Papillón y Radio Caracas Televisión

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Papillón y Radio Caracas Televisión

20 Jan 2019 12:31
#10854
El libro "Papillón" no habría saltado a la fama, y menos se hubiera hecho la película del mismo nombre -con Steve McQueen y Dustin Hoffman- si no hubiera sido por Radio Caracas Televisión.


Y estoy contando una anécdota de las tantas y tantas que recuerdo de mi época de diez años como periodista en RCTV.


El canal 2 funcionaba en esos días, en 1967, en los sótanos de un edificio que estaba ubicado de Bárcenas a Río. Me cuentan mis ex colegas y amigos que ese edificio se quemó y con él se perdieron valiosísimos archivos, irremplazables, de entrevistas que conformaron la historia política de esa época en Venezuela.


A los sótanos, donde funcionaba la redacción y producción de los noticieros y se hacían las telenovelas y la programación en general, entraba todo el mundo. No era como ahora, con guardias que revisan y vuelven a revisar a los que desean pasar incluso con entrevistas ya concertadas de antemano.


A nuestro sótano -entre muchas personas que desfilaban por el lugar- llegaba un viejo francés, que se sentaba frente a nuestros escritorios y nos daba "lata" sin poderlo hacer callar.


Decía que era un prófugo de la justicia francesa y nos mostraba un tatuaje en el pecho con la forma de una mariposa que se habia hecho en la prisión. -"Por eso me llamaban Papillon" -decía- que quiere decir "Mariposa" en francés.


El Viejo hablaba perfecto español y contaba unas historias fantásticas de la Isla del Diablo, su fuga espectacular de ese penal, huídas por la selva colombiana, princesas e indias guajiras... Nadie prestaba mucha atención, cada uno ocupado con darle a Amado Pernía, nuestro presentador oficial por muchos años de El Reporter Esso, las noticias del día.


Eran épocas en que uno mismo reporteaba, editaba y entregaba el producto, listo para salir al aire. Aún recuerdo las viejas máquinas de editar donde se contaban los cuadritos -43- al final de la frase y si no eran exactos la persona entrevistada quedaba cortada bruscamente y "tú, pelabas bola".


Rafael Poleo, Carlos Jaén, Carlos Fernández, Ignacio Ortíz y otros de la redacción lo oíamos al Viejo hablar casi sin oírlo. Había habido en esos días un terremoto en Caracas y estamos muy ocupados con la tragedia.
Alguien exasperado -creo que fue Poleo- le dijo al Viejo para que se callara, que por qué no escribía mejor esos relatos y le indicó un escritorio con una máquina de escribir.


-"Ya lo he hecho contestó" y al día siguiente llegó con unos cuadernillos de escuela donde estaba garrapateada la historia a mano y hasta con un nombre: "Papillón".
Uno del grupo puso al Viejo, que tenía un nombre -Henri Charriere- en contacto con una editorial, que publicó el libro primero en español.


El resto es historia. El libro Papillon fue un bestseller. Se hizo una pelicula del mismo nombre. La historia recorrió el mundo y muchos dudaban que fuera cierta.


El director de noticias RCTV que era Rafael Poleo (el que me había contratado en el Canal según cuento en la primera parte de este relato) me envió con un equipo a la Isla del Diablo para que "recogiera el testimonio".


La historia era auténtica: la celda en el suelo, enterrada en el piso de tierra, donde Charriere contó que se paseaba en forma enloquecedora "seis pasos para adelante y cuatro para los lados" existia.
Ahora estaba semi devorada por la selva. El gobierno francés había cerrado el penal hacía años y sólo quedaban las ruinas.


Todo lo que vimos confirmó el relato: Hicimos sacos rellenos con cocos que tiramos desde el acantilado y flotaron y salieron al mar abierto en la sexta ola, que era la forma que decía Charriere como había escapado.


En lo único que Papillón exageró fue en su romance con las princesas guajiras.
Estuvo con una tribu de indios sí, pero no encontramos a nadie que lo recordara en la Guajira y menos sus amores con las princesas indias.


Pero, qué importa esa única exageración. A lo mejor Papillón lo hizo para poner aún más color al relato. O la tribu no quiso reconocer los romances.


De todas formas ese capítulo no era necesario, frente a todo lo fantástico de la historia, comprobada por el equipo de RCTV. Papillón se hizo rico.
Se filmó una segunda pelicula en la selva venezolana con el Viejo en un papel estelar. Esta vez se contrató a la artista más de moda del momento, Claudia Cardinale.


El film fue un fiasco, el Viejo salía enamorando -con su ridículo sombrero de paño- a la hermosa italiana en medio de "la selva" venezolana. En realidad en las afueras de Caracas.
Pese a todo, el Viejo se hizo más rico aún.


Se compró un restaurant que le puso "Mi Vaca y Yo" y tenía frente al negocio un rumiante de verdad que pastaba y se comía toda la grama.


Los universitarios le secuestraban la vaca a Papillón durante cada carnaval y el gobierno salía luego pidiendo "que por favor devolvieran el animal a su dueño".
Un año de tanto subir y bajar la vaca de un camión le quebraron una pata y tuvieron que pagar una nueva al indignado francés.


Charriere, como todas las cosas buenas en la vida, no vivió mucho tiempo para gozar de su fortuna, aunque viajó brevemente por el mundo.


Regresó a Francia, vivió en España y visitó frecuentemente Venezuela, a la que consideraba su segunda patria.


Murió a los pocos años del estreno de su segunda película, víctima de cáncer a la garganta, que él atribuyó al mucho fumar en la cárcel y cuando vivió en libertad.


Pero siempre, hasta su muerte, Henri Charriere siguió visitándonos cuando pudo y siguió siendo el Viejo que todos conocíamos, antes que lo hiciera famoso el canal 2 de television, RCTV, que él siguió considerando su casa, como muchos de nosotros.
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