UCRANIA: El abundante Heroísmo de su Pueblo
- Oscar Elías Biscet
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UCRANIA: El abundante Heroísmo de su Pueblo
06 Mar 2022 00:27
Con ese acto de guerra, Vladimir Putin muestra su pensamiento incivilizado, que raya en lo irracional, al estilo de Hitler o más bien como los vulgares matones de barrios Para las personas de bien no existe otro modo de expresión ante la guerra de rapiña de Rusia putinista sobre Ucrania, la condena de tal brutalidad repleta de odio. La inmensa y arbitraria agresión bélica que sufre Ucrania, por la codicia y el despotismo de Vladimir Putin, con el objetivo malsano de usurpar sus tierras sin importarle que es un país Estado, soberano, independiente, democrático y pacífico.
Si bien Europa ha sufrido desde la antigüedad el trauma de la guerra en su propio suelo, había una luz de esperanza de que en esta contemporaneidad no se oyeran los tambores de guerra y esa incivilizada postura finalizara para siempre después de la Segunda Guerra Mundial y la creación de las Naciones Unidas (ONU).
La invasión injustificada de Putin a Ucrania violenta la Carta de las Naciones Unidas, la cual fue fundada con el objetivo específico de la convivencia en paz, el respecto, la igualdad y la soberanía de los Estados.
En su Artículo 1-1 expone que los propósitos de la ONU es “Mantener la paz y la seguridad internacional, y con tal fin: tomar medidas colectivas eficientes para prevenir y eliminar amenazas a la paz, y para suprimir actos de agresión u otros quebrantamientos de la paz; y lograr por medios pacíficos, y de conformidad con los principios de la justicia y el derecho internacional, el ajuste o arreglo de controversias o situaciones internacionales susceptibles de conducir a quebrantamiento de la paz”.
Putin, al atacar e invadir el territorio soberano ucraniano, rompe los principios registrados en la Carta de las Naciones Unidas y destruye la paz, la justicia y desestabiliza la seguridad internacional, compromisos adquiridos por su país después de la desintegración de la Unión Soviética
(URSS) y creación de la Federación de Rusia.
La guerra injustificada como la desarrollada por Putin contra Ucrania, busca imponer los objetivos anhelados por este déspota y si es vencedor, mucho menos le importará el derecho, hará la desmembración del territorio de la nación-estado en ocupación y lo integrará a su territorialidad.
El caso más barbárico en la misma Europa fue el desmembramiento de Polonia-Lituania, cuando le fue usurpado su territorio por los imperios Ruso, de Austria y de Prusia en las guerras de 1772, 1793 y 1795, que desaparecen totalmente del mapa a Polonia. En otras ocasiones Polonia también agredida, ocupada y desaparecida como país, cuando el Ducado de Varsovia, por Rusia y la agresión de Alemania hitleriana y la URSS, 1939.
Los actos descritos anteriormente muestran lo que es la guerra, por lo que toda guerra debe evitarse y si no queda más remedio que marchar a ella, debería haber ciertas normas civilizadas que disminuyan las partes indeseables del ser humano. La guerra es la brutalidad en extremo que muestra la bestialidad del hombre y destruye lo mejor de la naturaleza, la humanidad.
Con ese acto de guerra, Vladimir Putin muestra su pensamiento incivilizado, que raya en lo irracional, al estilo de Hitler o más bien como los vulgares matones de barrios y tomó el consejo desnaturalizado de los déspotas ilustrados de los viejos imperios europeos, que va en contra de las nuevas normas internacionales vigentes desde la fundación de las Naciones Unidas.
Sin embargo, la mejor respuesta a Putin viene desde el pasado remoto, con el rey prusiano Federico II, en su respuesta a María Teresa, emperatriz austriaca, le dice: “Catalina (La Grande) y yo no somos más que unos vulgares bandoleros, pero yo me pregunto cómo se las arregló la Reina-Emperatriz (rusa) con su confesor… Ella lloraba, mientras más lloraba, más tomaba”, refiriéndose el reparto arbitrario de las tierras del reino de
Polonia-Lituania.
En tampoco días de la invasión rusa hemos contemplado el sobreabundante heroísmo y patriotismo en muchos ucranianos, desde las personas sencillas hasta en notables personajes. Importantes paradigmas de resistencia heroica ante la arrogancia y despotismo del invasor acontecieron en la Isla de las Serpientes, cuando 13 custodios de la frontera no se rindieron a la orden del agresor, un poderosos buque de guerra ruso, los guardias resistieron hasta la muerte y entraron en la gloria del pueblo ucrania, recibieron una medalla póstuma de Héroe de Ucrania.
Al parecer el gesto heróico de los soldados de la Isla de las Serpientes es la esencia de la nación ucraniana, pues la rebeldía y resistencia de las decenas de ciudades atacadas por el régimen de Putin ha impedido la ocupación de ellas, a pesar de un enemigo poderosísimo en armamentos bélicos y que posee el arma nuclear y está dispuesto a su uso para alcanzar su arbitraria victorita. La comunidad internacional debe estar alerta porque quizás use el arma química o bomba sucia, prohibida por la ONU.
En Ucrania, mujeres han muerto en el combate defendiendo su tierra natal, niños están preparando pertrechos bélicos para lanzar a los tanques de guerra durante la ocupación rusa por lo más jóvenes e incluso algunos de estos desearon alistarse al ejército sin aún tener la edad obligatoria. Este heroísmo popular me recuerda al pueblo español, cuando un déspota intento tomar sus tierras a la fuerza de las armas de guerra, Napoleón I; todos los españoles pelearon por la libertad de su patria, hasta mujeres y niños, con la expulsión definitiva del agresor.
El régimen Castro Díaz-Canel toma decisiones aberrantes e inhumanas en sus conciliábulos, que no dice públicamente pero quebranta la paz. Ahora, con las visitas del presidente de la Duma Estatal, Viacheslav Volodin, y el viceministro de defensa, Serguei Riabkos, les prometieron el apoyo incondicional a Putin en su invasión del pueblo ucraniano y el reconocimiento de la independencia, a la fuerza, de las áreas territoriales del este de Ucrania: Donetsk y Luhansk. Estas actitudes son violadoras de la soberanía de Ucrania, un crimen de lesa humanidad, por lo que las condeno y digo al mundo: ¡Parar a Putin, Salvar a Ucrania!
Si bien Europa ha sufrido desde la antigüedad el trauma de la guerra en su propio suelo, había una luz de esperanza de que en esta contemporaneidad no se oyeran los tambores de guerra y esa incivilizada postura finalizara para siempre después de la Segunda Guerra Mundial y la creación de las Naciones Unidas (ONU).
La invasión injustificada de Putin a Ucrania violenta la Carta de las Naciones Unidas, la cual fue fundada con el objetivo específico de la convivencia en paz, el respecto, la igualdad y la soberanía de los Estados.
En su Artículo 1-1 expone que los propósitos de la ONU es “Mantener la paz y la seguridad internacional, y con tal fin: tomar medidas colectivas eficientes para prevenir y eliminar amenazas a la paz, y para suprimir actos de agresión u otros quebrantamientos de la paz; y lograr por medios pacíficos, y de conformidad con los principios de la justicia y el derecho internacional, el ajuste o arreglo de controversias o situaciones internacionales susceptibles de conducir a quebrantamiento de la paz”.
Putin, al atacar e invadir el territorio soberano ucraniano, rompe los principios registrados en la Carta de las Naciones Unidas y destruye la paz, la justicia y desestabiliza la seguridad internacional, compromisos adquiridos por su país después de la desintegración de la Unión Soviética
(URSS) y creación de la Federación de Rusia.
La guerra injustificada como la desarrollada por Putin contra Ucrania, busca imponer los objetivos anhelados por este déspota y si es vencedor, mucho menos le importará el derecho, hará la desmembración del territorio de la nación-estado en ocupación y lo integrará a su territorialidad.
El caso más barbárico en la misma Europa fue el desmembramiento de Polonia-Lituania, cuando le fue usurpado su territorio por los imperios Ruso, de Austria y de Prusia en las guerras de 1772, 1793 y 1795, que desaparecen totalmente del mapa a Polonia. En otras ocasiones Polonia también agredida, ocupada y desaparecida como país, cuando el Ducado de Varsovia, por Rusia y la agresión de Alemania hitleriana y la URSS, 1939.
Los actos descritos anteriormente muestran lo que es la guerra, por lo que toda guerra debe evitarse y si no queda más remedio que marchar a ella, debería haber ciertas normas civilizadas que disminuyan las partes indeseables del ser humano. La guerra es la brutalidad en extremo que muestra la bestialidad del hombre y destruye lo mejor de la naturaleza, la humanidad.
Con ese acto de guerra, Vladimir Putin muestra su pensamiento incivilizado, que raya en lo irracional, al estilo de Hitler o más bien como los vulgares matones de barrios y tomó el consejo desnaturalizado de los déspotas ilustrados de los viejos imperios europeos, que va en contra de las nuevas normas internacionales vigentes desde la fundación de las Naciones Unidas.
Sin embargo, la mejor respuesta a Putin viene desde el pasado remoto, con el rey prusiano Federico II, en su respuesta a María Teresa, emperatriz austriaca, le dice: “Catalina (La Grande) y yo no somos más que unos vulgares bandoleros, pero yo me pregunto cómo se las arregló la Reina-Emperatriz (rusa) con su confesor… Ella lloraba, mientras más lloraba, más tomaba”, refiriéndose el reparto arbitrario de las tierras del reino de
Polonia-Lituania.
En tampoco días de la invasión rusa hemos contemplado el sobreabundante heroísmo y patriotismo en muchos ucranianos, desde las personas sencillas hasta en notables personajes. Importantes paradigmas de resistencia heroica ante la arrogancia y despotismo del invasor acontecieron en la Isla de las Serpientes, cuando 13 custodios de la frontera no se rindieron a la orden del agresor, un poderosos buque de guerra ruso, los guardias resistieron hasta la muerte y entraron en la gloria del pueblo ucrania, recibieron una medalla póstuma de Héroe de Ucrania.
Al parecer el gesto heróico de los soldados de la Isla de las Serpientes es la esencia de la nación ucraniana, pues la rebeldía y resistencia de las decenas de ciudades atacadas por el régimen de Putin ha impedido la ocupación de ellas, a pesar de un enemigo poderosísimo en armamentos bélicos y que posee el arma nuclear y está dispuesto a su uso para alcanzar su arbitraria victorita. La comunidad internacional debe estar alerta porque quizás use el arma química o bomba sucia, prohibida por la ONU.
En Ucrania, mujeres han muerto en el combate defendiendo su tierra natal, niños están preparando pertrechos bélicos para lanzar a los tanques de guerra durante la ocupación rusa por lo más jóvenes e incluso algunos de estos desearon alistarse al ejército sin aún tener la edad obligatoria. Este heroísmo popular me recuerda al pueblo español, cuando un déspota intento tomar sus tierras a la fuerza de las armas de guerra, Napoleón I; todos los españoles pelearon por la libertad de su patria, hasta mujeres y niños, con la expulsión definitiva del agresor.
El régimen Castro Díaz-Canel toma decisiones aberrantes e inhumanas en sus conciliábulos, que no dice públicamente pero quebranta la paz. Ahora, con las visitas del presidente de la Duma Estatal, Viacheslav Volodin, y el viceministro de defensa, Serguei Riabkos, les prometieron el apoyo incondicional a Putin en su invasión del pueblo ucraniano y el reconocimiento de la independencia, a la fuerza, de las áreas territoriales del este de Ucrania: Donetsk y Luhansk. Estas actitudes son violadoras de la soberanía de Ucrania, un crimen de lesa humanidad, por lo que las condeno y digo al mundo: ¡Parar a Putin, Salvar a Ucrania!
El Dr. Oscar Elias Biscet es un líder de derechos humanos, ex preso de conciencia durante 12 años y ganador de la Medalla Presidencial de la Libertad. Vive en La Habana, Cuba, y puede ser contactado a través de su teléfono 011-537-699-1774. y de su sitio web: www.OscarBiscet.com .
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