El Presidente Chávez acaba de dar este domingo otra muestra del poder absoluto que tiene en sus manos para regir los destinos de Venezuela. Caminando por la Plaza Bolívar, frente a las cámaras de "Aló Presidente", comentaba con un grupo de simpatizantes autodenominados "Custodios del Libertador" diversos aspectos de la historia del lugar, cuando uno de ellos comentó que en uno de esos edificios había vivido el Libertador en su juventud. Volviéndose a su comitiva oficial preguntó Chávez: "¿Qué es aquel edificio?". Le respondieron que era "un edificio privado con una joyería". Inmediatamente el mandatario ladró una orden, como es su costumbre: "¡Exprópiese!" Seguidamente preguntó otra vez: "¿Y ese otro de qué es?". No dio muestras de que le importara mucho la respuesta cuando cortó tajante con otro "¡Exprópiese!", y añadió: "Tenemos que convertir todo esto en un gran centro histórico", haciendo referencia a ésos y otros edificios del lugar.
Antes de que terminara el programa ya el alcalde Jorge Rodríguez había confirmado que los cuatro edificios señalados por el Presidente serán declarados "de utilidad pública. Y el martes ya debemos estar expropiándolos". Ni un asomo de legalidad, de seguir canales oficiales de consulta, de respetar el derecho de los expropiados a defenderse en los tribunales.
Todo esto es la secuela de un proceso donde el Presidente Chávez ha contado con el respaldo casi incondicional de los demás poderes del Estado mediante maniobras y estrategias que le han permitido acaparar el control absoluto del Poder Legislativo, del Poder Judicial y del Poder Electoral. Esta forma de expropiar por la libre es la manifestación de su éxito en la manipulación de este aspecto específico de su poder político. Ha seguido un curso legalista, pero claramente ilegítimo porque se basa en la imposición y no en el consenso ni en la negociación, que ha rechazado categóricamente durante su gobierno. Es el síndrome del poder al que Lord Acton se refería cuando afirmó que "El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente".
El episodio del domingo en la Plaza Bolívar es el resultado final de un proceso de consolidación del poder que empezó a cristalizar hace nueve meses.
La Asamblea Nacional venezolana aprobó el 24 de abril de 2009 una Ley para la Defensa de las Personas en el Acceso a los Bienes y Servicios.
Esta Ley facilitaba considerablemente al Poder Ejecutivo la aplicación de políticas autoritarias sin necesidad de que las mismas se vieran sometidas al análisis legislativo. Chávez ha contado desde hace años con una Asamblea Nacional que responde (al estilo cubano) a todas sus exigencias y caprichos, pero eso no le basta. El proceso legislativo le aburre y le produce la ansiedad de un debate que él considera innecesario.
Esta Ley, por ejemplo, incluía un Artículo 6 que daba bastante mano abierta a las expropiaciones por motivos políticos. Decía así:
De los servicios públicos esenciales
Artículo 6. Por cuanto satisfacen necesidades del interés colectivo que atienden al derecho a la vida y a la seguridad del Estado, son servicios públicos esenciales las actividades de producción, fabricación, importación, acopio, transporte, distribución y comercialización de alimentos o productos declarados de primera necesidad.
El servicio público declarado esencial en esta Ley debe prestarse en forma continua, regular, eficaz, eficiente, ininterrumpida, en atención a la satisfacción de las necesidades colectivas. Cuando no se preste el servicio en tales condiciones, el órgano o ente competente del Ejecutivo Nacional podrá tomar las medidas necesarias para garantizar la efectiva prestación del servicio.
Empero, este lenguaje legalista era todavía demasiado restringido para el temperamento de Chávez. Lo obligaba a ajustarse a ciertas limitaciones. Por lo tanto, no pasarían muchos meses para que su afán de poder absoluto lo conminara a formar una Comisión que presentara a la Asamblea Nacional un Proyecto de Ley de Reforma Parcial de esta Ley. Para no extendernos demasiado, examinemos de nuevo sólo el Artículo 6, que ahora está considerablemente ampliado y dice así:
Declaratoria de utilidad pública
Artículo 6. Se declaran, y por lo tanto son de utilidad pública e interés social, todos los bienes necesarios para desarrollar las actividades de producción, fabricación, importación, acopio, transporte, distribución y comercialización de bienes y servicios.
El Ejecutivo Nacional podrá iniciar la expropiación de los bienes pertenecientes a los sujetos sometidos a la aplicación de la presente Ley, sin que medie para ello declaratoria previa de utilidad pública e interés social por parte de la Asamblea Nacional.
Igualmente el Ejecutivo Nacional puede iniciar el procedimiento expropiatorio cuando se hayan cometido ilícitos económicos y administrativos de acuerdo con lo establecido en el artículo 114 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y los artículos 15, 52 y cualquiera de los supuestos ilícitos administrativos previstos en los artículos 45, 46, 64, 65, 66, 67 y 68 de la presente Ley.
En todo caso, el Estado podrá adoptar la medida de ocupación, operatividad temporal e incautación mientras dure el proceso expropiatorio, la cual se materializará mediante la posesión inmediata, puesta en operatividad, administración y el aprovechamiento del establecimiento, local, bienes, instalaciones, transporte, distribución y servicios por parte del órgano o ente competente del Ejecutivo Nacional, a objeto de garantizar la disposición de dichos bienes y servicios por parte de la colectividad. El órgano o ente ocupante procederá a realizar el inventario del activo, y ejecutará las acciones necesarias a objeto de procurar la continuidad de la prestación del servicio o de las fases de la cadena de producción y distribución del consumo que corresponde.
En otras palabras, que Chávez tiene ahora mano libre para hacer y deshacer en el ámbito del derecho a la propiedad, destruyendo prácticamente la iniciativa privada. La prueba la tenemos al comienzo de este análisis cuando ordena sobre la marcha y sin consultar con nadie la expropiación de edificios en la Plaza Bolívar. La Asamblea Nacional pasó este Proyecto de Ley de Reforma Parcial sin enmiendas ni mucha discusión. Igual ha hecho con la mayoría de las leyes que hoy centralizan la vida política de Venezuela en una sola persona. Lamentablemente, los venezolanos que sueñan con una opción de cambio democrático por vías electorales pueden despertar muy pronto con la pesadilla de una dictadura vitalicia. Chávez tiene ya todos los ases en su manga.