ÉXODO O PARTICIPACION
- Miriam Leyva
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ÉXODO O PARTICIPACION
06 Apr 2019 02:16
Cuba será un país de ancianos, no solo debido a la baja natalidad y la alta esperanza de vida, sino por la huida de sus ciudadanos, fundamentalmente jóvenes y personas con niveles de instrucción medios y superiores.
La deportación de 68 personas por las autoridades de México, el 27 de marzo, visibiliza el continuo éxodo y los sufrimientos de miles de cubanos en el peligroso recorrido por Centroamérica, con la quimérica ilusión de ser aceptado legalmente en los Estados Unidos. Atrás dejan el pequeño archipiélago, donde las autoridades realizan la apertura para el turismo y la inversión extranjera, pero cierra a los cubanos siempre sonrientes, que cantan y bailan, cual mecanismos de defensa para sortear las siempre crecientes ataduras al despliegue de las aptitudes y la creatividad. Con la simulación se renuncia a la única vida poseída, y al derecho y el deber de participar en nuestro país.
En 2017, la población calculada fue 11 221 060 habitantes, lo que representó 18 164 personas menos (-1,6%) que en 2016. No hay incentivo para formalizar parejas y tener hijos. La Tasa Global de Fecundidad (hijos por mujer) es 1,61, y la Tasa Bruta de Reproducción (hijas por mujer) es de 0,77, por debajo del nivel de reemplazo que es una hija por mujer para garantizar el aumento poblacional. Esto ha provocado un acelerado envejecimiento demográfico, expresado en 21% de personas con 60 años y más, 63,8% de 15 a 59 años y 16.1% de 0-14 años. Las migraciones hacia el exterior se elevaron a 26 194 cubanos, superior en 8 943 al año anterior.
La emigración se revirtió en 2013 y 2014, influida por la Ley Migratoria que permite la salida con posibilidad de permanencia hasta 2 años sin perder la condición de residente, y la concesión de visas por cinco años por Estados Unidos, asi como el mejoramiento económicos debido al incremento del trabajo por cuenta propia y la recepción de remesas. Además, el gobierno estimuló la repatriación. (Población 2017, Estudios y Datos ONE).
Cuba acogía inmigrantes antes de 1959, desde entonces comenzaron las salidas por motivos políticos y de reunificación familiar. El gobierno cubano estimuló el éxodo masivo para descompresionar la situación política y económica. Esto sucedió con la llegada de barcos, que cargaron miles de personas procedentes de todo el país, en Camarioca, cerca de Varadero, en 1965; el éxodo del Mariel en 1980, y la crisis de los balseros en 1994 al comienzo del Período Especial en Tiempos de Paz, según denominación de Fidel Castro. Por motivos similares, miles de cubanos desde Ecuador atravesaron Centroamérica durante 2014-2015, y sorprendentemente fueron obstruidos por la Nicaragua Sandinista aliada del gobierno cubano. Esto creo una crisis a los gobiernos del área, que lograron la solución con el presidente Obama. Por entonces, las autoridades isleñas presionaban para que eliminara la Ley de Ajuste Cubano, coincidiendo en ese propósito con el Senador Marco Rubio y otros legisladores cubano-americanos, lo cual incentivaba el miedo de los nativos a no poder escapar. Antes de concluir su mandato, Obama eliminó la política de “pies secos, pies mojados” y el Programa para Profesionales Médicos.
Las medidas del Presidente Donald Trump, supuestamente dirigidas a lesionar sólo al gobierno de La Habana, están castigando a los cubanos, entre ellos quienes aún añoran alcanzar las oportunidades del “sueño americano”, antes que sufrir las pesadillas del Período Excepcional. Miles venden sus escasas propiedades y procuran salir a través de países sin exigencia de visas o con facilidades para obtenerlas. Desde Guyana, Brasil o Venezuela se exponen a las bandas de narcotraficantes y criminales a través de Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Guatemala hasta México. Muchos han llegado hasta distintos puntos de la frontera con Estados Unidos, donde esperan que las autoridades consideren sus solicitudes de asilo político, con pocas posibilidades de demostrar que no tienen motivos económicos. Incluso algunos ingenuos o desesperados creyeron la bola de que los norteamericanos facilitarían el ingreso a la Base Naval de Guantánamo. No acaban de asimilar que no desean más latinos en Estados Unidos, y que los legisladores cubano-americanos tienen otros propósitos. Las deportaciones continuarán en el marco del Memorando de Entendimiento firmado entre Cuba y México el 6 de noviembre de 2015, que actualiza el anterior de 2008.
Mientras se coarte las posibilidades de realización personal, los cubanos continuarán procurando “escapar”, y el país no podrá salir del precipicio. Las condiciones económico-financieras continuarán mucho más precarias. Pedir más sacrificios con promesas de un futuro luminoso, no moviliza a quienes en 60 años nunca han podido ver la luz al final del túnel. El salario adecuado en las empresas estatales o ganancias legítimas mediante el trabajo por cuenta propia en todas las profesiones con el aporte correspondiente de impuestos, son derechos elementales. Asi se eliminará la corrupción y el eterno robo de combustible y de otros productos deficitarios, se restituirán los valores éticos y morales, perdidos por las imposiciones de las autoridades.
Los dirigentes continuistas podrían restituir Cuba. Miguel Díaz-Canel iniciará el segundo año en la presidencia el 19 de abril, oportunidad para abrir sin discriminaciones. Los cubanos tenemos el derecho y el deber de contribuir al desarrollo nacional.
La Habana, 29 de marzo de 2019
Miriam Leiva, Periodista Independiente
Publicado en cubanet.org, 2-3-19
La deportación de 68 personas por las autoridades de México, el 27 de marzo, visibiliza el continuo éxodo y los sufrimientos de miles de cubanos en el peligroso recorrido por Centroamérica, con la quimérica ilusión de ser aceptado legalmente en los Estados Unidos. Atrás dejan el pequeño archipiélago, donde las autoridades realizan la apertura para el turismo y la inversión extranjera, pero cierra a los cubanos siempre sonrientes, que cantan y bailan, cual mecanismos de defensa para sortear las siempre crecientes ataduras al despliegue de las aptitudes y la creatividad. Con la simulación se renuncia a la única vida poseída, y al derecho y el deber de participar en nuestro país.
En 2017, la población calculada fue 11 221 060 habitantes, lo que representó 18 164 personas menos (-1,6%) que en 2016. No hay incentivo para formalizar parejas y tener hijos. La Tasa Global de Fecundidad (hijos por mujer) es 1,61, y la Tasa Bruta de Reproducción (hijas por mujer) es de 0,77, por debajo del nivel de reemplazo que es una hija por mujer para garantizar el aumento poblacional. Esto ha provocado un acelerado envejecimiento demográfico, expresado en 21% de personas con 60 años y más, 63,8% de 15 a 59 años y 16.1% de 0-14 años. Las migraciones hacia el exterior se elevaron a 26 194 cubanos, superior en 8 943 al año anterior.
La emigración se revirtió en 2013 y 2014, influida por la Ley Migratoria que permite la salida con posibilidad de permanencia hasta 2 años sin perder la condición de residente, y la concesión de visas por cinco años por Estados Unidos, asi como el mejoramiento económicos debido al incremento del trabajo por cuenta propia y la recepción de remesas. Además, el gobierno estimuló la repatriación. (Población 2017, Estudios y Datos ONE).
Cuba acogía inmigrantes antes de 1959, desde entonces comenzaron las salidas por motivos políticos y de reunificación familiar. El gobierno cubano estimuló el éxodo masivo para descompresionar la situación política y económica. Esto sucedió con la llegada de barcos, que cargaron miles de personas procedentes de todo el país, en Camarioca, cerca de Varadero, en 1965; el éxodo del Mariel en 1980, y la crisis de los balseros en 1994 al comienzo del Período Especial en Tiempos de Paz, según denominación de Fidel Castro. Por motivos similares, miles de cubanos desde Ecuador atravesaron Centroamérica durante 2014-2015, y sorprendentemente fueron obstruidos por la Nicaragua Sandinista aliada del gobierno cubano. Esto creo una crisis a los gobiernos del área, que lograron la solución con el presidente Obama. Por entonces, las autoridades isleñas presionaban para que eliminara la Ley de Ajuste Cubano, coincidiendo en ese propósito con el Senador Marco Rubio y otros legisladores cubano-americanos, lo cual incentivaba el miedo de los nativos a no poder escapar. Antes de concluir su mandato, Obama eliminó la política de “pies secos, pies mojados” y el Programa para Profesionales Médicos.
Las medidas del Presidente Donald Trump, supuestamente dirigidas a lesionar sólo al gobierno de La Habana, están castigando a los cubanos, entre ellos quienes aún añoran alcanzar las oportunidades del “sueño americano”, antes que sufrir las pesadillas del Período Excepcional. Miles venden sus escasas propiedades y procuran salir a través de países sin exigencia de visas o con facilidades para obtenerlas. Desde Guyana, Brasil o Venezuela se exponen a las bandas de narcotraficantes y criminales a través de Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Guatemala hasta México. Muchos han llegado hasta distintos puntos de la frontera con Estados Unidos, donde esperan que las autoridades consideren sus solicitudes de asilo político, con pocas posibilidades de demostrar que no tienen motivos económicos. Incluso algunos ingenuos o desesperados creyeron la bola de que los norteamericanos facilitarían el ingreso a la Base Naval de Guantánamo. No acaban de asimilar que no desean más latinos en Estados Unidos, y que los legisladores cubano-americanos tienen otros propósitos. Las deportaciones continuarán en el marco del Memorando de Entendimiento firmado entre Cuba y México el 6 de noviembre de 2015, que actualiza el anterior de 2008.
Mientras se coarte las posibilidades de realización personal, los cubanos continuarán procurando “escapar”, y el país no podrá salir del precipicio. Las condiciones económico-financieras continuarán mucho más precarias. Pedir más sacrificios con promesas de un futuro luminoso, no moviliza a quienes en 60 años nunca han podido ver la luz al final del túnel. El salario adecuado en las empresas estatales o ganancias legítimas mediante el trabajo por cuenta propia en todas las profesiones con el aporte correspondiente de impuestos, son derechos elementales. Asi se eliminará la corrupción y el eterno robo de combustible y de otros productos deficitarios, se restituirán los valores éticos y morales, perdidos por las imposiciones de las autoridades.
Los dirigentes continuistas podrían restituir Cuba. Miguel Díaz-Canel iniciará el segundo año en la presidencia el 19 de abril, oportunidad para abrir sin discriminaciones. Los cubanos tenemos el derecho y el deber de contribuir al desarrollo nacional.
La Habana, 29 de marzo de 2019
Miriam Leiva, Periodista Independiente
Publicado en cubanet.org, 2-3-19
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