Detalles esclarecedores sobre la batalla presupuestaria de Estados Unidos

  • Gerardo E. Martínez-Solanas
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Detalles esclarecedores sobre la batalla presupuestaria de Estados Unidos

15 Jan 2013 00:18
#7691
El 7 de enero, en el Huffington Post, apareció un reportaje analizando la sugerencia de emitir la moneda de un trillón de dólares (su denominación en inglés, que sería un billón en español, es decir, un millón de millones), que tiene su origen en el debate público que ha impulsado el economista Paul Krugman y ha tenido sus repercusiones en programas de TV desde que sugirió a principios de año en el New York Times que el Presidente Obama amenazara a la oposición republicana en el Congreso con acuñar esta moneda de platino asignándole ese valor para, simplemente, depositarla en la Reserva Federal, de modo que entonces habría fondos suficientes para que el Departamento del Tesoro pudiera disponer de los fondos equivalentes a ese depósito. Estos serían suficientes para marginar de un plumazo el problema de aumentar el techo de la deuda que se ha vuelto a presentar al superar la marca de 16,4 trillones de dólares la deuda pública de los EEUU a principios de este mes de enero. Aunque se trata de una broma (y tanto la Reserva Federal como el Departamento del Tesoro se han apresurado ayer a desmentir que haya planes para hacerlo), es una broma peligrosa porque es teóricamente posible. Aunque, hay que subrayarlo, se trata de una broma muy desaconsejable, porque un presidente autoritario puede tomarla en serio para chantajear al Poder Legislativo.

De hecho, los Estados Unidos tienen la privilegiada capacidad de emitir dinero sin verse obligados a respaldar ese dinero con una reserva tangible. Esto se debe a que EEUU posee la principal divisa mundial (hasta ahora, porque puede perderla si su moneda pierde la confianza de consumidores e inversionistas). Pero no es lo que la gente cree. Es decir, no se trata de que haya unas imprentas por ahí que impriman billetes por millones como moneda de curso legal. Aunque efectivamente a veces se impriman billetes en cantidades superiores a las que se van reemplazando de la moneda circulante (supuestamente por la demanda bancaria), lo que hace el Departamento del Tesoro es emitir bonos, que deben pagar un interés determinado en subasta pública a medida que los adquieren inversionistas nacionales y extranjeros. Y de esa venta de la deuda pública surge gran parte de la moneda circulante. Y es esa deuda pública la que está limitada en estos momentos a 16,4 trillones de dólares, cifra que ya superó EEUU a principios de enero y que sigue aumentando a razón de cerca de 90 mil millones de dólares por mes. En otras palabras, que si el techo de la deuda no se aumenta a 18 trillones, volveremos a encontrarnos en esta misma situación dentro de unos pocos meses.

Pero un aumento irresponsable del techo de la deuda sin una reducción considerable del déficit presupuestario significa que la deuda seguirá aumentando a un ritmo superior a la tasa de aumento del Producto Interno Bruto (PIB) hasta hacerse insostenible. Lo que ahora parece imposible sucederá en cualquier momento en que los acreedores, consumidores e inversionistas pierdan la confianza en la capacidad de los EEUU de pagar sus obligaciones y se produzca un súbito derrumbe que desembocaría en una espantosa depresión económica. Lo “imposible” sucederá tan pronto como esa confianza desaparezca, si se mantiene la política presupuestaria actual. Y esta pérdida de la confianza es tan impredecible como los partes meteorológicos porque responde a factores sicosociales y sólo puede pronosticarse en términos de probabilidad.

Argumentos del Presidente Obama

El Presidente Obama señaló este lunes 14 de enero en conferencia de prensa que no hay otra alternativa que reducir “sensiblemente” (hizo énfasis en esta palabra) el presupuesto y aumentar el nivel de los ingresos. Ahora bien, para aumentar el nivel de los ingresos hay que aumentar los impuestos, porque en las circunstancias actuales no se está produciendo una expansión económica sino que estamos al borde de la recesión. Y el aumento impositivo a los que el Presidente califica de “ricos” se calcula que aumentará el nivel de los ingresos fiscales en menos del 2%. El otro aumento que fue aprobado es a la nómina, es decir a las deducciones para el Seguro Social y Medicare que se aplican a los salarios, un aumento que afecta principalmente a las clases medias y pobres y que añade menos del 2% adicional a los ingresos fiscales. Esas y otras medidas tomadas a principios de este mes reducirían el déficit cuando más unos 15 mil millones de dólares por mes. Luego EEUU seguiría teniendo un déficit mensual de más de 75 mil millones. De hecho, el presupuesto elaborado por Obama para 2013 arroja un déficit de 901.400 millones de dólares, cerca de $3.000 de mayor deuda por habitante.

Cuando el Presidente aclaró la palabra “sensiblemente” se referió a no afectar el presupuesto orientado a la educación y al cuidado de la salud. Pero no ha concretado un plan o ha sugerido un modelo que “sensiblemente” reduzca el presupuesto y que sea una alternativa viable al plan Republicano. Hasta el momento, el único plan concreto de reducción del presupuesto ha partido de la bancada republicana. Estos no están exentos tampoco de responsabilidad en este impasse, porque deberían ceder en el aspecto de la reducción de los gastos de defensa y ser más flexibles en las reducciones presupuestarias para la educación y el cuidado de la salud.

Estas últimas no deben aplicarse indiscriminadamente descabezando por igual todos los renglones de educación y salud, sino concentrarse en gastos derrochadores, en combatir los fraudes, controlar el nivel de salarios burocráticos y aumentar la eficiencia de los programas. Es importante notar también que los gastos de cuidado de la salud son superiores a los gastos de defensa.

En cuanto a los gastos de defensa, hay que reconocer que Estados Unidos gasta el 58% del total de los presupuestos de defensa del mundo. Si redujera el presupuesto de defensa un 10%, todavía gastaría más de la mitad de los presupuestos de defensa del resto de los países del planeta. En comparación, los gastos de defensa de China equivalen al 8.2%, los de Rusia al 4.1% y los del Reino Unido y Francia al 3.6% cada uno. Una reducción del 10% representaría rebajar el presupuesto actual que, sin incluir los pagos a los veteranos y sus programas, alcanza la cifra de 711 mil millones, hasta un nivel de 640 mil millones, lo que sería todavía el triple del gasto sumado de China (143 mil millones) y Rusia (72 mil millones).

Lo más lamentable de las declaraciones del Presidente de EEUU fue cuando amenazó con que un estancamiento en las negociaciones para aumentar el techo de la deuda significaría que a fines de este mes "los jubilados y los veteranos no recibirían sus cheques" y quedarían desamparados. Esta es una especie de chantaje porque aunque al llegar al techo de la deuda el gobierno tendría que aplazar ciertos pagos obligatorios, puede asignar prioridades lógicas para que jubilados y veteranos no se vean afectados.

Tampoco es cuestión de echarle la culpa a los Republicanos, como hizo en esta conferencia de prensa, repitiendo que él está siempre de acuerdo a sentarse a conversar, sin ofrecer una contrapropuesta que sirva de patrón para las negociaciones y que no se apoye en argumentos populistas como los de que “los ricos” paguen, los pobres no sufran las reducciones del presupuesto y los jubilados y veteranos reciban sus cheques a tiempo. Aunque en los Republicanos hay extremistas que exigen demasiado, en ambos partidos hay fuerzas moderadas dispuestas a negociar y llegar a una transacción que beneficie al país como un todo sin enfrentar a unos sectores contra otros con argumentos como esos encaminados a encender una chispa emocional. Le toca al Presidente reconocer la capacidad de persuasión que tiene el Poder Ejecutivo cuando se acerca a los moderados de ambos partidos para exhortarlos a un acuerdo. Para eso debería aplicarse a aprender de los ejemplos históricos del Presidente Reagan y del Presidente Clinton.
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