El haber pensado que el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, hubiera podido reunirse con la oposición cubana en su viaje a la Isla, era tan utópico como "pedirle peras al olmo".
El ingenuo pedido a un gobernante socialista lleno de soberbia, que llevará a la ruina a España con sus cambios y demandas, era tan irrealizable que, de haber sucedido el encuentro, habría espantado a los santos.
Imposible la quimérica idea de que un socialista, que desde el 2 de junio de 2018, es el Presidente del Gobierno de España y también secretario general del Partido Socialista Obrero Español, podría sostener un encuentro con la disidencia cubana, que es brutalmente perseguida por el gobierno de La Habana.
Sanchéz no oculta sus planes de aniquilamiento de las actuales instituciones democráticas de España. Sánchez juró su cargo ante el monarca en el Palacio de la Zarzuela, frente a un ejemplar de la Constitución, sin símbolos religiosos, sin la Biblia y la cruz, siendo el primer presidente de Gobierno del actual período democrático en optar por ello.
Su desafío llega a pretender, a través de la Dirección General, es la exhumación de los restos del dictador Francisco Franco y cambiar la política de inmigración.
Las relaciones entre los gobiernos español e italiano se han tensado debido al asunto migratorio, llegando a haber numerosos cruces de acusaciones entre miembros del Gobierno de Sánchez,y el Ministro del Interior italiano, Mateo Salvini, quien acusó a España de «favorecer una inmigración fuera de control».
Hoy los españoles le reprochan el problema de Gibraltar y el haber estado en Cuba y no presente
cuando se discutía el tema.
El expresidente del Gobierno, José María Aznar, ha afirmado que España no ha progresado “un solo paso” ante el Reino Unido ni ante la Unión Europea en la situación que ya tenía con respecto al histórico peñón.
Aznar se ha referido a la situación política española y ha reiterado sus críticas al Gobierno de Sánchez, al que acusa de “extravagancia”, y “vivir de prestado” de “los que quieren romper España”.
Habrá que ver si la acusación de Aznar y otros políticos al Gobierno y al PSOE se convierten en drámaticas realidades y las acciones de Sánchez en vehículos para que el populismo de extrema izquierda alcance un poder e influencia imparables, en un futuro muy cercano.
Como corolario:
El Gramna calificó el lunes a José María Aznar como uno de los "más despreciables" políticos de la era moderna, tras sus críticas al actual jefe del Gobierno de ese país, Pedro Sánchez por no reunirse con la oposición durante su reciente visita a Cuba.
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