Occupied territories
on 9/23/2024
Vladimir Putin, ex agente de la KGB soviética, pone como condiciones para cesar su "acción militar", que 1) Ucrania enmiende su Constitución declarándose neutral y desmilitarizada; 2) reconozca la anexión a Rusia de Crimea, Donetsk y Lugansk (casi una quinta parte del territorio de Ucrania); 3) renuncie a ingresar a la Unión Europea. |
Son muy lamentables las declaraciones del ex Presidente Trump sobre la situación en Ucrania. Hay que reconocerle que durante su mandato puso freno a Rusia, Norcorea, China e Irán en sus ambiciones expansionistas. Debe haberles demostrado absoluta firmeza durante su mandato porque Rusia se abstuvo de realizar operaciones militares contra Ucrania, Norcorea cesó las pruebas atómicas y los lanzamientos de misiles de prueba sobre el espacio aéreo de Surcorea y Japón, China se abstuvo de demostrar actitudes agresivas contra Taiwan y también Irán detuvo el desarrollo de armas atómicas y vectores misilísticos.
No obstante, Trump parece haber olvidado su firmeza anterior, y ahora ha tomado el disfraz de Chamberlain (cuando éste accedía tímidamente a las ambiciones expansionistas de Hitler), asumiendo también una actitud derrotista frente al genocidio que está perpetrando el dictador ruso en su sangrienta invasión y destrucción de Ucrania.
Sus palabras entreguistas, incluso durante una entrevista con el Presidente Zelensky el viernes 27 de septiembre, demuestran una ceguera total sobre cuáles serán las consecuencias si se le permite a Rusia adueñarse de territorio apelando a un anacrónico "derecho de conquista".
Tratándose de un candidato presidencial que tiene una alta probabilidad de obtener una victoria electoral en noviembre, esta actitud entreguista sólo servirá para envalentonar a Putin en su decisión de continuar una feroz guerra destinada a destruir a uno de sus vecinos para proceder a anexar violentamente su territorio.
En estas circunstancias, cabe imaginarse la terrible inquietud que se estará apoderando de los aliados de la OTAN, que pondrán en duda la determinación de Trump a la hora que Putin decida alguna otra movida expansionista, en particular contra nuevos miembros, como Finlandia y Suecia, o contra otros miembros muy vulnerables que sufrieron la esclavitud bajo la espantosa bota soviética: Estonia, Lituania y Letonia.
Estados Unidos se coloca así en una situación en que su liderazgo es insostenible. Por una parte, los Demócratas desarrollan una estrategia de forzar a la víctima a librar una tímida guerra limitada (¡que no vaya a incomodar demasiado al adversario!) que sólo sirve para enriquecer las multibillonarias empresas armamentistas en un conflicto que, precisamente por ser limitado, puede prolongarse años interminables y hasta décadas. Y los Republicanos pretenden terminar sumariamente esa guerra, con un entreguismo al estilo de Chamberlain. Ambas soluciones son terribles y provocarán el desprecio de los europeos, que serán los más afectados por esas estrategias si no toman ellos la sartén por el mango y asumen el liderazgo.
Por el contrario, el Presidente Zelensky parece tener una esperanzadora agenda para la victoria: enfrentar con firmeza decisiva al agresor. Muy lejos están Estados Unidos de la firmeza y determinación de Presidentes de antaño que, cuando trazaban una línea roja, actuaban sin ambages contra quienes la traspasaran. Bien dijo una vez Teodoro Roosevelt que es muy importante "hablar con suavidad, pero con el garrote en la mano". O como Jefferson y Madison, que intentaron negociar y contemporizar con el Imperio Británico, pero acabaron por declararle la guerra en 1812. Y Kennedy, quien no se arredró frente a las amenazas de Kruschev que prometía utilizar su poderío atómico si se le obstaculizaba convertir a Cuba en una base militar soviética.
Ahora los líderes de Estados Unidos bajan la cabeza con el rabo entre las piernas cuando Putin hace la misma amenaza de utilizar armas nucleares si se le hace frente a la invasión con determinación. Putin puede estar enloquecido de ambición, pero no es estúpido y sabe que en un enfrentamiento nuclear contra Estados Unidos, Francia y el Reino Unido, Rusia desaparecería de la faz de la tierra.
Por supuesto que una guerra nuclear sería espantosa para ambos bandos, pero uno de los bandos NO se atreverá nunca a usar sus armas atómicas si sabe que el otro le devolverá el golpe devastador. Esta seguridad de mutua destrucción es lo que ha garantizado que esas armas nunca se utilicen, pero frente a amenazas de esta índole una vacilante debilidad es sumamente peligrosa porque es indispensable "hablar con suavidad" dejando bien en claro que tenemos "el garrote en la mano" y que estamos dispuestos a utilizarlo.
Efectivamente, hay que usar la cortesía y la diplomacia hablando en voz baja y con discreción para dejarle saber al adversario ambicioso que le costará muy caro si alza la voz y lanza el primer puñetazo.