La explotación de minerales o de productos como el petróleo, que causa un enorme impacto negativo en el orden natural y la salud ecológica de las regiones donde existen esos yacimientos y son explotados, no tiene en cuenta el costo resultante de una obligación de mantener el entorno biológico y atmosférico que debiera añadirse a los cálculos por los cuales se decide explotar un yacimiento o no. Esa irresponsabilidad que permite la explotación barata de recursos naturales o minerales enriquece a empresarios y países productores a costa de verdaderos desastres ambientales, a los cuales posteriormente ni siquiera se hace intento alguno por remediarlos y reparar el daño cuando esos recursos se agotan. Los habitantes naturales de la amazonia ven amenazado su entorno natural y se rebelan contra quienes van a destruirlo impulsados por la ambición, sin ofrecerles una recompensa adecuada por los territorios que les arrebatan. El resto del mundo sufre también el daño ecológico y ambiental que muchas veces es irreversible por el abandono de los responsables cuando el motivo de su ambición se ha agotado. Todos somos ciudadanos de este mundo y debemos exigir a nuestros gobiernos que impongan tasas a todos los explotadores de recursos naturales que sean suficientes para crear fondos destinados a compensar la obligación de conservar o, al menos, restaurar los ambientes que ellos hayan dañado por motivos de lucro.
Indígenas amazónicos se suman a protesta contra la explotación del río Yasuní
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Quito, Sept.2.─ Esa fue la principal resolución de su congreso realizado desde el pasado 29 de agosto en el Coliseo de la Asociación Ponakicsc, en el cantón Santa Clara en Pastaza. A la cita asistieron 615 delegados de 21 organizaciones amazónicas.
En el Congreso también abordaron la criminalización de la protesta social, el tema de las nacionalidades y pueblos no contactados, entre otros.
Los dirigentes de la Confederación de Pueblos Indígenas del Ecuador (COFENIAE) aseguraron que la movilización es la única garantía para evitar la explotación petrolera en el parque Yasuní, de donde el Gobierno espera obtener recursos de hasta $18 000 millones.
El presidente Correa había asegurado que el mundo ha fallado al no contribuir con el proyecto que pretendía proteger un sector de la selva amazónica y dejar bajo tierra un importante yacimiento petrolífero a cambio de una compensación económica de la comunidad internacional.
Ahora el presidente está a la espera de que la Asamblea le autorice la explotación e insiste ...
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