LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA:LAS COSAS NUEVAS DE LA SOCIOLOGIA CATOLICA
- Santiago Arturo Cardenas
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LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA:LAS COSAS NUEVAS DE LA SOCIOLOGIA CATOLICA
19 May 2024 03:04 - 11 Jun 2024 18:57
Faltando solamente nueve años para el final del siglo XIX, aparece la carta encíclica Rerum Novarum del papa León XIII.
Era como un resumen de un siglo tormentoso que desde 1823 tuvo a los parisinos en las barricadas y en 1848,las revoluciones que borraron unos tras otros -- sorprendente y rápidademente-- a los gobiernos de Europa, además de la publicación del Manifiesto Comunista.En 1871 vino la Comuna de Paris; "" cuando los proletarios tomaron el cielo ""por asalto.""
La tardía encíclica fue un terremoto grado 10 o un sunami de altas proporciones dentro de la iglesia;pero nunca ha sido superada en sus enseñanzas. Todo lo referente a la Sociología Católica se continúa refiriendo a León y su equipo de cuatro cabezas pensantes.
Pero no solamente eso; sino que le recordó a la catolicidad que la iglesia tiene ""magisterio,"" además de las Escrituras, como fuente de enseñanza válida, mas allá de Lutero y su reforma : solamente Cristo; solamente Escritura.
De manera que a los 40 y a los 100 años de ""Las Cosas Novedosas""--- esta encíclica inmortal--- fue validada por los papas Pío XI y Juan Pablo II respectivamente. Asuntos como el bien común.la justicia social , el sindicalismo y el principio de subordinación-- entre muchos otros-- continúan debatiéndose dentro de la iglesia y extramuros en 2024.
León murió en 1903 para regocijo de los cubanos, que habían alcanzado su independencia un año antes. Ahora con una iglesia autóctona se aprestaban al gran salto criollo hacia la modernidad y hacia su cubanía. León no podía ni imaginar que catorce años después de su muerte saltaría la liebre de un socialismo de signo marxista en la depauperada Rusia, uno de los países mas pobres del mundo, desvastada por La Gran Guerra , la primera verdaderamente ""mundial""
Una facción del Partido Obrero y Social Demócrata Ruso,- los inescrupulos bolcheviques con Lenin al frente - comenzarían a retar por vez primera en la práctica a las enseñanzas novedosas de la encíclica del siglo precedente.
El desafío continúa y se ha trasladado -- inequivoca, pero sorprendentemente a los Estados Unidos de América.
Era como un resumen de un siglo tormentoso que desde 1823 tuvo a los parisinos en las barricadas y en 1848,las revoluciones que borraron unos tras otros -- sorprendente y rápidademente-- a los gobiernos de Europa, además de la publicación del Manifiesto Comunista.En 1871 vino la Comuna de Paris; "" cuando los proletarios tomaron el cielo ""por asalto.""
La tardía encíclica fue un terremoto grado 10 o un sunami de altas proporciones dentro de la iglesia;pero nunca ha sido superada en sus enseñanzas. Todo lo referente a la Sociología Católica se continúa refiriendo a León y su equipo de cuatro cabezas pensantes.
Pero no solamente eso; sino que le recordó a la catolicidad que la iglesia tiene ""magisterio,"" además de las Escrituras, como fuente de enseñanza válida, mas allá de Lutero y su reforma : solamente Cristo; solamente Escritura.
De manera que a los 40 y a los 100 años de ""Las Cosas Novedosas""--- esta encíclica inmortal--- fue validada por los papas Pío XI y Juan Pablo II respectivamente. Asuntos como el bien común.la justicia social , el sindicalismo y el principio de subordinación-- entre muchos otros-- continúan debatiéndose dentro de la iglesia y extramuros en 2024.
León murió en 1903 para regocijo de los cubanos, que habían alcanzado su independencia un año antes. Ahora con una iglesia autóctona se aprestaban al gran salto criollo hacia la modernidad y hacia su cubanía. León no podía ni imaginar que catorce años después de su muerte saltaría la liebre de un socialismo de signo marxista en la depauperada Rusia, uno de los países mas pobres del mundo, desvastada por La Gran Guerra , la primera verdaderamente ""mundial""
Una facción del Partido Obrero y Social Demócrata Ruso,- los inescrupulos bolcheviques con Lenin al frente - comenzarían a retar por vez primera en la práctica a las enseñanzas novedosas de la encíclica del siglo precedente.
El desafío continúa y se ha trasladado -- inequivoca, pero sorprendentemente a los Estados Unidos de América.
Last edit: 11 Jun 2024 18:57 by M. Clara Ospina.
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- Gerardo E. Martínez-Solanas
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Re: LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA:LAS COSAS NUEVAS DE LA SOCIOLOGIA CATOLICA
04 Jun 2024 15:14
El Dr. Cárdenas nos ofrece aquí, de un genial plumazo, la imagen de la Doctrina Social de la Iglesia (que NO es socialista), su trascendencia histórica y su importancia en la realidad que enfrentan los Estados Unidos en estos días.
Menciona algunos de los principios fundamentales de esa doctrina y me parece oportuno abundar en el "principio del bien común" porque se trata de uno de los más tergiversados. Pese al copioso material disponible en las Encíclicas y en los estudios realizados sobre cada una de ellos, este Principio es el peor interpretado de todos.
Marxistas, Leninistas, Maoístas, etc., se autotitulan defensores del “bien común” porque la obra del anticristo es siempre una burda imitación engañosa de Cristo. Pero ni las encíclicas ni el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, que las codifica, plantean una intervención de un Estado centralizado para comunizar la propiedad privada o para controlar, o incluso eliminar, la libre empresa. Las doctrinas de la Iglesia se basan en una profunda transformación interior y no en la distribución forzosa y dictatorial de los bienes.
Por tanto, se trata de un proceso de conversión personal destinado a prevalecer en una sociedad justa a la que se llega mediante “el conjunto de aquellas condiciones de la vida social que permiten a los grupos y a cada uno de sus miembros conseguir más plena y fácilmente su propia perfección” [Gaudium et Spes, n.26] y también su progreso y bienestar. No interfiere con la propiedad privada sino que consiste en orientar el bien particular al bien común en un ambiente de fraternidad humana.
Por eso, en el párrafo 165 del Compendio de la DSI se afirma que: “La persona no puede encontrar realización sólo en sí misma, es decir, prescindir de su ser «con» y «para» los demás.” Es así como se entiende el bien común como el conjunto de condiciones de la vida social que hacen posible a las asociaciones y a cada uno de sus miembros el logro más pleno y más fácil del bienestar de la comunidad en armonía. "Sólo el reconocimiento de la dignidad humana hace posible el crecimiento común y personal de todos" (DSI, 145).
A su vez, la orientación de cada miembro de la comunidad hacia el bien común se convierte en el motor del progreso en la sociedad en que se practica este principio. Pablo VI definió en Populorum Progressio (n.20) el verdadero desarrollo como “el paso, para cada uno y para todos, de condiciones de vida menos humanas a condiciones más humanas”. Fue este concepto de desarrollo el que logró que la DSI ampliara su horizonte a nivel mundial, dado que antes, si bien se pensaba en la comunidad humana, la reflexión estaba más orientada a lo nacional.
Por ello afirma Pablo VI, finalizando el documento, que “el desarrollo es el nuevo nombre de la paz” (n.87), expresión considerada por Juan Pablo II (1987) como la fórmula recapituladora de todo el documento, lo cual le dio a la DSI una novedad general y al desarrollo una novedad particular.
Menciona algunos de los principios fundamentales de esa doctrina y me parece oportuno abundar en el "principio del bien común" porque se trata de uno de los más tergiversados. Pese al copioso material disponible en las Encíclicas y en los estudios realizados sobre cada una de ellos, este Principio es el peor interpretado de todos.
Marxistas, Leninistas, Maoístas, etc., se autotitulan defensores del “bien común” porque la obra del anticristo es siempre una burda imitación engañosa de Cristo. Pero ni las encíclicas ni el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, que las codifica, plantean una intervención de un Estado centralizado para comunizar la propiedad privada o para controlar, o incluso eliminar, la libre empresa. Las doctrinas de la Iglesia se basan en una profunda transformación interior y no en la distribución forzosa y dictatorial de los bienes.
Por tanto, se trata de un proceso de conversión personal destinado a prevalecer en una sociedad justa a la que se llega mediante “el conjunto de aquellas condiciones de la vida social que permiten a los grupos y a cada uno de sus miembros conseguir más plena y fácilmente su propia perfección” [Gaudium et Spes, n.26] y también su progreso y bienestar. No interfiere con la propiedad privada sino que consiste en orientar el bien particular al bien común en un ambiente de fraternidad humana.
Por eso, en el párrafo 165 del Compendio de la DSI se afirma que: “La persona no puede encontrar realización sólo en sí misma, es decir, prescindir de su ser «con» y «para» los demás.” Es así como se entiende el bien común como el conjunto de condiciones de la vida social que hacen posible a las asociaciones y a cada uno de sus miembros el logro más pleno y más fácil del bienestar de la comunidad en armonía. "Sólo el reconocimiento de la dignidad humana hace posible el crecimiento común y personal de todos" (DSI, 145).
A su vez, la orientación de cada miembro de la comunidad hacia el bien común se convierte en el motor del progreso en la sociedad en que se practica este principio. Pablo VI definió en Populorum Progressio (n.20) el verdadero desarrollo como “el paso, para cada uno y para todos, de condiciones de vida menos humanas a condiciones más humanas”. Fue este concepto de desarrollo el que logró que la DSI ampliara su horizonte a nivel mundial, dado que antes, si bien se pensaba en la comunidad humana, la reflexión estaba más orientada a lo nacional.
Por ello afirma Pablo VI, finalizando el documento, que “el desarrollo es el nuevo nombre de la paz” (n.87), expresión considerada por Juan Pablo II (1987) como la fórmula recapituladora de todo el documento, lo cual le dio a la DSI una novedad general y al desarrollo una novedad particular.
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