El 5 de junio el cardenal Jaime Ortega en una entrevista radial a la cadena Ser de España comentó que no hay presos políticos en Cuba, sólo presos comunes. Posteriormente un grupo de opositores liderados por Antúnez en la diáspora denunció como irresponsable el comentario del cardenal, señalando que si existen presos políticos en la Isla.
El 11 de junio el gobierno cubano liberó a Ciro Alexis Casanova Pérez, quien permanecía en prisión por un año por los delitos de gritar “Abajo la revolución”,“Abajo Fidel”,“Abajo Raúl”, y que Amnistía Internacional consideraba un prisionero de conciencia. Elizardo Sánchez de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional señaló que en Cuba hay por lo menos unos 71 presos por “razones políticas o mediante procedimientos políticamente condicionados”, todos fueron detenidos por la seguridad del estado. El 20 de junio el cardenal Ortega comentó que su declaración del 5 de junio había sido sacada de contexto por quienes se oponen a la visita del papa Francisco a Cuba en setiembre y solicitó que se le ofreciera la lista de los presos políticos.
No es la primera ocasión que el cardenal Ortega hace declaraciones que los opositores cubanos consideran desafortunadas. El 25/04/2012 en la Universidad de Harvard señaló que los ciudadanos que se habían refugiado en la iglesia de la Caridad en la Habana previo a la visita del papa Benedicto XVI a Cuba eran delincuentes, sin nivel cultural y que él solicitó a las autoridades el desalojo de la iglesia. El 17/5/2015 en una entrevista que le hizo Charlie Rose el cardenal se manifestó favorable a las reformas raulistas y al proceso de deshielo entre Cuba y EEUU que si bien han generado favorables expectativas, hasta ahora han tenido, en el mejor de los casos, resultados limitados.
La conferencia episcopal católica cubana solicitó al gobierno el 15/09/ 2013 que complementara los cambios económicos comenzados por Raúl Castro con la apertura del sistema político, el reconocimiento de la oposición y que la tuviera en consideración. Esta fue la primera la declaración política que la jerarquía católica emitió en 20 años, después de la divulgación en 1993 de la carta pastoral titulada “El amor todo lo espera”, que contenía un análisis crítico de la crisis económica, social y política del periodo especial tras la caída del bloque socialista en Europa y la antigua URSS.
Indudablemente el cardenal tiene pleno derecho a tener sus propias posiciones políticas sobre la situación cubana, pero dada su elevada envestidura pastoral debería ser más comedido y cauto en sus pronunciamientos políticos públicos. En particular los que tienen importantes implicancias, entre otras endosar al menos implícitamente la posición del gobierno en cuanto a que no hay presos políticos, en cuyo caso las manifestaciones dominicales de las Damas de Blanco y otros opositores en favor de presos políticos, carecerían de sentido.
Ante los reiterados comentarios políticos del cardenal que despiertan tanto interés pero no por las mejores razones, ¿por qué confiar en su criterio y objetividad sobre la realidad cubana?