales.