Mientras persiste la pandemia, los mercados de trabajo mundiales luchan por recuperarse |
La pandemia de COVID-19 dominó la economía mundial por segundo año en 2021, lo que ha impedido una recuperación plena y equilibrada de los mercados de trabajo. El ritmo de recuperación de la actividad económica depende en gran medida del grado de contención del virus, por lo que la recuperación sigue patrones diferentes según las zonas geográficas y los sectores.
Sin embargo, cada nuevo brote trae consigo retrocesos. Muchos de los logros en materia de trabajo decente conseguidos antes de la pandemia se han visto considerablemente afectados, y los déficits de trabajo decente preexistentes están mermando las perspectivas de una recuperación sostenible en muchas regiones.
Las perspectivas del mercado de trabajo mundial se han deteriorado desde las últimas proyecciones de la OIT; es probable que en los próximos años siga siendo difícil para gran parte del mundo volver al rendimiento previo a la pandemia. Sobre la base de las últimas previsiones de crecimiento económico, la OIT calcula que el total de horas trabajadas a escala mundial en 2022 se mantendrá casi un 2 por ciento por debajo de su nivel prepandémico una vez ajustado al crecimiento de la población, lo que corresponde a un déficit equivalente a 52 millones de puestos de trabajo a tiempo completo (tomando como referencia una semana laboral de 48 horas). Se prevé que el desempleo mundial se sitúe en 207 millones en 2022, es decir, que supere su nivel de 2019 en unos 21 millones. Esta perspectiva representa un deterioro sustancial con respecto a las proyecciones realizadas en la edición anterior de Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo: Tendencias, publicada en junio de 2021, cuando se preveía que el déficit de horas de trabajo en relación con el cuarto trimestre de 2019 se iba a reducir a menos del 1 por ciento en 2022.
Los patrones de recuperación varían considerablemente entre regiones, países y sectores. Desde el inicio de la recuperación, las tendencias de crecimiento del empleo en los países de ingresos bajos y medianos se han mantenido significativamente por debajo de las observadas en las economías más ricas, debido en gran medida a las tasas de vacunación inferiores y al menor margen de maniobra presupuestario de los países en desarrollo. Las repercusiones han sido especialmente graves para las naciones en desarrollo que presentaban mayores niveles de desigualdad, condiciones laborales más diversas y sistemas de protección social más débiles incluso antes de la pandemia.
En general, los indicadores clave del mercado de trabajo aún no han vuelto a los niveles anteriores a la pandemia en ninguna de las regiones: África, las Américas, los Estados Árabes, Asia y el Pacífico, y Europa y Asia Central. Para todas las regiones, las proyecciones hasta 2023 sugieren que seguirá siendo difícil conseguir la recuperación total. Se prevé que las regiones de Europa y el Pacífico sean las que más se acerquen a ese objetivo, mientras que las perspectivas son más negativas para América Latina y el Caribe y para Asia Sudoriental. Todas las regiones se enfrentan a graves riesgos a la baja en cuanto a la recuperación de su mercado laboral, derivados de las repercusiones de la pandemia. Además, esta situación está alterando la estructura de los mercados de trabajo de tal manera que una vuelta a los niveles de referencia anteriores a la crisis podría ser insuficiente para compensar el daño que ha causado.
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[ Segmento tomado del Nº 163 de la revista Trabajo y Democracia Hoy, pp 28-29 ]