Ante todo, quede constancia de que no tengo simpatía alguna por Russell Brand ni por Johnny Depp, pero esa escasa simpatía personal por estos dos personajes de la farándula no es óbice para criticar la forma como los medios están aplicandoles castigos y censurandolos antes del fallo de los tribunales correspondientes, asumiendo de antemano su culpabilidad en procesos en los que han sido involucrados.
Russel Brand ha confesado públicamente su inmoral promiscuidad sexual en la efervescencia de su fama y ahora enfrenta acusaciones de asalto sexual en 2003. ¡En 2003! Quizás sean ciertas, pero eso deben decidirlo los tribunales. No le corresponde decidirlo de antemano a YouTube ni a la opinión pública influenciada por la acción de la empresa. No obstante, le han cancelado su negocio en esa plataforma alegando comportamiento malvado que "los obliga a proteger a la comunidad" a la que dan servicio.
De igual modo ha procedido Disney tan pronto la ex esposa de Johnny Depp lo acusó de violencia doméstica. Para Disney el actor no era inocente hasta que se le comprobara lo contrario, sino que lo consideró culpable ante toda la opinión pública al eliminarlo de sus nóminas, alegadamente debido a su conducta doméstica. En este caso, el renombrado actor ganó el caso en los tribunales y obtuvo una compensación multimillonaria. Pero el daño ya estaba hecho.
Estos son sólo dos ejemplos (de muchos) del poder dictatorial que están asumiendo empresas multibillonarias y monopólicas, las cuales debieran ser sometidas en los tribunales a demandas por difamación y censura indebida a quienes la empresa debe sus servicios.
Debe inquietarnos profundamente que el respeto a los valores y costumbres de una ética civilizada está siendo despreciado por los grandes intereses creados respaldados por políticos y gobiernos que aspiran a un mayor control de sus constituyentes aprovechando este contubernio. Está surgiendo así un nuevo mundo financiero en el que los gobiernos y las corporaciones deciden cada vez más qué comportamientos son buenos y qué comportamientos son malos.
Se están convirtiendo en los nuevos jueces del nuevo orden. Si permitimos que sigan su curso, la historia de la democracia estará tocando fin.
Last edit: 29 Sep 2023 22:09 by Democracia Participativa.