Por mi vínculo con los movimientos de trabajadores he mantenido una preocupación permanente en torno a la unidad de los sectores laborales, ante un régimen que no ha escatimado recurso alguno para desmantelar los logros de sindicatos y centrales sindicales concretadas a lo largo de un siglo de luchas, cuyo balance se escribe con sangre, sudor y lágrimas para haberlos adquirido.
En realidad, la ofensiva gubernamental no ha dejado hueso sano, suspendió indefinidamente los convenios colectivos en el sector público, ha reprimido la protesta laboral encarcelando al liderazgo sindical y gremial, ha fracturado la estructura sindical promoviendo sindicatos paralelos y ha pulverizado la conquista más emblemática como es el salario.
Por tanto, sigo con mucho interés la asamblea realizada el pasado sábado 12 de julio, citada en la nota de prensa Contrapunto.com “estaban en el Teatro Cantaclaro, en la histórica sede del Partido Comunista de Venezuela (PCV), y el propósito del encuentro era enlazar la unidad de centrales sindicales y organizaciones, no profundizar las divisiones. Para nadie es un secreto que las personas y grupos que se sentaron a debatir este sábado se han enfrentado en el pasado por partidos y líderes, tratando ahora de construir una ruta unitaria para conseguir salario, contratos colectivos y alcanzar otras reivindicaciones". Por cierto derechos consagrados en nuestra Carta Magna.
Transcurrido un cuarto del presente siglo XXI la estrategia del régimen ha consistido en fragmentar al movimiento sindical, desprestigiarlo, convertirlo en un apéndice del régimen, colocando como ejemplo la creación de la Central Socialista Bolivariana de Trabajadores (CSBT), cuyo rol fundamental es apoyar la salvaje ofensiva antilaboral primero del gobierno de Hugo Chávez y luego la de Nicolás Maduro y en segundo lugar ser comparsa de la política de terror contra la libertad sindical, al punto de justificar el encarcelamiento de sus otrora compañeros de trabajo.
No podía ser de otra manera, su referencia es el rol que asignó Fidel Castro a la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), de ser solo una escuela ideológica de la “revolución castrista” cuya tarea es propagar las bondades del régimen, despojándola de toda lucha reivindicativa. Con el cuento de que todo es culpa del imperialismo la miseria forma parte del sufrimiento popular de resistencia.
Esta manipulación no rindió frutos en Venezuela y lo demuestra la reciente asamblea que comentamos, ese día el evento convocado por “la Coordinadora Metropolitana de Trabajadores en Lucha (CM-TL) y el Comité Nacional de Conflicto de Trabajadores en Lucha (CNC-TL), tenía como punto de partida un documento en el que se invitaba a un pacto o acuerdo. «Para alcanzarlo, se requiere de mucha persuasión, tolerancia, respeto, flexibilidad. Las diferencias, denuncias, críticas y pugnas internas que hasta ahora hemos tenido deben ser procesadas y canalizadas para que no obstruyan el avance del proceso unitario. La situación que vivimos reclama una mayor madurez política, una unidad más estrecha y el mayor esfuerzo por fortalecer el movimiento sindical y obtener victorias concretas».
Así también fue notoria la asistencia de representantes de diferentes organizaciones sindicales, además de los organizadores señalados, estuvieron representantes de la CTV, UNT, la CUTV, sindicatos no confederados, Asociaciones de Jubilados y Pensionados, cuyos discursos constatan que las iniciativas vanguardistas en solitario no son suficientes, por tanto, ante la ofensiva gubernamental y patronal requieren la unidad más amplia, manifestando “solos no podemos”.
A lo largo de estos 25 años ha habido numerosos intentos unitarios como fue el caso de FADESS en 2010, las Intersectoriales en 2015, que luego fueron languideciendo producto de pasiones partidistas, la competencia del caudillismo de tendencias desprovistas de los intereses de los trabajadores.
Esperamos con esta nueva oportunidad se logre la ocasión de agrupar a la mayoría del movimiento sindical y gremial, como representantes del sector de la población mas afectada por las políticas gubernamentales que han conducido al país a la ruina y a la precarización laboral.
De concretarse sería una señal positiva para el resto de la población cuya esperanza se centra en la recuperación del valor del trabajo, que en épocas pasadas nos caracterizaba por una economía prospera y de futuro para diferentes generaciones.
Froilan Barrios Nieves Movimiento Laborista
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