Reconocemos que la Cumbre Virtual entre el presidente Joe Biden -desde el Salón Roosvelt de la Casa Blanca- y el presidente chino Xi Jinping -desde el Salón del Congreso dedicado a Mao-Tse Tung junto a la Plaza de Tiannamen- es un acto de civilidad política. Positivo que las dos potencias se sienten a buscar y a explorar intereses comunes, ya sean económicos, políticos o de derechos humanos.
Durante la cumbre, el presidente Biden fue sincero sobre sus preocupaciones sobre el estado de los derechos humanos en China, dijeron funcionarios de la administración. Y este es un punto de Teoría Política imprescindible a profundizar. Si todos los países firmantes de las Naciones Unidas cumplieran con los fundamentos fundacionales de solidaridad, libertad y respeto a la dignidad de la persona humana establecidos por el organismo mundial, definitivamente el mundo sería más apacible y menos violento.
Xi Jinping, el líder más autoritario de China en décadas, ha sido acusado de supervisar un retroceso generalizado de las libertades individuales en todo el país.
Su represión actual en la provincia de Xinjiang, donde las autoridades han maltratado, torturado y detenido a uigures y otras minorías musulmanas en gran número, y en Hong Kong, donde una dura ley de seguridad nacional ha destruido muchas de las tradiciones democráticas de la ciudad, que el gobierno comunista de Beijing se comprometió a respetar, contradicen los buenos deseos retóricos de Xi.
A todo lo anterior se suman las amenazas de Beijing -gobierno comunista chino- en los mares del sur, que ninguna carta de derechos estipulan que sean de propiedad china. Y sus permanentes violaciones a los cielos de Taiwan, la pequeña República china democrática.
Toda esta agresividad de china comunista nos lleva a recordar la matanza de Tiannamen. La administración Biden se ha apegado a las acusaciones de genocidio de la administración Trump en Xinjiang y, más recientemente, también expresó su preocupación por el destino de Zhang Zhan, un periodista ciudadano cuya familia y amigos dicen que está gravemente enfermo en prisión. La Sra. Zhang está detenida por documentar el caos de los primeros días del brote del coronavirus en Wuhan. Todo esto cabe en que EE.UU. está obligado a discutir con China comunista y con algunos otros el respeto a la Teoría Política que rige las relaciones de civilidad desde la Organización de las Naciones Unidas...